El resultado refleja todo el trabajo que han hecho Diego y Florian durante esta mini campaña de tres años, cuando empezaron a navegar juntos. Hace unos meses estuve con Diego y Iago (López Marra) hablando sobre la mala suerte que tuvieron en Tokio, a donde llegaron como una de las mejores parejas. Después de eso hubo un cambio de tripulante, llegó Florian por Iago y han seguido siendo una de las tripulaciones más fuertes. Ahora mismo están tocando el cielo, así que cuando aterricen, que aterricen poco a poco. Que lo celebren bien celebrado.
Creo que su victoria es muy merecida por todo lo que han sufrido en unas condiciones que no les beneficiaban nada. En la Medal Race se ha visto que con condiciones más estables hubieran dominado más y hubieran llegado a la última regata con mucha más distancia sobre el segundo. Han tenido que luchar contra la presión de saberse favoritos, contra la presión de la decepción de los últimos Juegos y contra la presión del viento, porque navegar en esas condiciones no se lo aconsejo a nadie. Es lo peor que le puede pasar a un regatista, que las condiciones del viento sean una especie de lotería donde todo tu trabajo se puede echar por tierra. Siempre prefieres unas condiciones estables de navegación.
Han sido unas condiciones de viento muy complejas y se han sabido sobreponer a todo eso. El colmo ha sido la Medal Race, que estaba programada para el jueves, se anuló dos veces, tuvieron que empezar de cero y psicológicamente eso es difícil, lo tienes que asimilar. Para mí, chapeau por ellos. Ahora mismo deben de tener una alegría enorme por ser medalla de oro, por haber conseguido lo máximo con todo lo que han luchado y sufrido. No puede haber una sensación mejor.
Que mantengan la cabeza fría, y conociendo a Diego sé que lo va a hacer porque no es una persona que se venga arriba, es humilde y no alardea de sus triunfos. Están tocando el cielo.
*Luis Doreste participó en cuatro Juegos Olímpicos y ganó dos medallas de oro en la clase 470 de vela. Una en Los Ángeles 1984 y otra en Barcelona 1992.