Novak Djokovic como Carlos Alcaraz. En el mejor momento, la peor versión: dos desconexiones inesperadas. Más incluso en el caso del serbio, con sus 24 Grand Slam en las vitrinas. En semifinales del Open de Australia, Djokovic dejó de ser Djokovic durante un par de horas y entregó la victoria a un espléndido Jannik Sinner por 6-1, 6-2, 6-7(4) y 6-3.
Sinner estaba volando en el torneo y era posible que llegara a su primera final de un torneo ‘grande’, pero nadie en el Rod Laver Arena podía prever que lo hiciera como lo hizo.
Porque, como le ocurrió a Alcaraz, en un patrón muy parecido, Djokovic apareció en la pista central del Melbourne Park desprovisto de su tenis, confuso, apagado. No cabe un análisis táctico, aún menos técnico, de lo ocurrido: simplemente no estuvo.
En el primer set, de hecho, sólo conectó nueve de sus primeros servicios, un 43% de efectividad, un desastre. También acumuló 15 errores no forzados en una tónica que duraría todo el partido: acabó con 55. Si Djokovic mejoró y llegó incluso a ganar el tercer set en el tie-break fue por pundonor, pero en ningún momento llegó a estar dentro del encuentro. De hecho, contra Sinner no tuvo ni una sola oportunidad de break.
La confesión de Djokovic
“Excepto en el día de Mannarino [en octavos de final], no he jugado ningún partido al nivel habitual que suelo mostrar en Australia. No me he sentido bien en el torneo, llegar a semifinales está bien, pero esperaba ofrecer un nivel mucho mayor. Ha sido uno de mis peores partidos”, aceptó Djokovic tras su primera derrota en Melbourne desde 2018, la primera en la fase decisiva del torneo. Hasta este viernes el serbio había llegado 10 veces a semifinales y las 10 veces había acabado levantando el trofeo. Se rompió la racha.
Entre los motivos de su extraña derrota se puede advertir -o no- el inicio del ocaso a sus 36 años o un mal estado de forma, pero posiblemente tiene más que ver la lesión en la muñeca derecha que sufrió en el primer torneo del año, la United Cup.
También es cierto que Sinner, el tenista más inspirado del circuito, le ha tomado la medida. En los últimos cuatro enfrentamientos, contando las ATP Finals y la Copa Davis le ha derrotado tres veces, un balance insólito entre Djokovic y un joven. El italiano, el primero de su país en disputar la final de este Grand Slam, se enfrentará al vencedor del duelo entre Daniil Medvedev y Alexander Zverev.