A estropearle la fiesta a Alemania

A estropearle la fiesta a Alemania

Visto lo visto en las elecciones francesas parece que la llamada de los deportistas galos para no votar a la ultraderecha tendrá el mismo efecto que la influencia de Taylor Swift para que los jóvenes eviten la reelección de Trump. O sea: ninguno. A veces los medios nos subimos a carros averiados tirados por mulas ciegas y sostenemos tesis falsas de mano de expertos de la farfolla y sociólogos de la nada. La cuestión es que el pronunciamiento de l

Hazte Premium desde 1€ el primer mes

Aprovecha esta oferta por tiempo limitado y accede a todo el contenido web

Si lo prefieres
<!--

¿Ya eres Premium? Inicia sesión

--> <!--

Cancela cuando quieras

-->
El gigante Demiral provoca el delirio otomano en Alemania: Turquía gana a Austria y está en cuartos

El gigante Demiral provoca el delirio otomano en Alemania: Turquía gana a Austria y está en cuartos

Los claxon de miles de coches sonaron en la noche del martes en toda Alemania. Es la población turca emigrada al país, el delirio otomano provocado por el gigante Demiral, autor de dos goles para llevar a su país a los cuartos de final. Claudicó Austria, teóricamente superior pero incapaz de superar al portero Günok, vital con un vuelo imperial en el último suspiro.

La ausencia de Calhanoglu por sanción le otorgó la mediapunta a Arda Güler, convertido, a sus 19 años, en el buque insignia de esta valiente Turquía. La buena fase de grupos de Austria le daba el papel de favorito, pero el conjunto otomano mordió primero en un tramo inicial loco.

Después de vivir el lunes dos partidos en los que reinó la táctica, el respeto y el juego ordenado, especialmente en ese frío Francia - Bélgica, Austria y Turquía saltaron al Leipzig Stadion como si el minuto uno fuera el tiempo extra. Como si todo se acabara.

A los 57 segundos, cuando los dos equipos todavía no habían soltado su primer aliento, un error de la defensa austríaca provocó el tanto de Turquía. Córner sacado por Güler, Baumgartner se equivoca al despejar y toca el balón hacia su portería, el portero Pentz evita que entre y Demiral, en el rechace, la empuja al fondo de la red. Locura turca en Leipzig, donde se contaban por miles, y locura en el césped, con un partido absolutamente delirante.

En el 4 y el 7, Baumgartner estuvo a punto de reparar su error, pero no tuvo éxito en ninguna de sus dos acciones, primero con un disparo raso y cruzando que rozó el poste y luego al no rematar un córner que se paseó por la línea de gol.

Austria, acostumbrada a mandar en sus partidos de la primera fase, incluso contra Francia, se encontró con un equipo turco molesto en las transiciones. Sabitzer y Seiwald no pudieron dominar el juego con la pausa que les caracteriza y los de Rangnick se contagiaron de la electricidad otomana. Fue un ida y vuelta constante a un ritmo altísimo con más errores que aciertos. Muy divertido para el espectador.

El paso del tiempo asentó la posesión de Austria y encerró a Turquía en su campo, siendo capaz de respirar sólo cuando Güler o Yildiz tenían el balón. Los jóvenes batieron un récord, porque es la primera vez que una selección sale con dos titulares menores de 20 años en una eliminatoria de Mundial o Eurocopa desde Hungría en la Euro de 1964.

El madridista probó suerte desde el centro del campo y casi sorprende al portero. No se corta y las ocasiones turcas salieron todas de sus botas. En el 25, Demiral remató alto un centro del zurdo.

El tramo final de la primera parte sirvió para que Rangnick anotara ideas. Necesitaba más referentes arriba y más juego por banda para intimidar a los turcos. Y así fue. En el descanso, al que se llegó sin más ocasiones claras y con Austria chocándose contra el muro turco, el técnico metió a Gregoritsch, su delantero centro más puro, para acompañar a Arnautovic.

En los cinco primeros minutos de la segunda parte, Gregoritsch tuvo dos cabezazos para empatar el partido, y en el 50 un genial pase de Posch dejó sólo a Arnautovic ante Günok, pero el delantero falló en su definición e hizo brillar al portero.

Los cambios espabilaron a Austria, que comenzó a asediar el área de Turquía. Laimer y Posch tuvieron varias oportunidades, pero sus remates no fueron buenos. El empate parecía evidente, pero el fútbol no entiende de lógicas.

Turquía encontró unos segundos para calmar el duelo cuando apareció Güler, de cuyo pie izquierdo, otra vez, nació la alegría de su país. En el 59, el centrocampista del Madrid puso un córner perfecto al primer palo que Demiral, otra vez Demiral, cabeceó a gol. 0-2 y delirio de toda la comunidad otomana en el país.

Austria se mantuvo fiel a sus ideas y Gregoritsch, tras una peinada de Posch en un córner, recortó distancias en el 65 para dejar un final de encuentro de máxima tensión. Los de Rangnick encontraron mucho espacio en tres cuartos, justo delante de los centrales turcos, pero les falló el último pase y la definición. Mucha posesión, mucho pase, pero nada de claridad. No les quedó más remedio que empezar a colgar balones sobre el área de Günok.

Demiral y Bardakci estuvieron imperiales por alto y evitaron casi todos los remates, y los que no pudieron los desvió Günok, vital con un vuelo extraordinario en un cabezazo de Baumgartner cuando el partido ya acariciaba el final.

Turquía y su pasión son de cuartos de final, donde espera Países Bajos. Da igual el rival, el delirio es el mismo y es real.

En la cocina de la selección: pollo, boniato y yogur antes del partido; burritos, hamburguesas (buenas), sushi y ensaladilla después

Actualizado Martes, 2 julio 2024 - 22:44

A las 6.30 de la mañana comienza cada día el proceso para que España gane a Alemania y se clasifique para las semifinales de la Eurocopa. A esa hora se levanta Rodrigo Vargas, el cocinero de la selección desde 2010. «Una ducha y a la cocina para preparar el desayuno, pues el staff llega a las ocho en punto. Luego los jugadores, y cuando todos terminan, sobre las nueve y media o diez, ya vamos preparando la comida, que es a las 14.00. La merienda

Hazte Premium desde 1€ el primer mes

Aprovecha esta oferta por tiempo limitado y accede a todo el contenido web

Si lo prefieres
<!--

¿Ya eres Premium? Inicia sesión

--> <!--

Cancela cuando quieras

-->
No te preguntes por quién pitan los árbitros

No te preguntes por quién pitan los árbitros

Yo no me acuerdo de Juanito llorando pero los futbolistas han llorado siempre. Lo que pasa es que ahora lloran por motivos diferentes. Antes dejaban escapar lágrimas de impotencia por una derrota inmerecida, o de rabia ante un tangazo arbitral, no pocas veces de alegría una vez rota la presa de la tensión.

En esta Eurocopa hemos visto llorar a muchos -quizá a demasiados teniendo en cuenta que son estrellas del fútbol y no asfaltan carreteras en ag

Hazte Premium desde 1€ el primer mes

Aprovecha esta oferta por tiempo limitado y accede a todo el contenido web

Si lo prefieres
<!--

¿Ya eres Premium? Inicia sesión

--> <!--

Cancela cuando quieras

-->

Gakpo y Malen desatan el vendaval de la ‘Oranje’ ante Rumanía para estar en cuartos

Actualizado Martes, 2 julio 2024 - 20:49

Países Bajos lleva mucho tiempo viviendo en la Eurocopa del recuerdo de lo que fue. En los Mundiales suele dejar su sello, lo hizo en Qatar, pero en el continente se baja de la pelea antes de tiempo. 24 años, seis ediciones del torneo, llevaba la 'Oranje' sin superar una eliminatoria, pero deshacerse de Rumanía fue un paseo. Aunque el marcador se mantuvo ajustado demasiado tiempo, los neerlandeses ya no encontraban más formas imaginativas de plantarse en el área rumana. De tanto insistir, llegó. Entre Gakpo y Malen, a quien Koeman sacó del banquillo tras el descanso, liquidaron a la selección de Iordanescu, firme en la fase de grupos, deshecha en el cruce de octavos. [Narración y estadísticas (0-3)]

No entraba Países Bajos en ninguna quiniela de candidatas a ganar la Eurocopa, pero puede que llegue a tiempo. Avanza por la parte cómoda del cuadro y, lo es que mejor, ha crecido con el paso de los partidos. Koeman ha encontrado la tecla y sus jugadores, construyendo desde una defensa hormigonada por Van Dijk, van encontrando los pasillos al área. En su debe ya sólo aparece el acierto, que sigue siendo pobre.

Rumania saltó al césped sin complejos y descarada, tratando de sorprender y darle un golpe de mano al duelo. De hecho pudo haberlo logrado Man con un disparo cruzado buscando la escuadra en la que, solo, voló desde la orilla derecha al centro del área par armar la zurda. Eso fue todo lo que lograron los rumanos. Porque inmediatamente después, las burbujas de su efervescencia desaparecieron y a los 20 minutos ya tenía el marcador en contra.

En las redes de Simons

Gakpo tiró de jerarquía para escaparse por la banda, regatear al lateral del Rayo Ratiu y golpear al palo corto ajustado al poste. No apareció el guardameta Nita para evitar el tercer gol del extremo del Liverpool. Desde ese instante, el partido ya tuvo un dueño sin que Rumanía fuera capaz de evitarlo. Fue como si se hubiera desatado un vendaval, aunque les dio tiempo a cerrar puertas y ventanas. Se sucedieron los ataques y los saques de esquina que, uno tras otro, no se convirtieron en gol.

Muy cerca lo tuvo De Vrij cuando, solo en el segundo palo, recibió la pelota telegrafiada por Memphis Depay. Tampoco es que pudiera abroncarle el delantero del Atlético, que tuvo ocasiones así de claras que tampoco mandó al fondo de la red.

Cuando Rumanía intentaba correr, caía en las redes de Xavi Simons o Schouten y de nuevo arranca un ataque neerlandés. Así toda la primera parte y pudo irse al descando con más ventaja si Simons no se hubiese enredado con la asistencia que le puso Dumfries al punto de penalti, sólo por querer acomodársela a su pierna diestra. La respuesta la tuvo Dragus aprovechando una recuperación de Hagi ante un, por una vez, confiado Van Dijk.

Simons centra de rabona ante Ratiu.

Simons centra de rabona ante Ratiu.AFP

Lo único que cambió tras el paso por el vestuario es que Koeman entendió que Malen le podía poner más picante en la derecha que Bergwijn. Convivir con Rumanía durante 45 minutos más con una ventaja tan corta exigía correr algún riesgo medido. No se equivocó. Malen acabó de redondear el partido más completo de Países Bajos en el torneo, pero costó.

20 saques de esquina

Depay la tuvo antes con un disparo tras una carambola en los defensas que salvó Stanciu casi bajo palos. De ahí no salía. Si en la primera parte los neerlandeses sacaron 10 córners, en la segunda fueron otros tantos. Uno de ellos lo mandó Van Dijk al palo. La descomposición del equipo de Iordanescu ante la mirada contrariada del mítico Gica Hagi en el palco. Nita evitó el segundo de Gakpo, que se recorrió a la carrera todo el campo para llegar a la frontal y armar el tiro que despejó el arquero. De ese córner también pudo nacer el tanto que buscaba, pero lo cazó en fuera de juego.

El partido estaba tan volcado que era cuestión de ir probando a ver cuándo la pelota volvía a entrar. Lo hizo, de nuevo, un desafortunado Depay, que tiró de picardía y, aprovechando que los rumanos no tumbaron a un hombre a los pies de la barrera, lanzó un libre directo rasito que rozó el palo corto. Otra vez la madera impediría aumentar la ventaja cuando apareció Veerman, renacido tras el varapalo ante Austria, para probar. Se acercaba el final y creían las oportunidades, también para Simons, que tampoco acertó. Pero Gakpo estaba empeñado en enterrar a Rumanía, por si se le ocurría resucitar.

Peleó hasta la línea de fondo con Dragusin, que se confió en que la pelota salía. No sólo se la ganó casi pegada al palo, sino que con el exterior le sirvió el tanto a Malen, que aparecía de segunda línea. La tarea ya estaba hecha, pero el jugador del Dortmund quería más. Aprovecharon el último empuje de Rumanía para cazarles en una contra. Robó Simons casi en su área, y lanzó a correr por la derecha a Malen para que amarrara los cuartos de final.

De Bruyne, Tedesco y los periodistas belgas acaban a insultos y Koundé insiste contra Le Pen: “Quita libertades”

Actualizado Martes, 2 julio 2024 - 01:57

Periodistas y futbolistas vivieron ayer una zona mixta muy caliente en el Dusseldorf Arena. Bueno, casi todos. Aurelien Tchouaméni sonreía ante la pregunta del millón de la prensa española: "¿Alemania o España? ¿Kroos y Rüdiger o Nacho, Carvajal o Joselu?". El galo no quiso elegir entre sus "hermanos", pero verá el partido. Como Griezmann, que admitió, tirando de un pequeño tópico, que "el lado del cuadro es duro, pero queremos ganar a todos", aunque no le gustó una de las preguntas: "¿Un resultado corto? No molestéis con un resultado corto porque estamos en cuartos de final. A su lado, Camavinga se despedía con un "¡Adiós!" en castellano mientras asumía que acumula otro partido sin saltar al césped. Cosas de Deschamps... Pero vamos a lo caliente.

La derrota de Bélgica ante su rival fronterizo dolió. Pero dolió más entre la prensa y los jugadores que en la grada. Los miles de aficionados que hace unos días abuchearon al equipo tras el empate contra Ucrania que les hizo quedar segundos, ayer les animaban. Los 'Diablos Rojos' tuvieron contra las cuerdas a Francia durante algunos momentos del partido y sólo un gol de rebote de Kolo Muani decantó el duelo.

Pero en la zona mixta no hubo aplausos. "¿Cuál es tu sentimiento al saber que la generación dorada no ha tenido ningún éxito?", le preguntó un periodista a Kevin DeBruyne. "¿Qué generación dorada?", contestó el centrocampista del Manchester City. "La vuestra", le insistió el compañero. "¿Es que Alemania, Francia, Inglaterra y España no tienen una generación dorada?", replicó suspirando y abandonando la sala... "Estúpido...", finalizó, sin mirar al periodista.

Antes le habían preguntado por su retirada de la selección, algo que reconoció no tener decidido. "Es demasiado pronto para responder. Déjame procesar esto. Ha sido una temporada larga y necesito descansar. Tomaré una decisión después del verano", anunció.

Con Domenico Tedesco, seleccionador, fueron todavía más duros. "¿Cree que Courtois hubiera parado el gol?", le cuestionaron, sin miramientos. "No puedo responder de otras circunstancias. Casteels ha estado brillante en esta Eurocopa. Nos salvó contra Ucrania. Su parada entonces supuso que pudimos jugar el partido de este lunes, ha estado fantástico. Ese gol no es culpa suya", dijo.

Le insistieron en la "cobardía" que había tenido el equipo, en el bajo nivel de Lukaku, en la táctica... Cuando la realidad es que Bélgica, ya sin Hazard y con una mezcla de veteranos y jóvenes, aguantó a Francia casi hasta el final.

En el lado francés hubo de todo: fútbol y política. Tchouaméni, que tiene la lección aprendida del Madrid, reconfirmó que "me da igual cómo ganar, tirando una vez, tres o 15, lo que importa es ganar". Koundé, por su parte, se centró en las elecciones generales de su país, en cuya primera vuelta el partido de ultraderecha de Marine Le Pen se llevó la mayor cantidad de votos.

"Me decepcionó ver qué dirección toma Francia, con un gran apoyo a un partido que rompe los valores del respeto y la convivencia. Solo insté a la gente a votar, a todos los que no habían votado. Creo que hay que combatir a Rassemblement National (el partido de Le Pen) porque va a recortar libertades y diversidad", reflexionó el futbolista, elegido MVP del partido.

Portugal se agarra a los guantes de Diogo Costa para redimir las lágrimas de Cristiano

Actualizado Martes, 2 julio 2024 - 00:30

Se hundió. La figura gigante y soberbia de Cristiano Ronaldo se deshizo cuando en el minuto 102, en la prórroga, plantado en el punto de penalti tenía en sus botas la clasificación de Portugal a cuartos de final. Estaba enfrente Oblak y se perfiló con la misma decisión con la que le derrotó en la final de Champions de Milán. Esta vez el esloveno venció, lo atajó y rompió en mil pedazos a la estrella lusa. Lágrimas, cabeza agachada y el esfuerzo de todo Portugal por recomponer a un líder que no ha marcado en esta Eurocopa. Volvió a llorar después porque cogidos a la manos de Diogo Costa, se verán con Francia en cuartos. [Narración y estadísticas (0-0, 3-0)]

Fue el meta del Oporto el héroe de la tanda de penaltis al volar para atajar los tres primeros lanzamientos de Eslovenia. Portugal sobrevivía después de un partido de desesperación en el que desperdició ese penalti en la prórroga y vio cómo su arquero sacaba el pie para desviar el último cara a cara que un error de Pepe le concedió a Sesko. Diogo Costa salvó en Frankfurt a las dos leyendas.

La supervivencia de Portugal pareció un milagro imposible en algunos momentos. Arrancó ordenada, reconociendo por dónde hacer daño a otro equipo que se les encerró, pero a medida que pasaron los minutos, se desordenó, enloqueció y empezó a mostrarse vulnerable. Se contagió de la ansiedad que sigue mostrando Cristiano. Sus lamentos de desesperación, desde el mismo arranque del partido, eran tan exagerados como contraproducentes para Portugal. Le quiso meter el equipo de Roberto Martínez algo más de velocidad al juego y porque por las orillas Leao encontraba oportunidades y Bernardo Silva ponía centros precisos que no había quien cazara.

Protestas y miradas

Eslovenia trataba de estirarse con alguna carrera de Sesko, pero era sabedora de que sus opciones pasaban por sujetar a los portugueses. Al pie de la letra lo cumplía Drkusic. El central se lo ganó todo a Cristiano. Le atosigaba en la recepción, le impedía girarse y, sobre todo, le ganaba todos los balones aéreos. Eso provocó que, un partido más, CR7 pareciera un lastre para Portugal. Su cabreo, sus protestas y sus miradas al videomarcador buscando su imagen reflejada hicieron que Portugal, capaz de recuperar con celeridad en el centro del campo, no pudiera armar una segunda jugada rápida porque su punta volvía andando, cabizbajo y en fuera de juego. Aún así lo intentaba frente a un rival que olía el nerviosismo.

La vía esta vez fue la velocidad de Rafael Leao, a quien en una ocasión tuvieron que frenar en falta en la frontal del área. Por supuesto la lanzó Cristiano, con toda su gestualidad, buscando la escuadra de Oblak que no encontró. Esa fue toda la complicación que pudieron crearles a los eslovenos, que empezaron a hallar los espacios. Se escapó por la derecha Stojanovic, se resbaló Pepe cuando fue a pararlo y suerte que apareció Nuno para atajar su centro antes que Sporar. Con el temor en el cuerpo, la mejor ocasión de los portugueses, que no probaron a Oblak entre palos, fue una carrera de Leao que acabó en un centro a la medialuna para el disparo de Palinha que se estrelló en el poste derecho del meta del Atlético.

Portugal, como en cada partido de esta Eurocopa, tenía que hacer algo más, aunque parecía no saber muy bien el qué. Al inicio de la segunda mitad trató de encontrar la solución Cancelo buscando la línea de fondo, caracoleando con el lateral y sacando un centro raso que desvió Drkusic.

Diogo Costa detiene el penalti de Balkovec.

Diogo Costa detiene el penalti de Balkovec.AFP

La siguiente la buscó Cristiano en otro lanzamiento de falta, que era para un zurdo pero, como nadie le rechista, se la pidió buscando ese gol que nunca llega. Fue dura a las manos de Oblak. Si en la primera parte fue Leao el arma ofensiva, en la segunda apareció Cancelo como un destello que deslumbraba al lateral Balkovec. Todo el peligro portugués nació de sus botas.

Pólvora lusa

Tenía que buscar Roberto Martínez más pólvora y echó mano de Diogo Jota a costa de Vitinha. Cristiano, esforzado en tirar faltas, seguía en el campo. Y Portugal no conseguía desencadenarse para asustar a Eslovenia. Matjaz Kek sentía a su equipo cómodo buscando el error que, más de una vez, había asomado en las filas rivales.

Portugal tiene siempre fases en las que juega al tratrán, y eso comenzó a hacer cuando el tiempo corría y empezaba a haber mucho que perder. Buscó entonces el técnico español al eléctrico jugador que le salvó en el primer partido: Francisco Conceiçao.

Lo intentaban los lusos estirándose hacia el área de Oblak y en el minuto 85 llegó su ocasión. Diogo Jota filtró un pase al espacio que corrió Cristiano para armar un zurdazo en un mano a mano que ganó, cómodamente, el guardameta rojiblanco. No se dibujaba bajo el techo del Frankfurt Arena otro escenario que no fuera el de la prórroga. Y ahí pasó de todo. Jota se coló entre los centrales y forzó un penalti, lo falló Cristiano y Sesko perdió la oportunidad de estar en cuartos. Porque los penaltis, en los que volvió a tirar CR7 para pedir perdón, los ganó Portugal.

La pasión turca del niño Güler, de recogepelotas a icono: "No ha habido nadie como él en nuestro país"

La pasión turca del niño Güler, de recogepelotas a icono: “No ha habido nadie como él en nuestro país”

La noche del 6 de enero de este año, día de Reyes en España, Umit y Serap Güler se sentaron en una humilde grada de Aranda de Duero para ver el debut de su hijo Arda con el Real Madrid. Lejos, en Turquía, la retransmisión del partido se convertía en uno de los programas más vistos del día en el canal Tivibu Spor 1. Así era la pasión turca por el niño de moda en el país, elevado ahora en la Eurocopa a héroe nacional. «No ha habido ni hay en el país ningún jugador como él que haya conseguido tantas cosas tan pronto y juegue en un club tan grande», explica a EL MUNDO el periodista turco Halil Sarkaya, que conoce a Güler desde los 13 años.

Hoy, ante Austria, Turquía busca igualar el mejor resultado de su historia en una Eurocopa, los cuartos de final de la edición de 2000. Y lo hará a hombros de su nueva estrella, su Messi, autor de un golazo en la primera jornada y clave en el triunfo ante República Checa en el último encuentro de la fase de grupos. Ya es el jugador más joven en marcar en su debut en el torneo continental, superando a Cristiano Ronaldo (2004).

Arda, un niño por su edad pero también por su apariencia tímida, vive en el foco mediático del fútbol turco desde hace varios años, antes incluso de fichar por el Fenerbahce. Y la culpa la tiene el fotoperiodista Halil Sagirkaya, que hace seis años quería hacer un reportaje con algún recogepelotas del Genclerbirligi que quisiera ser futbolista profesional y preguntó al club quién podría valer. La respuesta: Arda. «Me avisaron sobre Arda. Le observé entrenar durante un rato y me pareció muy talentoso. Y además era fotogénico, tenía algo», explica a este periódico. «Le seguí durante algunos días, tanto a los partidos del club como a encuentros de la selección en los que también ejercía como recogepelotas», añade.

«Sabía lo que hacía»

En seis años, de recogepelotas a icono nacional, pero siempre manteniendo un perfil discreto. «Era muy tranquilo, muy trabajador y muy respetuoso. Sabía lo que hacía. Su mayor sueño era ser un gran futbolista», recuerda Sagirkaya.

Su fichaje por el Fenerbahce cumplió sus objetivos, porque ahí jugaba uno de sus ídolos, Álex de Souza, centrocampista brasileño que después de cruzar el charco para jugar en el Parma terminó vistiendo la camiseta del Fenerbahce durante ocho temporadas, desde 2004 a 2012. Arda, nacido en 2005 y cuyos partidos son los primeros que recuerda, dormía con la biografía del futbolista al lado. La leía casi todas las noches.

Su explosión en la Eurocopa llega después de un año complicado en el Madrid, con varias lesiones y una puesta a punto con algunas prisas que alargó su debut hasta enero. En Valdebebas lo llaman «un golpe de realidad». Pasar de Turquía al club con más presión del mundo, a una nueva ciudad y a un idioma nuevo no es fácil. «Le costó un poco», admiten en la ciudad deportiva. A partir de ahí, mucha mano izquierda de Ancelotti y de la directiva del conjunto blanco, con Juni Calafat, el jefe de ojeadores, pendiente de él para que no se impacientara por la falta de minutos y con el cuerpo técnico enfocado en su preparación física. Necesitaba tiempo para ganar musculatura, la calidad la tenía. «No se rindió y luchó», reflexionan en Valdebebas, donde no olvidan a James Rodríguez, que se dejó llevar cuando la situación se puso más complicada.

No saldrá cedido

Güler terminó jugando mucho en el tramo final del curso y acabó con seis goles en 379 minutos, ganándose el cariño del vestuario, donde es «el hermano pequeño», dicen, y del cuerpo técnico, que le quiere de nuevo en la plantilla la próxima temporada. Según ha podido saber este periódico, la idea del club es que no salga cedido y siga evolucionando al lado de sus compañeros. Ni la dirección quiere que se vaya ni él quiere salir.

En la fiesta de Cibeles, hubo un detalle que resumió la temporada de la nueva joya turca. «Hoy os quiero presentar a un chico muy interesante...», anunció Ancelotti al público. «¡Arda!», le llamó, mientras los compañeros aplaudían y se partían de risa. «¡Es muy tímido!», siguió el italiano. «¡Hola madridistas!», saludó Güler, mientras Ancelotti celebraba sus palabras. «Somos una familia, gracias por todo», terminó el joven. «¡Olé!», finalizó el técnico, que repite a su círculo cercano la misma frase desde hace meses: «Arda tiene un don».

Esta tarde, a sus 19 años, juega por la historia de su país.

Nico y Lamine no se quieren ir a la cama

Nico y Lamine no se quieren ir a la cama

Todavía no había arrancado la Eurocopa, y Joselu ya estaba adelantando en una entrevista en La Sexta, todo lo que iba a ocurrir. A la inocente pregunta de qué jugador llegaba siempre tarde, Joselu respondió que Nico y Lamine. Y a la de quién era el más empanado, respondió también que Nico y Lamine. Algo que se estaba gestando en la concentración de la selección española que amenazaba con asaltar el campeonato. Algo que no se entrena, que no se puede predecir al hacer la convocatoria, y que tampoco te va a resolver un software de inteligencia artificial.

Ahí el trabajo de Luis de la Fuente no di

Hazte Premium desde 1€ el primer mes

Aprovecha esta oferta por tiempo limitado y accede a todo el contenido web

Si lo prefieres
<!--

¿Ya eres Premium? Inicia sesión

--> <!--

Cancela cuando quieras

-->

La revolución Nico-Lamine, lo que va de Qatar a Alemania: 13 disparos contra uno, 218 pases menos y… ¡menos posesión!

Actualizado Lunes, 1 julio 2024 - 22:43

El día después de pasar a cuartos de final, España se despertó en Colonia, la ciudad del partido contra Georgia. Como siempre, viajó en avión hasta Stuttgart y llegó a su hotel de concentración, en Donaueschingen, para comer. Después, entrenó por la tarde, aunque sólo salieron al campo los suplentes el domingo. La rutina no cambia para el equipo. Lo que cambia, y mucho, es la percepción que de ellos tienen los rivales. Y el próximo es ni más ni menos que el anfitrión. Alemania, sus periódicos y televisiones, ponían ayer el foco, cómo no, en los dos chavales que marcan esta Eurocopa. Nico Willi

Hazte Premium desde 1€ el primer mes

Aprovecha esta oferta por tiempo limitado y accede a todo el contenido web

Si lo prefieres
<!--

¿Ya eres Premium? Inicia sesión

--> <!--

Cancela cuando quieras

-->