Mats Wilander, tres veces campeón de Roland Garros: “Yo también salía con mis amigos, como Alcaraz”

Actualizado Lunes, 26 mayo 2025 - 23:39

Mats Wilander (Växjö, Suecia, 1964) no para en Roland Garros. Ahora entrevista a la española Jessica Bouzas después de su victoria en la Suzanne Lenglen; ahora corre hacia el puesto de comentarista de Eurosport y Max, que emite todo los partidos del torneo; ahora se fotografía frente a la Philippe Chatrier con unos aficionados que le cuentan que estuvieron presentes en su último título, el tercero, en 1988. Está en su salsa; está feliz. A sus 60 años, desciende a saltos las escaleras que bajan a la sala de prensa y, en conversación con EL MUNDO, reconoce que se siente aún en plenitud.

«Mentalmente soy un veinteañero. El año pasado cumplí 60 y fue muy importante para mí porque ya he vivido más que mi padre. Mi padre murió en 1990 a los 59 años y yo pensaba que era un anciano. Para mí tener 60 años y sentirme así es todo un éxito», cuenta y, tan metido en el papel de analista como está, empieza rápido a hablar sobre Carlos Alcaraz, Jannik Sinner y lo que vendrá.

¿Lloró durante el homenaje a Rafa Nadal?
Fue emocionante para todos. Hay que destacar que lo que hizo Nadal aquí en París, ganar 14 veces, fue único y no sólo en el tenis. Puedes buscar en cualquier deporte y te apuesto a que no hay nadie que haya dominado tanto como Rafa aquí, en Roland Garros. Es inhumano, es imposible.
Entonces, no se imagina a un Alcaraz con los mismos títulos.
Es injusto colocarle en esa comparación y él tampoco debería hacerlo. Ha ganado cuatro Grand Slam con 22 años, pero para llegar a los números del 'Big Three' tendría que seguir a este ritmo hasta 2037 o 2038. ¿Te imaginas a ti mismo en 2038? Es una trampa para él.
¿Alcaraz se parece en algo a usted?
Lo único en lo que nos parecemos es que él también es un tipo tranquilo, que quiere vivir dos vidas, la vida de un tenista y la vida de un joven normal que sale con sus amigos. En eso, nos parecemos. En la pista, en nada. Carlos se controla más y es mucho mejor en términos de tenis, de técnica, de golpes. Me gusta su estilo, pero como tenistas somos distintos.
Si el Wilander de los años 80 se enfrentase a él, ¿Cómo le ganaría?
En el vestuario. Me pasaría meses haciendo pesas, poniéndome fuerte para intimidarle y que no quisiese jugar contra mí. Ahora en serio: mi mejor yo no habría ganado a Carlos. Los tenistas de hoy son mucho mejores de lo que éramos los tenistas antes. Es otro deporte. Lo único que podría haber hecho es jugar sin errores y esperar a que él fallase.

"Su mayor rival es él mismo"

Hablaba de la vida de un joven normal. ¿Es posible mantenerla y ganar muchos Grand Slam?
Es posible, Carlos ya lo ha hecho. Tiene el talento para conseguirlo. Yo también salía con mis amigos y luego conseguía victorias sobre la pista. Los tenistas son personas y tienen sus caracteres, sus necesidades, sus inquietudes. Alcaraz enfoca el tenis de una manera distinta a Rafa o a Novak y eso es algo muy personal. Veremos con los años si le funciona.
¿Le ve celebrando su segundo Roland Garros consecutivo?
Por supuesto, es el gran favorito. Tiene un rival que se llama Jannik Sinner y otro aún más fuerte que se llama Carlos Alcaraz. A veces no entra en los partidos como debería, eso es cierto. Pero si hacemos la comparación con el 'Big Three', a su edad nadie lo ganaba todo. Federer perdió aquí una vez contra Kuerten en segunda ronda, por ejemplo. En tierra batida, Alcaraz, con los recursos que tiene con su derecha, con su facilidad para hacer dejadas, con su capacidad física... Es muy superior. Además, a cinco sets tiene margen si se despista, no es un problema. Todavía no será un paseo, como lo fue algunos años para Nadal, pero es el favorito.
¿Qué le falta a Sinner?
Sinner llegará a su nivel en tierra batida porque tiene el deseo de mejorar, no se conforma con ser número uno y ganar sobre cemento. Es muy maduro. Eso es importante. De hecho, la final de Roma ya pudo caer para cualquier lado, se decidió en aquel tie-break. Pero ahora mismo necesita aprender a jugar sobre arcilla. Siempre se mantiene sobre la línea, siempre golpea con agresividad y debe encontrar más recursos. En tierra batida no puede atacar tanto porque se expone a errores, debe dar un paso atrás y jugar también desde la defensa.
¿Qué espera de Novak Djokovic?
Tenemos que ser conscientes que este puede ser su último Roland Garros. Cuando pierda la motivación se marchará del tenis y eso puede ocurrir pronto. Necesita ganar algunos partidos aquí y ser competitivo y, luego, creo que su oportunidad llegará en la hierba. En Wimbledon tendrá su mejor opción para ver si puede seguir ganando o no. El torneo de este año en Londres puede ser definitivo para el futuro de Djokovic.

Alcaraz se estrena en Roland Garros con una victoria de oficio ante el engañoso Zeppieri

Actualizado Lunes, 26 mayo 2025 - 14:42

Si su interés en este Roland Garros se centra en las opciones de Carlos Alcaraz puede desconectar hasta la semana próxima. Allí estará, si no fastidia una lesión, en cuartos de final y más allá, mucho más allá. Después del Masters 1000 de Roma quedaban pocas dudas sobre su físico, menos aún sobre su tenis, y este lunes, en su debut en París, quedaron despejadas todas. Ante un rival engañoso, el italiano Giulio Zeppieri, número 310 del ranking mundial con golpes para estar entre los 100 mejores, Alcaraz fue el Alcaraz campeón del año pasado.

Aseguró una victoria rápida por 6-3, 6-4 y 6-2 en una hora y 56 minutos de juego y mostró aquello necesario para dominar el Grand Slam por segunda vez: sus piernas vuelan, su mente también. Parece difícil que los rivales que vienen, como Fabian Marozsan en segunda ronda, le presenten mayores dificultades.

No es que fuera su mejor partido, pero tampoco hacía falta. En los deberes para los días que vendrán, por ejemplo, cierta mejora en su saque, que fue inofensivo. Su juego se mantuvo alrededor del notable, más que suficiente. Las trampas esta vez eran enredarse más de la cuenta, precipitarse o descentrarse y no cayó en ninguna de ellas. En otros torneos, en otros lugares, quizá lo hubiera hecho.

Thibault CamusAP

Zeppieri se presentó como un adversario incómodo, incluso extraño, más siendo zurdo. Pese a su bajísimo ranking, ya se había enfrentado a Alcaraz, ni más ni menos que en unas semifinales, en el ATP 250 de Umag de 2022. Es cierto que entonces el español apenas era un adolescente, pero le consiguió arrebatar un set y complicarle la victoria. Esta vez pretendía lo mismo. Directo en el servicio y ante cualquier bola que se le pusiera delante, Zeppieri buscaba amenazar con sus golpes planos -especialmente con su revés- y que Alcaraz se equivocara. Si olvidaba su juego y entraba al trapo, podía dejarse en la pista unos minutos muy valiosos, pero no lo hizo. El español trabajó los puntos, alargó los intercambios, disfrutó en la red y construyó su triunfo como debía, con un 'break' por set cuando hacía falta.

"Ha sido un partido muy solido. La primera ronda de cada torneo nunca es fácil. Y llegar como vigente campeón la hace todavía más difícil. Pero he empezado bien. He intentado estar concentrado en mi tenis, en mi ritmo, y espero jugar mejor en la siguiente ronda", analizó el actual número dos del mundo, que también confirmó que apoyará al PSG en la próxima final de la Champions -en las gradas de la Suzanne Lenglen había varios jugadores, como Achraf Hakimi y Joao Neves- y valoró el éxito de su documental en Netflix: "Muestra mi vida, que es una vida bastante normal. Cuando estoy en casa intento apagar el tenis y vivir como yo mismo, como persona"

Lo que no se vio del homenaje “perfecto” a Nadal: las chuches de su familia, el “¡choca esos cinco!” de su hijo y la broma de Murray con el Real Madrid

Actualizado Domingo, 25 mayo 2025 - 23:11

Hacía una hora que el homenaje a Rafa Nadal en Roland Garros había finalizado y varios familiares del 14 veces campeón seguían en el palco de la Philippe Chatrier, charlando, riéndose, secándose las lágrimas, compartiendo unas bolsas de chucherías. Tantas celebraciones habían vivido en esos asientos que se resistían a abandonarlos: necesitaban su propia despedida. Allí estaba el tío Toni, a quien su ex pupilo dirigió un especial agradecimiento en su discurso. Allí estaban los primos que tanto enervan a Nadal, según confesó ante millones de personas. Y allí estaban sus padres, más callados que el resto, digiriendo la emoción.

A esas horas, antes de que empezara la sesión nocturna, ya se habían marchado sus abuelas Isabel y María Ana, de 94 y 92 años, que visitaban la pista por segunda vez: la primera fue el año pasado en el último partido en París de su nieto. Demasiado tute para ellas, demasiada emoción, más después del recuerdo de su nieto a sus respectivos maridos, los abuelos.

Caía el sol en París y mientras muchos de los suyos continuaban entre las gradas, Nadal disfrutaba en las entrañas de la pista de la compañía de su hijo y de sus rivales y amigos. El pequeño Rafa Jr. entretenía a su padre, Roger Federer, Novak Djokovic y Andy Murray en una escena crepuscular para ellos y para todos. Nos hacemos mayores. El pequeño de dos años y medio lanzó «choca esos cinco» a cada uno mientras Djokovic le premiaba en castellano: «¡Qué fuerte estás!». Luego los cuatro departieron durante unos minutos, Murray bromeó sobre la victoria del Arsenal sobre el Real Madrid en cuartos de final de la Champions -después de la eliminación ya envió un mensaje de Whatsapp al español: «¿Cómo te va la vida, Rafa?»-, se hicieron fotografías para la historia y, pronto, reclamaron a Nadal. Le tocaba un paseillo, un último paseíllo, ante los micrófonos de todo el mundo.

Christophe EnaAP

«Los cuatro hemos demostrado que a pesar de nuestra rivalidad podemos ser amigos. Nuestro legado es ese, que hay cosas más allá de los resultados», agradeció Nadal que después del acto estaba eufórico, pletórico, feliz. Antes, lo confesaba, andaba nervioso porque este tipo de actos no son lo suyo: «Sigo siendo un poco tímido, todavía no me gusta ser el centro de atención, pero lo he disfrutado mucho».

Los nervios de Nadal

El español apareció en el recinto de Bois de Boulogne cinco horas de que empezara el acto y aprovechó la larga espera para comer con la directora de Roland Garros, Amelie Mauresmo, y el presidente de la Federación Francesa de Tenis, Gilles Moretton y repasar con ellos los detalles de lo que ocurriría después. El público se amontonaba por donde pasaba y él regalaba fotografías y autógrafos, pero todavía se le notaba preocupado.

Había preparado unas frases en francés para el público de París y eso le inquietaba. «Gracias Francia y gracias París. Me habéis ofrecido emociones que nunca pude imaginar. Me habéis hecho sentir un francés más», proclamó finalmente, con éxito. Sabía que la organización le guardaba una sorpresa, lo que finalmente fue la placa con su pisada que se quedará sobre la tierra batida de la Philippe Chatrier, y eso también le agitaba. «Pensaba que era para este año, pero no puedo explicar lo que he sentido cuando me han dicho que era para siempre. Es un honor increíble», aceptó sobre el reconocimiento para toda la vida.

DIMITAR DILKOFFAFP

«Ha sido un homenaje perfecto, no puedo imaginar un día más emocionante que este. Le he dado las gracias a todos los que han participado», anunció y reconoció que últimamente no tiene tanta memoria como antes y de ahí que se dejara un papel de su speech. Cuando le tocaba dar las gracias a su mujer, Mery, descubrió que le faltaba texto y no le quedó más remedio que admitirlo: «Me falta una página, pero no lo necesito». Hubo humor, hubo intriga. Pero en unos segundos, su responsable de prensa, Benito Pérez Barbadillo, dio con el folio extraviado y se lo hizo llegar a través de una voluntaria.

Ahora, ya cerrada la necesidad de su despedida como deportista, le toca buscar nuevas motivaciones, nuevas distracciones, una nueva vida: «No he tocado una raqueta desde que me retiré y ahora mi rutina es que no tengo rutina. No echo de menos el tenis. Estoy bien, estoy feliz. He perdido ese instinto competitivo. Me dedico a cuidar de mi familia y estoy descubriendo qué me motiva».

Roland Garros regala a Nadal la despedida que le faltaba: “Me habéis hecho sentir como si fuera francés”

Actualizado Domingo, 25 mayo 2025 - 19:51

Vendrán otros tiempos, las vidas se vivirán de otra manera y quedará el recuerdo del ser humano que fue Dios en la tierra, en la tierra batida. Cada día se hace historia en el deporte y hay mucho de hipérbole, más de tópico, pero aparece Rafa Nadal en la Philippe Chatrier y pensar en el futuro es inevitable. ¿Su figura se difuminará cuando pasen las décadas? Parece imposible. En el 20 aniversario de su debut, este domingo, Roland Garros, uno de los cuatro torneos más importantes del planeta, se rindió a los pies del tenista que lo dominó hasta en 14 ocasiones.

Desde la presentación del 'speaker' Marc Maury hasta su salida con su hijo Rafa Jr. a hombros, hubo 48 minutos de honores al español allí donde fue cuestionado durante un tiempo, odiado alguna vez y querido finalmente, amado hasta las trancas. Como ya demostró el año pasado en su último partido, el público francés ha acabado abrazando a Nadal como si fuera propio porque al fin y al cabo es propio; la leyenda que se construyó sobre su arcilla.

Primero, discurso; después sorpresas

El acto empezó con una ovación, como no podía ser otra manera. Los aficionados presentes se vistieron con camisetas marrón tierra batida que había repartido la organización por las gradas -con el emblema ‘Merci, Rafa’ en la pechera- y todos se pusieron en pie para aplaudir durante más de cinco minutos la entrada de Nadal a la pista. Entonces cayeron sus primeras lágrimas, pero habría más.

En un largo discurso, el ex tenista agradeció su apoyo a la afición -en francés-, sus amigos, a sus patrocinadores y a su familia con momentos realmente curioso. Hubo mención especial para su tío Toni, hubo broma a sus primos -"a vosotros no os agradezco nada", se perdió la página con el discurso dirigido a su mujer Mery -"no pasa nada, no necesito la página"- y hubo un sentido recuerdo a sus abuelos fallecidos. En todas las paradas Nadal estuvo a borde del llanto, pero aguantó hasta el cierre. "Me habéis hecho sentir como si fuera francés. Aquí dejó mi corazón y mi alma", finalizó en francés dirigéndose al público, nuevamente conmovido.

Después llegaron las sorpresas de la organización. Primero aparecieron los recogepelotas para aplaudirle, luego todos los responsables del torneos con la misma misión y las gradas se vinieron abajo con el anuncio de sus rivales. Todos los presentes sabían que aparecerían Roger Federer, Novak Djokovic y Andy Murray -incluido el propio Nadal-, pero igualmente fue un instante precioso. Después de tanto, después de todo, los cuatro ahí, en la pista, trajeados, repartiéndose abrazos y bromas. "Hemos demostrado que podemos ser amigos pese a ser rivales", proclamó Nadal, que al final recibió un trofeo único y un último honor: una placa con su pisada quedará para siempre en la Philippe Chatrier. En el cierre, el homenajeado dio una última vuelta de honor y se marchó con su hijo en brazos.

La presencia de Gasol o Alcaraz

¿Fue el mejor homenaje posible ? Dirá cada uno. Fue emocionante, fue bonito y fue "sencillo", como él mismo había reclamado a la organización. Desde que le propusieron el acto el pasado diciembre en una visita a su casa en Mallorca, el español había pedido poca fanfarria y apenas hubo. Con toda su familia presente, Nadal sintió el amor de la afición francesa, de familiares, de amigos como Pau Gasol y Carlos Alcaraz y hasta del cielo, que quiso brillar después de horas de lluvia.

París, no hay que olvidarlo, no lo hizo Nadal en su discurso, ya hizo le hizo el mejor homenaje posible concediéndole el último relevo de la antorcha en sus Juegos Olímpicos. Sólo faltaba el tributo de la Philippe Chatrier y fue como tenía que ser. Vendrán otros tiempos, las vidas se vivirán de otra manera y quedará para siempre la historia de Rafa Nadal en Roland Garros, Historia en mayúsculas.

Carlos Alcaraz, su concepto de la amistad y lo que está mal de su documental de Netflix: "Quería dejar el tenis porque estaba solo"

Carlos Alcaraz, su concepto de la amistad y lo que está mal de su documental de Netflix: “Quería dejar el tenis porque estaba solo”

En la biografía de Carlos Alcaraz queda un capítulo por explicar. Su idilio con el tenis se ha narrado muchas veces: del niño que jugueteaba con la raqueta todo el día por las pistas de la Real Sociedad Club de Campo de Murcia al adolescente que asombró al mundo. Su ascenso siempre se narra directo, sin paradas, de la infancia al éxito. Pero no fue así. Durante unos meses, Alcaraz quiso dejar el tenis y dedicarse a otro deporte.

Para saber más

Lo recuerda Alfredo Sarriá, entrenador y coordinador de su club, ahora rebautizado como Carlos Alcaraz Academy: "Carlos tenía 13 años, cambió de categoría, se quedó sin grupo de entrenamiento y en muchas clases estaba solo. Estuvo una temporada así. Al mismo tiempo había empezado a jugar al fútbol sala, era el pichichi del equipo y los compañeros de la escuela le iban a animar. Recuerdo que decía: ‘Quiero dejar el tenis y pasarme al fútbol sala. Aquí ganó un punto, miro alrededor y no hay nadie. En el fútbol sala estoy con mis amigos’. Por suerte, su padre le animó a seguir y, bueno, el resto es historia".

Las dudas de adolescencia de Alcaraz hoy no son más que una anécdota, pero demuestran una máxima: necesita estar arropado. Más allá de lo tenístico, que revalide su título de Roland Garros, el Grand Slam en el que debuta este lunes ante Giulio Zeppieri, depende de que sienta el amor de los suyos. En un circuito repleto de jugadores que viven en Montecarlo o Dubai y viajan con sus entrenadores y, como mucho, sus parejas, Alcaraz todavía reside en El Palmar y moviliza a todo su entorno para los torneos.

Un paseo por Roma

Su hermano Álvaro es su sparring; su amigo íntimo Fran Rubio se ha incorporado este curso a su equipo como fisioterapeuta; sus padres no fallan en su palco; y en las gradas, siempre que pueden, animan sus colegas. Estuvieron muchos en Barcelona, donde fueron los más ruidosos, otros pocos en Montecarlo y estarán todos los que puedan en la Philippe Chatrier si todo va bien. En su entorno aseguran que su reivindicación en el documental de Netflix ‘A mi manera’ se entendió mal: no eran ganas de fiesta, eran ganas de seguir en su mundo. El tenis le exige una vida solitaria, pero él se resiste. Más importantes que las noches en Ibiza, eran las mañanas en el piso de sus padres, donde todavía duerme, aunque se ha comprado una casa cerca. "Nunca se sabe qué pasa en el futuro, pero a corto plazo es imposible que se vaya a vivir a otro sitio", comentan. La semana pasada en el Masters 1000 de Roma, de hecho, una de las cosas que más disfrutó Alcaraz fueron sus visitas al Coliseo y la Fontana di Trevi junto a dos amigos.

Roberto RamacciaEFE

"Los tenistas se acostumbran a viajar desde pequeños y algunos generan pronto un desapego, pero Carlos siempre ha necesitado ese vínculo con los suyos. Cuando estaba fuera, llamaba a familiares y amigos cada día. Tuvimos que trabajar su marcha a Villena para entrenar con Ferrero como una renuncia personal, aunque no dudó en hacerlo", analiza Josefina Cutillas, psicóloga deportiva de Alcaraz durante su adolescencia en Murcia, que añade: "Ha humanizado el deporte de élite. Tiene muchas cosas a su alcance, pero sabe que su felicidad no está en otro sitio que con su gente".

El mismo peluquero de siempre

Esta misma semana, Alcaraz ha pasado un par de días en El Palmar, lunes y martes, donde apenas tuvo tiempo de nada. Ni tan siquiera sacó un hueco para cortarse el pelo. En algunos hoteles caros en los que se hospeda e incluso en torneos como Wimbledon, el actual número dos del mundo cuenta con servicio de peluquería, pero él sigue recurriendo a un vecino, Víctor Martínez, al que conoce desde hace años. "No es mi cliente, es mi amigo. Voy a su casa a cortarle y también a sus hermanos Álvaro y Jaime. Iba a ir al Mutua de Madrid, pero como al final no jugó hubo que esperar. Por eso en Roma llevaba el pelo tan largo. Nos veremos cuando vuelva de París", cuenta Martínez que empezó con la estética masculina como hobby cuando trabajaba en El Pozo.

CHRISTOPHE PETIT TESSONEFE

"A veces le da por raparse y antes me pedía más degradados, pero en el tenis se llevan cortes más clásicos. En el fútbol es lo más normal, pero en el tenis queda agresivo", analiza quien ha podido ver en directo a Alcaraz en varias ocasiones, como en una Copa Davis. Cuando recibe visitas así, el tenista suele seguir una tradición: él pone las entradas, claro, pero también invita a la cena.

Carlitos, Carlico o Charly

"Carlos siempre va a jugar muy bien en Barcelona y en Madrid porque allí siempre tiene a muchos amigos en las gradas. En otros torneos es más difícil, en Roland Garros se intenta, pero escuchar a los suyos en casa le da un punto más de motivación. Sabe que piden permisos en el trabajo, que se pegan una paliza en coche, que se pagan el hotel y él responde", proclama Sarriá y concluye con una cuestión esencial que flota alrededor de Alcaraz y su gente: ¿Cómo le llaman?

De toda la vida, en su casa le han llamado Carlitos para diferenciarlo de su padre, pero últimamente los amigos le animan a base de gritos de "¡Vamos, Charly!". Por Carlitos responde -así todavía le reclaman muchos-, pero él mismo se autoproclama Charly cuando se anima en voz alta. "Lo de Charly se lo pusieron en Villena cuando se fue a entrenar con Ferrero y muchos amigos le llaman así ahora. En su casa siempre era Carlitos, o mejor dicho 'Carlico', que eso de Carlitos es muy fino para lo que hablamos nosotros en Murcia", concluye el coordinador de la Carlos Alcaraz Academy sobre el jugador que a partir de este lunes buscará su segundo Roland Garros consecutivo.

Alcaraz: "Intento disfrutar y pasarlo bien con mi tenis"

Alcaraz: “Intento disfrutar y pasarlo bien con mi tenis”

Actualizado Viernes, 23 mayo 2025 - 17:57

Carlos Alcaraz aseguró este viernes llegar a Roland Garros sin sentir excesivamente el peso de la defensa del título y "con buenas sensaciones", tras su victoria sobre Jannik Sinner en la final de Roma. "Cada partido contra él es una batalla física, táctica y mental", reconoció el número dos mundial, que puede volver a medirse a su eterno rival en semifinales.

Su primer oponente será el japonés Kei Nishikori, de 35 años, actual número 62 del mundo, tres veces cuartofinalista del torneo. "Sé que viene de tener varias lesiones, pero siempre es toda una leyenda", advirtió Alcaraz. "Intentaré darle alegría a mi juego. Es lo que intento en cada partido: no sentir miedo, no pensar demasiado en ser sólido, sino darle alegría a mi tenis, disfrutarlo, pasarlo bien".

"Me estoy encontrando cómodo y contento con el nivel que estoy alcanzando", reconoció Alcaraz. "Y es verdad que la mayor parte de los partidos siento que dependen de mí, de si encuentro el buen camino y la buena dirección, si soy capaz de disfrutar".

"Espero empezar a un buen nivel", reconoció el tenista español, que posiblemente debutará en la pista Philippe-Chatrier donde el año pasado levantó su primer Roland-Garros, recibido como "el nuevo rey de la tierra batida" (tomando directamente el relevo a Rafa Nadal, que el domingo tendrá un sentido homenaje).

Aunque está en la misma parte del cuadro que Sinner, Alcaraz evitará al menos a Djokovic, que llega a París con el número seis a sus espaldas, y con quien solo se enfrentaría en una hipotética final. El italiano Lorenzo Musetti (a quien también venció en Roma), el noruego Casper Ruud y el norteamericano Taylor Fritz serían sus posibles rivales si logra avanzar.

"Tengo un visión más bien global del cuadro", reconoció Alcaraz, que en el fondo piensa y trabaja ya en un posible enfrentamiento contra Sinner. "Sé que él intentará mejorar, pero hay que pensar que hizo un torneo muy bueno, teniendo en cuenta que llevaba tres meses inactivo, y quizás al final aquejó la falta de partidos".

A la pregunta sobre si se ve un pie por delante de todos sus rivales en tierra batida, Alcaraz aseguró que no se ve en un plano superior y que hay "un gran nivel en el top 30" que deja abierta la posibilidad a sorpresas. Las "buenas sensaciones" a su vuelta a París se leían en el tono "disfrutón" de sus palabras. Alcaraz no torció siquiera el gesto ante las críticas recibidas por el documental en Netflix que, a decir de Nadal, explora demasiado su lado personal y poco su aspecto profesional. "Me gusta salir, como a cualquier chico de 20, 21 o 22 años, y tengo mi lado fiestero. Pero soy un profesional y procuro no perder el foco en el tenis. Me gusta también disfrutar con el tenis".

La suerte sonríe a Carlos Alcaraz en el sorteo de Roland Garros: evita a Zverev, Djokovic o Draper hasta la posible final

La suerte sonríe a Carlos Alcaraz en el sorteo de Roland Garros: evita a Zverev, Djokovic o Draper hasta la posible final

Nadie está a la altura de Carlos Alcaraz y Jannik Sinner. Si el último Masters 1000 de Roma dejó una conclusión fue esa: los dos son favoritísimos para el Roland Garros que arranca este domingo. Pero el camino de uno y otro puede decidir el título. El desgaste será determinante si ambos alcanzan la final y, a priori, después del sorteo celebrado este jueves, el español empieza con ventaja.

Número uno y dos del ranking ATP, mientras el italiano se podría medir con rivales como Alejandro Davidovich -en tercera ronda-, Arthur Fils, Jack Draper,Jakub Mensik, Alex de Miñaur y, ya en semifinales, Alexander Zverev o Novak Djokovic, el español los evitará a todos. En su lado del cuadro las amenazas son pocas: Casper Ruud en cuartos de final y Taylor Fritz o Lorenzo Musetti en semifinales.

Antes no se advierte un rival capaz de derrotar a Alcaraz, aunque aparecen nombres más que conocidos. De hecho, el vigente campeón del torneo debutará el lunes o el martes contra un tenista que llegó a ser finalista en Madrid o Montecarlo, aunque muy venido a menos. Kei Nishikori, a sus 35 años y mermado por las lesiones, será el primero al que se enfrente y luego se podría encontrar con jóvenes como Luca Nardi o Giovanni Mpetshi Perricard, antes de un duelo de octavos de mayor nivel

Allí le esperan Ben Shelton, Lorenzo Sonego o incluso Stefanos Tsitsipas, finalista del torneo hace no tanto, en 2021. En ediciones anteriores su presencia en el cuadro hubiera espantado, pero el griego arrastra una racha nefasta, ha caído al número 20 del ranking mundial y en esta gira de tierra batida no ha pasado de cuartos de final en ningún torneo.

Apoyo al PSG

«Tengo un gran nivel de confianza ahora mismo. Está siendo una gira de tierra batida muy buena, pero este torneo es otra cosa, es el más importante de la gira y uno de los más importantes del año. El año pasado llegué aquí de una manera completamente diferente, sin haber jugado prácticamente partidos en arcilla, pero esperemos que el resultado sea el mismo», comentó Alcaraz en el sorteo del cuadro, donde la mano inocente fue el futbolista Ousmane Dembélé.

En la ceremonia se habló en varias ocasiones de la próxima final de la Champions League que enfrentará al PSG y al Inter de Milán el sábado 31. Alcaraz aseguró que vería el partido "100% seguro" y que animaría al conjunto francés. "Gracias", le contestó Dembélé en castellano.

Badosa, un estreno duro

El azar que sonrió a Alcaraz no fue tan benévolo con la otra tenista española con opciones al título, Paula Badosa. Aún con problemas en la espalda, la actual número 10 del mundo debutará contra Naomi Osaka, una dura rival pese que también acumula dificultades físicas. La japonesa nunca ha alcanzado la cuarta ronda en París, pero el año pasado estuvo muy cerca de batir en segunda ronda a Iga Swiatek, a la postre campeona.

Si vence a Osaka, eso sí, Badosa no deberá medirse a la propia Swiatek o a Aryna Sabalenka hasta una hipotética final. En su camino podría toparse con Mirra Andreeva en cuarta ronda, Jessica Pegula en cuartos de final y Coco Gauff o Madison Keys en semifinales.

Rafa Nadal se sincera a tres días del comienzo del primer Roland Garros desde su retirada: "Nunca he sido esclavo del tenis"

Rafa Nadal se sincera a tres días del comienzo del primer Roland Garros desde su retirada: “Nunca he sido esclavo del tenis”

Actualizado Jueves, 22 mayo 2025 - 11:36

Rafael Nadal es una institución en Francia. Se le quiere como si hubiera nacido a orillas del río Senna y se le admira como si fuera el general Charles de Gaulle. Por ello, el tenista español, a tres días de que dé comienzo el primer Roland Garros tras su retirada, posa en la portada de L'Équipe de este jueves y se sincera sobre su carrera, su vida el tenis actual.

"He sido feliz jugando al tenis, pero también de otras maneras, fuera de las pistas. He trabajado duro en las canchas o en el gimnasio, pero mi vida ha sido mucho más que el tenis (...) He salido con mis amigos, aunque no todos los viernes o todos los sábados. No he sido esclavo del tenis", asegura el jugador, de 38 años.

"He tenido muchos momentos para disfrutar de mi familia, de mis amigos, de la fiesta, del mar, practicar otros deportes. No tengo el sentimiento de haber sacrificado nada. He hecho lo que sentía, lo que quería y tengo la suerte de tener una vida más allá del tenis", agrega.

Nadal no lamenta haber alargado dos años su carrera, tras ganar en 2022 su último Roland Garros, porque pensaba que entonces podía seguir en la élite, aunque las lesiones acabaron por convencerle de que se retirara.

"Entonces no podía saberlo", afirma el exjugador, que recuerda que antes de ganar en París había logrado el Open de Australia y después estuvo a punto de imponerse en Wimbledon.

Sobre el momento actual, afirma que Carlos Alcaraz y Jannik Sinner están por encima del resto y, en lo referente a la sanción por dopaje del italiano, se muestra convencido que no ha querido engañar y alaba su estabilidad mental. "Pondría mi mano en el fuego", asegura Nadal, que también expresa su respaldo en la justicia deportiva.

El español, que será homenajeado en Roland Garros este domingo, afirma que el de París fue "el torneo más importante" de su carrera y que cada vez que se acercaba esa cita sentía "un nerviosismo" especial.

"Era una adrenalina incomparable. Mi historia con Roland Garros se ha construido con los años. Ha logrado cifras difíciles de imaginar", dice.

Sobre el homenaje, asegura: "Me inquieta un poco porque no se me dan bien estas cosas. No me gustan los homenajes, no necesito este tipo de cosas, no tengo un gran ego. Vivo bien con un poco de anonimato, de tranquilidad".

"Pero entiendo este momento con Roland Garros porque hemos vivido juntos. Estoy muy agradecido y feliz de vivir este momento, de poder decir adiós a toda la gente que me ha apoyado, de agradecer lo que me han dado durante toda mi carrera, sobre todo los últimos años. Me he sentido apreciado y querido en París, en Francia en general, es algo inolvidable", agrega.

Nadal cree que será "difícil" que alguien repita sus cifras en Roland Garros, pero matiza: "Si yo lo he hecho, ¿por qué no?".

La celebración en Roma del Alcaraz y una preparación a su manera para asaltar Roland Garros: "Necesito asimilar lo que he hecho"

La celebración en Roma del Alcaraz y una preparación a su manera para asaltar Roland Garros: “Necesito asimilar lo que he hecho”

Antes de marcharse de la pista, con su trofeo del Masters 1000 de Roma en una mano y una botella de moscato Asti en la otra, Carlos Alcaraz lanzó un brindis al cielo que parecía un agradecimiento al público italiano, pero no lo era. En la parte alta de las gradas del Campo Centrale del Foro Itálico, una zona llamada Tribuna Internazionale, había unos cuantos de sus amigos de El Palmar y a ellos iba dirigido el gesto. Luego, como siempre en estas ocasiones, todos juntos se fueron a cenar a un buen restaurante. Pagaba el campeón.

Desde el mismo momento en el que se impuso a Jannik Sinner en la final por 7-6(5) y 6-1, a Alcaraz quisieron situarle ya en París, peleando por su segundo Roland Garros consecutivo, y nuevamente tuvo que reivindicar su manera de hacer las cosas. Una victoria hay que celebrarla. Pensar ya en el Grand Slam sería una tortura. Su estreno en la Philippe Chatrier llegará el próximo domingo y hasta entonces quedan unos días para festejar, desconectar y volver a motivarse. El lunes y el martes estará en Murcia sin entrenar, el miércoles volará a París para atender compromisos como la presentación del torneo oun acto de Babolat y no volverá a coger la raqueta hasta el jueves. «Se qué todos los ojos ya miran a París, pero ahora me toca disfrutar de la victoria con la familia, los amigos y el equipo y tomarme unos días de descanso. Necesito asimilar lo que he hecho», reconoció.

FILIPPO MONTEFORTEAFP

Hubo preguntas sobre Roland Garros en todas sus entrevistas post-partido y en la rueda de prensa, pero es que incluso Sinner nombró la cita en la ceremonia de premios. En un diálogo de buen rollo pese al conflicto generado alrededor de la sanción del italiano -y la ausencia de mensajes de ánimos del español-, le soltó de primeras: «Definitivamente serás el favorito cuando vayamos a París, nos volveremos a ver allí». Quizá era estrategia, una manera de aumentar la presión sobre su rival, pero no dejaba de ser una certeza. «Ahora mismo eres el mejor en tierra batida», aseveró a continuación, otra verdad.

Los puntos decisivos

En el último año natural, Alcaraz ha dominado la arcilla con títulos en Roland Garros y los Masters 1000 de Montecarlo y Roma y finales en los Juegos Olímpicos de París y el Trofeo Conde de Godó. En la superficie que menos premia la potencia en el saque, su tenis poliédrico es inabordable si su mente no le falla. En el Grand Slam, aunque su margen es amplio a cinco sets, quizá pueda equivocarse en alguna ronda temprana, pero si alcanza los partidos decisivos se supone invencible .

En la final del domingo ante Sinner volvió a demostrar que hay días en los que levita. Todo se decidió en unos minutos en el desenlace del primer set y ahí llegó la magia. Hasta entonces, ambos jugadores marcaron sus fortalezas, el número dos del mundo con la derecha y el número uno con el revés. No se hacían daño, cada uno con lo suyo, a veces geniales ambos, a veces erráticos. El esquema de juego de Alcaraz pasaba por alargar los intercambios para molestar con bolas altas y la táctica de Sinner, mejor con su servicio, todo lo contrario. Pero con 6-5, el italiano alcanzó el 15-40 e deshizo la igualdad.

Alessandra TarantinoAP

El peligro era mortal para el español. Si fallaba, si se precipitaba, si no atinaba, llegaría su sentencia. Pero, al contrario, se abrazó a la tranquilidad, jugó, forzó a Sinner a que repitiera errores y salvó la situación. Entonces sólo quedaba el tie-break, donde clavó dos saques directos a la línea y dibujó una volea que merecía un marco. En ese mismo instante, Sinner se rindió: en el segundo set no hubo competencia. El título ya era de Alcaraz, su séptimo título de Masters 1000 y, si sumamos los cuatro grandes, su undécima final ganada de 12 disputadas.

«Estoy muy orgulloso de cómo he enfocado el partido mentalmente. Tácticamente todo ha ido bien, pero sobre todo no he tenido altibajos, me he mantenido en mi mejor nivel durante todo el partido», admitió el español al acabar el encuentro, con ganas de festejar y de volar de vuelta a casa para preparar Roland Garros a su manera.

Alcaraz es de mármol: derrota otra vez a Sinner, levanta el título en Roma y marca el camino para Roland Garros

Alcaraz es de mármol: derrota otra vez a Sinner, levanta el título en Roma y marca el camino para Roland Garros

Ya declinaba la final del Masters 1000 de Roma cuando Jannik Sinner, hombre impasible, se permitió algunos gestos de desesperación: un suspiro, una mirada al cielo. No había nada que hacer. En rondas tempranas de torneos lejanos, Carlos Alcaraz a veces se ensimisma, pero con un título en juego y en coliseos como el Campo Centrale, se torna invencible. Su talento se agiganta, sus piernas se precipitan y, sobre todo, su cabeza se endurece. Cuando eso ocurre, no hay jugador en el circuito que pueda responderle, quizá no lo haya en la historia.

Este domingo ante Sinner, dominador del ranking mundial, campeón de los dos últimos Grand Slam, rival para la próxima década, volvió a demostrar que manda si quiere hacerlo. Al final, 7-6(5) y 6-1 en una hora y 43 minutos de juego. Sobre cemento, entre cañonazos, aún puede sufrir, pero en tierra batida, donde siempre gana el mejor, no quedan dudas. En esta gira ha ganado en Montecarlo y Roma y ha llegado en la final en Barcelona y en la edición de Roland Garros que empieza el próximo domingo si no es campeón sería una sorpresa.

El momento decisivo

La final ante Sinner se decidió en apenas cuatro o cinco puntos, todos en el desenlace del primer set, fueron sólo unos minutos. Hasta entonces, ambos jugadores marcaron sus fortalezas, el español con la derecha y el italiano con el revés. No se hicieron daño. El esquema de juego de Alcaraz pasaba por alargar los intercambios para molestar con bolas altas y la táctica de Sinner, mejor con su servicio, buscaba todo lo contrario. Hasta el 6-5, cada uno hizo lo suyo, a veces genial ambos, a veces erráticos. Pero entonces, Sinner ameritó dos bolas de set con n 15-40 y decantó la balanza.

Andrew MedichiniAP

El peligro era mortal. En un encuentro a cinco sets, ceder el primero no es un drama; en un partido a tres sets, hacerlo es sentencia. Alcaraz tenía que hacer lo que hizo. Al contrario que en otras ocasiones, se abrazó a la serenidad, jugó y forzó a Sinner para que repitiera ciertos errores. Entonces sólo quedaba el tie-break, donde clavó dos saques directo a la línea y cerró el periodo con una volea magistral. En ese mismo instante, convirtió el segundo set un disfrute ante rival ya rendido. El título ya era suyo.

"No he tenido altibajos"

"Estoy muy orgulloso de cómo he enfocado el partido mentalmente. Tácticamente todo ha ido bien, pero sobre todo no he tenido altibajos, me he mantenido en mi mejor nivel durante todo el partido", admitió el español al acabar el encuentro, antes de felicitar a Sinner por haber llegado a la final después de su sanción y de aceptarse como favorito para la próxima cita en París: "Ganar aquí en Roma superando a Jannik es un éxito que me da mucha confianza para Roland Garros, aunque ahora lo único que quiero es celebrar con mis amigos, mi familia y con los amigos que han venido desde España. Después descansaré y ya me podré centrar en el Grand Slam".

Con su triunfo, Alcaraz sumó su séptimo Masters 1000, el primero en Roma, pero sobre todo agigantó una estadística de aquellas que asustan a sus adversarios. A sus 22 años, ha jugado 12 finales entre 'grandes' y Masters 1000 y sólo ha perdido una. En los días decisivos, bajo los focos, se vuelve de mármol, como ocurrió este domingo.