España sigue derribando muros en el deporte. Esta vez ha sido Iris Tió quien se ha proclamado este martes campeona del mundo de solo libre de natación artística en el Mundial de Singapur 2025. Es la primera vez en la Historia que una española obtiene ese metal.
Tió se impuso finalmente a la china Huyan Xu y a la bielorrusa Vasilina Khandoshka, que compite bajo bandera neutral, para dar a España su primer oro en estos campeonatos.
El equipo chino había sido hasta este martes el gran dominador de las pruebas de natación artística de los Mundiales de Singapur 2025, como viene siendo habitual en este deporte.
"Estoy super contenta, casi que no me lo creo, en una nube de emociones, llorando, como en shock. Es la primera vez que España ha ganado una medalla de oro en Solo en un Mundial, o sea que estoy que no me lo creo", señaló a la Real Federación Española de Natación.
Iris Tió durante una prueba del Mundial.FAZRY ISMAILEFE
Cuando ha salido la puntuación de China me he quedado flipada, porque la china es muy buena y la bielorrusa tenía mucha dificultad. Feliz, orgullosa por esta medalla histórica para España", manifestó. La barcelonesa añadió: "Quiero agradecer a mis entrenadoras porque sin ellas esto no hubiera sido posible. Somos el mejor equipo del mundo, estamos defendiendo a muerte nuestro trabajo aquí y nos llega el apoyo, gracias por seguirnos".
La nadadora catalana, de 22 años, sumó una nota de 245.1913, con una puntuación de 112.9000 en la impresión artística y 132.2913 en la ejecución, por 110.0000 y 131.0025, respectivamente, de la atleta china que se vio superada por Iris, pues solo alcanzó 241.0025.
Por su parte, la medallista de bronce sumó 105.2500 en la primera nota y 134.2937 en la segunda con una puntuación total de 239.5437 para quedar a 5.6476 de la campeona española.
En la cuarta plaza se clasificó la nadadora Vasiliki Alexandri, con 238.997 puntos, una posición 6.1937, por delante la alemana Klara Bleyer, ya a 7.6313 puntos de la española.
La Universidad de Pensilvania ha decidido dejar de aceptar a deportistas transgénero en sus equipos femeninos tras la polémica surgida en torno al caso de la nadadora Lia Thomas, informó este martes el Departamento de Educación de Estados Unidos.
Este acuerdo se produce después de una investigación reciente del Departamento, basada en una ley federal que prohíbe la discriminación por razón de sexo en programas educativos. La indagación se inició tras la participación de la nadadora transgénero Lia Thomas en competiciones femeninas en 2021 y 2022 representando a esta universidad ubicada en Filadelfia.
Según los términos del acuerdo, la prestigiosa universidad de la costa este "adoptará definiciones biológicas de los términos hombre y mujer" y "no permitirá que los hombres participen en programas deportivos femeninos", según el comunicado del ministerio.
Además, la institución se compromete a "restaurar a las deportistas todos los récords individuales y títulos (...) que fueron arrebatados por deportistas masculinos autorizados a competir en la categoría femenina", así como a "enviar una carta de disculpa personalizada a cada nadadora afectada".
Lia Thomas fue la primera nadadora transgénero en ganar un título universitario en Estados Unidos, en marzo de 2022, tras iniciar su transición en 2019. Su caso se convirtió en el centro del debate sobre la participación de mujeres trans en competiciones femeninas. Sus victorias provocaron una fuerte controversia, con críticos que argumentaban que, al haber competido anteriormente como hombre, disfrutaba de una ventaja fisiológica injusta.
"El Departamento de Educación felicita a la Universidad de Pensilvania por haber reparado el daño causado a las niñas y mujeres en el pasado", declaró la secretaria de Educación, Linda McMahon, quien calificó este acuerdo como "otro ejemplo del efecto Trump".
"Gracias al liderazgo del presidente Trump, la Universidad de Pensilvania ha aceptado tanto disculparse (...) como garantizar que el deporte femenino quede protegido para las generaciones futuras", añadió.
Donald Trump prometió durante su campaña presidencial poner fin al "delirio transgénero". Desde su regreso a la Casa Blanca en enero, el presidente republicano lanzó una ofensiva contra la participación de mujeres trans en competiciones femeninas, amenazando con cortar fondos federales a las organizaciones que no acaten esta línea.
A nivel internacional, federaciones como la de natación, atletismo o ciclismo exigen actualmente que la transición de género ocurra "antes de la pubertad", una condición que en la práctica equivale a una casi exclusión, ya que la mayoría de países no permite un cambio de género a tan temprana edad.
No había terminado de dejar la maleta en casa tras un mes ayudando como buzo de rescate en las inundaciones de Dajla (Marruecos) cuando Eduardo Blasco recibió una llamada de un compañero del equipo del Club Natación Aldaia: "Todo está destruido". Era 30 de octubre de 2024 y la dana había sumergido varias zonas de la provincia de Valencia. "Yo me dije: 'Tengo que ir, son amigos y es mi club'", cuenta a EL MUNDO.
Así, en unas horas y sin esperar un mandato público, desde su residencia en Canarias se dirige a Valencia, primero vía Madrid y luego, ante el colapso de las líneas ferroviarias, en coche desde Barcelona. "Cuando llego, la primera sensación es que estaba viendo lo mismo del desierto, como si volviera a estar en Dajla. Me encuentro la peor situación que podía imaginar", apunta. Tardan tres días en localizar a su entrenador, Hugo Sáez, uno de los fundadores del club, y a varios de sus compañeros, por las dificultades que entrañan las comunicaciones en la zona afectada.
Afortunadamente, no hay daños personales que lamentar, pero son muchos los desperfectos materiales que sufren los miembros del equipo: coches, negocios, casas... El polideportivo en el que se sitúa la piscina de sus entrenamientos termina arrasado, pero el vaso y los vestuarios, de manera milagrosa, se salvan de la catástrofe. "Nuestras instalaciones las usaron los voluntarios para ducharse, dormir, comer... aunque teníamos piscina no podíamos entrenar", explica Sáez sobre un club que cuenta con 110 deportistas federados, de los que 96 fueron directamente afectados por las inundaciones.
"salir del barro"
Blasco pasó 41 días trabajando y ayudando en Valencia cuando su plan vital pasaba por entrenar para el Campeonato de España Master que se celebraba en Valladolid en febrero de este año. Después de haber estado en Siria, Gaza y Marruecos, las consecuencias psicológicas le llevaron al límite. "Me planteé abandonar la temporada", revela. Y a eso se sumó Valencia. "La conversación más difícil fue cuando nos tuvimos que poner a entrenar, a todo el mundo le daba igual, 41 días en la dana y nadie tenía ganas", añade.
Voluntarios del club, en las calles inundadas.E.M.
Así que el Club de Natación de Aldaia retoma los entrenamientos en la piscina de la población limítrofe de Alacuás. Apenas dos días a la semana, cuando una preparación para un campeonato requiere seis como mínimo, y en horas intempestivas. "Lo hacíamos en apenas dos calles, con 17 deportistas en cada una", apunta Sáez. Pero la gente comienza a agradecer volver a la rutina, a la normalidad, a "salir del barro". "Al haber estado limpiando y desescombrando, se había trabajado involuntariamente la fuerza durante el periodo de inactividad", cuenta Sáez, además de fundador, entrenador en el Aldaia.
Mientras, Blasco vuelve a Canarias y comienza a entrenar por su cuenta, sin presión. "Inicié la temporada como si fuera septiembre. Suave, sin aspiraciones", admitiendo que poco a poco se empezó a "sentir mejor" y los tiempos empezaron a llegar. "El entrenamiento me sirvió de alivio, descargué toda mi frustración en él", añade.
Llega la primera competición en diciembre, el campeonato de España absoluto de Salvamento y Socorrismo. El Club de Natación Aldaia se presentó gracias a un autobús que les proporcionó la Federación Valenciana de Salvamento y Socorrismo, porque la gran mayoría de los participantes habían perdido sus coches en la dana. "Aunque apenas entrenamos, fuimos a competir para desconectar, por quitarnos el barro de la cabeza", desvela Sáez.
Récords de España
En esos campeonatos, Carlos Coronado consiguió dos medallas en categoría absoluta en las pruebas de 100 y 200 metros combinadas. En los siguientes, también de España pero de categoría Máster (a partir de 30 años) celebrados en febrero, el Club de Natación Aldaia se llevó seis preseas. Eduardo Blasco consiguió el oro en 50 metros remolque y, además, batió el récord de España. "No sé cómo lo hicieron. Le he estado dando mucho al coco con todo esto y le doy mucho peso a la preparación psicológica. Una explicación razonable no hay, la mente es un arma importante para competir", intenta explicar Sáez.
Carlos Coronado, con su medalla de oro.E.M.
Blasco, con su oro y récord de España habla de la resiliencia, de la importancia de mantenerse centrado para "superar situaciones complicadas". "Siempre hay que intentarlo porque uno nunca sabe qué puede salir si lo intenta", concluye el deportista y buzo de rescate. Nunca un club se había levantado del barro con esta fuerza. Ahora, Coronado, uno de los mejores nadadores del Aldaia, nadará en los próximos World Games en China (una especie de Juegos Olímpicos de deportes no olímpicos). "Nosotros, que somos de salvamento, nos ha ayudado a mejorar como personas", apunta Hugo y más después de, como dice, "estar con la sensación de tenerlo todo controlado a no tener nada".
El Mundial de Natación en Piscina Corta terminó este domingo como empezó, con una traca de récords mundiales (ni contamos, en el conjunto de la competición, el "innumerable" catálogo de récords mundiales júniors, récords de los Campeonatos y récords nacionales). Han sido 30 en total, una cifra redonda. Solamente en un Mundial, el de Roma2009 en piscina larga, en la orgía de los bañadores de poliuretano, eliminados a partir de 2010, se batieron más: 43.
En la pileta de 25 metros ya no queda ningún récord plastificado: Luke Hobson acabó en los 200 libre con el de Paul Biedermann, el último que resistía. En la de 50 permanecen siete. Tal como está la natación actual, a tenor de lo que vimos en los Juegos de París y, sobre todo, en este diciembre húngaro y universal, parece que no les queda mucha vida.
Esta vez, volvemos a Budapest y a los topes de la jornada final, se rompieron seis. Y, por orden de aparición, a cargo de Gretchen Walsh en los 50 libre (22.83), Regan Smith en los 200 espalda (1:58.04), Luke Hobson en los 200 libre (1:38.61), Estados Unidos, con Walsh y Smith, en los 4x100 estilos (3:40.41), la propia Smith, en el primer tramo, los 100 espalda (54.02), y Rusia, o sea, el equipo de Atletas Neutrales, los 4x100 estilos masculinos (3:18.68).
El buen papel de Carmen Weiler
Cinco oros, pues, para EE.UU y uno para los Neutrales. Un espejo parcial del día del medallero general de toda la semana, encabezado por Estados Unidos con 39 medallas, 18 de ellas de oro, seguido por los Neutrales, con 10 en total y seis de oro. Hay que repetir, por si la cantidad no ha sido asimilada o confundida, que se han batido en total 30 récords del mundo y, en lo que a nosotros respecta, 16 plusmarcas nacionales, las postreras, en la sesión matinal de la mano de Carmen Weiler en la semifinal de los 200 espalda (2:02.16), sexta en la final ganada por Regan Smith, y del equipo de 4x100 estilos, que se quedó a un puesto de la final. Iván Martínez, Carles Coll (¡otra vez el!), Mario Mollá y Luis Domínguez detuvieron el cronómetro en 3:24.39.
El catálogo de estrellas ha sido desbordante. Pero nos quedamos con una, femenina, que, en su protagonismo, podríamos considerar unisex: Gretchen Walsh. Venció en todas las ocasiones en las que se lanzó al agua (series, semifinales y finales) y se va de Budapest con nueve oros totales (siete individuales) y 11 récords mundiales (nueve individuales). Ha deslumbrado en una competición que ha soportado perfectamente la ausencia de figuras como Léon Marchand.
Adiós, pero hasta siempre, al último récord que le quedaba a Mireia Belmonte. Otra vez Summer McIntosh, otra vez esa adolescente canadiense de 18 años, apuñaló a la española. Sin matarla, porque, aunque superadas, las hazañas de Mireia permanecen en la memoria y tienen su lugar en la historia. McIntosh, tres oros y tres récords, nadó la final de los 400 estilos en 4:15.48, un recorte salvaje a los números de Belmonte (4:18.94). No hay más que hablar, entre otras razones porque se acaban las palabras. Gracias, Summer. Gracias, Mireia.
En la quinta jornada del Mundial de Natación en Piscina Corta, bajo los ojos asombrados, pero ya habituados de un Budapest orgulloso, con sistemática, casi monótona rutina, siguieron cayendo los récords del mundo. En las series matinales de los 50 libre, Jordan Crooks, de las Islas Caimán, rebajó la plusmarca hasta 20.08. Dejó atrás los 20.16 de Caeleb Dressel. En las semifinales de la tarde, le dio otro tajo a la marca y la dejó en... ¡19.90! Bajar de 20 segundos en 50 metros es, en principio, una imposibilidad biológica. Pero lo imposible se reveló real.
Dressel, volviendo a él, tuvo, allí donde estuviera, un mal día. En la final de los 100 mariposa, Noè Ponti lo despojó del último récord que le pertenecía. Nadó en 47.71, por debajo de los 47.78 del bueno de Caeleb. Su tercer oro está convirtiendo al suizo en Mr. Budapest.
Miss Budapest, equivalente a Miss Mundo, es Gretchen Walsh. Dominó los 100 mariposa en 52.71. Es la tercera vez que bate el tope de la prueba. Lo ha hecho cada vez que se lanzó al agua: en las series, en las semifinales y en la final. Pero es que, pocos minutos después, en las semifinales, dejó el récord de los 50 libre en 22.87. Ranomi Kromowidjojo, la anterior titular (22.93) le dio in situ el relevo con una sonrisa radiante. Deportividad pura. Walsh batía su noveno récord, octavo individual, y conquistaba su sexto oro. Se está haciendo de eso, de oro, a 25.000 dólares por récord.
Las aguas, exhaustas, se remansaron cuando el ruso Ilia Borodin, atleta neutral, ganó los 400 estilos con una buena marca, faltaría más, de 3:56.83. Pero sin amenazar realmente los 3:54.81 de Daiya Seto. Tampoco se encrespó la espuma con los 800 (libre), adjudicados a Zalan Sarkany (7:30.56), un héroe local. Tercera medalla para Hungría y primera de oro.
La jornada se cerró con los relevos mixtos de 4x100 estilos y el triunfo de NAB (o sea, de los rusos). España, con Carmen Weiler, Carles Coll, Mario Mollá y María Daza había establecido por la mañana un nuevo récord nacional (3:36.78). En la final, séptima, lo volvió a rebajar (3:35.52). Era el 14º récord de España de Coll en poco más de un mes: cinco en nuestro Campeonato y nueve en Budapest.
En cuanto a récords del mundo, van 24. ¿Cuántos se sumarán en la última jornada?
Hace ya más de tres años, Mireia Belmonte salió de la piscina en los Juegos Olímpicos de Tokio con un cuarto puesto de orgullo en los 400 metros estilos y se prometió un futuro esplendoroso. "Borrón y cuenta nueva. ¡A por ellas!", anunció después de decenas de lesiones, de miles de dolores, de millones de dudas. Entonces tenía 31 años aún podía regresar a los podios. Pero desde entonces está desaparecida. La mejor nadadora española de la historia, ahora con 34 años, lleva sin competir internacionalmente desde aquel 2021 y su futuro es un camino con una única salida: la retirada.
Después de las despedidas de Rafa Nadal, Pau Gasol, Andrés Iniesta o Alejandro Valverde, la siguiente en decir adiós se supone que debe ser Belmonte, aunque ella resiste, resiste y resiste. "Está afrontando la última fase de su periodo competitivo, que no es una fase sencilla. Sigue disfrutando de la natación, sigue disfrutando del entrenamiento y hay que concederle su tiempo", comenta Luis Villanueva, director técnico de la Federación Española de Natación (RFEN), que estos días está en Budapest.
Allí se celebra el Mundial de piscina corta, una competición en la que Belmonte reinó en 2010 y 2014 -siete oros-, y de la que ahora se ausenta. No sólo no está, es que no llegó a hacer la mínima. Hace menos de un mes, en los últimos Campeonatos de España, se quedó a tres segundos del tiempo requerido en los 200 metros estilos, la prueba en la que estuvo más cerca de conseguirlo, aunque finalizó en cuarto lugar.
"Veremos qué es capaz de conseguir este verano. Ella tiene la esperanza de remontar y llegar al Mundial de piscina larga que se celebrará en Singapur, pero hoy en día está lejos de eso. Está mejor de los hombros, pero sigue tocada y no puede entrenar al nivel que necesita. Además, precisamente en las pruebas que mejor le encajan ahora, los estilos, hay dos jóvenes [Emma Carrasco y Laura Cabanes] que están haciendo muy buenos tiempos", analiza Villanueva que espera que en el actual Mundial de piscina corta España esté presente en algunas finales y, si hay suerte, que celebre su primera medalla desde 2014, precisamente desde la mejor época de Belmonte.
"La decisión de salir del CAR es acertada"
En todo caso, Belmonte lo vivirá desde la distancia, puesto que ya no entrena con las jóvenes de la selección. Después de toda una vida en el Centro de Alto Rendimiento (CAR) de Sant Cugat, primero junto a su entrenador Fred Vergnoux y más tarde ya sin él, la cuatro veces medallista olímpica perdió este verano su beca y tuvo que buscar una nueva 'casa'. El año pasado había roto su vinculación con la Universidad Católica San Antonio de Murcia (UCAM) porque le había hecho una oferta a la baja y había firmado con el histórico Club Natació Barcelona (CNB) así que en los últimos meses entrena en las instalaciones de esta entidad, al lado del hotel W, frente a la playa de la Barceloneta. Con Jaume Morata como técnico, su grupo es amplio y joven, aunque sin grandes nombres más allá de Jimena Pérez, olímpica en Tokio. "Creo que la decisión de salir del CAR es acertada y ahora está entrenando con gente más enfocada a lo que ella está", afirma Villanueva, que espera a saber los próximos pasos de Belmonte a sus 34 años.
Belmonte, en un acto reciente de Santander.FERNANDO VILLAREFE
"Ella no quiere hablar del día después", afirma el entrenador de la RFEN en consonancia a las palabras de la propia nadadora. "Para mí es muy importante saber diferenciar si una persona sigue nadando porque no tiene otra cosa que hacer o porque le guste. En mi caso es porque me gusta mucho", comentaba este noviembre a 'Marca' sin desvelar más sobre su futuro.
Sin formación como entrenadora, su vida después del deporte debería pasar por los negocios, en principio de la mano de patrocinadores personales como Hyundai o Santander. De hecho, en los últimos meses la marca de coches ha iniciado una competición de formación, el Open Promesas Mireia Belmonte, cuya dirección podría suponerle un desafío. Todavía con su padre, José Belmonte, como mánager y agente de prensa, sus apariciones en los medios de comunicación son esporádicas y los interrogantes se acumulan a su alrededor.
Maremoto español en aguas húngaras. Carles Coll, un tarraconense de 23 años, estudiante en la Virginia Tech University y entrenado por Sergi López, medallista olímpico en 1988, se proclamó campeón del mundo en los 200 metros braza.
Lideró la prueba de principio a fin (sólo a mitad de ella viró en segunda posición) y proporcionó a la natación española un éxito internacional de primera magnitud. Terminó en 2:01.55, récord nacional, por descontado, y octava mejor marca de todos los tiempos. Dejó atrás con 2:01.88, al plusmarquista mundial desde 2018, el ruso Kirill Pigoda, y mucho más lejos aún al japonés Yamato Fukusawa (2:02.01).
La temporada de Coll es gloriosa. En un mes ha batido 12 récords de España, cinco en el Campeonato nacional y, ya, siete, en este Mundial.
El paso del tiempo y el peso de la clase contribuyeron a que Mireia Belmonte perdiera el récord del mundo de los 200 mariposa. El paso del tiempo reside en que hacía 10 años que Mireia, los nadó en 1:59.61. El peso de la clase lo expresa Summer McIntosh, que lo ha hecho en 1:59.32. Que en natación haya durado tanto un récord habla elocuentemente de la excelsa categoría de Mireia. Y otro tanto que haya tenido que existir alguien como McIntosh para que la española sea ahora una ex plusmarquista.
Mireia se ha inclinado ante una "niña milagro", una chiquilla canadiense de 18 años, que desde los 15 viene estableciendo hitos y rompiendo moldes. El récord de McIntosh estaba cantado. Ninguna sorpresa, pues. Ninguna incertidumbre. Y sirva esta plusmarca de homenaje doble: a la joven canadiense, en la plenitud creciente de sus dones, y a la veterana española, todavía oficialmente en activo, pero fuera ya de los focos, incluso en las piscinas nacionales.
Mireia ha sido plusmarquista mundial de 400, 800 y 1.500 libre. Y de 200 mariposa y 400 estilos. Fue perdiendo algunos de esos récords. El de 400, en los que también reina ahora McIntosh, a manos de Jianjahe Wang. El de 800, nada menos que por el empuje de Katie Ledecky. El de 1.500 se lo arrebató Sarah Köhler-Wellbrock, antes de que a ésta se lo arrebatara Katie Ledecky.
Mantenía los de 200 mariposa y 400 estilos. Ya sólo conserva este último. Toda esta relación de récords expresa la importancia de Mireia en la natación mundial y su trascendencia sin parangón en la española. Casi somos ahora más conscientes de semejante título que cuando Mireia reinaba en el agua. El paso del tiempo inmortaliza a veces las hazañas en lugar de tender a borrarlas. Y en cuanto a peso de la clase, Mireia lo poseía a toneladas.
En la tercera jornada del Campeonato, Gretchen Walsh también rompió un récord del mundo. Dejó el de los 100 estilos, en las semifinales, en 55.71. En la misma prueba masculina, Carles Coll pasó a la final con el cuarto tiempo de los participantes y un nuevo récord de España: 51.30. El sexto en estos Campeonatos. En ausencia de Hugo González, era el líder del equipo español, y está haciendo honor a la púrpura.
El pasado 19 de agosto, Iván Penalba ganó las 100 Millas del Muro de Berlín con un tiempo de 13 horas y 56 minutos, junto a Carmen Pérez, su pareja, que también se impuso en categoría femenina. Sólo dos meses después, el ultrafondista valenciano tardó más de una hora en recorrer 60 metros. Los que tuvo que atravesar, con el fango hasta la cintura, para acceder a la casa de su padre, de quien no sabía nada desde dos días atrás. Cinco minutos por zancada entre pilas de coches y escombros en Alfafar. «Fueron momentos muy dramáticos, porque ni siquiera había cobertura de móvil. En ese momento teníamos que hacerles llegar lo primordial: algo de comida», detalla Penalba a EL MUNDO, con el alivio de quien no perdió a ningún familiar, con el horror de quien asistió a la devastación y con la esperanza de quien siempre vislumbra una meta, por lejana que sea.
Familiarizado con todo tipo de causas solidarias, Penalba se volcó desde el primer minuto con su pueblo. En las tareas más duras, como el desescombro y el reparto de víveres, y en otras que pasan desapercibidas. De este modo pretende ayudar a la Unión Deportiva Balompié Alfafar, con la que había empezado a colaborar a principios de octubre. Una escuela de fútbol, fundada en 1994, arrasada hoy por la DANA. Sin embargo, entre palada y palada, Iván aún saca tiempo para ayudar a los niños. «Ya no es por mí, sino por ellos, que han perdido muchas cosas. Así que estoy intentando reubicarlos para que sigan entrenando y no se queden un año sin hacer nada». Doce meses, ahora mismo, se antojan un horizonte inabarcable en Alfafar.
«Durante el día vives en una burbuja de pesadilla, con la mente enfocada solamente en el trabajo. Pero cuando por la noche te paras a pensar un poco, te dan ganas de llorar, de tirarlo todo por la borda y no salir de la cama. Dentro de un mes, cuando ya no salgamos en los telediarios, aquí no va a haber nada y nos enfrentaremos a una situación aún más dura», vaticina Penalba, el único español en subir dos veces al podio en la Badwater 135, una de las carreras más extremas del planeta, con 217 km a casi 50º C en el californiano Valle de la Muerte. Esa resistencia debe ponerse a prueba ahora en Alfafar, una población de 22.000 habitantes que deberá «empezar de cero». «¿Quién va a montar un negocio? ¿Quién va a comprar, si no hay dinero? Por eso le pido a la gente que no deje de donar».
«¿Cómo vamos a salir de esto?»
En ese mismo estupor, plagado de interrogantes, vive la nadadora Merche Peris en Paiporta. «Me siento colapsada y no veo la luz. Todos los negocios han quedado arrasados: la peluquería, las uñas, la tienda de fotos, el supermercado... ¿Cómo vamos a salir de esto? Si te soy sincera, mi mayor miedo es que dentro de una semana la gente ya no se acuerde o piensen que somos unos pesados», dice a este diario la campeona de Europa en 2012 de 50 metros espalda.
Desde hace dos semanas, Peris no encuentra descanso. Ni por la noche, cuando apenas logra conciliar el sueño, ni en sus extenuantes jornadas de faena, descargando camiones, moviéndose de aquí para allá en permanente misión humanitaria. «No sé cómo estamos aguantando. Me siento muy orgullosa de la gente joven que ha venido a ayudarnos. Es algo que me está llenando el corazón y me alivia de muchas otras cosas», reflexiona antes de alzar la voz. «Se nos avisó cuando ya había muertos y eso es intolerable. Ellos son los culpables de esas muertes. Tienen que asumir su responsabilidad y no señalarse entre sí. No somos imbéciles».
A esa censura se suma Penalba, sin rubor en subrayar que «ningún político se ha tomado esto como si tuviese un hijo aquí» y muy consciente de que con el mero voluntarismo no alcanza. «Han tardado muchísimo en llegar y se han quedado cortos. Se requiere mucha más ayuda profesional, porque todo se ha convertido en un foco de infección brutal y va a ver muchísimas infecciones», manifiesta.
Peris, con sus perros, en Paiporta.EL MUNDO
Peris, olímpica en Pekín 2008, siempre se ha considerado de Paiporta, donde vive desde hace siete años y donde nacieron su padre y su abuela. No obstante, cada mañana recorre 30 km hasta su puesto de trabajo. El primer tramo, en coche hasta Valencia. Desde la capital, en tren hasta Puzol. «Si el día 29 ese tren llega a tardar 10 minutos más, la DANA nos hubiese pillado al volante a mi marido y a mí de vuelta a casa».
La pasada semana, la madre de Peris sufrió una caída cuando intentaba cruzar su calle, cubierta por el lodo. Y allí tuvo que esperar a ser atendida por una ambulancia militar. Esos resbalones, en cambio, se antojan una trivialidad en la zona cero de la tragedia. Merche aún no ha podido olvidar los gritos de auxilio de quienes sólo unos minutos más tarde perecerían bajo la riada. Hoy, cada vez que sale a la calle, lo cotidiano queda engullido por lo dantesco. «He visto portales donde el agua arrancó los marcos de las puertas. Ahora, frente al mío hay una cornisa».
Penalba tampoco puede quitarse de la cabeza la visión del agua, bajando «muy despacito». «Todo empezó, literalmente, a irse. Desde los coches a los contenedores. Sin dejar nada a su paso. Todo destrozado, como si hubiesen caído tres bombas. Fue alucinante», subraya el plusmarquista español de 24 horas (274,322 km). Muy consciente de sus raíces, rechaza cualquier ademán de heroísmo. Simplemente se ve «arrimando el hombro como cualquiera». Su mesura ni siquiera se tambalea a la hora de mirar hacia adelante. «No sabemos nuestras necesidades para dentro de una semana. Según avancen las cosas tomaremos iniciativas para que la gente vea cómo está la situación y cómo se puede ayudar», concluye.
La nadadora Nuria Marqués ha logrado este martes la medalla de plata en los 100 metros espalda S9 de los Juegos Paralímpicos de París 2024 tras una final apasionante disputada en La Défense Arena, que, una tarde más, se encontraba llena de público.
Marquès, que ya suma seis preseas en tres participaciones en Juegos Paralímpicos, se ha lanzado a la piscina con el tercer mejor tiempo de la fase clasificatoria de la mañana (1'11''37), por detrás de la brasileña Mariana Ribeiro (1'10''80) y la estadounidense Christie Raleigh-Crossley (1'10'28).
Por la tarde, la barcelonesa, que llegó a París como doble subcampeona paralímpica en esta prueba, ha comenzado la final con determinación y marchaba segunda tras los primeros 50 metros.
Tras un segundo largo apretado y lleno de emoción, Marqués ha sacado a relucir su mejor natación para tocar segunda y parar el crono en 1'09'24, solo superada por Raleigh-Crossley (1'07''92, nuevo récord paralímpico) y tres centésimas por delante de Ribeiro (1'09''27).
"NO PUEDO ESTAR MÁS CONTENTA"
Tras salir de la piscina, Marqués ha declarado sentirse "genial". "Es uno de los mejores resultados que me podría haber esperado en esta prueba", ha añadido.
"Hace un año se me pusieron por el camino estas dos rivales contra las que he luchado por las medallas hoy", ha comentado , antes de añadir: "Sabía que estaba muy difícil con unas chicas que durante la temporada han hecho muy buenas marcas".
Marqués ha comentado que por la mañana tuvo "sensaciones un poco raras" y ha afrontado la final "mucho más tranquila". "He empezado muy fuerte y he podido acabar muy bien los últimos metros", ha destacado.
Además, ha comentado que lo importante es "luchar hasta el final" porque "esto siempre va de centésimas o décimas" y "una uña puede ser la diferencia entre el oro y el bronce". "No puedo estar más contenta", ha concluido.
Marqués suma seis medallas paralímpicas en su palmarés: oro en 400 libre S9 y plata en 100 espalda S9 en Río 2016, plata en 100 espalda y bronce en 200 estilos SM9 en Tokio 2020, y plata en 100 espalda S9 y bronce en 4x100 estilos 34 puntos en París 2024.
En la misma carrera final de Marqués ha participado también la española Beatriz Lérida, quien obtuvo la cuarta plaza al parar el crono en 1'12''26. La valdepeñera, de 19 años y que formó parte del Equipo AXA de Promesas Paralímpicas de Natación, finalizó así su participación en los primeros Juegos Paralímpicos tras disputar las series de los 400 libre S9.