Pese a los infortunios de una temporada marcada por tantas graves lesiones que cualquiera hubiera zozobrado, el Barça terminó completando una estupenda primera fase de la Euroliga y no falló el último día para acceder directo al playoff, donde se enfrentará al Mónaco sin ventaja de campo. Los de Joan Peñarroya, que han ganado seis de los últimos siete partidos, tumbaron a la Virtus de Bolonia (91-87) en el Palau, con más apuros de los esperados, y, de paso, condenaron al Real Madrid al play-in.
Antes, el Efes también había cumplido con la lógica, ganando en Estambul al Zalgiris (87-77), con lo que el triple empate (20 victorias y 14 derrotas cada uno) ordenaba los dos últimos puestos de playoff. El Barça acaba quinto, los turcos sextos y el Madrid séptimo.
De poco les sirvió a los blancos ganar sus seis últimos partidos. Pese a la mejoría, por primera vez en su historia disputará el play-in. Será el martes, en el Palacio (21.00 h.), y se las verá a un partido contra el Paris Basketball, al que ya derrotó hace unos días. Si gana, avanzará a cuartos, donde se medirá al Fenerbahçe. Si pierde, tendrá una segunda oportunidad, el viernes contra el ganador del Bayern-Estrella Roja.
Las matemáticas (y las dos derrotas contra el Efes) estaban en contra de los de Chus Mateo. Y ni falló el Efes ni lo hizo el Barça, ambos contra rivales sin nada en juego. Los azulgrana, que además recuperaron al lesionado Jan Vesely, sufrieron contra la Virtus, pese a una primera parte en la que brilló Kevin Punter y en la que llegó a ir ganando de 12 (28-16).
Jabari y Vesely
Los de Dusko Ivanovic no se dejaron llevar, sin embargo. Y con la aportación ofensiva de Clyburn, Shengelia y Zizic llegaron a acercarse en un par de ocasiones con peligro. Incluso, mediado el acto final, se pusieron por delante (76-81), con una preciosa canasta de Shengelia y cinco puntos seguidos de Holiday que despertaron el nerviosismo en el Palau.
Fue un final de templar los nervios. “Nos complicamos la vida otra vez, como toda la temporada”, reconoció después Satoransky. Pero el Barça supo sacar el amor propio y la calma y no condenarse a una derrota que le hubiera despojado de los playoffs. Jabari Parker asumió la responsabilidad e hizo respirar de orgullo a los de Peñarroya en la temporada en la que “nadie ha tenido más problemas que nosotros”.
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LUCAS SÁEZ-BRAVO
Enviado especial
@LucasSaezBravo
Orcines
Actualizado Lunes,
10
julio
2023
-
00:00El líder, criticado por Schleck, mantiene la calma...
Ni las predicciones más optimistas. Los Thunder no entraban en ninguna quiniela al anillo e incluso ahora, partiendo desde la 'pole' del Oeste a los playoffs -ya dominan 2-0 a los Pelicans en primera ronda-, muchos no les dan demasiado recorrido. Cuesta creérselos porque hace nada estaban en las catacumbas de la NBA, acumulando nostalgia, derrotas y rondas de draft (15 primeras y 22 segundas de aquí a 2030...) que parecían no tener sentido. Sin embargo, el plan a largo plazo de su arquitecto, el General Manager Sam Presti, esta vez ha funcionado.
Y eso que el dirigente ya conoció el fracaso cuando todos los focos apuntaban a esa franquicia que se había instalado en Oklahoma City desde Seattle en 2008 (los míticos y añorados Supersonics) y que juntó en tres temporadas a Kevin Durant, Russell Westbrook y James Harden (y Serge Ibaka). Lo que parecía un trío insuperable resultó incapaz de ganar la NBA. Lo más cerca que estuvo fue en las Finales de 2012 y todo se desintegró. Hasta ahora.
Ahora, la juventud asombra. Los Thunder que dirige desde el banquillo Mark Daigneault (39 años), quien, en su cuarta temporada va a ser nombrado entrenador del año por unanimidad, tienen una edad media de menos de 24 años. Sólo se pueden comparar a los Spurs, pero unos han quedado últimos del Oeste y los otros primeros. "He escuchado que somos demasiado jóvenes todo el año. No va a cambiar. Probablemente seremos jóvenes durante otros cuatro o cinco años. No nos preocupamos por eso. Nos centramos en lo que sucede entre estas cuatro paredes", desafía su estrella, Shai Gilgeous-Alexander, el titular más 'veterano' con 25 años.
El equipo de Oklahoma ha ganado 57 partidos, 16 más que la temporada pasada (play in) y 16 más que la anterior. Un brutal crecimiento exponencial. Igualados con los Nuggets, han logrado la corona del salvaje Oeste. Y nadie lo hizo con menos edad (ni los Suns de 2005). De hecho, en la historia de la NBA nadie ganó el anillo con semejante precocidad en sus jugadores. Lo más parecido serían los Blazers del 77 y los Warriors del 56.
Mark Daigneault, en el banquillo de los Thunder.Kyle PhillipsAP
"No estamos aquí por un accidente. Hubo mucho trabajo por el camino", reivindicaba Chet Holmgren tras lograr el galardón en la última jornada de la temporada regular. El gigante es uno de los secretos del éxito. Su irrupción tras no poder debutar en su temporada rookie a causa de una lesión ha sido fundamental con 16,5 puntos, 7,9 rebotes y 2,3 tapones por partido y una competitividad insospechada, hasta el punto de discutirle por momentos el premio de rookie del año al mismísimo Victor Wembanyama. Completa un quinteto junto al prometedor Jalen Williams, el australiano Josh Giddey y el todoterreno Luguentz Dort. La estrella, sin discusión, es Shai.
El canadiense es una reinvención en sí mismo, un claro ejemplo de ir superando expectativas. Llegó a los Thunder vía traspaso, en el paquete por Paul George en 2019. Y fue creciendo hasta colarse en la mismísima discusión por el MVP, en la que sólo le superan Nikola Jokic y Luka Doncic. "Es un base de la vieja escuela NBA. No tira triples y triples, juega un poco lento, cambia de ritmo muchísimo. Es probablemente el jugador con el que más disfruto", aseguraba Derek Fisher, ex de los Thunder, en una entrevista a EL MUNDO.
Shai Gilgeous-Alexander, durante un partido reciente de los Thunder.JOSHUA GATELEYGetty Images via AFP
Shai es hijo de Charmaine Gilgeous, ex velocista que corrió los 400 metros en Barcelona 92 por Antigua y Barbuda y que fue una madre soltera que inyectó la disciplina en sus vástagos en el suburbio de Hamilton (Ontario). El base ha ido creciendo paso a paso. Durante la pandemia transformó totalmente su físico y aprovechó la influencia de Chris Paul como compañero (casi un hermano mayor) para evolucionar su juego. Esta temporada, tras un verano en el que lideró a Canadá hasta el bronce Mundial, ha crecido en todos los aspectos estadísticos. Es el tercer máximo anotador de la liga (30,1 puntos) y el mejor ladrón (2). Y se convirtió en el tercer jugador en la historia en promediar más de 30 puntos, dos robos por partido y 50% de tiros en una temporada, uniéndose a Stephen Curry y Michael Jordan.
"Es como si fuera adicto a la sensación de mejorar. He llegado hasta aquí. He trabajado tan duro. Y sólo puedo hacerlo durante 10 años más, si tengo suerte. Entonces, ¿por qué no, durante los próximos 10 años, dar todo de mi y ver lo que puedo ser?", reivindica Shai, que come una manzana roja antes de cada partido. "No hay una noche en la que no sienta que tenemos al mejor jugador en la cancha. Nuestro ataque y nuestra defensa están entre los cinco primeros de la Liga. El contribuye en ambas cosas", pone en valor Daigneault. "Creo que su consistencia, su aplomo y su confianza han tenido un increíble efecto contagioso en uno de los equipos más jóvenes de la liga, uno de los equipos más jóvenes en la historia en lograr lo que este equipo logró", concluye el técnico.