La universidad de Pensilvania excluye a las deportistas transgénero de sus equipos femeninos tras la polémica de la nadadora Lia Thomas

La universidad de Pensilvania excluye a las deportistas transgénero de sus equipos femeninos tras la polémica de la nadadora Lia Thomas

Actualizado Miércoles, 2 julio 2025 - 10:07

La Universidad de Pensilvania ha decidido dejar de aceptar a deportistas transgénero en sus equipos femeninos tras la polémica surgida en torno al caso de la nadadora Lia Thomas, informó este martes el Departamento de Educación de Estados Unidos.

Este acuerdo se produce después de una investigación reciente del Departamento, basada en una ley federal que prohíbe la discriminación por razón de sexo en programas educativos. La indagación se inició tras la participación de la nadadora transgénero Lia Thomas en competiciones femeninas en 2021 y 2022 representando a esta universidad ubicada en Filadelfia.

Según los términos del acuerdo, la prestigiosa universidad de la costa este "adoptará definiciones biológicas de los términos hombre y mujer" y "no permitirá que los hombres participen en programas deportivos femeninos", según el comunicado del ministerio.

Además, la institución se compromete a "restaurar a las deportistas todos los récords individuales y títulos (...) que fueron arrebatados por deportistas masculinos autorizados a competir en la categoría femenina", así como a "enviar una carta de disculpa personalizada a cada nadadora afectada".

Lia Thomas fue la primera nadadora transgénero en ganar un título universitario en Estados Unidos, en marzo de 2022, tras iniciar su transición en 2019. Su caso se convirtió en el centro del debate sobre la participación de mujeres trans en competiciones femeninas. Sus victorias provocaron una fuerte controversia, con críticos que argumentaban que, al haber competido anteriormente como hombre, disfrutaba de una ventaja fisiológica injusta.

"El Departamento de Educación felicita a la Universidad de Pensilvania por haber reparado el daño causado a las niñas y mujeres en el pasado", declaró la secretaria de Educación, Linda McMahon, quien calificó este acuerdo como "otro ejemplo del efecto Trump".

"Gracias al liderazgo del presidente Trump, la Universidad de Pensilvania ha aceptado tanto disculparse (...) como garantizar que el deporte femenino quede protegido para las generaciones futuras", añadió.

Donald Trump prometió durante su campaña presidencial poner fin al "delirio transgénero". Desde su regreso a la Casa Blanca en enero, el presidente republicano lanzó una ofensiva contra la participación de mujeres trans en competiciones femeninas, amenazando con cortar fondos federales a las organizaciones que no acaten esta línea.

A nivel internacional, federaciones como la de natación, atletismo o ciclismo exigen actualmente que la transición de género ocurra "antes de la pubertad", una condición que en la práctica equivale a una casi exclusión, ya que la mayoría de países no permite un cambio de género a tan temprana edad.

La redención de Simone Biles en el Olimpo de París

Actualizado Sábado, 27 julio 2024 - 23:07

Es la gimnasta con más títulos: cuatro oros olímpicos, ha hecho saltos y movimientos que nadie había logrado antes, hay cinco que llevan su nombre y quiere añadir un sexto en estos Juegos de París. Pero en su medallero olímpico, al mismo nivel que todo lo logrado en lo deportivo, cuenta también su renuncia en los Juegos de Tokio hace tres años: retirarse a tiempo de una competición y admitir que un atleta no es un ser invencible y que, también para ellos, la salud mental está por encima de la resistencia física.

Simone Biles (Ohio, 27 años) es en estos Juegos de París 2024 como una diosa que vuelve al Olimpo. Es una de las grandes estrellas llamadas a triunfar en el evento, de las deportistas que más expectación genera, tras su retirada en los Juegos de Tokio. La prensa francesa no escatima en elogios a la atleta, a la que llaman «la superstar de la gimnasia, la mejor de todos los tiempos», como la aclama el periódico Les Echos, económico. El deportivo L'Équipe aborda también el retorno de Simone Biles, a la que se refiere como «un icono en vías de redención», que en París se vengará del lado amargo que vivió en Tokio.

La atleta estadounidense no estuvo presente en la ceremonia de inauguración que se celebró en el Sena. Ausente en el barco de su delegación bajo el diluvio universal del viernes, la prensa francesa sigue atentamente cada uno de sus movimientos. Como su entrenamiento el pasado jueves en el Arena Bercy, donde arrancan hoy las pruebas de gimnasia artística.

Un nuevo movimiento

De momento, la gimnasta norteamericana va a intentar apropiarse de un nuevo movimiento, y así bautizar seis con su nombre: se trata de una pirueta realizada por otro deportista. Campeona olìmpica, quiere rizar el rizo, y si completa limpio este giro, será nombrado en su honor.

Hoy se hace selfies en los entrenamientos y luce sonrisa renovada, pero estos últimos años no han sido fáciles para la gimnasta estadounidense. Se retiró en los Juegos de Tokio por un bloqueo psicológico que le llevó a padecer los llamados «twisties». Esto sucede cuando los deportistas pierden el sentido del espacio y de la dimensión cuando están girando en el aire. Cabeza y cuerpo se desconectan. En una de las pruebas de Tokio, Biles tuvo problemas para aterrizar y fue entonces cuando decidió abandonar para centrarse en su superación mental.

«Si piensas en todo lo que he tenido que pasar durante los últimos siete años, te das cuenta de que nunca debí haber formado parte de otro equipo olímpico (...) No quiero que ningún otro atleta olímpico pase por esto», dijo la deportista entonces.

A esto se añade que la estadounidense tuvo que testificar, junto con otras tres deportistas, por los abusos sufridos por Larry Nassar, ex médico del equipo de gimnasia femenino de EEUU. «He ganado en total 25 medallas en Mundiales, siete en Juegos Olímpicos, y soy una superviviente de abuso sexual». Así se presentó Biles ante el comité del Senado estadounidense que investigaba el escándalo.

Biles, sobre la barra de equilibrios del Bercy Arena.

Biles, sobre la barra de equilibrios del Bercy Arena.AFP

La declaración prosiguió entre lágrimas. Acusó a la Federación de Gimnasia de Estados Unidos (USAG), y al comité olímpico y paralímpico de EEUU de saber desde «mucho antes» que había sufrido abuso. En 2018 la atleta ya había confesado haber sido víctima del ex médico, que ha sido condenado por abusos cometidos durante décadas a más de 200 gimnastas.

«recordarme que aún puedo hacerlo»

Estos tres años su futuro ha sido una incógnita, pero decidió volver: «En realidad, nadie me obliga a hacerlo», explicó la deportista al anunciar que regresaba a París. «Me levanto todos los días y elijo trabajar en el gimnasio y rendir sólo para recordarme a mí misma que todavía puedo hacerlo».

La competición femenina arrancará este domingo en el citado Arena de Bercy, con las pruebas clasificatorias, y seguirá el próximo martes con la final por equipos, antes de la decisión del concurso general individual que tendrá lugar el jueves.

Considerada como la mejor gimnasta de todos los tiempos y ganadora en total de 37 medallas, Biles tiene una poderosa trayectoria deportiva. Al poner sobre la mesa los problemas de salud mental que afectan a los atletas, se coloca la más grande de sus preseas: la de evidenciar que otro de los valores de un deportista olímpico no está en presumir de las fortalezas, sino en reconocer las propias vulnerabilidades.