El 13 de febrero de 2013, el atleta mató a su pareja, la modelo Reeva Steenkamp, de 29 años, disparando cuatro veces a través de la puerta del baño
Oscar Pistorius en un juzgado de Pretoria.Siphiwe SibekoAP
Las autoridades penitenciarias de Sudáfrica concedieron este viernes la libertad condicional al famoso atleta sudafricano Oscar Pistorius, en prisión desde 2014 por haber matado un año antes a su novia, la modelo Reeva Steenkamp.
“El Departamento de Servicios Penitenciarios (DCS) confirma la libertad condicional para Oscar Leonard Carl Pistorius, efectiva a partir del 5 de enero de 2024”, señaló esa institución en un comunicado, después de que se celebrase una audiencia a puerta cerrada en la prisión de Atteridgeville, en Pretoria.
En la noche del 13 de febrero de 2013, el atleta mató a su pareja, la modelo Reeva Steenkamp, de 29 años, disparando cuatro veces a través de la puerta del baño de su habitación, en su residencia de Pretoria.
Detenido a primera hora de la mañana siguiente, negó haber matado a la joven en un ataque de rabia, y aseguró haberla confundido con un ladrón.
‘Blade Runner’, como se le conocía por sus prótesis de carbono, fue condenado a cinco años de cárcel por homicidio involuntario tras un primer juicio en 2014.
La fiscalía reclamó sin embargo la recalificación en asesinato y, en 2017, la Corte Suprema de Apelaciones, lo condenó a más de 13 años de reclusión.
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EDUARDO J. CASTELAO
Enviado especial
@EJCASTELAO
Oslo
Actualizado Domingo,
15
octubre
2023
-
22:46Ver 4 comentariosUn gol de Gavi certifica...
Que París no se acabe nunca, debió de pensar el Barça porque allí, en el Parque de los Príncipes, se agigantó, superó sus demonios ante un PSG tan letal como inconsistente. Fue más resistente y también más valiente para salir vivo de una eliminatoria que se antojaba una trampa mortal y que, sin embargo, le da ligera ventaja en el camino hacia las semifinales. [Narración y estadísticas (2-3)]
Creyó el Barça que se podía vivir cómodamente ante Mbappé y su tropa en unos cuartos de la Champions. Incluso que se le podía hacer daño. Lo sintió después de 20 minutos en los que se hormigonó y fue viendo cómo no tenía enfrente un rival imbatible. Lo detectó Raphinha cuando aprovechó un pase larguísimo de Ter Stegen para provocar el error de un tembloroso Donnarumma y obligar a Lucas Beraldo a rebañar lo que ya parecía el primer gol.
Son mortales y en las transiciones tenían los azulgranas un arma que iban a explorar mientras el PSG probaba con disparos lejanos de Lee o Asensio, dos apuestas de Luis Enrique, y Mbappé no sacaba ventaja de sus endiabladas carreras hacia el área. Le aguantó el primer mano a mano Araújo con la ayuda de Koundé y entre todos consiguieron que la movilidad que generaba en el ataque junto al mallorquín y a Dembélé fuera estéril. No presentó el astro francés sus credenciales a ser decisivo en los próximos Clásicos de LaLiga.
Cubarsí, frente a Mbappé
Desde esa solidez, el Barça creció. No será con el purista ADN culé, pero sí con una eficacia que le hace sostenerse en los partidos. Nuno Mendes salvó bajo palos el remate de Lewandowski en un saque de córner y Raphinha, ante las dudas del guardameta, probó desde la frontal. Le habían cogido la medida a los parisinos con una presión y una aceleración precisa desde los costados que emborronar el plan de Luis Enrique.
El polaco desquiciaba a los centrales y Lamine Yamal encontraba los espacios en la orilla para desequilibrar, lo mismo que Raphinha. Si el peligro del PSG podía llegar casi desde cualquier parte, el del Barça, también. Hasta emergió la figura del púber Pau Cubarsí para graduarse en un gran escenario europeo plagado de estrellas. Primero viendo solo a Lewandowski, que se revolvió en el centro del campo y encontró a Yamal, otro cuyo descaro le llevó a probar con un centro que Donnarumma interpretó como un disparo y su salida en falso dejó a Raphinha la portería vacía para adelantar al Barça. Si en Cubarsí nació ese gol, en el jovencísimo central tuteó a Mbappé primero en estático y después en carrera.
Con ese chute de confianza se fue el Barça al descanso. El marcador era corto y justo, tanto que se nubló en los cinco primeros minutos de la segunda parte. Sin casi colocarse sobre el césped, apareció Dembélé, se apoyó en la carrera hasta línea de fondo de Mbappé y el remate del ídolo francés lo escupió Araújo a los pies de su ex compañero. Recortó a De Jong y cruzó un disparo incontestable.
Los futbolistas del Barça celebran un gol ante Mbappé.AFP
No se había recompuesto el Barça y en esa descomposición encontró hueco Vitinha en el área para marcar el segundo tanto y Barcola para estrellar el tercero en palo. Necesitaba el Barça salir de las cuerdas y Xavi no lo dudó. Para sobrevivir en París había que ser valiente y generar en el rival las mismas dudas de por dónde llegaría el peligro que sus jugadores estaban acusando. El mejor para este ejercicio de prestidigitación era Pedri.
Ni las semanas de lesiones hacen que pierda su diálogo con la pelota. La primera que tocó acabó convertida en un globo que sorteó la defensa parisina y Raphinha cazó en un remate acrobático. El Barça se levantaba con la magia del canario y el duelo se enloquecía. Barcola probó con un mano a mano del que salió ganador Araújo y, otra vez Dembélé, rey del caos, se estrelló en el poste. La respuesta la dio Joao Félix con un centro raso que iba a embocar Ferran Torres cuando apareció Nuno Mendes. Nadie tenía miedo, como si no hubiera un partido de vuelta, como si nada pudiera perderse. Entonces Gündogan telegrafió un saque de esquina a la cabeza de Christensen al segundo palo para agigantar al Barça en una eliminatoria muy viva.