¿Qué hay detrás del número uno del ranking? Alcaraz, Sinner, un torneo para decidir el año y cuánto dinero está en juego

¿Qué hay detrás del número uno del ranking? Alcaraz, Sinner, un torneo para decidir el año y cuánto dinero está en juego

En sus manos, el árbol del artista Lucio Fanti, uno de los trofeos más bonitos del tenis; en su cuenta del ranking ATP, 11.500 puntos. Jannik Sinner se proclamó este domingo campeón del Masters 1000 de París y regresó al número uno del mundo, por delante de CarlosAlcaraz y sus 11.250 puntos. Más allá del dúo, Felix Auger-Aliassime es uno de los rivales más peligrosos en pistas duras bajo techo, pero el italiano también le derrotó en la final en solo dos sets, como ya había hecho ante sus anteriores adversarios.

Ahora el año sigue abierto. Parecía imposible después del éxito del español en el último US Open; ya no lo es. Pese al enorme vacío de los tres meses de sanción por dopaje, Sinner todavía podría acabar 2025 en lo más alto del ranking mundial, como ya hizo el año pasado. No depende solo de él, necesita ganar prácticamente todos los partidos que restan, pero no es imposible.

Las ATP Finals de Turín serán más concluyentes que nunca. A partir del próximo domingo y hasta el día 16, Sinner y Alcaraz envidarán el número uno. El español necesitará ganar los tres partidos de la fase de grupos o alcanzar la final; el italiano deberá levantar la antigua Copa de Maestros y esperar un fallo de su rival. El primero llega con cierto cansancio mental y dudas sobre su rendimiento en pista cubierta; el segundo, lanzado y en plena racha. Con esas cábalas sobre la mesa, la tensión será mayor que nunca en el último torneo del curso. Pero, ¿qué se juegan realmente?

El bote, para Alcaraz

El prestigio, principalmente. Quien acabe la temporada como número uno del ranking ATP será, por definición, el mejor tenista del año o, como mínimo, el más regular. Desde la creación de la lista en 1973, el récord de temporadas cerradas en el número uno lo tiene Novak Djokovic con ocho, seguido por Pete Sampras con seis y Jimmy Connors, Roger Federer y Rafa Nadal con cinco. Alcaraz terminó 2022 en lo más alto y Sinner lo hizo en 2024, así que este 2025 decidirá el desempate. Quien domine se quedará con ese honor: apunte para la historia, recompensa para uno mismo. Todo lo demás será un hito vacío. Celebre quien celebre en Turín, el número uno volverá a estar en juego en el Open de Australia de enero, y no hay un bonus económico específico por lograrlo.

DIMITAR DILKOFFAFP

De hecho, en materia de premios, Alcaraz ya ha ganado. Si se descuentan los ingresos por exhibiciones -en especial los más de cinco millones de euros del Six Kings Slam de Arabia Saudí que se embolsó Sinner-, el español terminará la temporada con un botín mayor que su gran rival. Su suma de premios supera los 16 millones de euros, mientras que el italiano ronda los 14 millones. En las ATP Finals habrá menos de un millón en juego, aunque el reparto del 'bonus pool' del circuito inclinará la balanza aún más.

Alcaraz ingresará al menos 3,8 millones adicionales por ser el mejor en los Masters 1000 -campeón en Montecarlo, Roma y Cincinnati- y otro millón por dominar los ATP 500 -vencedor en Rotterdam, Queen's y Tokio-. En principio, su ausencia en los Masters 1000 de Madrid, Canadá y Shanghái podría restarle parte de esa bonificación, pero la cantidad quedará compensada por ingresos variables ligados a puntos y participación promocional, como en Madrid. Por su parte, Sinner no podrá optar al 'bonus pool' de los Masters 1000 por haberse perdido cuatro de ellos -Indian Wells, Miami, Madrid y Canadá, además de Montecarlo, no obligatorio- y apenas recibirá bonificaciones por su actuación en los ATP 500.

«En Turín será otra historia»

En definitiva, en las ATP Finals estará en juego un trocito de historia y la honra, poco más. Ambos, de hecho, llevan semanas restando importancia a su disputa por el número uno.

«Ser el número uno siempre es especial, claro, pero lo que más me motiva ahora es disfrutar del tenis y seguir creciendo. Si lo consigo, genial; si no, habrá otra oportunidad», comentó Alcaraz, antes de su decepción en el torneo parisino, seguramente su peor competición de este 2025. «El ranking va y viene, lo importante es cómo terminas la temporada y las sensaciones que te deja. Ganar en París me da confianza, pero sé que en Turín será otra historia», añadió Sinner, nuevamente con un trofeo entre las manos, nuevamente en el número uno del ranking ATP.

Sinner se impone en la final del Masters 1000 de París y le arrebata el número uno del ranking a Alcaraz

Sinner se impone en la final del Masters 1000 de París y le arrebata el número uno del ranking a Alcaraz

Entre las ambiciones históricas de Carlos Alcaraz hay una que se presenta más inaccesible que el resto, empinadísima, esquiva: acabar las temporadas como número uno del ranking mundial. Lo hizo en 2022, pero desde el año pasado Jannik Sinner se ha convertido en un adversario desmesurado. La lista ATP premia la regularidad, y ahí el italiano continúa un paso por delante. Pese a los tres meses de sanción que cumplió en primavera, Sinner recuperó este domingo el número uno después de imponerse a Felix Auger-Aliassime por 6-4 y 7-6(4) en la final del Masters 1000 de París.

Es su quinto título de la temporada, después del Open de Australia, Wimbledon y los ATP 500 de Pekín y Viena; un éxito que le sitúa con opciones reales de cerrar 2025 en lo más alto. Sinner y Alcaraz se lo jugarán todo en las ATP Finals, que se disputarán del 9 al 16 de noviembre en Turín. El español mantiene una ligera ventaja: para recuperar el número uno depende de sí mismo. Necesita ganar los tres partidos de la fase de grupos o alcanzar la final del torneo. Pero ante cualquier tropiezo, Sinner está preparado para aprovecharlo.

Como ya ocurrió en 2024, este curso el italiano sólo ha encontrado oposición real en Alcaraz, que le ha derrotado en cuatro finales; el resto de rivales apenas logran inquietarle. Este domingo, frente a otro especialista en pista dura indoor como Auger-Aliassime —uno de los jugadores más físicos y potentes del circuito—, su victoria nunca pareció en duda. El canadiense resistió especialmente en los compases finales, pero la consistencia del italiano terminó imponiéndose con la misma serenidad que le caracteriza-

En su recorrido hasta la final del Masters 1000 de París, Sinner no había cedido ni un solo set y apenas concedió opciones a sus rivales. De hecho, sólo Francisco Cerúndolo, en octavos, consiguió arrebatarle más de cuatro juegos en un mismo parcial, un 'hito' que repitió Auger-Aliassime. "Está claro que no estoy al 100%", admitió entonces, sin precisar la naturaleza de sus molestias físicas. Pero en los días siguientes no mostró signo alguno de debilidad. Desde su regreso en mayo apenas ha tenido descanso, igual que Alcaraz, y seguramente sólo acuse el desgaste acumulado.

Se retira Nicolas Mahut, el derrotado en el partido más largo de la historia del tenis: "Me cansé de ser el perdedor guapo"

Se retira Nicolas Mahut, el derrotado en el partido más largo de la historia del tenis: “Me cansé de ser el perdedor guapo”

Cuesta todavía mirar las fotos de aquel día y no fijarse en la cara del pobre Nicolas Mahut que, después de once horas y seis minutos de juego, acabó derrotado, mareado y desorientado. Tanto, que cuando le pusieron un micrófono delante dijo: «Hemos jugado el mejor partido de todos los tiempos en el mejor torneo del mundo». No había ironía en sus palabras, mucho menos comedia. Acababa de perder el partido más largo de la historia del tenis ante el estadounidense John Isner, sabía que sería recordado toda la vida por ello e intentaba darle un sentido. No lo tenía.

En la primera ronda de Wimbledon 2010, el duelo entre Isner y el francés Mahut terminó con un 6-4, 3-6, 6-7(7), 7-6(3) y 70-68, en un eterno intercambio de saques y golpetazos. Tanto uno como otro pasaron a los libros: para lo bueno y para lo malo.

Más de quince años después, Mahut se retiró este miércoles definitivamente del tenis en el Masters 1000 de París, y lo primero que le recordaron fue aquel partido interminable. «Fue un momento doloroso, pero ahora es uno de mis recuerdos más preciados de mi carrera, inevitablemente. Al principio, me molestó mucho porque estaba cansado de ser el perdedor guapo. Ahora disfruto hablando de ese partido. Ya no me importa que mi carrera esté asociada a una derrota. De alguna manera, yo también gané», explicó en rueda de prensa después de recibir un homenaje de la organización y de su patrocinador de siempre, Lacoste.

En aquel 2010, durante varias semanas, el galo evitó preguntas sobre su encuentro de récord e incluso rechazó patrocinios y regalos, como el viaje a las islas Mauricio «para descansar» que le ofreció la agencia de viajes Club Med. Sin embargo, al año siguiente escribió un libro sobre aquella experiencia, Le match de ma vie, sin traducción al castellano.

Éxito en los dobles

La falta de definición en aquel partido, en realidad, era el mejor resumen de sus virtudes y sus defectos. Isner no podía contrarrestar su saque y su volea, como Mahut tampoco tenía argumentos para hacer lo propio. Por eso, la trayectoria del francés en individuales quedó reducida a cuatro títulos ATP 250 sobre hierba -tres de ellos en 's-Hertogenbosch- y a un puesto 37 como mejor clasificación mundial. Nunca alcanzó los octavos de final de un Grand Slam ni de un Masters 1000, y toda su gloria se concentró en su carrera como doblista.

Desde sus inicios, algo poco común, disputó las grandes citas en pareja -habitualmente junto a su compatriota Pierre-Hugues Herbert-, con quien ganó cinco Grand Slam, alcanzó el número uno del mundo y colaboró en la conquista de la Copa Davis para Francia en 2017 junto a Tsonga o Gasquet.

«Ganar Grand Slams es de mis mejores recuerdos. Eso es lo que recordaré. Más allá de los títulos y los trofeos que pueda tener, también es, en definitiva, todo lo que me permitió alcanzarlos: las dudas, los cuestionamientos, los errores que cometí. Eso es, en definitiva, lo que me ha enriquecido. Mi carrera ha sido rica en ese sentido», comentaba Mahut, que decidió ser tenista después de ver a Leconte y Forget levantar la Copa Davis de 1991 ante los Estados Unidos de Sampras y Agassi. De alguna manera, él también pasó a la historia del tenis. Aunque fuera con una derrota.