Chus Mateo vs Roger Grimau: dos palizas, dos estrenos en la final y ya muchas cuentas pendientes

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Esta tarde (18.30 h., Movistar Plus+) en el Martín Carpena, Real Madrid o Barça, Barça o Real Madrid, reconquistarán la Copa del Rey. Regresa la tendencia al torneo de las ‘no sorpresas’, al que Unicaja rescató de la rutina hace un año en Badalona. De las últimas 10 finales, 15 fueron clásicos y los cuatro últimas cayeron del lado culé. Un final en la que los azulgrana buscarán igualar a los blancos en el palmarés histórico, 27 copas para uno, 28 para el otro.

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Pero era el Barça de Jasikevicius aquel. Y el Real Madrid de Pablo Laso. Este domingo un entrenador se estrenará en el palmarés copero. Chus Mateo o Roger Grimau, que ya fueron campeones, uno como asistente y el otro como jugador. Dos técnicos tan distintos en trayectoria, quizá tan iguales en maneras, el perfil bajo y los gritos tampoco demasiado altos. De los de mejor convencer que imponer.

“Estos jugadores me quitan muchos problemas y el mérito es de ellos. Tienen ambición, tienen ganas, tienen hambre, transmiten a sus compañeros que quieren ganar y es un trabajo que me ayuda mucho”, concedía el sábado el madrileño a sus pupilos tras la paliza al Valencia, 55 años recién cumplidos, toda una vida en los banquillos desde el colegio Agustinianos. “Hemos tenido una buena dinámica y buen juego en las últimas semanas”, admitía el catalán tras desplumar al Lenovo Tenerife con ese segundo cuarto para la historia (40-8), una década menos que su rival, toda una vida en las canchas hasta su retirada en 2015, de estreno en el club de su vida y con una oportunidad de hacer historia a la primera: si consigue el título entraría en la lista de los elegidos que la lograron como jugador y técnico junto a nombres tan legendarios como Clifford Luyk (10), Lolo Sainz (8), Pablo Laso y Eduardo Kucharski (7), Fernando Font (6), Jasikevicius (5), Freddy Borrás e Ignacio Pinedo (3) y Velimir Perasovic (2). Para Grimau, tres en la cancha, sería la cuarta Copa del Rey.

Antes de entrenar al Madrid, Chus Mateo ya se había estrenado en la Copa como principal. Pero su único partido había sido una derrota. Fue en el Sant Jordi de Barcelona en 2011. Su Unicaja, en el que duró unos meses -sus otras únicas experiencias al mando fueron en Fuenlabrada y en el Shanxi Zhongyu de China-, cayó en cuartos ante el Cajasol de Joan Plaza, en la misma edición que iba a suponer el gran Rubicón de la era Laso, pues Carroll, Llull y compañía rompieron entonces una racha de 19 años para que el Real Madrid reconquistara el título.

El año pasado también fue amargo. Aunque derrotó al Valencia en cuartos en Badalona, en semifinales acabó perdiendo -y acaparando la crítica- ante en Unicaja.

Será la quinta vez que se vean las caras Mateo y Grimau, todas este curso. En la final de la Supercopa Endesa, en Murcia, allá por septiembre, triunfó el Real Madrid (80-90). Como también lo hizo en las dos siguientes ocasiones, ambas en octubre, ambas en el WiZink. 86-79 en Liga Endesa y 65-64 en Euroliga. Pero en la cuarta fue la vencida para el barcelonés, de nuevo en Europa, cuando en enero al fin derrotó al Real Madrid (83-78), el último precedente.

Y, en fin, será un duelo con muchísimo morbo. Con Willy Hernangómez ante su ex equipo y ante el poderío de Tavares y Poirier. Lo mismo Hezonja pero al revés. O Laprovittola. Tantas cuentas pendientes. Todas en una final. La última vez de ambos en el Carpena, Llull decidió sobre la bocina. Nada menos.

kpd