Lluvia, tensión, una escalofriante caída y victoria al sprint de Milan en la víspera de los Alpes

Actualizado Miércoles, 23 julio 2025 - 17:38

El gigante Jonathan Milan no pudo ni levantar los brazos en la meta de Valence, su segundo triunfo en este Tour, sus pedaladas como martillazos desatando su potencia en el pequeño grupo que quedó al frente, que sorteó una caída de esas que se veía venir, espeluznante bajo la tormenta. Se impuso el italiano del Lidl no por demasiado a Jordi Meeus y los favoritos respiraron de alivio cuando entraban cortados y empapados. Y, después de todo, llegan los Alpes. [Narración y clasificaciones]

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Se trató más de una prueba de supervivencia que de una jornada de transición. Así es el Tour. Pogacar y Vingegaard tuvieron que poner todos sus sentidos alerta y a cada uno de sus gregarios a trabajar y proteger cuando la lluvia arreció en el Valle del Ródano, cuando las rotondas ponían los pelos de punta. Justo cuando el pelotón, ya lanzado, pasaba por la flamme rouge, la fatalidad, la montonera, con Girmay y Barthe como ciclistas más dañados, con un grupito de 15 por delante y el triunfo de Milan.

Camino de los Alpes, de la hora de la verdad de este Tour tiranizado por Pogacar, en la víspera de la etapa reina con el Glandon, la Madeleine y el col de la Loze como amenazas, hors categories, el pelotón quiso tregua y sólo la tuvo a medias. De Bollène hasta Valence, atravesando la Vancluse y el Drome, entre viento racheado y tormentas en el horizonte, los nervios se apoderaron de todo.

Pogacar, a su llegada a Valence.

Pogacar, a su llegada a Valence.MARCO BERTORELLOAFP

Porque la lógica dictaba un sprint masivo en la villa natal de Charly Mottet, quizá la última oportunidad para los que quedan, para los que buscan el maillot verde de la regularidad como Jonathan Milan y comprueban cómo los Campos Elíseos, con la novedad de Montmartre, ya no será tan sencillo para el homenaje a los velocistas.

Tras las primeras escaramuzas, en las que quiso ser protagonista el hambriento Iván Romeo, el Lidl y el Alpecin permitieron que cuatro rodadores marcharan por delante (Albanese, Pacher, Burgaudeau y Abrahamsen, el ganador en Toulouse), siempre controlados, incluso durante la tensión y los ataques en la primera cota del día.

En la segunda, justo después de una caída que afectó aparentemente sin consecuencias a Alaphilippe y a Carlos Rodríguez, Wout Van Aert intentó una aventura en solitario, complicado de entender el calentón (no llegó a enlazar con los fugados) cuando le aguarda trabajo para Jonas Vingengaard los días siguientes. Pero el belga, que en la salida neutralizada estuvo a punto de sufrir un feo accidente, es un verso libre.

Llegó la lluvia y la escapada fue muriendo, Abrahamsen fue el que más resistió, hasta que faltaban cuatro kilómetros para Valence, donde Milan, eufórico, con una punta de velocidad de 71,1 km/h, firmó un triunfo de pura supervivencia.

Dennis González y Mireia Hernández dan a España su sexta medalla en natación artística

Dennis González y Mireia Hernández dan a España su sexta medalla en natación artística

Actualizado Miércoles, 23 julio 2025 - 16:22

La natación artística española no deja de dar alegrías en los Mundiales de Singapur y sumó su sexta medalla en la ciudad asiática gracias a la plata conquistada este miércoles por Dennis González y Mireia Hernández en la final de la rutina técnica del dúo mixto.

La pareja española, que firmó una nota de 230,4634 puntos, sólo se vio superada por el dúo ruso, integrado por Mayya Gurbanberdieva y Aleksandr Maltsev, que se proclamaron nuevos campeones del mundo con una puntuación de 233,2100 unidades.

Y es que el tiempo no parece haber pasado para Gurbanberdieva y Maltsev, que en su retorno, seis años después, a la competición, a causa de las sanciones impuestas a Rusia por la invasión de Ucrania, volvieron a ocupar el primer escalón del podio al que ya subieron en los Mundiales de Gwangju 2019.

Un triunfo, eso sí, mucho más ajustado de lo que muchos esperaban, ya que Dennis González y Mireia Hernández se quedaron a menos de tres puntos -2,7466- de los deportistas rusos, que compiten en Singapur como neutrales.

Dennis y Mireia, con la medalla.

Dennis y Mireia, con la medalla.FRANCOIS-XAVIER MARITAFP

La poderosa interpretación del dúo español, que hizo vibrar a jueces y espectadores con los ritmos urbanos de la rutina 'hip-hop', y sobre todo, la sobresaliente ejecución de los nadadores españoles hizo soñar por momentos con la posibilidad de la sorpresa.

Pero finalmente González y Hernández, que en junio pasado se coronaron campeones de Europa, tuvieron que conformarse con la plata, lastrados por el menor grado de dificultad de su ejercicio con relación a la pareja rusa.

Una medalla de plata que permitió a Dennis González, que el pasado miércoles se convirtió en el primer nadador masculino en subir a un podio mundialista en una prueba por equipos, contabilizar su tercera medalla en Singapur, donde ya ha ganado dos platas y un bronce.

Las mismas preseas que suma el ruso Alexandr Maltsev, que a sus 30 años se resiste a ceder el trono de la natación artística masculina al pujante Dennis González, tras colgarse tres oros en la ciudad asiática.

Tras rusos y españoles subieron al podio los italianos Filippo Pelati y Lucrezia Ruggiero, que lograron el bronce con un total de 228,0275 unidades, gracias a su brillante interpretación de la rutina 'El latido'.

Anni Espar conduce a la nueva España de Jordi Valls hasta el bronce mundial de waterpolo

Anni Espar conduce a la nueva España de Jordi Valls hasta el bronce mundial de waterpolo

Actualizado Miércoles, 23 julio 2025 - 14:02

España se ha impuesto a Estados Unidos (13-12), en el torneo femenino de waterpolo, para llevarse el bronce en el Mundial de Singapur, la sexta medalla en una competición de este tipo con la aportación destacada de Anni Espar, autora de cuatro goles y de una recuperación final.

La etapa de Jordi Valls, sustituto del mítico Miki Oca, al frente del equipo nacional, se ha solventado con una medalla, y eso que ha tenido que lidiar con cambios en su escuadra, un equipo que, además, venía de ganar el título olímpico en París, todo un reto.

Después del varapalo de la contundente derrota ante Hungría (15-9) en semifinales, España se rehízo. No era un partido fácil para ninguno de los dos equipos que, acostumbrados a luchar por los títulos, se encontraban en una final de consolación. Dos equipos, además, en plena reconstrucción generacional.

Y España dominó desde el principio, desde el 0-1 anotado por Espar, que exhibió galones y fue la punta de lanza del nuevo equipo español, hasta el 2-4 con el que concluyó el primer cuarto, en el que las jóvenes como Daniela Moreno o Paula Prats también anotaron.

La potencia de Estados Unidos en la boya provocó múltiples superioridades para el equipo de Adam Krikorian, pero España seguía arriba en el marcador con hasta tres goles de máxima diferencia y un nuevo tanto de Espar para cerrar el primer tiempo (4-7).

Anni Espar, la gran estrella de España

Anni Espar, la gran estrella de EspañaEFE

Con otro más, la capitana llevó a España a su máxima diferencia al anotar un penalti (4-8). Eran momentos con una buena defensa y la aportación de Martina Terré en la portería. Pero de tanto cargar en la boya, las estadounidenses empezaron a obtener rédito en las superioridades y su máxima goleadora, Emily Ausmus, anotó tres goles consecutivos, aunque España a dos minutos del final del tercer cuarto seguía cuatro arriba (7-11).

Todo se empezó a complicar cuando la zurda Emma Lineback anotó tres goles en superioridad para cerrar un parcial 3-0 y situar a su equipo 10-11 a cinco minutos del final. A la hora de la verdad, Paula Camus exhibió calidad en el 10-12, Con cuatro minutos por delante, Roemer descontó en otra superioridad (11-12) a 3:28 del final; y Bea Ortiz acertó en mujer de más para el 11-13.

Lineback, a 1:21, puso de nuevo la emoción (12-13) y, a partir de entonces, muchos nervios. Krikorian pidió un tiempo muerto a 49 segundos, pero España recuperó la posesión, por medio de Anni Espar con 30 segundos para el final y las estadounidenses jugando con portera-jugadora. Al final agotó el tiempo el equipo de Jordi Valls y sumó su sexta medalla en el Mundial, una demostración de que, a pesar del cambio generacional, y del nuevo técnico, sigue por el buen camino.

Málaga dedica una calle a Nita Carmona, la pionera que se tuvo que disfrazar de hombre para jugar al fútbol

Málaga dedica una calle a Nita Carmona, la pionera que se tuvo que disfrazar de hombre para jugar al fútbol

Actualizado Miércoles, 23 julio 2025 - 13:18

La ciudad de Málaga ha inaugurado una calle dedicada a Ana Carmona 'Nita', considerada la primera futbolista profesional en España. Este reconocimiento póstumo honra la memoria de una mujer que, a principios del siglo XX, se disfrazaba de hombre para poder jugar al fútbol, desafiando las convenciones de su época. La calle se encuentra en el entorno del cementerio de San Miguel, cerca del barrio malagueño de Capuchinos, donde Nita nació en 1908.

La decisión de asignar esta calle a Ana Carmona Ruiz fue aprobada por el Área de Cultura del Ayuntamiento de Málaga en agosto de 2023. Ahora, una placa conmemorativa rotula oficialmente este espacio, consolidando su legado en la historia de la ciudad y del deporte español.

Este no es el único homenaje que el Ayuntamiento de Málaga ha dedicado a esta pionera del deporte. Su figura ha sido objeto de estudio en uno de los talleres del Área de Juventud, 'Formarte', donde se abordó la relevancia de Nita Carmona en el contexto de la cultura local y la lucha por los derechos de la mujer, destacando su valentía y el impacto de su historia.

¿Quién fue Nita Carmona?

Nita Carmona creció en Málaga observando cómo los marinos ingleses jugaban al fútbol en las explanadas del puerto, donde su padre trabajaba como estibador. Esta temprana exposición al deporte encendió su pasión, tal y como apunta el periodista deportivo Jesús Hurtado en su libro '75 Años de Fútbol en Vélez',

Nita disputó varios partidos con el Sporting Club de Málaga, fundado por el padre salesiano Francisco Míguez. Posteriormente, se trasladó a Vélez Málaga para vivir con unos familiares, donde se unió al Vélez Club de Fútbol. Fue en este equipo donde recibió el apodo de 'Veleta', un reflejo de su agilidad y determinación en el campo.

El ‘método Tomé’ que ha cosido la selección española: exigencia, mano izquierda y meritocracia

Actualizado Miércoles, 23 julio 2025 - 00:37

España va escribiendo líneas en su historia en esta Eurocopa de Suiza. Fase de grupos invictas, goleadas cómodas, derribada la barrera de cuartos por primera vez en 28 años y la posibilidad de llegar a la final tumbando a Alemania, algo inédito. Todas las miradas se han dirigido al césped, a la mejor versión de Alexia Putellas, la incombustible Patri Guijarro, el gol de Esther, el desparpajo de Vicky López o el regreso de Aitana Bonmatí. La clave de eso está en el banquillo. Montse Tomé ha conseguido que España mire al campo y quite el foco de otros asuntos que, si bien no han afectado al rendimiento, han enturbiado.

La seleccionadora tiene ante sí su propio reto, del que no habla, pero que es el elefante en la habitación. Quiere un título enorme, más que una Nations League, que ponga en valor su trabajo y le abra las puertas de su continuidad en la RFEF. El 30 de agosto finaliza el contrato que, en plena tormenta, le firmó Pedro Rocha. Se lo ganó con la Liga de Naciones, la clasificación para los Juegos de París y para la Eurocopa. La estructura federativa era tan inestable que nadie quería sacudirla con cambios en el banquillo. Ahora es distinto. Rafael Louzán está al mando y, junto a las directivas María Suárez y Ruth García, la directora de Fútbol Femenino, Reyes Bellver, y la directora deportiva, María Pry, -que no ha pisado Suiza hasta ahora- tendrán que tomar una decisión sobre el futuro de la seleccionadora que, a día de hoy, aseguran fuentes federativas que está por definir. Nadie desvía el foco del objetivo.

En el análisis, Montse Tomé está más fuerte que hace un año, cuando renovó, y lejos de aquel septiembre de 2023 cuando cogió el relevo de Jorge Vilda y se enfrentó a aquella madrugada en Oliva. Allí pareció que sus días estaban contados. Sin sacudirse nunca las preguntas sobre Jenni Hermoso, ha ido moldeando con mucha mano izquierda un grupo que hoy es una piña y tiene una relación sana con el cuerpo técnico. Devolvió orden natural a la capitanía, con Irene Paredes y Alexia, sumó a quienes empujan, como Aitana, Mariona y Olga Carmona, y ha abierto las puertas a la nueva generación que encabeza Vicky López sin dejar a un lado la meritocracia que ejemplifica la llamada de Martín-Prieto o las guardametas Nanclares y Sullastres. Ha puesto en marcha el relevo generacional, no sin críticas externas pero apoyándose siempre en los resultados, que son incontestables salvo el lunar de los Juegos de París. De eso también aprendió.

Tomé con su segundo, Nacho Fernández.

Tomé con su segundo, Nacho Fernández.ANA ESCOBAREFE

Tomé, que heredó buena parte del cuerpo técnico de Jorge Vilda, ha ido fortaleciendo su propio equipo. En octubre incorporó a Nacho Fernández como segundo entrenador, un hombre sin experiencia en el fútbol femenino pero que durante años ha arropado a José Bordalás o Marcelino en sus cuerpos técnicos.

Exigencia constante

Analiza y perfila con ella los partidos -juntos viajaron a Basilea a ver el Francia-Alemania en directo-, y se encarga de diseñar las jugadas a balón parado. Junto a ellos Irene del Río, Carlos Sánchez con las porteras y Víctor Cervera, que ha cogido el mando de la preparación física.

Si hay un detalle que destaca todo el entorno de trabajo de Tomé es su exigencia constante. La seleccionadora es consciente de que tiene a las mejores jugadoras del mundo y quiere que su equipo de trabajo responda a ese nivel. En esta Euro, se ha reforzado con un analista más, todos los entrenamientos son grabados desde las alturas del Juan Antonio Samarach de Lausana y todos los rivales han sido seguidos en directo. No hay detalle que se deje al azar, como ha ocurrido en otros momentos de su etapa en el banquillo.

Esta Eurocopa ha puesto a la asturiana en un grupo de élite. De las siete mujeres que empezaron en los banquillos, solo ella y la doble campeona Sarina Wiegman al frente de Inglaterra, han peleado por llegar a la final. En el caso de la neerlandesa, su nombre llegó a estar en la lista de sustitutos de Gareth Southgate, lo que hubiera supuesto recorrer el camino inverso al que han hecho los dos hombres que aparecen junto a ellas. El italiano Andrea Soncin, que llegó al fútbol femenino sin experiencia, y Christian Wück, que creció en las categorías inferiores de Alemania con éxitos como el Mundial sub'17 masculino, y a quien pusieron al frente de la Mannschaft tras los Juegos.

El asombroso récord del Mont Ventoux de Pogacar, los cuatro ataques sin suerte de Vingegaard y una caída por un fotógrafo: “No sé qué hacía ahí”

Actualizado Miércoles, 23 julio 2025 - 00:34

Prometía el Mont Ventoux, cómo no. Escenario de leyendas, rampas como alucinaciones, agonía hacia una cima descarnada donde los héroes llegan exhaustos hasta límites insospechados por la falta de oxígeno: al noruego Tobias Johannessen, octavo en la general, le tuvo que rescatar la ambulancia tras sufrir un colapso y desplomarse. El fantasma del drama de Tom Simpson en el 73. Prometía el Gigante de la Provenza otro combate a dos, pues Vingegaard, tan aparentemente derrotado en este Tour, no se rinde aún. Ni con sus palabras ni con sus actos.

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Resultaron en vano sus cuatro ataques, toda la estrategia del Visma y sus efectivos por delante (Benoot, Campenaerts...), el equipo que busca insistentemente otro Granon. Porque Tadej Pogacar no afloja: los resolvió, todos, sin aparente sufrimiento, atentísimo sin compañeros, sentado, sin perder un milímetro la rueda de su oponente. Incluso, a falta de dos kilómetros, lanzó su potencia, desatada también en la meta, para arañar otros dos segundos más a su ventaja, otro clavo psicológico, también en sus palabras de después, pura suficiencia: «Lo ha intentado con todo, pero sabía que podía seguirle la rueda, no necesitaba comprometerme demasiado. La escapada era fuerte, así que no quería arriesgarme a un contraataque de Jonas por detrás. He sufrido en algún punto, pero le aguanté, intenté contraatacar una vez, tampoco quería exponer demasiado. Mantuve mi ritmo y controlé la carrera».

A Tadej le aguardaba el abrazo y los besos de Urska Zigart, su pareja, en la cumbre. Ciclista profesional también ella, había completado la ascensión al Mont Ventoux un rato antes. A Jonas, como si todo en este Tour le jugara malas pasadas, lo que le esperaba era un incidente: un choque con un fotógrafo despistado le hizo caer al suelo. «Se me metió corriendo justo después de cruzar la meta. No sé qué hacía ahí. Creo que la gente en la zona de meta debería prestar más atención», se quejó, irritado, el danés.

Que, sin embargo, volvió a mostrarse esperanzado. «No he ganado tiempo, pero he ganado en motivación. Me siguió, le seguí, no sé si tuvo alguna debilidad. Lo seguiré intentando», lanzó. Le quedan dos oportunidades en los Alpes para intentar recortar una distancia que se dispara ya a los 4:15. El jueves, la etapa reina entre Vif y el Col de la Loze (con el Glandon y la Madeleine de aperitivos) que tan buenos recuerdos le trae. Y el viernes, cinco puertos y cima en La Plagne.

En su desafío permanente, Pogacar y Vingegaard elevan el ciclismo a límites de rendimiento como no se conocen. Cuando comenzaron a ascender el Mont Ventoux la victoria de etapa parecía una quimera para cualquiera de los dos, con los fugados, entre ellos el bravo Enric Mas y el vencedor Valentin Paret-Peintre, a casi siete minutos. Sin demasiado rastro del UAE Emirates, el Vista tocó pronto a rebato, primero Van Aert, luego Kuss. El ataque inicial de Vingegaard, el que ya los dejó mano a mano, fue a falta de ocho kilómetros. Fue tal el ritmo de ambos que llegaron a apenas 43 segundos del francés.

Y, de paso, fulminaron un récord de esos imposibles, el que Iban Mayo tenía en la ascensión (45 minutos y 47 segundos desde St. Esteve), desde 2004. Aquella etapa del Dauphiné era una cronoescalada. Pogacar, que recordó su «mal día» en este escenario en 2021, dijo que esta vez «disfrutó»: lo completó en 44:48, dos segundos menos que Vingegaard. Contando un poco más atrás, desde Bedoin (21,2 kilómetros al 7,5% de desnivel), también desplumaron al vasco en más de un minuto: 55:51 Iban Mayo entonces, 54:31 Pogacar ayer.

«No creo que hubiéramos podido rodar mucho más rápido. Jonas y su equipo han marcado un ritmo muy bueno desde la base del puerto, y también más adelante con los dos hombres que venían de la fuga. Este es el límite de lo rápido que podíamos rodar, más allá de haber trazado mejor alguna curva», razonó. El récord en el Tour del Mont Ventoux lo tenía Marco Pantani desde 1994: Tadej esta vez ascendió casi tres minutos más rápido.

Berger, la guardameta heroína de Alemania: un cáncer de tiroides y los email de análisis de su abuelo

Actualizado Miércoles, 23 julio 2025 - 00:34

«Sé tu propio héroe». Con ese lema tiene una sudadera la guardameta de Alemania Ann-Katrin Berger, y no es porque fuera decisiva en la clasificación para semifinales por haber hecho un paradón en la prórroga ante Francia, atajado dos penaltis en la tanda y marcado el primero de su carrera. Es la reflexión que le envió su compañera, la delantera (y diseñadora) Linda Dallman, tras superar Berger un cáncer de tiroides que le detectaron en 2017, y volvió en 2022, en plena Eurocopa de Inglaterra.

Berger se lo calló hasta que cayeron derrotadas en la final ante las inglesas. «No quería sentir lástima de mí misma», explicaba entonces la guardameta. «Traté el cáncer como un partido que había que ganar». Y lo ganó, en una eliminatoria de ida y vuelta. El primero se lo detectaron cuando jugaba en el Birmingham City, y volvió al césped apenas tres meses después. El segundo, tras cinco años, cuando defendía la camiseta del Chelsea, no le privó de estar en el Mundial un año después, aunque no jugara. De ellos solo queda un tatuaje en el cuello, bajo la oreja derecha, que disimula una cicatriz. Salió más fuerte. Ganó cinco Super Ligas consecutivas, se hizo con la titularidad en la selección alemana y se marchó al Gotham norteamericano.

Para España fue el coco que paró el penalti a Alexia Putellas y las dejó sin la medalla de bronce en los Juegos de París, el torneo que coronó a Berger como cancerbera titular en Alemania a sus 33 años. Christian Wück le ha dado tanta confianza que ante Dinamarca, en la fase de grupos, se atrevió a regatear varias veces en el área. «Así no voy a envejecer», decía el seleccionador. Le gustó más el protagonismo de Berger en cuartos, cuando en el minuto 103 salvó un remate de su compañera Minge y, en la tanda, atajó dos lanzamientos sin ni siquiera mirar la chuleta de su botella. Fue MVP y tuvo que aguantar elogios, algo que no le gusta demasiado. Prefiere un perfil discreto, pero su rendimiento en el campo se lo impide. Ha sido nombrada portera del año en la National Women's Soccer League (NWSL) y mejor jugadora en Alemania.

La influencia de 'Opa' Herbert

Las felicitaciones, tampoco las críticas, no la despistan. No atiende a las redes sociales y solo hay una opinión que quiere: la de su abuelo, su Opa (en alemán). «Prefiero escucharlo a él», asegura. A los 92 años, Herbert envía a su nieta un email después de cada partido con comentarios que ella lee a la mañana siguiente. «No sabe mucho de fútbol, pero yo creo que me adelanto un poco en los penaltis y seguro que él me dirá lo mismo», confesaba la portera en zona mixta. Su abuelo le dijo que solo iría a un partido: la final. «Así que esto va por ti, Opa», le dijo. La tarea de España será impedirlo.

El único lunar en esta Eurocopa, hasta el momento, para Ann-Katrin Berger es la denuncia pública de su prometida, la defensa inglesa Jess Carter, de haber sido víctima de insultos racistas en esta Eurocopa. La británica, con la que también comparte vestuario en el Gotham, hizo un comunicado en el que asumía las críticas por su juego, pero no por su raza o su aspecto. Pidió respeto y su gesto ha sido compartido en las redes sociales por su pareja.

Montse Tomé, ante las semifinales de la Eurocopa frente a Alemania: “Es el torneo en el que más a gusto nos estamos sintiendo y en el ambiente más profesional”

Actualizado Martes, 22 julio 2025 - 19:17

Nunca ha ganado España a Alemania ni en partido oficial ni amistoso. Cinco veces con Montse Tomé en el banquillo, aunque fuera como segunda. Pero, en estas semifinales de la Eurocopa, la asturiana siente que es un momento especial. "Cada vez hemos estado más cerca de lograrlo y este es el torneo donde más a gusto nos estamos sintiendo, en el ambiente más profesional", aseguró la seleccionadora. "El equipo está maduro. Siento que somos fuertes y estamos ilusionadas", explicó ante la prensa en las entrañas del estadio Letzigrund de Zúrich.

"Hay una progresión en todo lo que rodea al equipo. Las jugadoras saben cuándo focalizar y desconectar, saben lo que les pedimos a cada una y son capaces de asumir el rol que sea. La gestión del grupo es el éxito que nos hace ser como somos. Hemos contado siempre con talento, pero ahora hemos creado un equipo", destacó la seleccionadora.

El plan para ganar a Alemania pasa por "tener el balón". "Solo podemos variar en cómo hacerlo. Tenemos claro por dónde puede dejar espacios, algo que va a cambiar a lo largo del partido, y cómo atacarlos. Es un equipo que ha defendido de manera diferente incluso en el mismo campeonato. Vamos a tener el balón y luego vemos", advirtió.

Lo que España ha preparado son los penaltis. No dejan nada al azar: "Hemos hablado con todas, incluso las que no lanzan en sus clubes, y hemos testeado. Luego dependerá de la sensación que cada una tenga en el partido, que es la que manda".

Para lanzar ya se ha postulado Cata Coll. "Cata se apunta a un bombardeo si la dejas. Es una de las jugadoras con una gran personalidad. Además, ahora he visto otra parte de Cata. Ella lucha para estar al 100% pero, cuando está al 70, me dice que cuente con otra, que es mejor para el equipo", destacó.

Alexia: "No es una revancha"

La última vez que España y Alemania se cruzaron fue en los Juegos, y fue para las germanas. Alexia Putellas, además, falló un penalti. Aunque jugadoras como Vicky o Athenea quieren revancha, ella no. "Lo veo más como una oportunidad, creo que los Juegos son muy diferentes, es otro contexto, otra manera de competir, creo que no va a tener nada que ver con el partido de mañana. Fue un rival contra el que perdimos y mañana tenemos la oportunidad de ganarles por primera vez", aseguró.

"A ver qué partido plantean, pero estamos preparadas para todo y tenemos la confianza al 100%. Tenemos que tener el control del partido, el balón la mayoría del tiempo, será una disputa bonita, porque son peligrosas tengan o no el balón. Es una de las mejores selecciones del mundo y nunca la hemos ganado", recordó.

Para lograrlo, "hay que acercarse a la excelencia, y ni eso te garantiza ganar. Esa es la magia de este deporte. Pero si minimizamos errores confiamos en que podamos avanzar a la final. Mis sensaciones son buenas, la confianza es plena en lo que estamos creando, aunque será duro, como cualquier semifinal de un torneo grande, pero estamos ilusionadas por seguir haciendo historia", sentenció.

Paret-Peintre despierta a Enric Mas de su sueño en el Mont Ventoux

Actualizado Martes, 22 julio 2025 - 17:08

En la cima del Mont Ventoux, el icónico paisaje lunar que reina en la Provenza, como un monstruo en el horizonte, visible desde decenas de kilómetros, el espigado Valentin Paret-Peintre, cintura de avispa, pone su nombre entre lágrimas. La victoria de una vida, orgullo francés en este Tour que ansiaba un triunfo local y exploraba sus propias miserias, ahora que se cumplen 40 años de la última corona de Bernard Hinault. En el Mont Ventoux también Tadej Pogacar y Jonas Vingegaard prolongan su interminable duelo, como condenados para siempre a estar cerca, a desafiarse hasta que uno quede en pie. [Narración y clasificaciones]

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Fue una subida como un thriller, como un calvario, con la batalla por delante por la victoria, con Enric Mas en cabeza, sólo, soñando, sufriendo, más de 10 kilómetros, hasta que despertó sin un gramo de fuerza en sus piernas (acabó séptimo). Con Ben Healy y Paret-Peintre, tan livianos, barbudos, dos hipsters con poco más de 100 kilos entre ambos, golpeándose con ataques continuos, nerviosos, inquietos, como escaladores de antaño. Hasta que un inesperado Van Wilder, compañero del francés, salió de la nada y fue determinante en los últimos metros, donde también se había presentado Santiago Buitrago, para que el Soudal del arruinado Remco Evenepoel celebrara un triunfo que vale por 10.

Y más atrás, amenazantes, Jonas y Tadej. Agresivo el danés, más pleno que en los Pirineos. Conservador el esloveno, menos potente. Lejos los escapados del día, el Visma puso ritmo desde abajo, primero Van Aert, luego Kuss. Pogacar se quedó sin compañeros, ni rastro de Narváez. Y, a falta de ocho kilómetros, aún zona boscosa, probó por primera vez Vingegaard. Que repitió dos kilómetros después, cuando Benoot le echó una mano. Y una tercera, tras el impulso de Campenaerts. Todas contrarrestadas por el líder, siempre sentado.

A falta de dos, Pogacar atacó y también respondió con solvencia Vingegaard. Sólo en los últimos metros, para otra muesca mental, el esloveno puso otro par de segundos de ventaja.

Enric Mas y Alaphilippe, en la escapada.

Enric Mas y Alaphilippe, en la escapada.ANNE-CHRISTINE POUJOULATAFP

A Enric Mas, tan decaído en otro Tour más, tan lejos del Top 10 y hasta de cualquier opción de victoria de etapa hasta ahora, intenciones proclamadas tras sus primeros desfallecimientos, se le había presentado, al fin, una oportunidad de esas únicas. Atentísimo en los cortes del día, todo llano hasta las faldas del coloso, lo estuvo aún más para plantarse en el sexteto que iba a iniciar la subida con un minuto y medio de adelanto sobre otro grupo de 30 y casi siete con el pelotón, que comandaba el UAE con pocas ambiciones, aparentemente, de llevar a Pogacar hacia el triunfo en el lugar icónico.

Mejor aún el balear anticipándose con colmillo, atacando a falta de cuatro kilómetros a Thymen Arensman, el más peligroso de sus compañeros, el ganador en Superbagnères, al que acompañaba Julien Alaphilippe. Ya sólo le quedaba un calvario, pero qué calvario. En solitario hacia la cima del Gigante de la Provenza, rampas pedregosas, paisaje lunar. Allá donde Tom Simpson perdió la vida en 1967, donde Chris Froome corrió a pie desesperado en 2013, donde otros españoles coronaron en cabeza (Julio Jiménez, Gonzalo Aja y Juanma Gárate), donde hace cuatro Vingegaard se presentó al mundo dejando de rueda a Pogacar. La cima que exploró Petrarca en 1336. Hacia todos esos mitos y leyendas cabalgó el balear.

Que se quedó en la orilla, porque los menudos escaladores le atraparon. Porque Paret-Peintre, ganador el año pasado de otra bonita etapa de montaña en el Giro (Bocca della Selva) aprovechó una oportunidad maravillosa a casi 2.000 metros de descarnada altitud.

España tira de épica y jugará la final del Mundial de waterpolo

España tira de épica y jugará la final del Mundial de waterpolo

Actualizado Martes, 22 julio 2025 - 16:20

Un gol de Alberto Munárriz, a dos segundos de la conclusión, abrió las puertas a España a la tanda de penaltis (7-7) ante Grecia, donde los de David Martín resolvieron su pase a la final del Mundial con dos paradas de Unai Aguirre (11-9) y lucharán por su cuarto título mundial.

Fue un partido con muchos partidos dentro. El primero, España lo ganó por 3-6 al descanso. En el segundo estuvo a punto de perderlo, porque a poco del final, Grecia ganaba 7-6 y casi celebraba el pase a la final.

Es cuando apareció el brazo de Munárriz, errático hasta entonces, que no había acertado en los primeros cinco lanzamientos, pero sí en el decisivo. Desde el punto de penalti, en el tercer partido, España volvió a ganar.

El partido fue muy táctico, con poco ritmo, lo cual no favorecía a los intereses de España. Sin embargo, una circunstancia marcó el desarrollo del primer tiempo: la expulsión de Aristeidis Chalyvopoulos por agresión a Álvaro Granados, que obligó a su equipo a jugar con uno menos durante cuatro minutos.

España no desaprovechó la ocasión y consiguió un parcial 0-3 que le dio aire. Hasta entonces, nuevamente el brazo de Bernat Sanahuja, como había ocurrido en cuartos de final, había sujetado a los de David Martín.

Los griegos descontaron antes del descanso (3-6) y es cuando empezó el giro dramático del partido para España. Sin acierto en ataque, nulos en la superioridades, los de David Martín sobrevivieron gracias a su defensa y al enorme partido, nuevamente, del meta Unai Aguirre.

Encajó un parcial 1-0 y, a ocho minutos del final, España aun tenía ventaja (4-6). Pero en el inicio del cuarto final, Granados fue expulsado con roja directa y ya no volvió a jugar más, lo cual lastró aún más el ataque.

Mientras, los griegos anotaban. Gkillas puso el 5-6, Pouros el 6-6 y nuevamente Gkillas culminó la remontada y un parcial 5-0 para el 7:6 a 1:48 para el final.

Dio igual el tiempo muerto de Martín para preparar una nueva superioridad, que Felipe Perrone rematara al palo a 35 segundos del final. Todo se decidió cuando Munárriz, a dos segundos del final, acertó con un tiro supersónico para mandar el partido a los penaltis, y poner fin a casi veinte minutos en los que España se quedó seca.

Allí, no hubo color. Perrone anotó el primero (8-7), Genidounias empató (8-8), Sanahuja puso el 9-8 y Kalogeropoulos no falló (9-9). Munárriz marcó el 10-9 y Aguirre detuvo el penalti a Skoumpakis. Larumbe no erró y 11-9 y Unai Aguirre paró la pena máxima decisiva.