El 'acelerón' del golf hacia sus propios límites: desde 2011 se han visto los seis mejores resultados de la historia

El ‘acelerón’ del golf hacia sus propios límites: desde 2011 se han visto los seis mejores resultados de la historia

Actualizado Lunes, 20 mayo 2024 - 22:20

Desde 1860 hasta la semana pasada se han disputado 468 majors de golf con 233 ganadores diferentes. Ninguno de ellos había sido capaz de traspasar la barrera de los 20 golpes bajo el par hasta que Xander Schauffele dio este domingo, con su victoria en el PGA Championship de Valhalla, un gigantesco salto a la historia estableciendo el registro de -21. Nunca antes un jugador de golf había dominado de tal manera a un campo de golf en un torneo del Grand Slam. Y no es una cuestión de una preparación más benévola del escenario ni de unas condiciones húmedas durante la semana que motivaron unos greenes más receptivos.

Todo condiciona, pero el análisis es mucho más amplio y global. En los últimos meses, las alarmas del golf han sonado, el deporte ha evolucionado hasta un nivel en el que la mejoría en los resultados de los profesionales se ha descontrolado. En el Open Championship de 2016 Stenson ganó su duelo al sol con Mickelson haciendo -20, Dustin Johnson conquistó el atípico Masters de Augusta en noviembre de 2020 también con -20 y Cam Smith dominó en 2022 la mítica 150 edición del Open en St. Andrews con idéntico resultado. Los tres establecieron el récord tras superar la anterior cifra de -16 que Rory McIIroy y Brooks Koepka lograron, respectivamente, en las ediciones de 2011 y 2107 del US Open.

Quiere esto decir que en los últimos 12 años se han firmado los mejores seis resultados más bajos de la historia de los majors. Si nos referimos a las miles de rondas individuales que se han disputado a lo largo de la historia en los grandes las cuatro más bajas (62 golpes) se han suscrito todas desde 2017.

La conclusión parece bastante clara: el nivel del golf profesional ha mejorado escandalosamente en los últimos años, los campos se están quedando cortos, y los jugadores cada vez afinan más en todos los aspectos del golf. En el siglo pasado, solo cinco lograron la extraordinaria gesta de bajar de los 60 golpes en los principales circuitos profesionales, un hito que hasta entonces parecía una quimera. Hoy, la épica de firmar 18 hoyos por debajo de los 60 golpes se extiende a 20 rondas más. Solo en el último año y medio, hubo una tarjeta de 57 golpes, otra de 58, y cinco de 59.

Atletas con avances en todos los frentes

Son varios los factores que propician esta mejoría. Por un lado la mayor preparación de los competidores. Tanto física como mentalmente, el jugador de golf es un atleta. Exceptuando algunos ejemplos, están casi desterradas las imágenes de jugadores barrigudos o fuera de forma, estampa habitual de muchos de los campeones del pasado. Ahora se estudia la biomecánica, la nutrición, todos los detalles se cuidan para que el cuerpo humano saque su mayor rendimiento físico y cada músculo que interviene en el complejo swing de golf vaya al límite.

Aunque sin duda es la tecnología aplicada al material del golf lo que verdaderamente ha revolucionado este deporte. Hasta tal punto que los dos principales organismos que lo rigen, la USGA y el Royal and Ancient se han puesto de acuerdo para decir basta. En los últimos años se han ido imponiendo limitaciones en las longitudes de las varillas de los palos, o en el coeficiente de restitución de las cabezas del los drivers (el efecto palanca que pueden llegar a producir), pero no es suficiente. Los profesionales siguen alcanzando distancias estratosféricas, golpeando a la bola con materiales con mayor indulgencia hacia los errores humanos, la bola cada vez obedece más a exigencias de los jugadores y en consecuencia cada vez se juega mejor al golf.

El siguiente paso llegará en 2026, cuando USGA y R&A pretenden imponer el control sobre la bola de golf. A estas horas continúan las pruebas para lograr limitar la tecnología de la bolas y evitar que en ningún caso se pueda rebasar la distancia de 317 yardas.

En los experimentos se calcula que se reducirá la distancia de los profesionales entre 15-20 yardas, con lo cual se conseguirán mayores complicaciones para darle efectos a la bola. De momento la medida entraría en vigor de forma voluntaria, a través de una regla local que los organizadores podrían utilizar o no en sus torneos, aunque sin duda es el primer paso de lo que viene y el inicio de la lucha real contra los resultados.

Rahm y el PGA Championship o cómo romper el único maleficio del golf español

Rahm y el PGA Championship o cómo romper el único maleficio del golf español

Actualizado Miércoles, 15 mayo 2024 - 17:58

Valhalla evoca a historias épicas, a batallas mitológicas con vikingos y dioses. Esta semana, un campo de golf en el corazón de la América profunda que presume del mismo nombre acoge el segundo major del año: el PGA Championship. Los mejores del mundo, compitan donde compitan, vuelven a juntarse.

Hablamos del mejor plantel de jugadores: 156 golfistas, donde solo faltan tres top 100 del ránking mundial, incluidos 16 pertenecientes al LIV Golf. Del circuito saudí, de hecho, saldrán dos de los tres españoles, Jon Rahm y David Puig, a los que une Adrián Otaegui, brillantemente clasificado tras su victoria en China.

Rahm quiere dejar atrás polémicas, centrarse en competir y quitarse el mal sabor de boca de su defensa del Masters de Augusta, donde terminó en el puesto 45º. El año de su fichaje por el LIV Golf está siendo extraño: ni una sola victoria, aunque en el Top 10 de los siete eventos de la gira saudí. Ahora quiere romper el maleficio del golf español, que nunca en la historia ha ganado un PGA Championship, el único Grand Slam que el país no tiene en sus vitrinas.

"El PGA me ha dado muchísimo"

"Ojalá podamos cambiar esa dinámica, no hay un razón especial que explique porque los españoles no hemos jugado bien en este torneo", comenta el propio Rahmbo antes de la cita. Pese a su compromiso con el LIV Golf, quiso aclarar de una vez por todas su postura y su agradecimiento al PGA Tour. "Sigo siendo miembro del PGA Tour, independientemente de que esté suspendido o no. El PGA me ha dado muchísimo y la oportunidad de ser quien soy", enfatizó en al portal Ten Golf, donde dejó claras sus intenciones de mantener la membresía del DP World Tour.

Para ello tendrá que pagar las multas de cada torneo del LIV que coincida con uno del antiguo circuito europeo y comprometerse a jugar un mínimo de cuatro torneos en su gira. En su órbita siempre ha estado el Open de España, aunque el nacimiento de su tercer hijo, previsto para esas fechas podría hacerle cambiar de planes.

En la década de los años 80 un soñador multimillonario apasionado de la mitología contrató a Jack Nicklaus para construir un campo diferente y capaz de albergar grandes eventos. En total, siete grandes citas han visitado Valhalla a lo largo de estos años, destacando tres ediciones del PGA Championship (esta semana se disputará la cuarta), con ganadores tan emblemáticos como Tiger Woods en 2000 o Rory McIIroy en 2014. Además la Ryder Cup de 2008 que conquistó Estados Unidos también se disputó en esta sede.

Un dato contra Scheffler

En la nómina de favoritos precisamente destaca McIIroy, cuyo destino ofrece una curiosa cábala. El norirlandés ganó hace sólo unos días el Wells Fargo, un torneo del PGA Tour que supone haber logrado dos victorias consecutivas en la antelasa del PGA Championship. El último en lograrlo fue precisamente él en 2014, precisamente en Valhalla, cuando conquistó The Open y el Campeonato del Mundo Bridgestone Invitational antes de triunfar en el PGA. Aquél fue su cuarto y último major hasta la fecha, por lo que ahora espera romper esa sequía de 10 años.

El otro gran aspirante es Scottie Scheffler, que espera llegar al PGA con ese pan debajo del brazo que la sabiduría popular siempre atribuye al nacimiento de un hijo. Hace pocos días el indiscutible número uno del mundo fue padre por primera vez. Cuatro victorias este año, entre ellas The Players Championship y The Masters, acreditan que la versión actual de Scheffler es la más parecida a la del mejor Tiger Woods. En contra de él, un dato tan real como absurdo: todas la victorias de Scheffler se han producido entre febrero y abril. Jamás ha ganado un torneo más allá de mayo.

Woods ha desaparecido de la lista de favoritos para entrar en la lista de alicientes. Su llegada al torneo es otra gigantesca incógnita, pasar el corte ya sería un éxito, aunque el estadounidense, con 15 majors a sus espaldas, no se resigna y sigue pregonando aquello de que está en el PGA para ganar.