Para los que conocemos a Jon Rahm, la imagen no puede transmitir mayor dureza: el deportista mejor pagado del mundo sentado en la oficina del Golf National de París con la mirada perdida. Acababa de entregar una tarjeta de 70 golpes que le dejaba en la quinta posición. Sólo una hora y 48 minutos antes, era líder con cuatro golpes de ventaja a falta de los últimos ocho hoyos.
Tras la inexplicable debacle, Jon está en shock, hundido. Una crudeza ext
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Sentir las miradas encima sin mirar a nadie. Un difícil ejercicio de concentración que ya era apreciable cuando Jon Rahm apareció en el putting green, la última zona de calentamiento. Fueron minutos, al contrario que sus rivales. Un último contacto con la hierba bajo un sol oblicuo, menos húmedo que los anteriores. Refugiado del ruido en sus auriculares, no embocó ninguna. No importaba, ahí no.
Salió disparado, entre gritos de "¡Rahm!, ¡España! o ¡Europe!" A ninguno respondió, a ninguno escuchó. Estaba en modo concentración, en modo recorrido, perfecto hasta la mitad del campo, que cerró con cuatro golpes de ventaja. En el hoyo 11 llegó el problema; en el 14, el hundimiento del que no pudo reponerse. Fue quinto.
"No sé cómo explicarlo", se repetía una y otra vez Rahm, abatido. "Cuando lo tienes tan cerca, es muy doloroso perder de este modo", insistía, sin querer hablar de futuro, de una nueva experiencia olímpica en Los Ángeles 2032: "Ahora no me habéis de futuro. Me va a costar reponerme de esto". Admitió que los errores afectaron a su concentración, pero, en su opinión, "el problema no estuvo en el hoyo 11 o 12, sino en el tercer golpe del 14".
+4 en los nueve últimos
La concentración ha sido un elemento clave en el crecimiento de Rahm, desde los tiempos en los que la Federación lo sancionaba por explotar en el green, golpear los palos y las bolsas. Incluso fue obligado a trabajar con golfistas discapacitados, una especie de servicio social que siempre ha reconocido como clave en su vida. Eso cambió a Rahm y alumbró al campeón que se observó en París durante una primera parte del recorrido perfecta, fuera en el tee como en el green.
En los 10 primeros hoyos tan sólo se fue fuera de la calle en dos ocasiones, algo que solventó sin superar nunca el par. Birdie a birdie, con cuatro en cinco hoyos consecutivos, firmaba un -5 en los primeros nueve hoyos. En los siguientes nueve, un +4. Partió con -14 y acabó en -15. Había dicho que era necesario estar seis golpes por debajo del par. Acertó en el diagnóstico, no en el tratamiento. Sólo arañó uno al campo.
La mayor dificultad del último tramo no explica la diferencia, porque la crisis llegó antes, con dos bogeys en los hoyos 11 y 12, donde las jornadas anteriores había realizado par y birdie. Marcado por esos errores, en el hoyo 14, un par 5 y, por tanto una oportunidad para el birdie, incluso para el eagle, que había logrado en la primera jornada, acabó por realizar un doble bogey.
Scheffler, Fleetwood y Matsuyama, en el podio.EFE
Ese tramo fatal no sólo le hizo perder el liderato con el que había arrancado la jornada, igualado en el hoyo 12 por el británico Tommy Fleetwood, también las posiciones de podio. Cuando salió del doble bogey era quinto, empatado con el francés Víctor Pérez, una de las sorpresas del torneo olímpico de golf, que realizó un recorrido de -8 el último día.
Después de uno de sus errores, Rahm agitó el palo, gesto de desesperación que jamás había hecho hasta entonces en todo el recorrido. Necesitaba volver a su estado del principio frente a un desenlace en desventaja. Un putt larguísimo le permitió hacerlo en el hoyo 15 y empatar con -17 con el japonés Hideki Matsuyama en la tercera plaza. El oro estaba a dos golpes, demasiado en dos hoyos. El bronce, en disputa. Un nuevo bogey en el 17 le dejó a merced de un birdie en el hoyo más difícil. Volvió a hacer girar su palo, desencajado. Mal asunto. El resultado fue un nuevo bogey. Miró al césped. Desencajado, tampoco quería mirar a nadie.
El número uno del ránking
Los 18 hoyos del Golf National, tomado por una peregrinación cuyas intenciones nada tenían que ver con la que tomó el cercano Palacio de Versalles, siguieron al español, convertido ya en un icono, hasta el final. Unas 80.000 personas, más de las que acudieron a la Ryder Cup en este mismo campo o de las que caben en el estadio de Saint Denis. El polémico fichaje por el circuito saudí LIV lo ha apartado de determinados focos, pero su carisma sigue intacto.
Rahm no pudo devolver tanto cariño en forma de oro y vio cómo lo ganaba el estadounidense Scottie Scheffler, el hombre al que Rahm, de ganador a ganador, le puso la chaqueta verde este año en Augusta. El estadounidense, el mejor del ránking este año, fue de menos a más en el torneo olímpico para acabar con el récord del campo en la última jornada (-9) y una tarjeta global de -19. La plata fue para Fleetwood (-18) y el bronce para Matsuyama (-17). Dos golpes malditos separaron, pues, a Rahm del podio, aunque los golpes malditos en París fueron muchos más.
Javier SánchezEnviado especial Saint-Quentin-en-Yvelines
Enviado especial Saint-Quentin-en-Yvelines
«El golf es diferente al resto de los deportes porque estuvo mucho tiempo fuera de los Juegos. Nuestros padres no vieron a Jack [Nicklaus] o a Arnie Palmer ganar un oro olímpico y nosotros no vimos cómo lo hacía Tiger. Crecimos mirando 'majors', eso era lo único importante. Pero cuando pasen los años estoy seguro que los Juegos ganarán en importancia. Es un torneo especial, que no se puede explicar», proclama el estadounidense Xander Schauffele en el bucólico Golf National de Saint-Quentin-en-Yvelines, a 40 kilómetros de París, y podría decirlo por interés, no en vano él es vigente campeón olímpico, quien triunfó en los último Juegos de Tokio, pero realmente lo dice por amor. Concretamente por amor a su padre.
Su padre, Stefan Schauffele, soñó con ser olímpico, estuvo a punto de conseguirlo y una desgracia se lo negó, pero le inculcó que no hay nada más grande que unos Juegos. Ni un PGA Championship ni un British Open, los dos majors que Schauffele ha ganado este año en una increíble racha.
«Todo lo que le sucedió a mi padre me permite apreciar lo que tengo y lo que puedo hacer en este torneo», asegura el actual número dos del mundo, que este jueves hará su primera vuelta al recorrido (a partir de las 09.00 horas) junto al resto de favoritos, como Jon Rahm. Pero, ¿qué le pasó a su padre? Desde sus bisabuelos, Johann y Richard, los dos futbolistas, uno internacional por Austria y el otro jugador del Stuttgart alemán, su familia siempre había tenido una gran cultura deportiva y su padre, Stefan, continuó el legado. Decatleta destacado en Alemania, tenía la marca necesaria para competir en los Juegos de Seúl 1988 cuando sufrió un accidente.
Mientras iba en coche a un entrenamiento en Stuttgart un conductor borracho le embistió frontalmente y acabó con su carrera. «Fue un golpe muy duro, se quedó completamente ciego del ojo izquierdo y estuvo dos años entrando y saliendo del hospital», explicó a la CNN Schauffele, cuya carrera empezó de alguna manera a raíz de esa tragedia.
Una vida estricta en EEUU
Porque lo ocurrido impulsó a su padre a irse a estudiar a Estados Unidos, a la Universidad de San Diego, donde acabó trabajando como profesor de golf y conoció a otra alumna, Ping-Yi-Chen,yankee de padres japoneses, que cursaba Ingeniería Aeroespacial. Juntos tuvieron a Xander y a su hermano mayor, Nico, y juntos criaron a ambos como deportistas de élite. Mucho ejercicio, cuidado a la dieta y al sueño y mucha, muchísima disciplina. «Cuando venía algún amigo a casa les decían: ¡Las manos sobre la mesa! ¡Siéntate recto!», recuerda Schauffele y asegura que por cosas como esa incluso en el circuito profesional a su padre, Stefan, se le conoce como El Ogro.
Desde sus inicios, Stefan fue precisamente el entrenador de Xander y guio sus pasos: en 2015 se convirtió en profesional, en 2017 se dio a conocer con un quinto puesto en US Open, en 2018 fue segundo en el British... hasta su oro en Tokio y el doblete PGA/British de este año. «No sabría qué escoger, si los Juegos o los majors. Los Juegos me conectan con mi padre», asegura antes del inicio.
Se hizo de rogar más de lo deseado. Han tenido que pasar 16 meses, tres majors y 11 torneos de la gira saudita para que Jon Rahm haya vuelto a reencontrarse con la victoria. Tras una temporada sólida en cuanto resultados, pero sin llegar a rematar, Rahm no ha podido evitar emocionarse cuando comprobaba que el error de su compañero de equipo y amigo Tyrel Hatton, certificaba su primer triunfo en el LIV Golf UK.
Se trata del undécimo torneo de la gira en la temporada que recientemente visitó Valderrama con el título de Sergio García, y que terminó su bucle europeo este domingo muy cerca de Londres. 'Rahmbo' certificaba el tercer triunfo español en el LIV Golf tras los conquistados el primer año por Eugenio López-Chacarra, y los más recientes de García y Rahm.
Jon Rahm (-13) ganó su primer título con un golpe de ventaja sobre Hatton, el chileno Joaco Niemann (líder de la regularidad en el LIV Golf por delante del español) y el australiano Cameron Smith. El español que salía a la última jornada tres golpes por detrás del norteamericano Andy Ogletree, fue poco a poco cimentando su remontada, gracias a una tarjeta de 67 golpes, Rahm empezó con birdie en el hoyo 2 y en el 6, y arrancó con fuerza los segundos nueve hoyos encadenando tres birdies en sus cuatro primeros hoyos, sus aciertos coincidieron con los titubeos de todos sus rivales, especialmente el birdie en el 10 coincidió con un doble bogey de Ogletree, lo que puso al frente del torneo al León de Barrika. Pero la zozobra llego cuando el torneo parecía ya finiquitado con un bogey en el hoyo 17 fallando un putt de aproximadamente un metro "no esperaba que ese putt fuera a caer así", comentaba el español tras su ronda. La angustia se prologó hasta el 18, donde, ahora sí, el español sacó adelante un buen par. Hatton llegaba al último hoyo empatado con el español, pero terminó con tres putts que daban vía libre a la celebración española.
La vigésimo segunda victoria profesional del español, donde se incluyen dos majors, 11 títulos en el PGA Tour y 10 en el DP World Tour, ha sido una de las más emotivas de toda su carrera, Jon visiblemente emocionado, se abrazaba con su caddie Adam, apenas pudiendo contener las lagrimas. "No ha sido el año más fácil para nuestra familia, Kelley y yo hemos pasado por bastantes cosas, y ella aún más y ahora en la cama en reposo", la esposa de Rahm esta viviendo ahora mismo el embarazo de riego del tercer hijo que espera la pareja.
"Nuestro hijo Kepa me pidió que trajera un trofeo a casa en estas semanas de torneos por Europa. Hoy comencé a creer que iba a suceder en algún momento. Ahora puedo decirles que llevaré un trofeo a casa", comentaba el de Barrika que además del trofeo, llevará hasta Phoenix un cheque de 4.750.000 dólares solo esta semana, al dominar tanto la clasificación individual como la de los equipos con la cuarta victoria del año de Legión XIII.
"Finalmente conseguí ganar, no quería que esos sentimientos duraran demasiado y tras superar el bache me siento increíble...me siento aliviado...", el español se ha quitado un peso de encima y tiene un único pensamiento ahora mismo: la medalla de oro en los Juegos Olímpicos, donde el español debutará desde el jueves en Paris. "Ganar me dará un poco mas de confianza si consiguió ponerme en posición el domingo. Tengo muchas ganas de compartir la semana con David, va a ser fantástico y ojalá uno de nosotros pueda irse con el oro", concluía Jon Rahm refiriéndose a David Puig su compañero en los JJ.OO que además logró terminar en Londres en una buena undécima plaza pese a concluir con tres bogeys consecutivos. Sergio García (-5), ganador del Valderrama hace ya un par de semanas, terminó vigésimo e Eugenio López-Chacarra en el puesto 41 con +2
Jon Rahm mira con optimismo a los Juegos de París. El golfista español ha asegurado que el campo en el que se disputará el torneo favorece a su juego y que, "si todo transcurre con normalidad", tendrá "opciones de ganar medalla".
"Tuve la oportunidad de ganar allí un Open de Francia, pero un doble o triple bogey en el hoyo 12 me lo impidió. Luego, la Ryder Cup de 2018 que ganamos, aunque no jugué muy bien, me trae grandes recuerdos. Es un campo exigente, donde hay que hacerlo todo bien de tee a green, un campo que le va a mi juego, del que no te puedes esconder de ninguna manera. Si todo transcurre con normalidad, tendré opciones de ganar una medalla", señaló en declaraciones difundidas por la Real Federación Española de Golf.
"Una pena que juguemos lejos de la Villa Olímpica y estemos un poco alejados de París. Será la cuarta semana seguida de competición para mí y es posible que no pueda hacer todo lo que me gustaría en París, disfrutar más de los Juegos en general. Pero formar parte de esa lista de deportistas españoles es impresionante para mí", dijo.
Esa posibilidad es algo que valora más si cabe después de perderse Tokio 2020 tras dar positivo por Covid: "Fue un momento duro, muy duro, porque estaba jugando muy bien ese año. Ya di positivo con anterioridad y me tuve que retirar de un torneo, pero nadie pensaba que se pudiera repetir. No poder participar en los JJOO, cuando mi caddie ya había despegado para reunirse conmigo en Phoenix para volar luego hacia Tokio... fue duro, muy duro...".
"Me costó mucho superarlo... Saber que tenía opciones de medalla y no poder participar... Con que sí, este año voy con motivación extra, con ganas de saber que perdí una oportunidad y siendo consciente de que quién sabe cuántas más voy a tener", manifestó.
Para Rahm ser olímpico y representar a su país "es el honor más alto que puede tener cualquier deportista": "Poder ser parte de ello, después de la mala suerte de Tokio me hace mucha ilusión y ojalá pueda ser parte del medallero español. He tenido la suerte de hacerlo como amateur y ojalá ahora lo haga como profesional".
Por otro lado, el golfista afirmó que le gustaría que "hubiese una opción de competir algo por equipos, como en el tenis" y habló del otro español que también participará, David Puig: "No hemos jugado juntos muchas veces, pero tenemos trayectorias similares, primero en España, en los equipos nacionales, luego en la universidad de Arizona State en Estados Unidos. Me hace mucha ilusión que se haya clasificado y poder compartirlo con él", aseguró Rahm.
Jon Rahm fue el primer encargado de revolucionar la última jornada del Open Championship. El de Barrika tuvo una salida fulgurante y agitó el tablero haciendo que Royal Troon hablara español, por lo menos durante casi dos horas. El sueño de ser campeón del Open Británico se desbarató con el bogey en el hoyo 11, el primero y único del día para el español, que terminó con -1, empatado en la séptima plaza junto al número uno del mundo Scottie Scheffler.
"Me he dado la oportunidad. Si juego bien entre el 9 y el 12, igual hubiera tenido una opción, pero tal y como estaba el viento, bajando, era complicado", afirmaba satisfecho por la semana. "He jugado muy bien, porque el campo está duro. Estoy muy contento, he hecho un gran trabajo tras no desesperarme demasiado. El juego corto ha sido muy bueno". dijo Rahm, que cierra su temporada en los majors con el mejor resultado del año.
A puñetazo limpio se batieron por la jarra de clarete hasta ocho jugadores. La naturaleza quiso que el desenlace del Open Championship fuera la ronda más apacible de la semana y los ocho primeros hoyos el maná que aprovechar antes de afrontar los complicados nueve segundos, donde resultaba casi inevitable perder golpes. Pero el viendo amainó, lo que dejó a Royal Troon totalmente desprotegido ante el paso de los últimos partidos. Xander Schauffele, que terminó los primeros nueve hoyos con -2, encadenó aciertos en los hoyos 11, 13, 14 y 16 para poner el torneo con -9 y pasar por encima de Juston Rose (-7), segundo clasificado gracias al birdie en el 18, la mayor ovación que se ha escuchado en toda la semana en Royal Troon. El acierto en el ultimo agujero también le sirvió a Billy Horschel (-7) para empatar en la segunda posición.
"Quizás me haya faltado algo de suerte"
Cuarto en solitario fue la revelación del torneo, el sudafricano Thriston Lawrence (-6). Y cerraron el top-ten y los guarismos bajo el par Russel Henley (-5), Shane Lowry (-4), además del propio Rahm, Scheffler y Sungjae Im, todos con -1. Los 65 golpes hicieron a Schauffele justo campeón y golfista del año.
"Quizás me haya faltado algo de suerte para luchar por la victoria". No le faltaba razón a Rahm, que cada día de juego de los cuatro de este Open estuvo en el turno más perjudicado por la meteorología. Pese a todo, lo peleó el de Barrika con cuatro birdiesen los siete primeros hoyos y arrancó la locura del gentío con tres consecutivos para empezar. Todo lo que no entró los primeros tres días, vio hoyo en los dos primeros, donde embocó desde cinco y seis metros, respectivamente. El público español se hacia notar ante los aciertos, pero Rahmbo, hierático, no producía ni una muesca ante tanta muestra de cariño. El español entra en trance desde que llega al campo a calentar y solo sale del mismo cuando estrecha la mano de sus oponentes al terminar cada ronda.
Fue una pena el putt del 8 para birdie desde tres metros que hubiera redondeado el explosivo comienzo. A esas alturas los últimos partidos ya habían empezado y coleccionaban birdies en el primer tramo. A dos golpes llegó estar Rahm, fue solo un espejismo y con la desaparición del viento llegaron los birdies por detrás y la victoria del norteamericano.
Shauffele, medallista olímpico
Xander tiene 30 años, 11 triunfos profesionales y entre ellas su primer major conseguido este mismo año en el PGA Championship. Además tiene el honor de haber logrado la medalla de oro en los últimos Juegos Olímpicos disputados en Tokio. Se da la circunstancia que este año, los cuatro ganadores de majors son americanos, algo que no pasaba desde 1982.
Con respecto al resto de españoles que pasaron el corte, Jorge Campillo terminó con el par en la ultima jornada empatado en el puesto 43 con +8, mientras que el amateur Luis Masaveu concluyó en el puesto 78 con +18.
Seguro que alguno de los haters del LIV Golf, de los que llaman traidor a Jon Rahm detrás de un teclado, estuvo camuflado con la gorra de los Legion XIII este sábado en Valderrama entre los miles de espectadores. Y es que el concepto del golf por equipos va poco a poco calando en este deporte tan individualista. El Real Club de Golf de Valderrama era el sábado un escaparate del caro merchandising oficial. Los hay como el pequeño Romeo, que exhibe con orgullo el León del equipo de Rahm con la esperanza de conseguir la firma del de Barrika, o el caso de Rose, una inglesa afincada en Marbella con el logotipo de los Crushers simplemente porque el dibujo de la gorra le gustó y quiere protegerse del verano gaditano. "Igual que yo crecí queriendo ser jugador del Atleti, de hecho, lo sigo queriendo aunque sea imposible, espero que en el futuro haya niños que quieran jugar en Legion XIII", comentaba el capitán español que, en su multimillonario acuerdo, tiene un porcentaje de su equipo.
Jon Rahm atacó con fuerza otro día tenso, esta vez con menos viento, pero en una nueva nueva jornada que refrenda a Valderrama como 'campazo'. Terminó con menos dos, aunque con el mal sabor de boca de un bogey en el par cinco hoyo cuatro tras enviar una bola al agua. El putt de par se escapaba por la derecha del hoyo, al igual que un exabrupto en forma de blasfemia de la boca del jugador, que provocó el silencio del respetable. "Es frustrante, se acumula todo..., me he dejado varios golpes esta semana en pares cinco con bolas al agua", confesaba Rahm, que afrontará el último día desde el par a siete golpes del líder.
Toda la presión del tee de hoyo uno fue hoy para Eugenio López Chacarra, con algunas caras conocidas como testigo. Se dejaron ver por Sotogrande el futbolista Marcos Alonso, el televisivo cocinero Carlos Arguiñano, Dani Garcia, que siguió a Phil Mickelson y al que regaló una buena colección de botellas de aceite de oliva, la capitana de la Solheim Cup, Suzann Pettersen, o el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida.
"Ha sido un fallo tonto"
Bajó el pegajoso tema de Quevedo y Bizarrap, que anima a quedarse porque 'las noches sin ti duelen', Chacarra pegó un híbrido perfecto que terminó en el centro de la calle. La explosión del golpe coincidió con los humos de los colores de los Fireballs, que envuelven el tee del primer hoyo y con una decena de niños que, estratégicamente colocados agitando la bandera de España, pedían autógrafos a Greg Norman, sin tener mucha idea de quién es ese señor.
El LIV Golf tiene muy claro que su concepto es el espectáculo. Aunque a las primeras de cambio Valderrama zarandeó a Chacarra con un doblebogey en el primer hoyo tras no acertar a sacar la bola del búnker. "Ha sido un fallo tonto, pero he sabido jugar golpe a golpe". Tocado pero no hundido, el madrileño hizo lo más complicado, resetear y cargarse de paciencia para volver a construir una ronda muy meritoria: 72 golpes, más uno del campo para mantenerse con menos dos en una concurrida tercera posición y a cinco golpes del indio AnirbanLahiri.
Solo 10 jugadores concluyeron bajo el par tras 36 hoyos, teniendo hoy unas condiciones buenas de golf. Un top ten tan variopinto donde confluyen el doble ganador este año de majorsseniors, Richard Bland, con 51 años o el ganador del US OpenBryson DeChambeau, que hoy firmó 67 golpes. Y cuidado porque este recorrido inspira a ganadores del US Open como hizo en el pasado con Grame McDowell o Matt Fitzpatrick. "Tiene sentido", afirmaba ante el dato DeChambeau. Martin Kaymer, el único loca, que vive en la zona y es socio de Valderrama, también se mantiene bajo el par.
García se descuelga
La ronda del día de 66 golpes le ha servido a Lahiri para alcanzar el liderato con siete golpes bajo el par con una escandalosa exhibición sobre los rapidísimos green de Valderrama. García jugó sobre par y su resultado, salvo milagro, le descuelga de la pelea, mientras que David Puig se reconcilió con su golf con una tarjeta de menos tres.
Con estos marcadores, los Crushers GC mantienen de momento el liderato por equipos con cuatro golpes de ventaja sobre los Fireballs GC de García.
A lo largo de de estos casi 40 años de historia del Real Club de Golf de Valderrama por estas calles y greenes han pasado los mejores jugadores del planeta; se ha disputado una Ryder Cup, dos campeonatos del mundo, las finales del Circuito Europeo y dos años del LIV Golf, y siempre ha habido un común denominador en cada una de las citas; el campo de golf se erigía en verdadero protagonista. Tras la jornada inaugural del LIV Golf de hoy, todos hablan una vez más de Valderrama, solo siete jugadores de los 54 participantes han conseguido bajar del par del campo. El viento poniente quiso complicar aún más uno de los recorridos más exigentes del planeta. "Valderrama con el viento racheado y cambiante es complicadísimo", comentaba Sergio García, con -2, uno de los siete supervivientes de la jornada. Aunque el mejor español es Eugenio López-Chacarra que resolvió la jornada con una brillante tarjeta de -3 que le da la tercera posición en el torneo. "Ha sido un test difícil desde el principio", comentaba el madrileño.
Jon Rahm el máximo atractivo del torneo, pareció encauzar su ronda, llegó a estar con -2, pero dos bogeys en los hoyos 12 y 13, especialmente doloroso en el 13 con tres putts, castigaban al capitán de Legion XIII que terminó con una bola al agua en el mítico hoyo 17, y un doblebogey que dejaba su tarjeta con un molesto +2. "Un día difícil nada más, he estado cómodo dentro de lo cabe, pero he estado cómodo", restaba importancia Rahm al resultado, aunque su lenguaje corporal en el campo expresaba en muchos momentos lo contrario.
Sin embargo el verdadero héroe del día es el sudafricano Dean Burmester, con cinco bajo el par y líder tras los primeros 18 hoyos. "Con una ronda de -2, pensé que podía ser líder y cuando he visto que el primero me sacaba tres golpes, me ha parecido increíble", señalaba García.
El ambiente de la única cita del LIV Golf que se celebrará en España ha sido un año más sobresaliente, miles de aficionados desafiaron al calor y animaron a los españoles. Bryson DeChambeu, reciente ganador del us Open, arrancó con +3 y al igual que Rahm, con siete golpes en el hoyo 17. Hoy se firmaron en ese par cinco dos dobles y tres triplebogeys. Brutal.
Eugenio López Chacarra por fin juega al golf sin molestias, la consecuencia es que vuelve a moverse por los puestos altos de las clasificaciones, su golf en inmenso, ha encontrado un driver que le da confianza y regularidad en los greenes. Además 'Chaqui' se muestra más prudente que en sus primeros pasos en el profesionalismo donde se convirtió en el primer (y único) español en ganar en el LIV Golf. La cruz del día fue para David Puig que terminó con 81 golpes. En esta tensa jornada hubo cinco tarjetas en esas cifras.
Por equipos, Los Stinger GC de Burmester llevan la iniciativa con -2, dos golpes menos que los Fireballs de García, que prometen una apasionante batalla. "Vaya domingo puede ser, si gana Alcaraz, gana España y ganamos uno de nosotros", advertía 'Rahmbo' cuando se enteraba de la victoria de Carlos Alcaraz en Wimbledom. "A ver si soy yo el que gana con todo el respeto para el resto", sonría Rahm. Aunque el mayor de los respetos tendrá que ser esta semana, por supuesto, para Real Club de Golf de Valderrama.
Jackson Suber, un jugador desconocido de 24 años que habitualmente compite en la segunda división del PGA Tour, ha sido el último participante en entrar entre los 156 elegidos para la disputa del US Open. Se trata del tercer major del año, el más duro y exigente.
Suber, que estaba en la reserva tras las previas, llegó desde Florida cuando le anunciaron que tendría que cubrir la baja de Jon Rahm, con dolores provocados por una infección en una herida entre los dedos de su pie izquierdo. La vida sigue en el golf, unos con la preocupación de una infección descontrolada y otros con la ilusión de un debut en los grandes torneos.
A una hora y media de Pinehurst, una de las míticas sedes del golf que acogerá la 124º edición del US Open, esta Raleigh, la segunda ciudad en importancia del estado tras Charlotte. Allí, en el modesto Wildwood Green Golf Club, una foto de Grayson Murray te hace relativizar cualquier situación. Fue su primer club y este era su US Open, pero hace unas semanas los demonios le vencieron y el jugador del PGA Tour decidió quitarse de en medio sin haber superado la treintena.
El US Open aún recuerda en su página web sus dos participaciones en este torneo, como si fuera un participante más. Aunque mucho más cruel resulta ver que nadie ha tenido la decencia de quitar a un golfista muerto del ranking mundial. De hecho, Grayson ha recuperado esta semana dos posiciones y ha pasado del puesto 61 al 59 del mundo.
Esto pasa en un deporte tan planificado que ya sabemos que Pinehurst volverá a acoger este torneo en 2047. La USGA ha querido de alguna formar recordar a Grayson con una placa en una de las taquillas de Pinehurst. "Se agradable con los demás", termina la leyenda de la inscripción; da que pensar respecto a la parte más oscura del deporte profesional.
Pocos se acordarán de Grayson el jueves cuando comience el US Open, ni del dedo de Rahmbo, bastante tendrán los jugadores con resistir lo que parece que será uno de los torneos más duros. El temible abierto podría recuperar su esencia, su pedigrí de antaño, donde los golfistas venían a sufrir, los pares eran celebrados y los resultados positivos servirían incluso para la victoria.
En el momento de la historia cuando mejor se está jugando, no vendría mal una cura de humildad esta semana. Y los duros y rápidos greenes de Bermuda están por la labor de probar la paciencia de los jugadores esta semana. "Están al límite", comentó Wydham Clark, campeón y defensor del torneo, tras una de sus rondas de prácticas.
El tiempo será seco y algo ventoso, veremos si la USGA se atreve a cruzar la línea como hacía en otras décadas, donde este torneo entroncaba con el sufrimiento de los jugadores. Hasta los propios participantes se rebelaron contra la USGA. Phil Mickelson llegó a culpar en una ocasión a la organización de las posibles lesiones de jugadores por la excesiva altura del rough. En otra, en Shinnecok Hills, a las afueras de Nueva York, frustrado por la rapidez de los greenes llegó a golpear una bola en movimiento.
Armada Española
Esos momentos tan duros los ha vivido bien Sergio Garcia, que disputará su vigesimoquinto US Open consecutivo tras entrar como reserva de las fases previas. En su major número 99 y tras la baja de Rahm, le tocará al de Castellón guiar a nuestra armada, compuesta por dos de sus compañeros en Fireballs, Eugenio López-Chacarra que debuta en majors y David Puig, que se juega su clasificación para los JJ.OO de Paris.
Puig fue adelantado por milésimas esta última semana por Jorge Campillo y solo necesitaría pasar el corte para volver a recuperar su posición y acompañar a Jon Rahm en la cita olímpica. La lucha está siendo tan bonita como encarnizada por representar a España. No deja de ser llamativo que toda la representación española en el US Open provenga del LIV Golf. Contando a los nuestros, esta semana habrá 13 representantes de la gira saudí en Pinehurst.
Acuerdo PIF
Scottie Scheffler es el gran favorito. La temporada del tejano es abrumadora, cinco victorias, en cinco de los eventos más importantes del año y un puesto 17º como peor posición en 2024. El número uno, además, ha demostrado que es capaz de ganar no estando a su mejor nivel.
Es el rival a batir por todos, incluido Tiger Woods que se sigue mostrando esperanzado de recuperar su mejor golf. Woods, por otra parte, ha dado pocas pistas sobre el acuerdo entre el PGA Tour y el PIF (Fondo Soberano de inversión Pública) tras la última reunión entre ambas partes celebrada hace unos días. "Creo que estamos más cerca de llegar a ese punto que antes de la reunión. Hemos discutido sobre muchos posibles finales a esta ruptura y múltiples maneras de llegar a ellos. Creo que las dos partes salimos de la reunión con una sensación muy positiva. Compartimos la misma pasión por encontrar una solución. Sí, hay diferencias de opinión, pero realmente los dos queremos lo mismo", ha explicado.
La vida y el golf siguen, aunque a solo unas millas de Pinehurst, sigan llorando a Grayson Murray.
Jon Rahm, dos veces campeón de Majors, renuncia a disputar el Abierto de golf de Estados Unidos debido a una infección en el pie izquierdo.
La mala racha de Rahm desde que fichó por la LIV Golf continúa. El número ocho del mundo, se tuvo que retirar el sábado pasado del evento LIV Golf de Houston debido a la lesión que sufrió el viernes.
"Después de consultar con numerosos médicos y con mi equipo, he decidido que lo mejor para mi salud a largo plazo es retirarme del US Open de esta semana", publicó Rahm en la red social X.
"Decir que estoy decepcionado es quedarse muy corto", agregó. Rahm tenía previsto comenzar su ronda de apertura el jueves en Pinehurst junto al japonés Hideki Matsuyama y el estadounidense Jordan Spieth. En su lugar, jugará el suplente estadounidense Jackson Suber según anunció la Asociación de Golf de Estados Unidos (USGA).
Pocas horas antes de retirarse, Rahm, de 29 años, habló con los periodistas llevando una chancla en el pie izquierdo y dijo: "Es una preocupación. Va mejor. Pero todavía me duele", y dijo que no estaba seguro de jugar esta semana.
Rahm dijo que el dolor llegó a ser más de lo que pudo soportar el pasado sábado en Houston.
"¿Podría haberme arrastrado hasta allí y haber conseguido algún resultado? Sí", dijo Rahm. "Pero estaba llegando a un punto en el que no estaba haciendo los swings que quería hacer y podría haber dañado otras partes de mi swing sólo por el dolor".
Hinchazón y dolor
Uno de los problemas del golfista vasco ha sido averiguar el origen de la lesión. "Creo que el término más cercano sería una lesión en la piel. Está un poco abajo, entre el dedo meñique y el siguiente", afirmó RAhm.
"No sé cómo ni qué pasó, pero se infectó. El dolor era intenso. El sábado por la mañana me pusieron una inyección para adormecer la zona. Se suponía que duraría toda la ronda, y en mi segundo hoyo ya me dolía", reconoció.
"La infección era lo preocupante. Ya está controlada, pero sigue habiendo hinchazón y dolor", por lo que evitó calzarse el pie izquierdo cuando visitó Pinehurst.
"Intentando mantener la zona seca y tratando de que cicatrice lo antes posible", dijo Rahm. "Pero sólo puedo hacer lo que puedo hacer", concluyó.
Año nefasto
El español no ha ganado desde que saltó del PGA Tour al LIV Golf el pasado diciembre. Compartió el 45º puesto en el Masters y no pasó el corte en el PGA Championship del mes pasado.
Rahm, campeón del Masters 2023 y ganador del US Open 2021, también publicó su apoyo al evento y a otros jugadores.
"Deseo a todos mis compañeros la mejor de las suertes y quiero dar las gracias a todo el personal de la USGA, a los voluntarios y a la comunidad de Pinehurst por acoger y organizar lo que estoy seguro será un campeonato increíble", publicó Rahm.