Ding y Nepo jugan una partida diabólica mientras se filtran los secretos del primero en internet

Ding y Nepo jugan una partida diabólica mientras se filtran los secretos del primero en internet

Actualizado

El gran maestro chino desperdició la oportunidad de firmar una obra maestra contra el ruso, que logró las tablas y sigue por delante

Ian Nepomniachtchi (d) Ding Liren (i).RADMIR FAHRUTDINOVEFE

La octava partida jugada en Astaná es de las más endiabladas que se han jugado en un Mundial de Ajedrez. Después del dramático desenlace de la anterior, se esperaba con verdadero interés cuál sería el estado anímico de Ding Liren. ¿Se habría recuperado del desastre del martes? No sabemos qué esconde dentro de su cabeza, pero el gran maestro chino apareció con un cuchillo entre los dientes. Llegó dispuesto a matar y estuvo a punto. Tampoco anduvo lejos de hacerse el harakiri.

El duelo acabó en tablas y el Mundial sigue liderado por Ian Nepomniachtchi (4,5-3-5), quien reconoció que tuvo “mucha suerte” y que le funcionó un “farol” que coló después en posición desesperada. En realidad, el ruso ganó mucho más que medio punto, porque mientras la partida estaba en juego, alguien hizo un descubrimiento sorprendente en internet. En la plataforma Lichess hay almacenadas varias partidas, jugadas en el último mes, entre dos desconocidos que practicaban la misma línea de apertura que se vio sobre el tablero en Kazajistán.

La teoría más consistente –Hikaru Nakamura, Daniil Dubov y otros grandes maestros la respaldan- es que los pseudónimos tapan sin demasiado éxito los nombres de Ding Liren y su nuevo entrenador, Richard Rappaport. Cuando le preguntaron después de la partida, el primero sonrió e hizo como que no sabía de qué le hablaban. Y quizá aún no lo sabía. No se escondió cuando le preguntaron por las oportunidades perdidas. “Duelen mucho y ahora me siento muy cansado, pero quedan seis partidas y veremos qué ocurre”, declaró con su genuina mezcla de sinceridad, desamparo y fortaleza.

Si la filtración es real, en cualquier caso, ha sido una torpeza enorme dejar semejante rastro. Tampoco es la primera vez que vivimos algo parecido, pero ahora el equipo ruso tiene a su disposición un buen número de partidas que pueden dar innumerables pistas sobre los secretos que guarda en su arsenal el gran maestro chino. La propia plataforma salió al quite para explicar que es posible jugar en privado aunque los participantes estén a miles de kilómetros. Ding y Rapport no fueron tan precavidos o no supieron hacerlo.

Oportunidad única

Ya veremos las repercusiones que tienen estos hechos y cómo reaccionan ambos equipos, pero antes hay que analizar las consecuencias que tendrá la apasionante partida celebrada este jueves. En la jugada número 12, Ding saltó a la yugular de su rival y sacrificó un alfil, pero Nepomniachtchi reaccionó con frialdad, ya que conocía la línea, como confirmó después. Aceptó el regalo con la intención de devolverlo con cierta ventaja, como mínimo estructural. Si no moría a corto plazo, su plan de jubilación era superior.

Tres jugadas después, Ding ya estaba consumiendo tiempo como si el mañana fuera una serie de Netflix. Ambos podían estar haciendo algo de teatrillo o tratando de recordar las ramificaciones casi infinitas que ofrecía la posición. Anish Giri apostaba a que Nepo estaba fingiendo: “Si lo ves mirando arriba, es una señal típica de estar fingiendo que lo llevas preparado”. La partida de ajedrez cada vez se parecía más a una de póker, aunque el ruso, siempre gesticulante, escondía peor sus emociones.

Lo que ocurrió en realidad, según Nepo, es que olvidó un par de detalles y se quedó perdido. También fue “demasiado ambicioso y optimista” en algún momento, lo que no le costó la partida de milagro.

En los instantes finales, ya con el candidato chino desmoralizado y luchando casi por las tablas, Ding hizo su jugada 40 cuando le quedaban menos de diez segundos. Las manos temblorosas, la cabeza llena de fantasmas, la presión del momento… Pese a todo, luego mantuvo la cabeza fría y se conformó con las tablas. Lo contrario habría sido el peor error de todos. Al ruso hay que aplaudirle la valentía de permitir que le jugaran una apertura tan arriesgada, cuando lo pudo impedir, y sus recursos cuando se supo perdido.

El empate llega después de cinco juegos decisivos, pero el espectáculo fue incluso mayor que en días anteriores. Se sucedieron las alternativas y se jugaron tres partidas en una. Hubo errores, por supuesto, quizá demasiados, pero también vimos el planteamiento más arriesgado que se recuerda en un Mundial de Ajedrez. Si Nepo no remata a Ding en alguna escaramuza y si la filtración de hoy no acaba con sus aspiraciones, nos quedan media docena de asaltos apasionantes y quién sabe si unas partidas de desempate de infarto.

kpd