El Leverkusen desespera a un Bayern sin puntería

El Leverkusen desespera a un Bayern sin puntería

Actualizado Sábado, 28 septiembre 2024 - 21:44

El Bayer Leverkusen, vigente campeón de la Bundesliga, salió airoso de su visita a Múnich (1-1), donde el Bayern mostró su incapacidad para encontrar el gol y puso fin a su impecable inicio de temporada, donde se había impuesto en sus seis partidos de todas las competiciones. De este modo, Xabi Alonso prolonga su buena racha frente al gigante bávaro, a quien ya arrebató cuatro puntos en sus dos cruces de la pasada campaña.

En cualquier caso, el conjungo de Vincent Kompany deberá extraer conclusiones positivas de su actuación ante un rival que parece haber perdido su aura de superioridad que le hizo sumar su primer título tras 11 años. "Sólo logramos un empate, pero nuestro modo de jugar me impresionó", aseguró Max Eberl, director deportivo del Bayern.

"El objetivo era permanecer compactos y permitir poco", argumentó Granit Xhaka cuando le preguntaron sobre el gran momento de su rival. El Bayern dominó la primera media hora, pero el siempre combativo Robert Andrich remató una imponente volea a la salida de un córner y envió el balón junto al poste izquierdo de Manuel Neuer.

Omnipresente Pavlovic

Era la primera vez que el Bayern marchaba por detrás en el marcador desde que Kompany asumió el cargo. Andrich fue amonestado al minuto siguiente por una entrada sobre Harry Kane, que acabaría la noche con una estadística anómal: cero disparos a puerta. Por entonces, el dominio bávaro se traducía tanto en la posesión (69% al final del partido) como en los pases (710, con 91% de acierto). El largo recorrido de Aleksandar Pavlovic, que parecía multiplicarse en la medular, oscurecía el fútbol del Leverkusen, donde Jeremie Frimpong tampoco lograba acelerar desde el perfil derecho.

Pavlovic empató merecidamente en el minuto 39 con un formidable remate desde fuera del área. También en la primera parte, los seguidores del Bayern en el fondo sur del mostraron pancartas criticando a su club por las tonos grises en la camiseta de su equipo, contrarios a la tradición del club.

Tras el descanso, Serge Gnabry estrelló un balón en el poste y luego en el larguero, mientras Michael Olise desperdició otra oportunidad ante Lukas Hradecky. El guardameta finlandés se alzó como uno de los baluartes de un equipo que sólo inquietó a Neuer con un acercamiento postrero de Florian Wirtz.

El Leverkusen arranca como un disparo y golea al Feyenoord

El Leverkusen arranca como un disparo y golea al Feyenoord

Todo el interés que había levantado el campeón de la Bundesliga en su retorno a la Champions League se confirmó ayer con un soberbio primer tiempo en Rotterdam. En apenas 45 minutos, el Bayer Leverkusen barrió al Feyenoord con cuatro goles merced a un incontenible despliegue liderado por Florian Wirtz, el primer futbolista alemán que marca dos goles durante su primer partido en el torneo. «Hemos estado muy concentrados. Es sólo el primer partido, pero por supuesto que estamos satisfechos», aseguró Xabi Alonso, técnico del Bayer.

Con un fútbol vertical, comandado por la imaginación de Wirtz entre líneas, el Leverkusen dejó sin réplica a un Feyenoord tan impetuoso como impreciso. La ruidosa afición de De Kuip ni siquiera pudo esbozar una sonrisa tras el descanso, cuando el árbitro invalidó dos goles a su equipo por fuera de juego.

Por entonces, los visitantes ya habían impuesto el desborde de Jeremie Frimpong, la omnipresencia de Alejandro Grimaldo y la calidad de Victor Boniface. Tras el afortunado 0-1 de Wirtz, el delantero nigeriano dejó el gesto técnico de la tarde con un asombroso pase, a imagen y semejanza de Thierry Henry, en la acción del 0-2, obra del internacional español.

«Jugamos con mucha madurez»

La velocidad de Grimaldo y Frimpong resultaba indetectable para la defensa holandesa, que en el minuto 36 no pudo leer ni el envío desde la derecha del neerlandés ni la incorporación de Wirtz. Para redondear la desgracia, justo antes del intermedio Timon Wellenreuther tampoco supo embolsar un endeble cabezazo de Edmond Tapsoba.

«Jugamos con mucha madurez a pesar de que el ambiente era muy especial. En la Champions siempre hay que marcar goles, pero también hay que defender bien», zanjó Alonso. Hasta ayer, el Leverkusen jamás había anotado cuatro goles a domicilio durante sus 13 participaciones previas en el torneo.

Morata lleva la fiesta al delirio: "Tenemos que saber que somos el mejor país del mundo"

Morata lleva la fiesta al delirio: “Tenemos que saber que somos el mejor país del mundo”

Actualizado Lunes, 15 julio 2024 - 23:37

Por inesperado o por extraordinario, la Plaza de Cibeles de Madrid, esta vez teñida de rojo, se abarrotó de gente para acoger un nuevo triunfo de la selección. La cuarta. Muchos de los que ayer agitaban la bandera gritando a sus nuevos ídolos no estaban cuando, hace ya 12 años, Sergio Ramos tenía el honor de presentar al número 23 de aquella selección, Pepe Reina, que antes había hecho lo propio con el resto de jugadores de ese equipo que se hizo leyenda. Pero esta vez fue diferente. Fue la noche de los chavales, de esos que eran muy pequeños entonces, pero que han conectado como nadie con un país ansioso por volver a gritar, con orgullo, "¡Campeones, oé, oé!". Ellos eran la atracción y ellos protagonizaron la fiesta.

Una celebración que empezó horas antes de la llegada de los jugadores, cuando los clásicos como Yo soy español, español, español o el We will rock you de Queen comenzaron a sonar. Ya no pararían. Tampoco lo hizo el calor, que obligó a los presentes a asentarse en los lugares más inhóspitos, árboles incluidos.

Así, sobre las 22.00 horas, llegaron a una plaza que, rodeada de camiones policiales, vehículos blindados y plagada de familias de todas las partes del país y del mundo, esperaba eufórica su llegada: "Venimos desde Huelva solo para ver la celebración. Llevamos cuatro horas de espera para coger un buen sitio. Lo importante es que los chavales lo recuerden y lo pasen bien", decía un padre onubense.

"Respeta a todo el mundo"

También argentinos, que fueron campeones de América en la misma noche del domingo, quisieron acompañar, con la camiseta albiceleste, la histórica celebración. Allí, junto a la diosa griega esperaban las madres, que no dudaron en mostrar su emoción por lo que estaban viviendo. "Estoy muy contenta y orgullosa de lo que Nico ha conseguido. Es un chico que respeta a todo el mundo", dijo María a TVE. Todo un símbolo.

El baile fue un elemento esencial durante toda la noche, con Wally López, Aitana, que acertó con su predicción para la final e Isabel Aaiún, autora de la canción fetiche de esta Euro: Potra salvaje. Porque esta selección demostró ser así, "libre como el principio de una canción". Sin complejos, sin la necesidad de imitar ni ser nadie más que ellos mismos. Tardaron, el procolo obligaba a saludos protocolarios que, quizás, retrasaron más la gran bienvenida de lo esperado, pero un gran escenario decorado con los colores de todos les esperaba para animar la fiesta. Ni siquiera Ibai Llanos, que bromeaba en los momentos previos con Marc Cucurella, se lo quiso perder.

Vista general de la Plaza de Cibeles, el lunes.

Vista general de la Plaza de Cibeles, el lunes.EFE

Como en todo acto que se precie, lo primero es presentarse. Y así lo hicieron. Vídeo con todos los goles, móviles en alto para inmortalizar el momento y a saltar. El primero fue Álvaro Morata, el capitán, que con una sonrisa radiante levantaba al cielo de Madrid el trofeo mientras era ovacionado. "Españoles, ¡somos campeones de Europa!", gritó tres veces. "¿Sabéis por qué? Porque habéis creído y lo hemos notado", dijo el delantero rojiblanco. "Ha sido un auténtico orgullo ser el capitán. Os aseguro que siempre me he dejado la vida por intentar conseguir esto". "Tenemos el mejor país del mundo, la mejor comida, los mejores sitios de vacaciones, los mejores trabajadores, somos el mejor país del mundo", terminó.

Justo después, se vistió de ese Pepe Reina que tanto recordábamos, y que el propio Álvaro se encargó de homenajear, para presentar a sus compañeros. Desde David Raya, pasando por Dani Carvajal o por Robin Le Normand que, a pesar de no estar acostumbrado a hablar delante de tanta gente, sí que se atrevió a gritar bien fuerte: "¡Viva España!".

También nos dejó un surtido de apodos, como el "teniente Vivian", con el que parafraseó la canción de La Bamba o el "tiburón" para Ferran Torres. Joselu se arrancó con Luis Miguel, Dani Olmo con Estopa o Grimaldo que vibró con La Falda de Myke Towers. También Álex Remiro, el único que no ha podido jugar en el torneo, se llevó su merecido aplauso. "Gibraltar es español", fue otro de los gritos coreados.

Solo quedaba el míster, Luis de la Fuente, que después de ser manteado por todos los jugadores, también mandó un mensaje al país: "Unidos somos más fuertes". Así fue la noche en la que España celebró, simplemente, ser campeona.

Xabi Alonso y el Leverkusen cierran a lo grande su primer título de la Bundesliga

Xabi Alonso y el Leverkusen cierran a lo grande su primer título de la Bundesliga

Un hat trick de Florian Wirtz, que había salido tras el descanso, resolvió el primer título de la Bundesliga para el Bayer Leverkusen, que puso fin, con cinco jornadas de antelación, a 11 años de dinastía del Bayern Múnich. El equipo dirigido por Xabi Alonso no sólo ha conquistado el mayor éxito en sus 120 años de historia, sino que mantiene su asombrosa racha invicta. Nada menos que 43 partidos sin conocer la derrota a lo largo de una temporada que aún podría cerrar con el triplete, alzando la Copa de Alemania y la Europa League. [Narración y estadísticas (4-0)]

Las rotaciones, con cuatro caras nuevas en su once inicial, no mermaron el rendimiento de un Leverkusen que ya había tomado ventaja con un penalti de Victor Boniface en el ecuador del primer tiempo y un espectacular disparo de Granit Xhaka a la hora de juego. Después de tres apurados triunfos por la mínima, la apabullante goleada ante el Werder Bremen llevó al delirio a los 30.000 espectadores que abarrotaban el Bay Arena. El espeso humo rojo de las bengalas teñía el ambiente, marcado por los bailes y abrazos de los futbolistas en el banquillo. La invasión de campo por parte de los hinchas, al grito de "¡Viva España!", obligó al árbitro, Hasmar Osmer, a dar por concluido el partido en el minuto 90, justo después del 5-0, obra de Wirtz.

"Es indescriptible. Aún no he asimilado lo que hemos hecho, así que tendré que volver al vestuario para ser consciente", aseguró Xhaka, fichado el pasado verano procedente del Arsenal a cambio de 15 millones de euros. El fin a la leyenda negra de un club al que llegaron a apodar Neverkusen, por su propensión a la tragedia. Entre sus momentos más negros, quizá ninguno como el curso 2001-02, cuando perdió en el último instante tres títulos, incluida la Champions ante el Real Madrid.

Varios registros

Alonso, como marca la tradición, recibió el baño de cerveza con el que se da por inaugurada la fiesta de los campeones. El momento más dichoso de su breve trayectoria en Leverkusen, iniciada en octubre de 2022, cuando el equipo deambulaba penúltimo en la tabla. El despegue lo que se antoja una trayectoria fulgurante. Porque el donostiarra, de 42 años, se perfila hoy como uno de los técnicos más influyentes de Europa. De momento, tras rechazar las ofertas de Liverpool y Bayern, ha firmado un nuevo contrato a orillas del Rin hasta 2026.

Si mantiene su racha en las cinco últimas jornadas, el Leverkusen será el primer campeón invicto de la Bundesliga. Una motivación extra para Alonso, criado a las órdenes de maestros como Rafa Benítez, José Mourinho y Pep Guardiola, pero con un libreto propio. Partiendo de su 3-4-3 en ataque y su 5-3-2 en defensa, el Leverkusen ha manejado varios registros a lo largo de la temporada. En la mayoría de ocasiones ha querido sentirse protagonista con el balón, aunque sin titubear tampoco cuando tuvo que protegerse, como hace dos meses durante su decisivo triunfo ante el Bayern (3-0).

La explosión de Alonso representa el mayor motivo de orgullo para un club que hasta ahora sólo contaba con la Copa de la UEFA de 1988 -resuelta con una increíble remontada ante el RCD Espanyol- y la Copa de Alemania de 1993. A su labor táctica hay que añadir el trabajo en los despachos de Fernando Carro, director ejecutivo, y la intuición de Tim Steidten, arquitecto de la plantilla campeona. El actual director deportivo del West Ham descubrió, antes que nadie, el potencial de jugadores como Jeremie Frimpong, Edmond Tapsoba o Wirtz, que hoy figuran en las agendas de los grandes transatlánticos del continente.