Lindsey Voon regresa, seis años después y tras una interminable lesión de rodilla, con un 14º puesto en el supergigante St. Moritz

Lindsey Voon regresa, seis años después y tras una interminable lesión de rodilla, con un 14º puesto en el supergigante St. Moritz

St.Moritz, 21 de diciembre de 2024. Todo el interés, todo el entusiasmo, toda la expectación y toda la excitación que el esquí es capaz de suscitar se concentraron en la estación suiza para contemplar, celebrar y disfrutar el regreso de Lindsey Vonn en el primero de los dos eslalons supergigantes del fin de semana. Un retorno después de una ausencia de casi seis años, a los 40 de edad y con una rodilla reconstruida, sustituido el hueso por el titanio.

La reina histórica de la velocidad sobre las tablas salió en el puesto 31 de 57 actrices. A comienzos del mes participó, en un entrenamiento FIS (Federación Internacional), en dos descensos y dos supergigantes (en adelante Super-G) a fin de obtener los puntos suficientes para presentarse, a los ojos del mundo, en el gran escenario.

Y ya es hora de decir que en este St.Moritz de emotivo reencuentro acabó en el puesto número 14 en una prueba ganada por la austriaca Cornelia Huetter. Magnífico resultado, dadas las circunstancias. Esquió muy bien técnicamente, controlando los movimientos, sin forzar, sin arriesgar. Más allá del lugar a obtener, era muy importante llegar a la meta. No salirse del trazado y, sobre todo, no caerse. No ya por el temor a una nueva lesión, sino por adquirir seguridad en ella misma y mostrar una convincente imagen de firmeza en ese retorno ilusionante, pero también incierto y amenazador.

Premio Princesa de Asturias 2019, Lindsey, a cuya excelencia deportiva une un enorme atractivo físico que ha contribuido a su fama, le ha vuelto a dar cuerda a su historia personal y a la del esquí. En 2018, en los Juegos Olímpicos de Pyeongchang, y 2019, en el Mundial de Are, era una esquiadora, una mujer "remendada" después de operaciones como consecuencia de fracturas en ambas rodillas, de tibia, de tobillo, de brazo. Incluso así, y ya bien superada la treintena, obtuvo el bronce en ambas competiciones, en el descenso. Una demostración de su inmensa clase. Pero su cuerpo dijo basta. "Está roto y sin posibilidad de reparación", se lamentó, resignada, Lindsey en su adiós.

Pero, por lo visto, el cuerpo era reparable gracias, a finales del pasado mes de abril, a la medicina y a las manos milagrosas de un par de mágicos doctores: Roche & Robot. Y Lindsey, en una reciente charla sobre la longevidad en el deporte, tiró de risueña metáfora cítrica para asegurarle a Roger Federer: "Aún tengo dentro de mí limón para exprimir".

Vonn ha exprimido el esquí y la vida. En el deporte, su historial es deslumbrante: 82 victorias y 137 podios en la Copa del Mundo, tres medallas en Juegos Olímpicos (una de oro), ocho en Campeonatos del Mundo (dos de oro), cuatro generales absolutas de la Copa del Mundo. En la vida, y nacida Lindsey Kildow, apellido con el que compitió durante tres años, adoptó en 2007 el de su marido, Thomas Vonn, esquiador del equipo USA, noveno en el Super-G olímpico de Salt Lake City 2002 y entrenador de su esposa en 2010.

El matrimonio duró hasta 2013. Pero Lindsey conservó el apellido. Desde 2013 hasta 2015 fue la pareja de Tiger Woods. Dos celebridades unidas sentimentalmente en una mutua fama acrecida. Los novios de América. Lindsey se emparejó después, en otra relación interracial, con P.K. Subban, jugador canadiense de hockey sobre hielo. Terminaron en 2021. Su novio actual es un español polifacético (empresario, actor y modelo) de estirpe rimbombante: Diego Osorio, hijo del conde de la Corzana y marqués de los Balbases, que saltó al papel "couché" por su relación con Jordan Joy Hewson, hija de Bono (el de U-2).

Famoseos, cotilleos y devaneos aparte, Lindsey se ha reencontrado con su pasión, el esquí, después de, por otra parte, superar la muerte, en agosto de 2022, a consecuencia de la ELA, de su madre, Linda Krohn, noruega, a la que estaba especialmente unida. Quizás Lindsey experimentaba un cierto sentimiento de culpa porque durante el parto que la trajo al mundo, su madre sufrió un derrame cerebral que le trajo secuelas permanentes en la pierna izquierda.

Sea como fuere, Lindsey "is back". El futuro dirá en qué condiciones y con qué resultados. Entretanto, bienvenida y enhorabuena.

Jaume Pueyo, un esquiador de fondo "con flow" contra el estigma de Muehlegg: "Me hablan de él y pienso: 'Y a mí qué me cuentas'"

Jaume Pueyo, un esquiador de fondo “con flow” contra el estigma de Muehlegg: “Me hablan de él y pienso: ‘Y a mí qué me cuentas'”

«A veces me hablan de él y yo pienso: ¡A mí qué me cuentas!», exclama Jaume Pueyo sobre el absurdo que le persigue. A sus 23 años ya ha celebrado el mejor resultado de un español en la Copa del Mundo de esquí de fondo y con su estilo está logrando que la modalidad sea cool, que se sigan sus retransmisiones en Eurosport -fue lo más visto en el canal el pasado fin de semana-, que se multipliquen sus seguidores en redes sociales, pero tiene que aguantar un recuerdo que nada tiene que ver con él: «¿Oye, eso no es lo que hacía Juanito Muehlegg?». Lo era, lo era.

«Supongo que es inevitable porque mucha gente es lo único que ha visto de esquí de fondo. Pero yo no había cumplido ni un año, no quiero que me relacionen con él y, por supuesto, que nadie me acuse de lo mismo. No sé casi nada de él, sólo que era un dopado a más no poder, que lo nacionalizaron sin tener relación con España y que ganó tres medallas en los Juegos de Salt Lake City 2002 antes de que le pillaran», cuenta Pueyo sobre un estigma difícil de borrar. Aunque si alguien puede hacerlo es él.

Jaume Pueyo, en competición, el pasado fin de semana.

Jaume Pueyo, en competición, el pasado fin de semana.Jean-Christophe BottAP

Un aro en cada oreja, un gestito guapo en cada foto, un trend en TikTok, un baile al llegar exhausto a meta. «Hago un poco el perla, ya está bien de vez en cuando. Sé que es muy difícil en España, pero hay mucha gente que esquía y el fondo les puede molar. Es un deporte muy guay, es como el ciclismo, muy táctico a veces, muy explosivo otras veces. En países como Noruega o Suecia es el deporte nacional y aquí va creciendo poco a poco», explica en pleno despegue.

Fans de los países nórdicos

La temporada pasada fue décimo en una prueba de la Copa del Mundo, lo nunca visto por un español -más allá del innoble Muehlegg-, y este curso va a por mucho más. El 7 de diciembre, en la noruega Lillehammer, fue tercero en la clasificación del sprint, algo que obligó a los expertos de los países nórdicos a preguntarse: «¿Pero éste quién es?». «He visto que hay gente de Noruega que ha empezado a seguirme. Supongo que les hace gracia que sea español, ese flow nuestro. También tienen que estar hartos de ver ganar a noruegos, que son muy serios, que no hacen nada de show», asume Pueyo.

Mientras sus rivales noruegos llevan con ellos una decena de entrenadores y otros tantos skimans, es decir, los especialistas en encerar los esquís, Pueyo sólo va acompañado de dos técnicos y recibe la ayuda del equipo italiano para lo demás. Junto a él suele viajar Bernat Sellés, de su misma quinta, también habitual en la Copa del Mundo, y en ocasiones también los dos juniors, Marc Colell y Peio Añarbe. «Creo que lo nuestro tiene mucho mérito porque somos cuatro que tenemos que ser buenos sí o sí. En los países escandinavos tienen miles de esquiadores en la base y sólo llegan los mejores a la Copa del Mundo», analiza Pueyo con un objetivo en mente: los Juegos Olímpicos de Milán-Cortina d'Ampezzo 2026.

El diploma olímpico, la ambición

En la anterior cita, los Juegos de Pekín 2022, ya participó con sólo 19 años y se quedó a un segundo de las rondas finales en el sprint estilo libre. «En 2026 el sprint será estilo clásico, que me va a un poco peor, pero da igual, estoy mejorando. Creo que puedo conseguir un diploma, me encantaría», finaliza en conversación telefónica desde Davos, en Suiza, donde este sábado volvió a colarse en los cuartos de una prueba de la Copa del Mundo.

Hasta que acabe el Mundial de Trondheim, en Noruega, que tendrá lugar en marzo, dará vueltas por las montañas de medio planeta en busca de éxitos para hacer que el esquí de fondo tenga más seguidores en España y para borrar de la memoria colectiva la imagen del tramposo Muehlegg ganando medallas en Salt Lake City 2002.

La maldición de Mikaela Shiffrin: a un paso de su victoria 100, se lesiona y podría perderse la temporada

La maldición de Mikaela Shiffrin: a un paso de su victoria 100, se lesiona y podría perderse la temporada

Actualizado Miércoles, 18 diciembre 2024 - 21:02

A veces el destino, que es como llamamos poéticamente al caos, da la impresión de no obrar de modo caprichoso. Sus actuaciones parecen desmentir el azar y adoptan un comportamiento nada neutral en un sentido u otro. A Mikaela Shiffrin parece haberle cogido ojeriza. El 30 de noviembre, el día en el que la mejor esquiadora de la historia se disponía, en el eslalon gigante de Killington, a conseguir su victoria número 100 en la Copa del Mundo, le sonrió antes de darle una bofetada.

La llevó a ganar la primera manga y le dio la espalda en la segunda. Mikaela se cayó. Bien, eso no es raro. Y podía haberse quedado ahí. Pero lo que parecía una caída de tantas, sin mayores consecuencias, se convirtió en una lesión leve. De leve, pasó a fastidiosa. De fastidiosa, a seria. Y de seria, a necesariamente operable. Mikaela pasó por el quirófano recientemente para someterse a, según sus palabras, una "operación inesperada". La herida punzante en el vientre se complicó. "La recuperación no ha ido como se esperaba", ha explicado la esquiadora. "Hubo que extraer líquido y tratar un desgarro muscular junto a la pelvis".

Inesperada la operación. Inesperada la muerte de su padre en febrero de 2020. Ella estaba en Italia cuando su hermano Taylor la llamó para darle la mala noticia. Llegó pocas horas antes del fallecimiento. Pensó seriamente en dejar el esquí: "Me encontraba abatida, sin autoestima y con un sentimiento constante de desesperanza". Inesperada la pandemia, que canceló muchas pruebas de la Copa del Mundo, que ella, por otra parte, no estaba en condiciones de disputar.

Después de una recuperación

En ese estado de (des)ánimo, y con su racha de victorias afectada después de la reanudación de las competiciones, afrontó los Juegos de Pekín2022. El resultado sólo podía ser catastrófico. No acabó el eslalon, el gigante y la combinada, sus mejores pruebas, y acabó novena en el supergigante y decimotercera en el descenso. Tocó fondo. Y se dio cuenta de que, según sus palabras, "tenía que dejar de huir y esconder lo que sentía. Debía elegir entre la vergüenza de contarlo o desnudar mi alma y ser capaz de seguir adelante".

Lo consiguió con la ayuda de especialistas y de amigos en el mundo del deporte, que entendían mejor que nadie lo que le ocurría. Especialmente su pareja, el noruego Aleksander Aamodt Kilde, otra estrella del esquí mundial. En enero de este año, Mikaela sufrió una lesión de rodilla en el descenso de Cortina dAmpezzo. Regresó a tiempo, en marzo, en los estertores de la temporada, para imponerse en los eslalons de Are y Saalbach. Las crisis personales habían quedado atrás. Por delante aguardaba, con los brazos abiertos, una temporada 2024-25 llena de promesas con el número 100 (y sucesivos) pintado en el horizonte.

Pero la mujer propone y ese destino, que unas veces echa una mano y otras la zancadilla, dispone. Mikaela ganó el eslalon de Levi (victoria 98). Y el de Gurgl (victoria 99). Killington, entonces, le volvió la espalda y le cerró violentamente la puerta en las narices al número 100. La prevista, anunciada apoteosis se trasmutó en insospechado duelo. Por súbito. Por excesivo. Por especialmente inoportuno. Por cruelmente irónico. Por "inesperado". A Mikaela le aguarda una recuperación incierta en el tiempo (¿cuándo?) y el espacio (¿dónde?).

Según Dylan, la respuesta estaría en el viento. Según el destino, en la nieve.

Lucas Pinheiro, el 'hippie' noruego que se enfrentó a su Federación y ha puesto a Brasil en la élite de la nieve

Lucas Pinheiro, el ‘hippie’ noruego que se enfrentó a su Federación y ha puesto a Brasil en la élite de la nieve

Un observador casual o un aficionado interesado, pero no puesto del todo al día, se habrá sorprendido de descubrir que existe un brasileño llamado Lucas Pinheiro disputando la Copa del Mundo de Esquí Alpino. Una anomalía. Una "imposibilidad" geográfica y cultural. Y no sólo eso. Se habrá extrañado más aún de verlo, al comienzo mismo de la temporada, en las alturas de las clasificaciones, con dos cuartas posiciones, una en el gigante de Sölden y otra en el eslalon de Levi. Ayer fue segundo en el gigante de Breaver Creek (EEUU) y proporcionó a Brasil su primer podio. La prueba fue ganada por el suizo Thomas Tumler.

Cabe recordar que otro brasileño, Nikolai Hentsch, había hollado las nevadas pistas en los primeros años del siglo. Logró algunos puestos entre los 10 primeros, aunque ningún podio, en descensos y supergigante, sus mejores pruebas. También participó, sin resultados relevantes, en los Juegos Olímpicos de Salt Lake City2002 y Turín2006. En estos últimos fue el abanderado de su país, así como en los Mundiales de Are2007.

Era brasileño, sí, pero con ese nombre estaba claro que venía de familia centroeuropea y se desenvolvía en el Viejo Continente. De hecho, había nacido en Ginebra. Habían existido bajo la bandera de Brasil, a finales del siglo XX, otros esquiadores alpinos de escaso fuste que mostraban nombres de similar origen: Robert Scott Detlof, Hans Egger, Fabio Igel y Lothar Christian Munder, participantes todos ellos en los Juegos de Albertville92, la primera vez que Brasil pisaba unos Juegos de Invierno, en los que nunca ha conseguido medalla alguna en cualquiera de las disciplinas.

Egger fue el abanderado de una delegación anecdótica de siete miembros, probablemente más interesados en hacer turismo que en competir. Munder también estuvo, y asimismo como abanderado, en los de Lillehammer94. Eran brasileños, sí, pero sus apellidos los delataban.

Pinheiro, en cambio, suena a inequívocamente... "amazónico". Podría perfectamente designar a un centrocampista futbolero. Sin embargo, hace unos meses, Lucas Pinheiro, nacido en Oslo hace 24 años, era noruego y se llamaba Lucas Braathen. Cambió de apellido al colocar el materno por delante del paterno y dar un salto de país, de continente y de climas. De todos modos, aunque relegado a un segundo término, el patronímico Braathen no ha sido eliminado, y el esquiador lo mantiene oficialmente para figurar ahora en la nomenclatura del esquí como Lucas Pinheiro Braathen.

Y es una figura descollante. Ganador de cinco pruebas de la Copa del Mundo, coleccionista de 13 de podios y, sobre todo, adjudicatario en la temporada 2022-23 del Globo de Cristal de Eslalon, ha convertido a Brasil en una potencia alpina. De un único hombre, sí. Pero potencia, al fin y al cabo. Sin ir más lejos, ya le gustaría a España, que dispone de tres representantes en la Copa del Mundo, tener sólo uno, pero como Pinheiro. Y también muchos otros países.

El tránsito de la gélida noruega al tropical Brasil lo realizó Pinheiro, un rebelde, más bien un revoltoso, desde el enfado disciplinario con la Federación noruega. La ruptura lo llevó a la retirada con 22 años. Una desgracia para el esquí, que perdía a un tipo carismático, una especie de estrella del rock en la nieve.

Ahora lo ha recuperado después de que Lucas se tomara un año sabático de carácter más aventurero que relajado: exploración a pie de las principales capitales europeas; trayectos en bicicleta por los viñedos de la zona de Burdeos, no sabemos si por vocación enológica; estancia seudohippie en Ibiza; "estilo de vida brasileño" (es de confiar que en su versión más morigerada)... "He estudiado quién soy, con mis intereses y curiosidades fuera del esquí. He regresado a este hermoso deporte, pero en mis términos y con mis condiciones".

Equipo

Esos términos y condiciones son un equipo de siete personas dirigido por su padre Björn, patrocinado por la Oficina de Turismo del Valle de Ötzal (Austria) y con sede en Sölden, también Austria. Por lo demás, mantiene Lucas, al menos hasta los Juegos Olímpicos de Milán-Cortina2026, su contrato con el material de Atomic y bajo el paraguas del Team Red Bull de Copa del Mundo.

Los equipos privados son frecuentes entre las grandes estrellas del esquí (Mikaela Shiffrin, sin ir más lejos, dispone de uno). Pero siempre con el respaldo y bajo la autoridad de la Federación del país respectivo. En el caso de Pinheiro, la Confederação Brasileira de Desportos da Neve ni pincha ni corta. Se limita a estar encantada con la situación, con el premio que le ha caído y esperar que la enseña "verdeamarela" con la divisa "Ordem e progresso" ondee en muchos mástiles bajo cero.

Shiffrin, a un paso de las 100 victorias en la Copa del Mundo

Actualizado Sábado, 23 noviembre 2024 - 16:26

Intratable, insaciable, implacable, Mikaela Shiffrin alcanzó en el eslalon de Gurgl (Austria) su victoria número 99 en la Copa del Mundo de Esquí Alpino. Todos los elogios anteriores se repiten, acumulativos, reiterativos, para incorporarse con los mismos epítetos a la suma de triunfos de la maravilla de Veil (Colorado).

Al mismísimo borde de la centena de máximos podios, la estadounidense añadió un grado más a la escala de Shiffrin, una tabla a la que sólo accede ella. Nadie en la actualidad se le aproxima ni remotamente. Todos, ellos y ellas, se encuentran mucho más allá del horizonte visible. Incluso del intuido. Si alguien pica alguna vez tan alto, será dentro de muchísimos años. Puede que ni siquiera los nietos de Mikaela, que todavía no tiene hijos, puedan verlo.

Ya vencedora de la primera manga, Shiffrin apuntaló en la segunda su victoria. Esquió, como siempre, segura, elegante, fluida, no dando pie a las dudas o los sobresaltos. El próximo día 30, en el eslalon gigante de Killington, en el estado de Vermont (USA), tiene la posibilidad de convertirse, a los 29 años, en centenaria.

La prueba conoció un bonito resultado con la albanesa Lara Colturi, segunda, y la suiza Camille Rast, tercera, ambas en sus primeros podios en la Copa del Mundo. Colturi, una estrella juvenil, campeona mundial júnior, que cumplió 18 años el día 15, es turinesa de nacimiento y se siente, según sus palabras, "totalmente italiana". Pero su madre, Daniella Ceccarelli, oro olímpico en supergigante en Salt Lake City2002, es la directora técnica de la Federación albanesa.

La esquiadora Mikaela Shiffrin se queda a dos victorias de las 100 tras su primer puesto en Levi

La esquiadora Mikaela Shiffrin se queda a dos victorias de las 100 tras su primer puesto en Levi

Actualizado Sábado, 16 noviembre 2024 - 16:02

Entre la niebla de la estación finlandesa de Levi, obtuvo Mikaela Shiffrin su victoria número 98 en la Copa del Mundo, la 61ª en eslalon y la octava en la misma Levi. Un triple récord que la coloca todavía más alto en la cumbre histórica del esquí mundial.

Ausente su gran rival, la eslovaca Petra Vlhová, que se recupera de una lesión en la rodilla, a la estadounidense, de 29 años, ya ganadora de la primera manga, le bastó con ser sexta en la segunda.

Sigue uniendo lo práctico con lo bello. Esquió con su habitual suavidad sedosa, sin brusquedad, sin tirones, sin movimientos correctores, sin despegar prácticamente nunca las tablas de la nieve. No hay en sus gestos la enérgica sensación de velocidad, en mayor o menor medida, de las demás esquiadoras. Se desliza con un imperceptible dinamismo que agradece el cronómetro. La nieve no parece ser para ella una resbaladiza enemiga a dominar, sino una aliada con quien compartir celebración.

Dominó a la austríaca Katharina Liensberger y a la alemana Lena Duerr. Las 100 victorias, una cifra "imposible", están cada vez más cerca. Y también otro récord, el de nueve Globos de Cristal en eslalon. Superaría los ocho de Ingemar Stenmark en eslalon y gigante, y los mismos, en descenso, de Lidsay Vonn, que a los 40 años, ha anunciado su regreso a la competición.

Muere a los 19 años Matilde Lorenzi, promesa del esquí alpino italiano, tras una caída durante un entrenamiento en los Alpes

Muere a los 19 años Matilde Lorenzi, promesa del esquí alpino italiano, tras una caída durante un entrenamiento en los Alpes

Actualizado Martes, 29 octubre 2024 - 09:59

La esquiadora italiana Matilde Lorenzi ha muerto este martes a los 19 años en el hospital de la ciudad Bolzano, donde había sido ingresada un día antes tras sufrir una caída entrenando en una pista de los Alpes.

Lorenzi formaba parte del equipo deportivo del Ejército italiano, especializada en pruebas de velocidad, y la pasada temporada había destacado ganando el campeonato italiano de esquí absoluto y en la modalidad supergigante en Sarentino.

El Ministerio de Defensa ha confirmado el fallecimiento esta mañana de esta esquiadora "promesa del esquí nacional" y ha transmitido su pésame a sus allegados.

Lorenzi, natural de Turín, habría cumplido 20 años el próximo 15 de noviembre pero su vida se truncó este lunes al sufrir una grave caída mientras entrenaba descendiendo una de las pistas de la estación de Val Senales, en Alto Adige.

El ministro de Exteriores, Antonio Tajani, también ha lamentado su muerte y recordado su "talento cristalino roto por el destino".

La Federación Internacional de Esquí también ha emitido un comunicado de pésame en X. "FISI está de luto, junto a su familia, amigos y todos los que amaron a Matilde, honrando su memoria hoy y siempre".

Sorpresa y decepción del rey Odermatt en el arranque de la Copa del Mundo

Sorpresa y decepción del rey Odermatt en el arranque de la Copa del Mundo

Actualizado Domingo, 27 octubre 2024 - 16:47

Se alzó el telón masculino en la Copa del Mundo de Esquí. También en Sölden, como el femenino. Y también con un eslalon gigante. Arrancó, con el dorsal número 1, Marc Odermatt, el rey reinante, no el emérito, de la nieve y... se salió de la pista a los 47 segundos de haber partido. Sorpresa y decepción. Dejó la prueba abierta a todas las posibilidades.

Las aprovechó, en su máximo esplendor, el equipo noruego con un soberbio triplete de compañeros y amigos: Alexander Steen Olsen, Henrik Kristoffersen y Atle Lie McGrath. No ocurría algo así desde febrero de 2017, en el supergigante de Val Gardena, con Svindal, Jansrud y Kilde copando el podio.

El festival nórdico lo hubiera ampliado Lucas Braathen, cuarto, si el fenómeno nacido en Oslo, de 24 años y vencedor de la Copa del Mundo de eslalon en 2023, no se llamase ahora Pinheiro de primer apellido, el de su madre, y compitiese por Brasil, un país inexistente en el mundo de esquí. Lucas se retiró por desavenencias con la Federación noruega y ha regresado con fuerza al primer plano con un equipo propio bajo una nueva bandera, encantada de que su flamante ciudadano vaya por libre y haga insólita patria.

Otro regreso con más ruido que opciones ha sido el del austriaco Marcel Hirscher, bajo otra enseña la de Países Bajos, país, también, de su madre, con una "wild card" de la Federación Internacional. A los 35 años, luego de cinco retirado, con un historial imponente de, entre otros muchos laureles, 67 victorias en la Copa del Mundo, el segundo hombre de la historia tras Ingemar Stenmark, terminó en el puesto 23º. Nada mal tras tan larga ausencia. Quien tuvo, retuvo.

Los españoles Aleix Aubert y Albert Ortega no pasaron el corte de los 30 primeros para disputar la segunda manga. Curiosamente, compartieron el 58º puesto con el mismo tiempo.

La italiana Federica Brignone brilla en el estreno de la Copa del Mundo de esquí

Actualizado Sábado, 26 octubre 2024 - 16:34

Temporada 2024-25. Con el eslalon gigante femenino arrancó el esquí en el tradicional feudo tirolés austriaco de Sölden. El triunfo de Mikaela Shiffrin en la primera manga pareció anunciar el 98º de la estadounidense, una cifra casi impensable. El segundo asalto, sin embargo, contempló una actuación extrañamente floja de la reina rubia del circo blanco. Mikaela, sin punch ni el necesario pulso, acabó quinta en la general final, por detrás incluso de su compatriota Katie Hensien.

El triunfo, el segundo en Sölden y el 28º de su carrera, sonrió a la expresiva y enérgica italiana Federica Brignone. La acompañaron en el podio la fiable neozelandesa Alice Robinson y la austriaca Julia Scheib, en su primer podio en la Copa del Mundo y de regreso de distintas lesiones. Fue baja de última hora Lara Gut, la mejor en gigante la temporada pasada, a causa de molestias en una rodilla, que le vienen de la pretemporada en Sudamérica. Prefirió no arriesgar.

Esperar la victoria número 100 de Shiffrin (29 años), que sin duda llegará más temprano que tarde redondeando un historial todavía creciente, es el principal atractivo de una campaña que tiene al suizo Marc Odermatt en la cima masculina, y a su país en lo más alto del escalafón de naciones, por delante de Austria, el otro gigante alpino. Ese viejo duelo entre naciones, con otras entrometiéndose de modo estimulante en el duopolio, pertenece al mejor catálogo del esquí histórico.

Mikaela, casada este verano con una de las grandes estrellas del circuito, el noruego Alekxander Aamodt Kilde, está cerca también, en eslalon, de su noveno Globo de Cristal. Un récord que superaría el compartido con ocho de Ingemar Stenmark en eslalon y en gigante, y Lindsey Vonn en descenso. La temporada está presidida, en la primera quincena de febrero, por los Mundiales de Saalbach (Austria). Las finales de la Copa del Mundo las acogerá, ya en marzo, la estación estadounidense de Sun Valley (Idaho).

El calendario masculino comienza asimismo en Sölden. Y, como el femenino, en una excesiva pausa, se trasladará, ya muy entrado noviembre, a Levi (Finlandia).

Piscinas de olas, rocódromos, sets virtuales... los 'secretos' artificiales de deportistas de élite como Fernando Alonso: "Es fácil entrenar porque repites con las mismas condiciones"

Piscinas de olas, rocódromos, sets virtuales… los ‘secretos’ artificiales de deportistas de élite como Fernando Alonso: “Es fácil entrenar porque repites con las mismas condiciones”

Simuladores de conducción, parques de esquí indoor, rocódromos, piscinas de olas... Son muchos los escenarios en los que el deporte ha ampliado su esfera tanto para fomentar su práctica como, más recientemente, elevar las prestaciones de los atletas de élite. "Es una gozada poder entrenar en cualquier momento del año, con mayor tecnología y de una manera más segura", explica a EL MUNDO, Jesper Tjäder, esquiador de freestyle y campeón del Mundo de Pista de Obstáculos en 2014 en Sochi y medallista olímpico en los Juegos de Invierno de 2022 en Pekín.

Tjäder era uno de los atletas asistentes de GoPro a la presentación de su nuevas cámaras Hero 13 y Black en el centro O2 Surftown en Múnich. Resulta que estas instalaciones, que abrieron el 10 de agosto, tienen esa doble función de ocio y lugar de evolución para deportistas profesionales. "Es fácil entrenar en lugares así porque puedes repetir con las mismas condiciones", expresa Justine Dupont, surfista especialista en olas grandes.

El portavoz de la instalación, Jonathan Henderson, explica a este periódico que cuentan con hasta siete niveles de olas y, dentro de ellas, hay dos secciones para practicar aéreos y otra para realizar tubos. "Todo es customizable", apunta Henderson sobre las infinitas posibilidades que ofrece una de las instalaciones con más tecnología del mundo. "Mediante inteligencia artificial, traqueamos tu recorrido y la posición de tu cuerpo a la vez que tus movimientos y así puedes mejorar tras someter todo a un análisis más exhaustivo", desarrolla.

Precisamente, Johanne Defay, reciente medallista de bronce en París 2024 en la modalidad de surf individual, explicaba que este tipo de mejoras son algo que ya están aplicando todos los atletas jóvenes y menciona el ejemplo de su compañera Erin Brooks que, a sus 17 años, tiene las sesiones de piscina de olas como algo habitual en su entrenamiento a la hora de prepararse para las pruebas profesionales.

Lógicamente, hay deportes, y el surf es uno de ellos, en los que el entrenamiento en lugares artificiales tiene los hándicaps de que las condiciones en los lugares naturales son muy diferentes. Defay ponía el ejemplo de la ola de Teahupoo en Tahití, donde se realizaron los Juegos Olímpicos de París 2024. Para ella, lugares tan característicos como ese, no disponen de modelos replicables fuera de ir allí a entrenar.

En cualquier entorno, Teahupoo también, puede ocurrir que la naturaleza no permita entrenar a los deportistas o por la época del año o, por ejemplo, porque simplemente no hay olas. Así el freeskier Jesper Tjäder agradece que existan lugares para poder practicar su deporte haya o no haya nieve, por ejemplo, o sin estar sometido a condiciones de viento fuertes que pueden generar más peligros a la hora de entrenar en la montaña.

Los peligros, por ejemplo, son otro de los factores que se reduce considerablemente en entornos controlados. "Nosotros tenemos airbags, que nos permiten aterrizar trucos sin ningún riesgo o, al menos, con un riesgo menor", cuenta Tjäder, un deportista que tiene el récord de deslizarse por la barandilla más larga del mundo con sus esquís: 154,49 metros de tubería tras 127 intentos.

Tjäder desliza en el récord de longitud en barandilla.

Tjäder desliza en el récord de longitud en barandilla.RED BULL

La mayoría de estas instalaciones disponen de sistemas de vídeo análisis en alta definición con varios puntos de visión que permiten al atleta corregir todo tipo de parámetros y añaden más ojos a los de, por ejemplo, su propio entrenador. "A través de vídeo en 4K consigo ver la posición de mis caderas, las piernas, las manos y eso me permite desde mi propia visión saber de qué manera necesito colocarme para hacer mis trucos", apunta Tjäder.

Virtuales

Entre los entornos artificiales hay que mencionar los virtuales, que los hay de todo tipo. Existen de golf, para practicar la extensa variedad de golpes que tiene este juego; de tiro y, también de conducción. Fernando Alonso, piloto de Fórmula 1, es uno de los deportistas que han recurrido a este tipo de beneficios, especialmente en la época en la que el Covid-19 paró el mundo en 2020. El asturiano preparó la carrera de las 24 horas de Lemans, tanto la que se realiza de manera virtual que es en junio, como la real, que se celebra en septiembre.

Entre las desventajas, lógicamente, existe la visión romántica y ecologista contraria a este tipo de entornos. Hay deportistas profesionales que cuestionan el impacto medioambiental de estas instalaciones, la mayoría, consumidoras de una gran cantidad de energía y recursos para generar el entorno en el que practicar el deporte. No obstante, las más modernas, como el O2 Surf Town de Munich disponen de sistemas tanto para no desperdiciar agua como para emplear, por ejemplo, energías limpias para mover los motores que generan las olas.

"Además, en este tipo de sitios se pierde el instinto", explica Justine sobre lo intangible del deporte. Eso que, generalmente, diferencia a los superclase del resto de deportistas. Lo que te hace, en resumen, entender esa capacidad espacio tiempo que tiene el deporte para conseguir ventaja respecto de tus rivales.