El belga se encontraba conduciendo cuando sufrió un infarto y perdió el control del vehículo. Los servicios de emergencia lograron reanimarlo y fue trasladado al hospital
Nathan Van Hooydonck (centro) junto a Vingegaard y Wout Van AertThibault CamusAP
La vida del ciclista belga del Jumbo-Visma Nathan Van Hooydonck está en peligro después de que este martes se viera implicado en un accidente de tráfico.
Según recoge el medio belga Het Laatste Nieuws, Van Hooydonck se encontraba conduciendo su coche junto a su mujer, embarazada de ocho meses, por el centro de la localidad belga de Kalmhout cuando sufrió un infarto y perdió el control del vehículo impactando contra otros cinco coches que había apartados.
Los servicios de emergencia lograron reanimar a Van Hoydonck, que fue trasladado al hospital en estado crítico, y también trasladaron a su mujer para una revisión después de sufrir heridas leves.
Desde su llegada en 2021, Van Hoydonck es uno de los gregarios más utilizados por el Jumbo, hasta el punto de participar en el Tour de Francia de 2022 y de este 2023. Su palmarés es escaso aunque este año se subió al podio de la Kuurne-Brussels-Kuurne por detrás de su compañero Tiesj Benoot.
«Tadej, ¿estás aburrido o cansado?». La última pregunta de la conferencia de prensa en la estación de esquí de La Plagne, con frío, niebla, lluvia y una grisura completamente otoñal, despertó la media sonrisa de Pogacar, abrigado hasta arriba. Porque la sensación, tanto en la ascensión al último puerto hors categorie de este Tour de Francia, como después en su actitud, era de desgana. O de misión cumplida. Tan lejos de los alardes y el colmillo de hace no tanto. «Obviamente, estoy cansado. No ha sido un Tour fácil. Me han atacado por izquierda y derecha todo el tiempo», reconoció.
Un momento antes, el líder, al que un miembro de seguridad poco atento casi tira al suelo tras cruzar la línea de meta- había confesado también que en La Plagne, donde probó a falta de 14 kilómetros con un ataque no demasiado sostenido que no logró descolgar a Jonas Vingegaard, «iba contando los kilómetros hasta París», guardando algo de fuerza por si alguien le contraatacaba. Incapaz de acercarse demasiado a Thymen Arensman, el tipo que les iba a birlar una etapa que hubiera supuesto un broche de oro para Pogacar o un pequeño alivio para Vingegaard, ambos arruinados por su decepcionante marcaje.
«Se acabaron las montañas», se le escapó al final de otra de sus respuestas. Ni siquiera se mostró demasiado ambicioso cuando le cuestionaron sobre la jornada del domingo en París, donde la inclusión, como en los pasados Juegos Olímpicos, de la ascensión a Montmatre (por partida triple) pondrá pimienta a una etapa siempre destinada al champán, el paseo del amarillo y a la victoria al sprint. Tadej suspiró (otra vez) y admitió que lo único que le preocupa, de momento, es el sábado, media montaña entre Nantua y Portarlier, jornada destinada a la escapada. «Después, ya veremos».
Pogacar, tras la etapa de ayer en La Plagne.LOIC VENANCEAFP
El otrora glotón Pogacar, el de las seis victorias de etapa en 2024, abrochó su cuarto Tour en una jornada que no pasará a los libros de historia, que no se podrá comparar con las gestas en este escenario de Laurent Fignon (doble ganador, en 1984 y 1987) o Miguel Indurain, que se marcó un alarde para defender el que sería su quinto Tour, en 1995, de la emboscada de Alex Zulle. Lejos Tadej del gusto por la épica que siempre le ha acompañado. Y eso que el UAE Emirates parecía convencido desde el inicio de que era el día propicio (más tras el recorte que sufrió el trazado en la previa por un brote contagioso que afectó al ganado vacuno del Col de Saisies) para la quinta muesca de Tadej, para un bonito colofón tras no haber podido levantar los brazos en las tres anteriores jornadas montañosas. Así lo puso en suerte Tim Wellens. Sin embargo, tras no hacer camino en su primer demarraje («quizá demasiado pronto») y después de no encontrar colaboración en sus compañeros de viaje -tampoco en un Vingegaard que ni siquiera lo intentó-, Pogi se dio tregua.
Sólo fue el acelerón de Florian Lipowitz en la lucha por el podio, tras vez cómo Oscar Onley perdía comba, el que acercó al trío al bravo Arensman, roto tras cruzar la meta apenas dos segundos antes que Tadej y Jonas: «Son los ciclistas más fuertes del mundo, casi extraterrestres, y yo soy un simple humano. No puedo creer que les haya ganado», acertó a decir el neerlandés, uno de los grandes nombres propios de este Tour.
Pero si desilusionante pareció Pogacar, que no escondió tampoco que el Tour se le está empezando «a hacer largo» -«con el tiempo que hace, la ceremonia de después... Sólo quiero ir al autobús y darme una buena ducha caliente»- Vingegaard no pareció para fiestas. Siempre a rueda, como si defendiera algo, apenas se permitió el lujo de no quedar esta vez por detrás de su Némesis: había sido superado en las últimas nueve etapas de montaña por Tadej. No lo conseguía desde su triunfo en Le Lioran, durante el pasado Tour. También, por primera vez, le sacó algo de tiempo: los dos segundos de la bonificación. «Intenté aprovecharme en la última subida y estaba más centrado en ganar la etapa que en ganar tiempo. Es una pena que Arensman estuviera allí, claro», explicó brevemente el danés en meta.
El ciclista español Albert Torres Barceló ganó este sábado la medalla de oro en clase ómnium en el Mundial de Ciclismo de Pista UCI 2025 en Chile.
Torres en esta ocasión sumó 133 puntos y desbancó al belga Lindsay de Vylder, que luchó por revalidar su corona obtenida en Ballerup en 2024 y terminó con el bronce tras acumular 131 puntos.
"Ha sido un cierre inmejorable de temporada", dijo Torres en la entrevista tras ganar la medalla. El ciclista confesó que "realmente no sabía que había ganado" y que tenía sus dudas, pero que por suerte se lo confirmó su equipo tras finalizar la prueba.
Torres finalizó cuarto en el scratch con lo que sumó sus primeros 34 puntos, fue tercero en la carrera de tempo (36) y en la de eliminación (36), mientras que en la última por puntos logró consolidar su primer lugar.
El ciclista Albert Torrres Barceló mostando la medalla de oro en el Mundial ómnium en Chile.Osvaldo VillarroelEFE
El ciclista menorquín, de 35 años, multicampeón mundial y especialista en ómnium, es el único español que ha subido al podio en Santiago, a donde llegó como el ciclista de referencia de la delegación española y única posibilidad de medalla.
Torres ganó su última medalla de oro en esta prueba en 2017, cuando fue campeón europeo en Berlín y bronce en el Mundial en Hong Kong, pero en el campeonato mundial de 2023 en Glasgow fue plata.
También correrá en Madison este domingo, en la última jornada de la competencia, y su última participación en esta modalidad fue el oro en la Copa de Naciones en Konya (Turquía) en el mes de marzo.
Segundo puesto para Kuboki
El belga de Vylder luchó para alcanzar el segundo lugar en el scratch (38), luego terminó undécimo en tempo (20) y se recuperó llegando de primero en la de eliminación (40).
En el segundo lugar quedó el japonés Kazushige Kuboki con 131 unidades, quien había comenzado liderando el scratch (40), terminó segundo en la carrera de tempo (38) y cayó al noveno puesto en la de eliminación.
El alemán Moritz Augenstein, que tuvo un buen arranque tras las dos primeras pruebas del ómnium, finalizó quinto con 127 puntos, mientras que el danés Niklas Larsen finalizó cuarto con 130 unidades.
El mexicano Ricardo Peña fue el mejor latinoamericano ubicado en la decimonovena posición con 18 puntos. Entre los sudamericanos, el venezolano Clever Martínez sumó 15 unidades y cerró en el vigésimo lugar, en tanto que el chileno Jacob Decar acumuló 6 unidades y quedó en el puesto 22.