Grupos de ricos extranjeros, reventas a 70.000 euros por partidos y sin noticias de Federer: "la locura máxima" alrededor de Nadal en Málaga

Grupos de ricos extranjeros, reventas a 70.000 euros por partidos y sin noticias de Federer: “la locura máxima” alrededor de Nadal en Málaga

En el aeropuerto de Málaga explica Alan Bailey, un «empresario de las finanzas» de California, que en cuanto supo que Rafa Nadal jugaría su último partido se compró un pack completo para las Finales de la Copa Davis que incluye entradas para toda la semana y comidas en el hospitality. Pagó «unos 40.000 dólares» a una agencia y como él, los otros 50 estadounidenses que le acompañan, en un grupo que mayoritariamente ronda los 60 años y que ha hecho escala en Barcelona. «Es un momento único en el deporte mundial, no me lo podía perder», asegura y se marcha tan contento al hotel no sin antes preguntar si Nadal jugará individuales o dobles y de extender una invitación para ir visitarle durante el Masters 1000 de Indian Wells.

La Nadalmanía en Málaga es total. Enfrente del pabellón Martín Carpena sobresale el letrero de «Gracias, Rafa» que decora la fachada del estadio de atletismo y en todos los carteles de la ciudad se anuncia su adiós, pero el momento va más allá. Grupos y grupos de extranjeros aparecen en los hoteles y copan las terrazas esperando a que el ganador de 22 Grand Slam salte a la pista. Son quienes antes incluso del anuncio oficial de Nadal se lanzaron a la compra de entrada y de paquetes VIP para estar presentes en el evento.

«Hubo dos momentos de boom de venta de entradas. El primero fue cuando David Ferrer [el capitán del equipo español] anunció que Nadal formará parte del equipo. Luego la locura máxima llegó un par de semanas después, con el comunicado de su retirada. Nuestra web se colapsó, sobra decir que está todo más que vendido», cuenta a EL MUNDO el director de las Finales, Feliciano López, que sabe que comanda «uno de los eventos más importantes de este año en el deporte mundial». El precio original de las entradas era de entre 40 y 200 euros por sesión, pero ahora las cantidades se han disparado hasta lo ilógico. Por las calles cercanas al pabellón no se ven revendedores, seguramente por culpa del amplísimo despliegue de la Policía en la zona, pero en las webs especializadas se pueden encontrar tickets por 30.000, por 40.000, por 50.000 y hasta por 70.000 entradas.

Djokovic y Murray, confirmados

«He recibido muchas llamadas de amigos y no me pedían invitaciones, simplemente me pedían ayuda para poder comprar. Ha sido un poco loco, pero no me esperaba nada diferente, aquí se va a vivir un hecho histórico», añade López que premia al periodista a tomar lugar pronto en la sala de prensa porque se ha quedado pequeña. Aunque el pabellón Martín Carpena ha acogido partidos de Euroliga, de la NBA, algunas exhibiciones del propio Nadal y hasta unos premios Goya, nunca se ha visto en una igual. «Podríamos haber llenado tres salas de prensa como la de aquí. Hemos tenido que rechazar muchas peticiones de acreditación», señala el ex tenista que también apunta dos detalles curiosos: habían contratado una carpa para VIPs y tuvieron que pedir una el doble de grande y habrá varias leyendas en el palco.

Manu FernandezAP

«Sé que Novak Djokovic y Andy Murray vendrán. De Roger Federer no sé nada, la verdad», finaliza López, al que se le nota la emoción: «Se dan muchas coincidencias que son increíbles. A veces no te imaginas lo que la vida te tiene planeado. Me acuerdo perfectamente cuando Rafa debutó conmigo en la Davis en la República Checa, lo joven que era, la impresión que me dio. ¿Quién me iba a decir que se retiraría en la Davis con 22 Grand Slam y que yo sería el director del torneo?»

Entre las preocupaciones de López sólo está que Nadal disfrute de sus últimos partidos y, por supuesto, que la infraestructura del torneo aguante su peso. Porque la organización le ha preparado un homenaje «a la altura» y ha tenido que reacondicionar muchas cosas. Por ejemplo, el equipo español se ha alojado en el Hotel Higuerón de Fuengirola, un complejo cerrado de cinco estrellas, alejado del tumulto de la ciudad. Allí Nadal descansa con Carlos Alcaraz, Roberto Bautista y compañía a la espera de disputar sus últimos partidos entre la «locura máxima» desatada estos días en Málaga.

El misterio (casi resuelto) sobre si Nadal jugará individuales o dobles: "Hay que apretar, ¿no?"

El misterio (casi resuelto) sobre si Nadal jugará individuales o dobles: “Hay que apretar, ¿no?”

"¡Buen saque, Rafa!", exclama Alcaraz y Nadal se ríe: "Hay que apretar, ¿no?". Apenas 24 horas antes de que España debute en las finales de la Copa Davis ante Países Bajos (este martes, a partir de las 17.00 horas, Movistar), los dos mejores tenistas de la historia del país se citan en el pabellón Martín Carpena de Málaga para un entrenamiento conjunto y un set de práctica. ¿El marcador? 4-4. Pero eso no es lo importante.

Lo importante es que los dos preparan sus partidos individuales o, como mínimo, eso parece. Mientras Marcel Granollers se ejercita junto a Pedro Martínez y la pareja de Estados Unidos para el dobles, Nadal practica en solitario contra Alcaraz con el objetivo de medirse a Botic van deZandschulp en el encuentro que debe abrir la eliminatoria. La decisión está en manos del capitán español, David Ferrer, que ya advertido que apurará al máximo para anunciarlo -debe ser una hora antes del inicio-, pero el entrenamiento sería ilógico si finalmente Nadal juega el dobles.

"No estoy aquí para retirarme, estoy para ayudar al equipo a ganar", proclamaba el ganador de 22 Grand Slam por la mañana, pero nadie se lo imagina en el banquillo sin jugar, simplemente animando a sus compañeros. De hecho, el otro candidato a los partidos individuales,Roberto Bautista, ya admitía a EL MUNDO días antes que seguramente le tocará descansar. Todo apunta a que Nadal abrirá la fiesta y si finalmente es así sus opciones de victoria son altas.

Bien al saque, con ciertos problemas

Su probable rival, Van de Zandschulp, verdugo de Alcaraz en el último US Open, es un tenista inconsistente muy lejos de su mejor ranking -hoy es el 80 de la lista- y, además, el español llega en buena forma. Después de dos días de sesiones más livianas, este lunes se ejercitó al máximo y exhibió de lo que todavía es capaz. Con su familia casi al completo en las gradas -no estaba su mujer Mery, pero sí su hijo con los abuelos-, sobrepasó a Alcaraz con su saque y mandó con su derecha, a pesar de los pesares. Sus problemas llegan en el resto y en los desplazamientos laterales, pero con lo visto ya es capaz de vencer.

Jorge ZapataEFE

Si Nadal se enfrenta a Van de Zandschulp, Alcaraz se enfrentará después a Tallon Griekspoor, un rival al que siempre ha dominado -cuatro victorias sin ceder un sólo set- y si hace falta, quedará el dobles. Granollers y posiblemente Martínez se medirán a Wesley Koolhof y Van de Zandschulp en un duelo siempre incierto por la clasificación. A España, por supuesto, le conviene solventar antes en los dos partidos individuales y encarar dos días de descanso antes de unas semifinales que también serán propicias.

Allí estarían Alemania o Canadá, dos selecciones de peso, pero carentes de sus mejores tenistas. Ni Alexander Zverev ni Félix Auger-Aliassime están en Málaga así que Alcaraz y Nadal no se enfrentarán a un Top 10 hasta una hipotética final, donde sí debería estar Italia con Jannik Sinner, Estados Unidos con Taylor Fritz o Australia con Álex de Miñaur. En su contra, únicamente, la superficie rapidísima instalada en el Martín Carpena que este lunes acaparó sus quejas.

Rafa Nadal: “No estoy aquí para retirarme, estoy para ayudar al equipo a ganar”

Actualizado Lunes, 18 noviembre 2024 - 11:20

El equipo español de la Copa Davis ha comparecido en el Hotel Higuerón de Fuengirola (Málaga) en la rueda de prensa previa al inicio de la Copa Davis, el último torneo que jugará Rafa Nadal como profesional.

Todos los focos estaban puestos en el mallorquín que se ha mostrado muy confiado en poder ayudar al equipo español a obtener su séptima Copa Davis, la sexta para el jugador nacido en Manacor. "No estoy aquí para retirarme. Estoy aquí para ayudar al equipo a ganar. Es mi última semana en una competición de equipo y lo más importante es ayudar al equipo", ha comentado el tenista.

Precisamente, esta es una de sus competiciones preferidas, como ha explicado durante su larga carrera, y por eso ha decidido que sea aquí, en Málaga, su último torneo. "El sentimiento de jugar con tu país es algo increíble. El 90% de mi carrera he estado con Ferrer, Moyá, ahora Carlos Alcaraz... Son 20 años compitiendo en esta Copa Davis con diferentes relaciones. Al final tienes una familia", ha declarado.

Será Países Bajos el primer escollo del equipo español en este torneo, que se desarrollará durante esta semana. Rafa Nadal no tiene claro si jugará pese a que ha asegurado que lleva entrenando "lo más duro posible" el último mes y medio para llegar a punto a la cita, pero mantiene la posibilidad de dar un paso a un lado si no está preparado. "Si yo no puedo competir sin ser competitivo...", deja dicho el mallorquín.

La otra gran estrella será Carlos Alcaraz, con la que compartió el dobles en los Juegos Olímpicos de París el pasado verano, aunque no pudieran obtener metal. En esta ocasión, aunque jugarán para el mismo equipo, no se espera que compartan pista.

El murciano aterrizó hace un par de días en Málaga tras disputar las ATP Finals en Turín donde perdió dos partidos y ganó uno pese a estar enfermo la mayor parte del torneo. "Sigo un poco resfriado. En los últimos días he podido entrenar aquí prácticamente normal y muy bien. Casi que me he olvidado de la enfermedad y estoy casi al 100%", ha apuntado.

Todos con Nadal

En la rueda de prensa han estado todos los integrantes del equipo español de la Copa Davis así como el capitán, David Ferrer, quien habla de lo "especial" que es contar con Nadal en los elegidos y lo "afortunado" que se siente por estar en su despedida.

En el mismo sentido se han expresado el resto de integrantes. Marcel Granollers recordaba su época de juveniles juntos y lo "bonito" que es estar en Málaga mientras que Roberto Bautista hablaba de que es "un ejemplo" y mantenía que les da "mucha energía y positividad".

Si España consigue vencer a Países Bajos, eliminatoria que se disputa este martes, se enfrentaría al ganador del Alemania - Canadá en semifinales el viernes 22. En la final, que se disputa el domingo 24, podrían encontrarse o con la temible Italia de Sinner o con Estados Unidos, si ambos superan a Argentina y Australia, respectivamente.

Bautista, el escudero perfecto de España en la Davis: “Nadal siempre ha sido un ejemplo, una inspiración”

Actualizado Domingo, 17 noviembre 2024 - 22:21

El hobby de Roberto Bautista son los caballos. Monta desde que era un niño, llegó a tener seis ejemplares en su casa y ahora cuenta en Castellón con su propia yeguada, con la que compite en concursos de pura raza española. Ama los caballos como pocos, pero hace justo un año esa pasión casi le cuesta la retirada. «Fue un accidente con mala suerte. Estaba montando y en una caída se me quedó el pie debajo y me fracturé el peroné», recuerda quien ha tenido que penar, por culpa de ese infortunio, por previas y torneos menores a lo largo de 2024.

De estar en el Top 10 del mundo a caer hasta el puesto 122 y ahora, por fin, volver entre los mejores para presentarse en esta Copa Davis como el escudero de Carlos Alcaraz. Decidirá el capitán, David Ferrer, pero en principio Bautista. de 36 años, jugará los segundos partidos de individuales reservando a Rafa Nadal para el dobles. No en vano, fue él quien otorgó dos victorias cruciales durante la fase de grupos.

¿Y ha vuelto a montar?
Le he cogido distancia, pero no por el accidente. En Andorra, donde vivo, monto los caballos de una amiga, pero voy menos a Castellón de lo que me gustaría. Lo sigo haciendo, aunque con cuidado. Es difícil recuperarse de una mala caída. Igualmente sigo siendo mi hobby y el proyecto de la yeguada me apasiona. Llevo ocho años, va despacio, pero es muy interesante.
A su edad, lo de caer del Top 100 y volver a jugar las previas...
Ha sido complicado, sí, sí. Llevaba 10 años en puestos de privilegio y normalmente cuando llegaba a los torneos ya ni había jugadores de la previa. Este año he dicho: 'Madre mía, qué diferencia'. He tenido que jugar muchos más partidos, me ha costado más sumar partidos... Pero estoy orgulloso. Ha sido un año en el que he mostrado mucho carácter, mucha disciplina, y he podido volver a disfrutar del tenis. El título en Amberes [un ATP 250, el pasado octubre] será siempre uno de los más especiales de mi carrera. Para mí, lesionarme de gravedad y poder regresar ha sido un premio a haberme cuidado siempre.

Fernando Galindo

Para premio, la Copa Davis. La pregunta del millón: ¿Jugará usted los individuales o jugará Rafa Nadal?
No he hablado con el capitán. Se pueden dar muchas situaciones, hay que ver cómo llega Carlos [Alcaraz], cómo se encuentra Rafa... Conociéndole imagino que hará lo posible por jugar, querrá competir al máximo. A mí la Copa Davis me motiva en especial. Es una competición que me ha dado mucho, que ha subido mi nivel, que me ha hecho jugar mejor. Si tengo la oportunidad de jugar, lo voy a disfrutar muchísimo.
Son de la misma generación, han compartido muchas veces equipo... ¿Cómo es su relación con Nadal?
Para mí siempre ha sido un ejemplo, me ha servido de inspiración. Él se metió en el circuito mucho antes que yo y empezó muy pronto a ganar todo lo que ha ganado. Al principio no teníamos mucho trato, pero cuando empezamos a coincidir en la Davis pasamos años muy buenos. Ahora nos llevamos muy bien, hemos estado los últimos días entrenando juntos en su academia de Mallorca. Espero que tenga la mejor despedida posible.
Fue muchos años el segundo español por detrás de Nadal y ahora ha aparecido Alcaraz. ¿Le molesta no estar bajo los focos?
No, nunca me ha molestado. Si me he fijado en otros tenistas, siempre ha sido en su juego. A nivel mediático nunca he mirado de puertas afuera, no me ha preocupado mucho la atención que recibía. Siempre he intentado ganar mis cosas, hacer mi camino, tener mi propia carrera.
Hablaba de los años buenos con Nadal. Es imposible olvidar la victoria de España en la Copa Davis de 2019. Sus lágrimas por la victoria tras el fallecimiento de su padre.
Para mí también fue un momento muy especial, uno de los mejores momentos de mi carrera. No lo pienso mucho en mi día a día, pero es inevitable acordarse cuando vengo a jugar la Davis. Siempre me viene a la cabeza. Viví muchas emociones, pero guardo muchos recuerdos de aquel día, de toda la semana.

Fernando Galindo

España jugará este martes contra Países Bajos. Si gana, semifinales el viernes y el domingo, la final. Toda la Copa Davis en una semana y en un mismo sitio, Málaga. ¿Le gusta el nuevo formato?
Me gusta, sí, pero jugamos siempre en España. Como siempre ha sido así, en Madrid o en Málaga, he disfrutado mucho con este nuevo formato. Pero entiendo lo que dicen otros jugadores. Soy consciente de que si estas Finales se jugarán en otro país tendría una opinión diferente.
Se retira Nadal, usted tiene 36 años, hay seis españoles en el Top 100. ¿Le preocupa el futuro de nuestro tenis?
Antes igual España tenía 12 o 14 jugadores en el Top 100 del ranking y ahora hay menos, el listón ha bajado, pero es una cuestión generacional. Tenemos a Carlos, que es el número tres del mundo, que ha ganado dos Grand Slam seguidos, no podemos hablar mal del futuro. Además hay gente joven apretando. Está Martín Landaluce a punto de meterse entre los mejores, Rafa Jódar, Andrés Santamarta, que nos ayuda estos días como sparring... Y estoy seguro que saldrán caras nuevas.
¿Se plantea un objetivo final o un lugar para la retirada?
La verdad es que no. El tenis es un deporte especial porque siempre te plantea nuevos retos, siempre hay algo en lo que superarse. A estas alturas yo siempre me pregunto: ¿Por qué no? Si gano un torneo pienso que por qué no puedo ganar otro. O por qué no puedo aguantar otro año en la élite. No me cuesta levantarme para entrenar, siempre mantengo la motivación, así que no sé decidir cuándo y cómo lo dejaré.
Toni Nadal: "Rafael siempre se dejó aconsejar y supo obedecer"

Toni Nadal: “Rafael siempre se dejó aconsejar y supo obedecer”

Guió a su sobrino desde la infancia hasta 2017 y forjó el tenis y el carácter del extraordinario jugador que disputará en la Copa Davis, la semana próxima, el último torneo de su vida. Toni resta méritos a su influencia y continúa fiel a un ideario próximo al estoicismo.

Málaga despedirá a Rafa Nadal con un gigante 'Gracias' escrito en una lona de 2.600 metros cuadrados

Málaga despedirá a Rafa Nadal con un gigante ‘Gracias’ escrito en una lona de 2.600 metros cuadrados

Actualizado Martes, 12 noviembre 2024 - 17:50

El Estadio Ciudad de Málaga luce desde este martes una lona gigante de 2.600 metros cuadrados de superficie con una figura de Rafa Nadal de espaldas de 15 metros de altura, con la que el Ayuntamiento y la Diputación de Málaga agradecen al tenista mallorquín que haya elegido la ciudad para coronar su carrera.

"Gracias" se lee en esta lona, ubicada en el frontal del estadio y visible desde la autovía, que se sitúa frente a los accesos al Palacio de los Deportes Martín Carpena, donde Rafa Nadal disputará su último torneo como tenista profesional del 19 al 24 de noviembre, en la final de la Copa Davis.

Hace unas semanas, medios de todo el mundo se hicieron eco en sus portadas de la retirada del tenista en Málaga, con el consiguiente impacto internacional y retorno a efectos de imagen y promoción turística, que se amplificará durante este adiós a la competición.

Con esta acción, el Ayuntamiento y la Diputación malagueños pretenden reforzar la proyección de las marcas Málaga y la Costa del Sol, aprovechando que "la atención global" estará en esta provincia durante la Davis y que Nadal es uno de los deportistas más laureados y admirados de la historia, con cientos de millones de seguidores en todo el mundo.

Considerado el mejor deportista español y uno de los mejores tenistas de la historia, Nadal ha logrado a lo largo de su carrera 22 títulos del Gran Slam, de los que 14 fueron en la tierra batida de Roland Garros, así como cinco títulos de campeón de la Copa Davis con la selección española, dos oros olímpicos y otros 36 trofeos ATP Masters 1000.

#GraciasRafa

Además de la lona publicitaria, una de las más grandes que se hayan colocado en España, según sus promotores, la campaña también se desplegará en la estación de metro del Palacio de los Deportes, espacios de este recinto deportivo, así como en mupis (publicidad en mobiliario urbano), pantallas, transporte público y redes sociales, con la etiqueta #GraciasRafa.

El homenaje refleja el agradecimiento de Málaga y de toda la Costa del Sol por el privilegio de contar con Nadal en sus últimos grandes momentos deportivos.

Desde que el pasado 10 de octubre Nadal (Manacor, 1986) anunció que la final de la Copa Davis sería su último torneo como profesional, el tenista ha acaparado la atención de los medios de comunicación y elogios tanto de los principales deportistas de todo el mundo y autoridades del país.

En 2008, Rafa Nadal recibió el Premio Príncipe de Asturias de los Deportes tanto por su trayectoria deportiva "ejemplarizante" como por su categoría humana y espíritu solidario.

Joan Balcells, la vida sin patillas del héroe de la primera Davis española: "Me rapé obligado, los años pasan"

Joan Balcells, la vida sin patillas del héroe de la primera Davis española: “Me rapé obligado, los años pasan”

«¡'El patillas' ha llegado!», proclamaba Álex Corretja en el escenario de la discoteca Luz de Gas de Barcelona en la celebración de la primera Copa Davis de la historia de España. 'El patillas', le aclamaban o incluso le vitoreaban, «¡Curro, Curro, Curro!», pero Joan Balcells se hacía el longuis. Al final no tuvo más remedio que subirse a la tarima, dar un discurso y abrazar una fama que le caía del cielo ya a los 25 años y con un look muy marcado: las patillas, ¡tremendas patillas!

En diciembre de 2000, Corretja, Juan Carlos Ferrero, Albert Costa y Balcells derrotaron a la Australia de Lleyton Hewitt y Pat Rafter en el Palau Sant Jordi para levantar la primera Ensaladera española y hacerse populares, seguramente los deportistas más populares del momento. Ferrero, Corretja y Costa todavía lo son como entrenador, comentarista y dirigente, pero Balcells... ¿Qué fue de Balcells?

David RamirezAraba

«Dos años después de aquella Davis, en 2002, me lesioné y en 2004 me retiré. Tenía 29 años. Me tomé un tiempo medio libre, alejado del tenis, y luego empecé a trabajar como entrenador en la academia Sánchez-Casal, que es donde me había formado yo», explica Balcells, ahora director de la academia WeTennisBcn de Badalona, donde dirige la carrera de varias promesas. En su caso, la fama se esfumó y el teléfono dejó de sonar, pero no fue un problema, en absoluto.

«Tuve unos años en los que no paraba de hacer cosas. Luego fue bajando, era lógico. Todavía hay gente que me reconoce, me da las gracias y yo siempre respondo: 'No las merezco, yo sólo hacía mi trabajo'. Nunca me tomé la fama muy en serio y tampoco llegó a ser molesto. Siempre pude ir al cine, por ejemplo», reconoce en conversación con EL MUNDO antes de que España vuelva a jugar, este noviembre, otra Fase Final de la Copa Davis en casa, esta vez en el pabellón Martín Carpena de Málaga. Allí se retirará Rafa Nadal, a quien Balcells y compañía enviarán una invitación especial justo después: «Tenemos un grupo de ex jugadores españoles de la Copa Davis. Están Gisbert o Arilla, estaban Santana y Gimeno, están Corretja, Costa y Ferrero, también Moyà o Ferrer y espero que esté Nadal, por supuesto».

¿Aquella Davis fue el mejor momento de tu carrera?
Sí, en aquella Davis viví las emociones más fuertes en una pista de tenis. A lo largo de mi carrera conseguí un título ATP, el ATP 250 de Bucarest, y jugué otra final, contra André Agassi, pero ya tenía que esforzarme para alegrarme muchísimo. Buscaba la misma sensación, aquella alegría loca, y ya era imposible. Me faltaba esa adrenalina.

Hijo de unos tenderos del mercado de Santa Catalina, en Barcelona, pupilo de Pato Álvarez, Balcells fue un currante del tenis, de challenger en challenger, de torneo pequeño en torneo pequeño hasta que en 1999 le llegó por sorpresa la llamada de Santana, entonces capitán español de la Copa Davis.

David RamirezAraba

«Era arriesgado convocarme a mí, no estaba entre los mejores españoles del ránking ni de lejos. Julián Alonso empezó a decirle a Santana que tenía que llevarme con él para el dobles y justo coincidió que gané a Moyà en un torneo en Mallorca. Fui a la eliminatoria contra Nueva Zelanda para mantener la categoría y al año siguiente estaba en el Sant Jordi en la final», recuerda Balcells, que en aquella final ganó un punto decisivo en el dobles contra Corretja.

«Lo recuerdo, pero no hablo mucho de ello porque no me gusta contar batallitas. De hecho, aún hay chavales que se sorprenden cuando les digo que gané a Federer. Él tenía 18 años, era mejor que yo, ya tenía fans que le seguían, pero coincidimos en el challenger de Espinho, en Portugal, y eso que me quedo», apunta el ex tenista de 49 años, que ya ha perdido la razón de su mote. El patillas ya no es El patillas porque uno puede derrotar a Federer, pero derrotar a la alopecia es otra cosa. «Me rapé un poco obligado hace unos 15 años. Empecé a perder pelo y ya quedaba raro lo de las patillas. Desde entonces me reconocen aún menos por la calle, pero qué le voy a hacer. Los años pasan», finaliza Joan Balcells, 'El patillas' que dio a España su primera Copa Davis.

¿Por qué Nadal se retira en la Copa Davis? De aquel partido ante Roddick a una oportunidad única 20 años después

¿Por qué Nadal se retira en la Copa Davis? De aquel partido ante Roddick a una oportunidad única 20 años después

Y de repente ese país de tenistas con las zapatillas siempre manchadas de tierra, de éxitos color marrón, de mucha alegría y ciertos complejos, se convirtió en la mayor potencia mundial, en el dominador absoluto del ranking ATP y de la Copa Davis. Hay una España antes de Rafa Nadal y otra España después de Rafa Nadal. Del milagro de Manolo Santana ganando en Wimbledon en 1966 a la naturalidad sobre la hierba de Carlos Alcaraz en los últimos dos años. Los éxitos de Nadal transformaron a todo el país, lo llevaron a otra dimensión y por eso tiene sentido el lugar de su adiós.

Para saber más

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Podía haberse retirado en Roland Garros, evidentemente, pero también es significativo que lo haga en la Copa Davis, una competición que ganó cinco veces cuando España, antes de su aparición, sólo lo había hecho una, aquella de 2000 en el Palau Sant Jordi de Barcelona.

"Con Nadal nos convertimos en otra cosa"

«Nadal llevó el tenis español a otro nivel, indudablemente. Antes habíamos tenido jugadores muy buenos que habían ganado uno, dos o tres Grand Slam, habíamos tenido a Arantxa Sánchez Vicario, que también fue muy importante, pero con Nadal nos convertimos en otra cosa», apunta Albert Costa, precisamente uno de los artífices de aquella Copa Davis primigenia, sin Nadal. O con él, de alguna forma, porque nadie olvida que con sólo 14 añitos ya fue el encargado de llevar la bandera del equipo en una suerte de presagio.

Juanjo MartínEFE

«Antes de él teníamos claro que lo nuestro era la tierra batida, porque era donde nos habíamos criado y donde teníamos más posibilidades de éxito. Esa concepción empezó a cambiar con Ferrero y Moyà, pero Nadal le dio un vuelco a lo bestia. En 2000 nosotros demostramos que España podía ganar la Davis, que era un país con un buen nivel tenístico, pero era en casa, evidentemente sobre tierra... Con Nadal vimos que podíamos mandar en cualquier superficie», añade Costa, que recuerda la aparición de Nadal como un torbellino justamente con la camiseta roja.

Aquella petición a Feliciano López

Porque antes incluso de su primer título en Roland Garros, en 2004, con sólo 18 años, se dio a conocer en La Cartuja de Sevilla para dar al equipo su segunda Ensaladera con una victoria crucial ante Andy Roddick, que entonces era el número dos del mundo.

«Aún recuerdo la primera eliminatoria de Davis a la que vino, ante República Checa, contra Novak, Berdych, Stepanek. Tenía 17 años y le dijo a Feliciano López: 'Tú gana tu punto que yo ganaré el mío'. Y lo hicieron. Feli ganó a Berdych y él, a Stepanek para remontar un 2-1 en contra. Eso te dice mucho de la bestia competitiva que era y que aún es», recuerda Jordi Arrese, capitán español en aquella época, que desvela la clave de la relación entre Nadal y la Davis: «Cuánta más presión había, mejor jugaba. Y en la Davis había y hay mucha presión. A la mayoría de tenistas les cuesta jugar una competición así, por países, con el público entregado, pero él siempre lo vivió como pez en el agua. Tiene mucho sentido que lo deje en la Davis, vistiendo la camiseta de España, y que nadie espere un homenaje. Será el animal competitivo de siempre».

Y es que con Nadal en el conjunto ahora capitaneado por David Ferrer y con Alcaraz como sucesor, España debe aspirar a su séptimo título. La despedida perfecta: el hombre que elevó al país, elevando un último trofeo. Será el mes que viene, del 19 al 24 de noviembre en el pabellón Martín Carpena de Málaga con una gran ventaja y un gran inconveniente. La ventaja, la ausencia de rivales de entidad más allá de Jannik Sinner con Italia o Taylor Fritz con Estados Unidos, por el otro lado del cuadro. Y el inconveniente, la superficie, la pista dura y sus exigencias.

Rafael Nadal, el hombre que trascendió al deporte

Rafael Nadal, el hombre que trascendió al deporte

A la hora de glosar la carrera de Rafel Nadal, que este jueves anunció su retirada del tenis el mes próximo en las Finales de Copa Davis, me resulta inevitable evocar nuestra primera conversación. Fue el 15 de agosto de 2004, tras dejar sobre la tierra de Sopot la huella prístina de una carrera difícilmente homologable, que registró, con el decimocuarto Roland Garros, el último de sus 92 títulos 18 años más tarde. En aquella charla, a través del teléfono, surgía la voz tenue de un muchacho que, como explicó en el vídeo testamentario de su adiós, estaba lejos de imaginar el viaje que iba a trazar en la historia del deporte.

No por esperada, desde que su cuerpo se negó a obedecer su apetito de insaciable competidor, deja de estremecer una noticia capaz de imponerse en las cabeceras de todos los diarios e informativos, de arrinconar por unas horas el impacto del fragor de las guerras y la tormenta política de su país. Se marcha uno de los más grandes deportistas de siempre, cuyos logros, entre los que se encuentran nada menos que 22 títulos de Grand Slam, cinco Copas Davis, 209 semanas como número 1, un oro olímpico individual y otro en dobles, trascienden el puro valor del éxito y estarán siempre unidos a la forma de lograrlos.

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Porque la figura de Nadal está asociada a un espíritu incombustible, a ese never say die que le acompañó también en la vocación de un cierto espíritu nietzschiano por su afán de reescribir un eteno retorno. Fueron muchas las ocasiones con motivos suficientes para firmar la rendición, y desde muy pronto, con la temprana aparición, a los 19 años, de los problemas endémicos en el escafoides del pie izquierdo que amenazaron con cortar el seco el majestuoso vuelo de su raqueta.

Pero el jugador al que ya hace tiempo echamos de menos, resignados al azote contumaz de los percances físicos que sólo le han permitido disputar 19 partidos esta temporada y únicamente tres el pasado año, se reveló capaz de abrirse paso una y otra vez, de reivindicar su nombre frente al empuje de las nuevas generaciones y de mantenerlo vivo en esa pugna irrepetible con Roger Federer, que le precedió a la hora de dejar caer la hoja roja, hace ya dos cursos, y con Novak Djokovic, aún en danza, agotando las últimas reservas de su combustible.

Nunca el tenis disfrutó de tres protagonistas tan ilustres conviviendo en un mismo y largo período, prolongado durante casi cuatro lustros, algo que proyecta aún más lejos su legado. Nadal fue el primero en cuestionar la rapsodia de Federer, de discutir con sus propias armas su reinado. Lo hizo ya derrotándole por sorpresa en el Masters 1000 de Miami, en 2003, y llevándole al límite en la final de ese mismo torneo un año después, y proclamó en voz muy alta, meses más tarde, superándole en las semifinales de Roland Garros, en la antesala de la primera de sus copas de los mosqueteros, que este juego entraba en una nueva era.

Lin Cheon, una foto del Big Three, Djokovic, Federer y Nadal.

Lin Cheon, una foto del Big Three, Djokovic, Federer y Nadal.Lin CheongAP

Nadal y Federer caminaron de la mano, separados por la red pero juntos a la hora de enviar un mensaje de profundo calado en su exclusiva narrativa, que incorporaba, al lado del hermoso contraste de personalidades y estilos, los principios de una sana disputa puramente deportiva que alcanzó los 40 partidos. En ella se detuvieron escritores como David Foster Wallace, autor de El tenis como experiencia religiosa (Ramdom House), donde, sin disimular su fascinación por Federer, a quien dedicó el libro, recoge la capacidad de retroalimentación que siempre hubo entre ambos.

Resulta difícil contar la historia de Nadal sin la figura del estilista suizo, como fue inevitable acudir a su némesis a la hora de enfrentarse al también delicado ejercicio de despedir al ocho veces campeón de Wimbledon. También allí, precisamente allí, aconteció uno de los episodios medulares en la historia del zurdo, que es simultáneamente parte de la mejor historia del tenis. En una final, la de 2008, con la impronta de Alfred Hitchcock, sacudida por los azares de la climatología británica, interrumpida y dilatada hasta que la noche insinuó seriamente su aplazamiento, Nadal puso fin a la autocracia de Federer en su territorio sagrado y se convirtió en el primer español capaz de ganar el torneo en el cuadro masculino desde que lo hiciera Manolo Santana. Aquel partido fue considerado entonces como el mejor de siempre. Y diría que tal catalogación mantiene aún toda su vigencia.

Si Santana, a quien tampoco nunca terminaremos de decir adiós, puso al tenis español en el mapa, Nadal trascendió todas las categorías fronterizas. El chico que se inició bajo la estoica tutela de su tío Toni, cuyo nombre aparece en lustrosas versales en la construcción de todos sus logros, como un aparente especialista sobre tierra batida, devino en un profesional capaz de reinventarse para imponer su discurso en todas las superficies.

No sólo ganaría en dos ocasiones sobre el pasto del All England Club, sino que su constante deseo de aprendizaje y superación le llevarían también a tomar el poder en cuatro ocasiones en el Abierto de Estados Unidos y otras dos en el Abierto de Australia, la última de ellas, en 2022, en una plasmación catedralicia de su ardor y resiliencia, levantando un partido imposible a Daniil Medvedev cuando acababa de regresar de otro de sus largos períodos recluido en el arcén. Forma, junto a Donald Budge, Roy Emerson, Fred Perry, Rod Laver, Andre Agassi, Roger Federer y Novak Djokovic, la ilustre nómina de quienes han logrado inscribir su nombre como campeones de los cuatro grandes.

Amor por la Davis

Ese permanente viaje de ida y vuelta sólo ha sido posible gracias al amor y la pasión por aquello que aún seguirá haciendo hasta que ponga el definitivo cierre en Málaga, precisamente en la Copa Davis, en la competición que le alumbró como un entonces insospechado líder. Hace dos décadas, en Sevilla, frente al Estados Unidos liderado por Andy Roddick, con la valentía y complicidad del equipo de capitanes formado por José Perlas, Jordi Arrese y Juan Avendaño, Nadal transgredió el guion para llevar a España a la conquista de su segunda Ensaladera, aunando voluntades junto a Carlos Moyà, el hombre que tomó el relevo de Toni en su rincón.

Su carácter inspirador tuvo un efecto inmediato en nuestro tenis, al frente de jugadores tan importantes como David Ferrer, que será su último capitán, Feliciano López, Roberto Bautista, Fernando Verdasco o Pablo Carreño, todos ellos nutridos por cualidades de las que no sólo adolecía el tenis sino el deporte español en su globalidad. Sin Nadal sería difícil entender un fenómeno como el de Carlos Alcaraz, tan distinto en su manera de desenvolverse en la pista, tan parecido a la hora de interpretar la esencia del juego. Pronto vio en él a alguien armado para tomar su relevo, incluso antes de someterle en su primer enfrentamiento, en Madrid, el día que el murciano ingresó en la mayoría de edad.

Nadal tocó de lleno el corazón de los aficionados de todo el mundo como ahora, con su propia singularidad, lo hace Carlos Alcaraz. Pudimos disfrutarles juntos en los Juegos de París, después de que el mallorquín recibiese el emocionante homenaje de la ciudad y el recinto donde luce su efigie como uno de los portadores de la antorcha olímpica. Aún nos queda un postrero disfrute a partir del 19 de noviembre, con su hasta ahora negada alianza en la Copa Davis, escenario elegido por Nadal para su último baile, quien sabe si para clausurar el formidable relato con un desenlace tan brillante como aquel que le dio comienzo.