Una rara enfermedad, 12 transfusiones de sangre y el segundo regreso de Ainhoa López: "Soy como un gato y todavía me quedan cinco vidas"

Una rara enfermedad, 12 transfusiones de sangre y el segundo regreso de Ainhoa López: “Soy como un gato y todavía me quedan cinco vidas”

Una anemia hemolítica autoinmunitaria es una enfermedad rara, tan rara que en la mitad de los casos no se llega a determinar la causa. Por un virus, la reacción a un fármaco o un coágulo, el cuerpo destruye sus propios glóbulos rojos, la sangre deja de transportar oxígeno y ¡plof! Ainhoa López, precisamente Ainhoa López, se desmayó el 24 de mayo del año pasado justo al llegar a casa de sus padres en Barcelona. Después de pasar por un linfoma de Hodgkin en 2022, la temporada pasada había vuelto a brillar como escolta del Spar Girona, en lucha por la Liga Femenina y la Eurocup hasta las semifinales, pero en cuanto acabaron los partidos se le agotaron las fuerzas. A sus 27 años tenía que iniciar otro largo camino, esta vez con un paso por la UCI y un cumpleaños en el hospital incluido, para volver a las pistas.

La semana pasada lo consiguió con cinco puntos ante el Osés Construcción que le supieron a vida. «Fue muy emotivo, sentí mucho cariño, y las sensaciones fueron buenas. Me encontré con más confianza de la que pensaba», reconoce López a EL MUNDO en el pabellón de Fontajau de Girona, donde todos los que pasan la felicitan y animan. Con dos graves dolencias ya derrotadas, a ver quien la para ahora.

¿Hasta el desmayo no notaba síntomas?
No notaba gran cosa. Al acabar la temporada me quedé entrenando una semana más en Girona y me notaba cansada, tenía dolores de cabeza, pero hasta que no llegué a casa de mis padres no me desmayé. Supongo que fue supervivencia, algo instintivo. Me iban bajando los glóbulos rojos y yo no lo sabía, casi ni me daba cuenta. Un hombre debe estar sobre los 15 de hemoglobina; una mujer, alrededor de los 12; y cuando llegué al hospital yo estaba a 3,5. Había riesgo de todo, me podía haber desplomado en cualquier momento.
¿Cuál fue el tratamiento?
Estuve ingresada en la UCI del Hospital del Mar y me hicieron 12 transfusiones de sangre hasta que los médicos dieron con el click de cómo frenar la anemia. Me hicieron muchas pruebas, muchísimas pruebas. Fue sobrevivir cada día, luchar hasta encontrar la medicación adecuada. Ahora, cada vez que me preguntan, intento animar a la gente a que donen sangre porque a mi me salvó la vida.
¿Ahora le limita de alguna manera? ¿debe seguir medicándose?
Estuve todo junio ingresada y al salir sí debía seguir una pauta de medicación, pero ahora ya no me medico. Sólo tengo que seguir controles mes a mes y, de momento, todo en orden. Me ha costado mucho ponerme en forma esta temporada porque quise volver muy rápido, me hice una fractura de estrés en el pie izquierdo y fue un tormento. Tenía unas ganas locas de volver a pista, pero tenía que quedarme en el gimnasio. Veía a mis compañeras jugar y yo ahí, haciendo ejercicios de fuerza. Fue duro porque, además, es una de esas lesiones en las que das dos pasos adelante y uno hacia atrás. Por suerte ahora ya me encuentro totalmente recuperada y sin secuelas.

¿La anemia hemolítica tenía relación con el linfoma de Hodgkin que sufrió hace tres años?
Cuando me llevaron al hospital fue lo primero que pregunté. Era mi principal preocupación. Pero después de todas las pruebas se descartó. La anemia fue el resultado de un proceso vírico, le puede pasar a cualquiera. Supongo que si me hubiera ocurrido de aquí a 10 o 15 años ni lo hubiera pensado, pero era inevitable relacionarlo con tan poco margen de tiempo. Lógicamente me venía a la cabeza la pregunta: «¿Cómo puede ser que me vuelva a tocar algo tan grave tan pronto?».

El diagnóstico del 18 de enero de 2022

Hija de Manuel López, que jugó al baloncesto en el Santiago Apóstol de L’Hospitalet, y de Loli Rodríguez, una de las pioneras del Barcelona de fútbol, Ainhoa López tuvo que escoger entre papá y mamá y lo tuvo claro. A los seis años ya formaba parte de el Club Bàsquet Grup Barna y después saltaría al Sant Adrià para destacar en categorías inferiores -fue subcampeona del mundo sub’16 con España- hasta debutar en Liga Femenina con el Spar Girona con apenas 19 años. Varias universidades de la NCAA le ofrecieron becas, pero decidió hacer carrera en España. Después de pasar por modestos como el Zamarat de Zamora y el Ensino Lugo, era titular en el Barcelona de Liga Femenina 2 cuando llegó un diagnóstico que no olvida.

«Fue el 18 de enero de 2022, siempre lo recordaré. Me empecé a notar unos bultitos en el cuello y fui al médico porque me insistía mi madre. Estuve unas semanas esperando a saber qué era y realmente yo seguía entrenando y jugando como siempre. Hasta que no tuve que parar a tratarme no me di cuenta de lo grave que era», rememora. Durante varios meses estuvo sometiéndose a sesiones de quimioterapia y radioterapia mientras seguía a sus compañeras que luchaban por ascender. Al final las dos alegrías llegaron juntas. El conjunto azulgrana subió a Liga Femenina y poco después, el 8 de julio, «remisión completa», el cáncer de López ya no existía. Su recuperación fue tan extraordinaria que poco después volvió a llamar el Spar Girona, uno de los cuatro mejores equipos españoles, junto a Valencia Basket, Perfumerías Avenida y Casademont Zaragoza

La autocompasión es normal en su caso. Es lógico pensar: '¿Por qué siempre me pasa a mí?'.
Obviamente cuando estaba en la UCI por la anemia no entendía por qué me había vuelto a tocar. Pero ya está, son cosas que pasan. Ahora digo que soy como un gato, que tengo siete vidas y sólo he gastado dos. Me quedan cinco. Tendréis que aguantarme mucho más tiempo. Sigo vivo y muy agradecida por haberme recuperado. Especialmente a la sanidad pública porque realmente la he utilizado.
¿Nunca se ha planteado dejarlo?
Ser deportista profesional implica un entrenamiento exigente y mi madre sí me lo sugirió, pero le respondí que ni de coña. No se me pasa por la cabeza. El baloncesto es mi pasión y lucharé lo que haga falta para seguir jugando. Si yo viera que me estoy haciendo daño, me retiraría, pero según los doctores no tiene nada que ver. Lo que me da rabia es que algo se tuerce siempre cuando estoy jugando mejor. La temporada pasada acabé muy bien, con mucha confianza, me notaba con chispa y tuve que volver a parar durante muchos meses. Pero resisto.

David RamirezAraba

¿Se nota diferente como jugadora después de todo lo vivido?
Diría que no. Tengo mi juego, mi carácter y sólo necesito más entrenamientos, más partidos, más ritmo competitivo. Me caracterizo por ser una jugadora explosiva, una luchadora, y esa personalidad sigue ahí.
Como le pasó recientemente a Tomás Bellas, ex base de Gran Canaria o Fuenlabrada que superó un linfoma de Hodgkin, todo el baloncesto se vuelca para apoyar.
Es normal. Cuando compartes una experiencia así, la gente empatiza contigo y realmente te intenta ayudar. Yo ahora en todos los campos siento mucho cariño, eso de que el baloncesto es una gran familia. Quiero devolver ese amor en la pista y ayudar estas entrevistas para dar visibilidad. Como deportistas podemos hablar de temas que muchas familias viven en silencio.
La asombrosa transformación de Joel Parra después de perder 15 kilos: "Ya no me levanto fatigado"

La asombrosa transformación de Joel Parra después de perder 15 kilos: “Ya no me levanto fatigado”

El pasado verano, Joel Parra, el 'Tete' del vestuario de la selección, campeón de Europa en 2022 (esa defensa a Markkanen en cuartos...) y mundialista en 2023, se dio la «hostia final», en sus propias palabras. Sergio Scariolo le dejó fuera del Preolímpico y el jugador del Barcelona no necesitó demasiadas explicaciones. «Dentro de lo negativo de quedarte fuera de unos Juegos, era el primer verano que tenía para trabajar en mí, en mi físico, en mi cuerpo, en mis cosas. A partir de ahí, trazamos un plan de verano, casi dos meses. Cambié de dieta, de hábitos... todo eso fue clave para tener el físico que tengo ahora. Y la confianza», explica a EL MUNDO desde León su metamorfosis.

Para saber más

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Los 15 kilos de menos saltan a la vista. Y se reflejan en su rendimiento, en esta nueva versión de un chico que, a los 25 años, decidió poner orden en su vida. El domingo, en León, Parra (siete puntos) fue clave en la victoria ante Bélgica (59-52) con la que España despidió la fase de clasificación para el Eurobasket.

Esa fuerza de voluntad, ese «aprender de los errores», como Joel lo llama, incluyó ponerse en manos de expertos. Del preparador físico Pau Vaccaro y del chef Oriol Domenech, que ya trabajó con Pau Gasol. Al alero le afectaban los comentarios negativos sobre su aspecto, algo que también han sufrido Luka Doncic o Nikola Jokic -«me entraban por una oreja y me salían por la otra. Mirar las redes sociales no sirve de nada»- y también pronto se dio cuenta de que su grasa corporal estaba en niveles no adecuados. Ajustó su dieta y ordenó sus rutinas.

«Sinceramente, ahora como más que nunca. En eso me he quedado sorprendido. Comidas con pocas calorías, todo muy limpio, a la plancha, casi nada de aceites, muchas verduras...», explica un menú que incluye chía, hongos, umeboshi (un encurtido japonés)... A menudo se le puede ver con un tupper en los entrenamientos. Y que excluye otros alimentos considerados normales en los deportistas: «Fue un poco raro, porque estamos acostumbrados a los días de partido comer carbohidratos, pasta o arroz. Yo eso ya no lo como».

Más sueño

Joel luce fino y ágil. Su rendimiento con el Barça de Joan Peñarroya se ha elevado y puede ocupar otras posiciones en la pista, más alejadas del aro. Un jugador zurdo que ya de niño supo lo que era protagonizar un cambio radical: mutó su forma de lanzar para hacerlo con su mano natural, pues lo hacía con la derecha.

El «proceso», como Joel lo llama -y al que le falta una evolución, «ganar dos kilos de músculo el próximo verano, antes de la llamada de Scariolo»- incluyó muchas horas en el gimnasio del Palau, en solitario, pero también muchas horas de descanso. «Es tener unos hábitos saludables, tanto de alimentación como de descanso, de dormir tus horas para recuperar (ha pasado de dormir siete horas a nueve más la siesta). Somos deportistas que estamos tres o cuatro horas en el pabellón, muy intensas. Tenemos que descansar bien para que nuestros músculos se recuperen lo antes posible», cuenta Parra, que se levanta cada mañana «con más energía». «Ya no me levanto fatigado. Estoy muy contento del cambio que he hecho», explica.

Parra ha vuelto a la selección, ahora con galones de veterano, con la misión de «transmitir esos valores que a nosotros nos transmitieron en su día Rudy, Llull...» a los jóvenes, pero le sigue doliendo el Barça y su crisis. «El vestuario está unido y confía en que esta situación va a cambiar. Es verdad que la Copa ha sido un palo, que la temporada está siendo dura a nivel de derrotas y de lesiones. Pero las palabras se las lleva el viento, es una cuestión de trabajo, de estar todos unidos. Tenemos plantilla de sobra», proclama, siendo consciente de que «las bajas son importantes» y que el partido de Euroliga en el Palacio del jueves contra el Real Madrid es «clave». «Estamos los dos a la par. Ganar nos daría un chute de energía y de moral. Y mucho empuje en la clasificación», concluye.

La España del futuro se da una alegría ante Bélgica

La España del futuro se da una alegría ante Bélgica

Son pinceladas, llenas de dificultad todavía, pero no dejan de ser los primeros pasos de los llamados a protagonizar el porvenir del baloncesto español. Hugo González, Mario Saint-Supery, Izan Almansa... los talentos del mañana se dieron una alegría de presente, una victoria laboriosa y poco lucida ante Bélgica en León, un partido sin historia (la selección ya tiene billete para el Eurobasket) pero que alguien recordará cuando estos chicos sean estrellas. [59-52: Narración y estadísticas]

Fue una segunda parte de orgullo. Los veinteañeros tienen carácter. El mismo que han ido mostrando en sus etapas de formación, en esas categorías inferiores que cada verano inundan de medallas el baloncesto nacional. Especialmente Hugo González (nueve puntos en 16 minutos) y Saint-Supery (cuatro asistencias, cinco robos...) fueron protagonistas de una tarde espesa, defendieron, corrieron, se lanzaron contra la cerradísima defensa belga y batallaron contra un lamentable arbitraje FIBA que tuvo la desfachatez de acabar expulsando a Scariolo por una doble técnica. La reacción fueron ellos, una alegría de la España del futuro.

Porque la primera parte había sido otro episodio de pura frustración ofensiva. Si algo se pone en evidencia en esta España tan mermada, de puñados y puñados de ausencias, es la espesura en ataque, la incapacidad de generar puntos con solvencia. Scariolo no se cansa de exponer la falta de responsabilidades en ataque y de protagonismo del jugador nacional en sus clubes. No hay puntos en sus manos. Al descanso se quedaron en 22 (11 por cuarto) ante Bélgica, como si sus cincos, Tumba y Bolavie fueran gigantes en la zona.

Yusta, ante Bélgica.

Yusta, ante Bélgica.J.CasaresEFE

Apenas un triple y demasiada espesura. Ante un rival que no es nada del otro mundo y que también sufrió ante la defensa de España. A falta de fluidez, trabajo y esfuerzo. Eso no se negocia y este puñado de chicos jóvenes llamados a ser el futuro de la selección lo tienen claro.

La selección no podía seguir en ese nivel. Espabiló sin duda a la vuelta de vestuarios, acudiendo a la energía, al coraje, con tipos, casi niños, como Saint-Supery y Hugo González tomando las riendas. Esa agresividad se tradujo en puntos, en dominio y en las primeras ventajas ante una Bélgica que tiraba y tiraba. Y que de vez en cuando acertaba, especialmente Mwema.

El comienzo del acto final resultó definitivo. Cuatro tiros libres de Hugo y dos canastas seguidas de esta nueva versión estilizada de Joel Parra, que no deja de ser un veterano en estas ventanas. Como López-Aróstegui, capitán y máximo anotador.

A pesar de anotar apenas dos triples, de perder balones, de conceder 21 rebotes ofensivos, España ganó.

Compromiso de selecciones, selecciones de compromiso

Compromiso de selecciones, selecciones de compromiso

Actualizado Domingo, 23 febrero 2025 - 17:44

Escribo esta columna en un hotel pegado al río Tigris, lo que era Mesopotamia, a punto de ir a entrenar con la selección que dirijo, Jordania. Este lunes jugamos contra Iraq. Un cacereño defendiendo los colores de este país de Oriente Medio. Un italiano residente en Marbella entrena a España, hace dos días jugamos contra la Arabía Saudí de un manresano, Ricard Casas. Por el camino, jugadores que son de donde pacen y se nacionalizan (uno por selección), aunque a veces no les hace falta ni pacer ni ser de Indiana: consiguen pasaporte y a la cancha. No maldigan, es 2025 y usted ha puesto decenas de chinchetas en el mapamundi, muchas más que su abuelo. Aún muchas fronteras y muchas diferencias, quizás demasiadas, pero eso no nos hace quedarnos en el sillón. Por suerte.

El calendario encontró ventana de oportunidad por un primer acuerdo extraordinario entre dos mundos que empiezan a hablar. FIBA y Euroliga entendieron que muchas nacionalidades, por circunstancias históricas, hacen que a sus jugadores les tire mucho la bandera y si no hay acuerdo, entonces sus calendarios serían más densos aún: Hezonja, Satoransky, Musa, Campazzo y muchos otros mantienen un vínculo continuo con su país y suelen asistir siempre. Más que obligación es compromiso. En el pasado se hacía valer la reglamentación si algún jugador no quería ser seleccionado, hoy en día el baloncesto resuelve que los protagonistas tienen que estar a gusto con lo que van a hacer fuera de sus clubes.

También es un oportunidad invernal para ciudades no tan grandes de vibrar con encuentros internacionales, olvidarse por unos días de rivalidades regionales y ver a jugadores abrazarse con compatriotas contra los que en el día a día sus aficionados les piden lo máximo en los derbis y clásicos. En el basket no hay enemigos sino rivales y muchas veces sólo a tiempo parcial.

Tendemos a menospreciar lo que no conocemos, Letonia y Bélgica son países que no suman 14 millones de habitantes, frente a los cerca de 50 de España y el récord de licencias baloncestísticas. Pero sólo juegan 10 a la vez, cinco por equipo. Los letones han desarrollado un siglo XXI casi mejor que su vecina Lituania: están a gran nivel por todos lados. España reconstruye desde la juventud e inexperiencia los cimientos de la gloria pasada, que tanto pesa. Paseo por las calles de Bagdad donde las cementeras brillan rehaciendo un país que quiere ser conocido por subir listones deportivos más que por las guerras pasadas, también tienen un iraquí de Georgia, el estado americano. Nosotros gritamos «1,2,3 ¡Jordan!» pero Air no está con nosotros, solamente compartimos nombre. Ningún jordano dice que no a esa llamada, lo viven con orgullo. Créanselo.

Baileigh Sinaman-Daniel, la jugadora con un solo brazo que derriba barreras en el baloncesto universitario estadounidense

Baileigh Sinaman-Daniel, la jugadora con un solo brazo que derriba barreras en el baloncesto universitario estadounidense

Actualizado Viernes, 21 febrero 2025 - 13:32

Cuando su entrenador de baloncesto del instituto la apartó del equipo en su último año, Baileigh Sinaman-Daniel se negó a que ese rechazo, o el hecho de haber nacido con un solo brazo, acabaran con su sueño de jugar al deporte del que su ídolo de la infancia, LeBron James, la enamoró hace 15 años.

Esa determinación llevó a la escolta de 22 años de la Universidad Lesley de Cambridge (Massachusetts) a convertirse en la primera jugadora de baloncesto femenino de la División III de la NCAA con un solo brazo que anota en un partido universitario, según su entrenador, Martin Rather.

"Tiré el balón pensando que tendría que recuperarlo en un rebote", dijo Sinaman-Daniel sobre la histórica canasta que hizo desde cerca de la línea de tres puntos, que rompió la red sin tocar el aro. "Cuando el tiro entró, me quedé más sorprendida", añadió.

"Lo primero que pensé fue: 'Esto es historia y tenemos que tomarnos un segundo para celebrarlo'", dijo Rather. Todo el mundo se arremolinó en torno a Baileigh, chocando los cinco, celebrando su canasta.

El camino de esta nativa de Stafford, Virginia, hacia la historia se inició con un doloroso rechazo en el instituto Mountain View. "Había jugado en el instituto durante tres años y en mi último año de instituto, cuando volví a hacer las pruebas, como siempre hacía, me echaron y el entrenador me dijo que no me necesitaban en el equipo", explicó. Fueron dos días de sufrimiento y llanto, hasta que, sentada en el coche, tomó una decisión audaz. "Me dije a mí misma que podía hacer esto en la universidad".

¿Qué me impide hacerlo en la universidad? cuenta Sinaman-Daniel. "Así que empecé a enviar correos electrónicos a cientos de entrenadores. Sólo intentaba conseguir un posible tal vez o, mejor aún, un sí". Esa persistencia llamó la atención de Rather cuando Sinaman-Daniel, una escolta de 1,70 metros, entró en el portal de fichajes tras dos años en el Warren Wilson College de Carolina del Norte.

En Lesley, Sinaman-Daniel se ha hecho conocida por su ética de trabajo con los Lynx. Ha completado más sesiones de entrenamiento individual que cualquier otra jugadora del equipo, que está teniendo su mejor temporada en 14 años y ha llegado a los playoffs, dijo Rather.

"Creo que cualquier equipo de este país se beneficiaría de tener en su plantilla a una jugadora con el corazón de Baileigh", afirmó Rather. El logro es especialmente notable dada la escasez de jugadoras mancas en el baloncesto universitario que podrían haber servido de modelo. "No es muy común ver a alguien con un solo brazo jugando al baloncesto. Creo que probablemente haya dos o tres como nosotros en el nivel universitario", dijo Sinaman-Daniel.

Aunque hay pocos jugadores universitarios de baloncesto mancos, el que más éxito ha cosechado es Hansel Emmanuel, de Austin Peay, a quien su entrenador describe como "la mayor inspiración del deporte universitario". El éxito deportivo de este jugador júnior de la División I masculina, de 1,88 m y cuyo brazo fue amputado a los 6 años tras un accidente, ha demostrado que las limitaciones no definen el potencial.

Dado que Sinaman-Daniel no siempre podía utilizar las técnicas estándar de equilibrio y manejo del balón que emplean los jugadores con dos brazos, su éxito en la cancha ha requerido métodos de entrenamiento únicos que le han permitido desarrollar habilidades fundamentales. "Recibir pases o dar un buen pase, o desarrollar la forma correcta de lanzar... he tenido que ajustar y adaptarme", afirmó.

Sinaman-Daniel anotó su segunda canasta el día de su cumpleaños, unas siete semanas después de su primera anotación, lo que añadió un nuevo grado de satisfacción a su gran temporada. La escolta junior, que nació con un brazo derecho diminuto que no puede utilizar, estudia Psicología en la universidad, a las afueras de Boston, y espera que su hazaña sirva de inspiración a otras personas que se enfrentan a retos similares.

"Cuando la gente me mire, espero que me vean como Baileigh, como una jugadora de baloncesto y también como alguien que está dispuesta y es capaz de hacer todo lo que hacen los demás", dijo la jugadora.

Su entrenador extiende el impacto más allá de la cancha. "Estamos demostrando que podemos ganar y que tenemos jugadoras de gran calidad que quizá no se parezcan a todas las demás de nuestro equipo", afirmó.

Hugo González y las puertas de la selección: el espejo de Rudy, estudiante de economía y padres jugadores

Hugo González y las puertas de la selección: el espejo de Rudy, estudiante de economía y padres jugadores

El pasado verano, cuando Sergio Scariolo ya miraba a la obligada renovación de la selección española y mostraba su preocupación por los diferentes problemas de maduración que atravesaban sus perlas, los llamados nuevos júniors de oro (campeones del mundo en Hungría), desde Izan Almansa a Aday Mara, el seleccionador sabía que, de todos ellos, había un jugador listo para dar el salto. A Hugo González, de la generación de 2006, sólo le faltaban minutos en el profesionalismo. Mientras quema etapas con la precocidad de los pregonados, el chico, que acaba de cumplir 19 años, al fin ya un habitual en la rotación del Real Madrid, debutará este jueves con la absoluta de España.

Será en el Riga Arena, el mismo escenario que este verano acogerá la final del Eurobasket. Y ante Letonia (18.30 h., Teledeporte), un rival que ha derrotado a la selección en los dos últimos duelos. En la Copa del Mundo 2023 en Yakarta y hace un año en la primera Ventana de esta fase de clasificación para el Eurobasket. En Zaragoza, los letones ganaron en el último minuto.

Es imposible contener el talento, que tantas veces se abre paso en las dificultades. Hugo González podría estar siguiendo los pasos de tantos y formarse en alguna de las muchas universidades americanas que le pretendió. Pronto tendrá ante sí las opciones de un draft (puede presentarse este verano o el próximo) para dar el salto a la NBA que muchos ven inevitable. Prefirió seguir en el Madrid, club al que llegó sin cumplir los 10 años desde San Agustín del Guadalix. En la cantera blanca fue tutelado por Javi Juárez, el mismo entrenador con el que su padre, Paco González, había jugado en EBA y LEB Plata en Illescas, uno de los muchos equipos de la carrera de un clásico del baloncesto madrileño, policía municipal en el distrito de Fuencarral. El alero lo lleva en los genes. Su madre, Montserrat Peña, llegó a jugar en Primera Femenina con el Estudiantes y el Baloncesto Alcalá.

Hugo González charla con Scariolo.

Hugo González charla con Scariolo.ALBERTO NEVADO / FEB

Hugo fue plata en el Mundial sub 17 de Málaga 2022 y subcampeón del Europa en 2023. Con el Madrid debutó a los 16 años, el cuarto más joven de la historia blanca. La temporada pasada ya apareció 10 partidos a las órdenes de Chus Mateo. Y en la presente ha ido de menos a más. En la Copa, el técnico le prefirió por delante de sus dos exteriores americanos, fuera de la convocatoria Rathan-Mayes y Dennis Smith Jr. A Hugo, que aportó seis puntos fugaces en la final perdida contra el Unicaja, muchos le echaron de menos en la segunda mitad. Ha participado en 21 encuentros de Euroliga y 16 de ACB. «Para nosotros es un jugador absolutamente fundamental, nos da una rotación de mucho nivel, a nivel físico y técnico. No vamos a encontrar jugadores del calibre de Hugo. Tiene una calidad y un físico extraordinario», le valoró recientemente su entrenador, que le combina con Abalde.

Hugo, que aprendió como una esponja de Rudy Fernández, es aún tímido ante los micrófonos. «Tengo sensaciones especiales, sobre todo de felicidad y mucha ilusión por ser mi primera convocatoria con la absoluta, algo que tenía muchas ganas de que llegara algún día y he tenido la suerte de que ha llegado pronto en mi carrera profesional. Ojalá vengan muchas más», decía el martes en la concentración de Guadalajara. Le gusta la economía y estudia Dirección de Empresas.

Hugo González, durante un entrenamiento de la selección.

Hugo González, durante un entrenamiento de la selección.ALBERTO NEVADO / FEB

Scariolo ha aprovechado esta última Ventana de clasificación para el Eurobasket para probar a nuevos jugadores. Entre las muchas ausencias que ha tenido y que el billete ya está asegurado, era el momento de «dar prioridad a otros aspectos». «Por supuesto, poder ver y poder acelerar un poco la progresión y la maduración de muchos de estos jugadores», aseguraba ayer.

«Todo se está acelerando un poco, pero la verdad es que estoy muy preparado para lo que venga, para todo lo que te pida el entrenador, tanto Chus como ahora Sergio, sin más preocupación por las prisas».

Los problemas del Real Madrid que deja en evidencia la Copa: la inconsistencia de los 'Brates', fichajes que no aportan y más derrotas de las tolerables

Los problemas del Real Madrid que deja en evidencia la Copa: la inconsistencia de los ‘Brates’, fichajes que no aportan y más derrotas de las tolerables

La temporada del Real Madrid está siendo un tobogán con demasiados descensos. Y no es costumbre. «Este escudo, esta camiseta, no te permite ir perdiendo tantos partidos», admitía Alberto Abalde hace unos días en este periódico, esperanzado sin embargo en que la Copa fuera el punto de inflexión de otras veces. Pero lo que parecía diseñado para ser el comienzo del despegue ha acabado resultando el peor de los desengaños.

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Restaban más de cinco minutos cuando Juan Carlos Sánchez, un manojo de nervios en el túnel que conducía a las entrañas del Gran Canaria Arena, tiró la toalla. No recordaba el directivo encargado de la sección de baloncesto blanca a su equipo barrido de tal forma en una final. Ante un rival completamente hechizado en los últimos tiempos, sí, pero que no deja de ser inferior en presupuesto y experiencia competitiva. Lo ocurrido en la final de Copa confirma una sospecha, los blancos no son lo que eran. Y mucho se van a tener que poner las pilas de aquí a final de temporada para que esto no sea el principio del fin de una era.

Están los resultados y luego están las sensaciones. El Madrid ha perdido los dos títulos en juego en lo que va de curso, Supercopa y Copa, ambos ante el Unicaja. Recuperó el liderato de la ACB recientemente, pero su paso por la Euroliga está siendo un calvario. En las ocho jornadas que restan deberá ganar la mayoría de los partidos para no meterse en un buen lío; ser cabeza de serie ya es una quimera y parece abocado al play in. La Final Four se antoja lejos y no hay tiempo que perder: dos terribles exámenes en unos días, el clásico en el Palacio y la visita al campeón Panathinaikos.

Los jugadores del Madrid, tras la derrota en la final de Copa.

Los jugadores del Madrid, tras la derrota en la final de Copa.Ángel Medina G.EFE

Serán pruebas de fuego y quien sabe si Chus Mateo se jugará un puesto que, a principios de diciembre, en la primera crisis, le tuvo más fuera que dentro del equipo. El técnico, que desde el comienzo mantiene un discurso apelando a la «paciencia» y destacando lo mucho que perdió su colectivo con los cambios de este verano («Es un año más complicado que otros y tenemos algún déficit más, pero hay que seguir intentando competir», volvió a pronunciar tras la derrota), tiene su parte de culpa y ahí están los errores en la final, la poca imaginación táctica para contrarrestar el ímpetu malagueño, el empeño en Musa y Hezonja...

El problema, claro está, se arrastra de la planificación. Los fichajes que llegaron no mejoraron a los que se fueron. Especialmente dañino fue el adiós tardío de Gerschon Yabusele rumbo a la NBA, pero se echa de menos el poderío de Vincent Poirier (clave en la Copa pasada del Carpena) como recambio de lujo para Tavares, y, cómo no, la magia de Sergio Rodríguez y la sabiduría competitiva única de Rudy Fernández.

Ni Ibaka, ni Andrés Feliz, ni Garuba ni mucho menos Rathan-Mayes, pese a la «paciencia» pedida, han dado el paso adelante necesario en estos meses. Algunos cumplen, otros ni aparecen y con el canadiense se tiró la toalla hasta desaparecer de las convocatorias. La excusa de los refuerzos tampoco vale, pues recientemente llegaron Dennis Smith Jr. (que tampoco contó para ninguno de los partidos de la Copa) y Bruno Fernando, un pívot cotizadísimo pero al que aún no se ha visto pleno.

Al Madrid, que evidentemente extraña a Gaby Deck, ya no le falta físico ni profundidad de plantilla. Le falta química y buen baloncesto. Ni Campazzo, pese a su empeño en la final, ni Tavares están como en sus momentos de dominio más altos, y los Brates no aportan la consistencia y el liderazgo que se les presume por calidad, contrato, experiencia y responsabilidad. Brillan, pero no parecen hacer ganar al equipo. La final fue sintomática para ambos. Musa, mostrando su desesperante dimisión cada vez que le llega un partido importante: no metió ni una canasta. Y Hezonja, al que durante todo el torneo se le vio tomando las riendas del colectivo, tanto en ascendencia como en juego, traicionado por esa cabeza tan especial: cruzado, fallón (uno de ocho en triples), individualista... Y desaparecido durante la entrega de trofeos.

Jaren, el universitario de 18 años que tumbó a Lillard en el All-Star con una canasta desde el medio del campo para ganar 100.000 dólares

Jaren, el universitario de 18 años que tumbó a Lillard en el All-Star con una canasta desde el medio del campo para ganar 100.000 dólares

Actualizado Lunes, 17 febrero 2025 - 08:08

En el All-Star de la NBA todo puede pasar. Incluso que un fan, un universitario de 18 años, venza a uno de los mejores tiradores de la liga con una canasta limpia desde el medio del campo para ganar 100.000 dólares. El concurso, organizado por el 'youtuber' MrBeast, se saldó con el triunfo de Jaren, nuestro universitario de 18 años, y con un Chase Center de San Francisco rendido ante el inesperado ganador, informa Efe.

En uno de los descansos del domingo del All-Star de la NBA, MrBeast seleccionó a un aficionado presente en el estadio para competir con Damian Lillard. El concurso era muy sencillo: Jaren necesitaba meter un tiro desde el logo central de la cancha antes de que Lillard conectara tres desde la misma posición para poder embolsarse 100.000 dólares. Los dos participantes hacían sus tiros de forma alterna.

"(Si ganara los 100.000 dólares) lo ahorraría, ayudaría definitivamente a mi familia mucho y también para la universidad", dijo el joven.

En varios intentos se quedó cerca, pero el balón no entró y mientras Lillard metió dos por lo que Jaren estaba contra las cuerdas.

Había solo 3.30 minutos de tiempo para este concurso y parecía que el fan se iba a quedar sin dinero, pero cuando faltaban 15 segundos -sonó una bocina por coincidencia para darle aún más emoción en ese instante- se sacó de la chistera un triplazo que entró tras rebotar en el tablero.

El Chase Center de San Francisco lo celebró a lo grande, Jaren acabó en medio de un enorme abrazo multitudinario con mascotas de la NBA y estrellas como Shaquille O'Neal y Kenny Smith, y hasta Stephen Curry (Golden State Warriors) sonreía de oreja a oreja desde la banda.

"Esto es surrealista. Solo puedo pensar en mi padre. Gracias por la oportunidad", afirmó el joven. "Esto va a significar el mundo para mí, va a ayudar mucho a mi familia y definitivamente a mi futuro", dijo. "Espero que me ayude a pagar mi educación, que lo hará".

"Estaba llegando al final, nos quedaban 30 segundos y mi papá siempre me dice que use el tablero", dijo Barajas. "Eso era lo que tenía que hacer para que entrara".

El equipo de Curry y Durant se lleva el primer All-Star de la NBA con formato de 'final four'

El equipo de Curry y Durant se lleva el primer All-Star de la NBA con formato de ‘final four’

Actualizado Lunes, 17 febrero 2025 - 07:10

Los tiempos cambian, el baloncesto se transforma y la NBA sigue buscando la manera de mejorar el show del All-Star. Este año, el primero con un formato de 'final four', ha dejado grandes momentos y un equipo ganador, el Shaq's OGs, compuesto principalmente por legendarios veteranos como Stephen Curry o Kevin Durant, que ha levantado el trofeo de la edición 74 del All-Star de la NBA, que se celebró en San Francisco (EEUU), informa Efe.

Los Shaq's OGs se impusieron en la final por 41-25 a los Chuck's Global Stars, que tenían en sus filas a las principales estrellas internacionales de la liga.

El MVP del All-Star fue para Curry, que logró 12 puntos en la final y que ejerció de anfitrión ya que el All-Star se celebró en el Chase Center de los Golden State Warriors. Es la segunda vez que el base se lleva este premio.

Además de Curry, Shaq's OGs también contó con Kevin Durant (Phoenix Suns), Jayson Tatum y Jaylen Brown (Boston Celtics), Kyrie Irving (Dallas Mavericks), Damian Lillard (Milwaukee Bucks) y James Harden (Los Angeles Clippers)

"Es una celebración de muchas cosas grandes sucediendo en el baloncesto. Estar jugando con estos tipos desde hace tanto tiempo... Es obviamente nuestra responsabilidad salir y ofrecer un buen 'show'", dijo Curry.

La NBA, consciente de que el All-Star ha perdido mucho brillo, interés y espíritu competitivo en los últimos años, ha experimentado con formatos diferentes para intentar revitalizar el fin de semana de las estrellas.

Esta vez le tocó el turno al estreno de una 'final four' con cuatro equipos: tres formados por figuras All-Star liderados por Shaquille O'Neal, Kenny Smith y Charles Barkley; y uno con jugadores novatos y de segundo año encabezado por Candace Parker. Todos los partidos se jugaron sin tiempo y con el objetivo de alcanzar 40 puntos.

La receta, como tantas otras que ha probado la NBA con éxito limitado, tampoco tuvo el efecto deseado y salvo contadas excepciones no hubo apenas rastro de competitividad en los tres partidos que se jugaron.

En cualquier caso, los integrantes de Shaq's OGs se llevaron 125.000 dólares cada uno por llevarse este All-Star, mientras que los de Chuck's Global Stars se embolsaron 50.000 por cabeza. Los jugadores de los conjuntos que cayeron en semifinales recibieron 25.000.

Además de las ausencias por lesión ya conocidas de Giannis Antetokounmpo (Milwaukee Bucks) y Anthony Davis (Dallas Mavericks), también fueron baja de última hora Anthony Edwards (Minnesota Timberwolves) y LeBron James (Los Angeles Lakers).

Es la primera vez que se pierde el All-Star un LeBron que tiene el récord histórico de selecciones para el partido de las estrellas con 21.

Sin tensión

Si la NBA esperaba un cambio radical de competitividad y actitud con el nuevo formato, el primer partido entre Chuck's Global Stars y Kenny's Young Stars dejó claro que no iba a ser así ya que solo se percibió un tímido aumento de seriedad y defensa.

Ahí destacó sobre todo Victor Wembanyama (San Antonio Spurs), que en su debut en un All-Star apretó atrás con un tapón a Cade Cunningham (Detroit Pistons) y que además logró varios mates incluyendo uno servido en 'alley-oop' por Nikola Jokic (Denver Nuggets).

Con todo ello, el combinado de las figuras internacionales se impuso por 41-32 gracias sobre todo a Shai-Gilgeous Alexander (Oklahoma City Thunder), el máximo anotador de esta temporada en la NBA y que se lució con 12 puntos y un perfecto 5 de 5 en tiros.

Paradójicamente, uno de los momentos más emocionantes de la noche no llegó en un partido sino en uno de los concursos de los descansos, cuando un fan llamado Jaren se llevó 100.000 dólares con un tiro desde el logo central de la cancha.

El 'youtuber' MrBeast organizó este reto que acabó con el estadio celebrando a lo grande el asombroso triunfo del joven.

En la siguiente semifinal, Curry hizo de profeta en su tierra y logró 8 puntos ante la afición de los Warriors para que su equipo, los Shaq's OGs, derrotara por 42-35 a los Candace's Rising Stars, que eran el conjunto de novatos y jugadores de segundo año que se proclamó campeón el viernes en el 'Rising Stars Challenge'.

Damian Lillard (Portland Trail Blazers) fue el más productivo con 9 puntos incluyendo el triple ganador.

Había algo de esperanza en que la final presentara un mínimo de tensión y rivalidad al ser una especie de EEUU -Resto del mundo, otra idea que ha sonado como posible arreglo futuro para el All-Star.

Tampoco sonó la flauta esta vez ya que el duelo arrancó con un 11-0 para los Shaq's OGs y defensas absolutamente invisibles.

La entrada de 'Wemby' animó levemente el enfrentamiento, con un tapón a Durant y cinco puntos seguidos, pero el duelo continuó siendo una pachanga sin nervio.

Solo chispazos aislados, como varios triples de Curry incluyendo uno espectacular desde el centro de la cancha, animaron algo al público antes de que los Shaq's OGs se llevaran la victoria en un All-Star que sigue siendo un espinoso problema sin resolver para la NBA.

Una pitada al ministro, la emotiva llamada de Ibon y la pizza del MVP Kendrick Perry: “Era un trotamundos. He encontrado mi casa en Málaga”

Actualizado Lunes, 17 febrero 2025 - 01:13

Los festejos en la pista del Gran Canaria Arena se alargaron cuando Alberto Díaz, quien no pudo acabar la final por lesión (tampoco Jonathan Barreiro), levantó la Copa para Unicaja por segunda vez en tres años. Antes, hubo una doble y sonora pitada para Ángel Víctor Torres, Ministro de Política Territorial y Memoria Democrática y ex presidente del Gobierno de Canarias. La emoción de las familias, la comunión con la afición y 'Tú bandera' entonado por la charanga y cantado a capela por todos. Los pelos de punta. En contraste con las caras largas del Real Madrid, dos finales perdidas seguida contra el mismo rival.

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En la sala de prensa aparecieron Kendrick Perry, con gafas de sol y una caja de pizza en sus manos -«lo siento, ha sido un fin de semana largo»-, e Ibon Navarro, recién pasado por la ducha y la bañera de agua helada en el vestuario. Y tosiendo, claro. «Así no me curo nunca el catarro», bromeaba el técnico de moda, el tipo que ha revolucionado el baloncesto nacional y que un rato antes, en la pista y en las entrañas del pabellón, realizó una emotiva vídeo-llamada con su hijo Aritz.

Ibon Navarro, celebrando el título con sus jugadores.

Ibon Navarro, celebrando el título con sus jugadores.Elvira Urquijo A.EFE

El buen rollo se palpaba. Es uno de los grandes secretos de la plantilla de Unicaja. «Es lo que es este equipo, cada día aparece uno», decía el vitoriano, señalando a su flamante MVP, 27 puntos y seis asistencias para desarbolar a todo un Madrid, con Facundo Campazzo enfrente. «A veces el entrenador tiene que no molestar demasiado. Somos gestores de personas. Eso es más complicado de dar con la clave de un partido», reconocía Navarro.

Eran los dos grandes protagonistas de la noche. Dos tipos hechos a sí mismos. Ibon en los banquillos, desde equipos modestos -descenso con Manresa, despido de Andorra- hasta los títulos con Unicaja. Kendrick en la pista, 11 equipos en 10 temporadas tras salir de EEUU. «No es ningún secreto que he sido un trotamundos. Desde mi primer año he dicho que quería un sitio donde ser feliz, encontrarme cómodo y convertirlo en mi casa. Me ha costado un tiempo, pero no solo he encontrado una casa en Málaga, hemos conseguido grandes cosas», explicaba quien también logró el trofeo de jugador más valorado en la última Final Four de la Champions League, ganada por los malagueños al Tenerife en la final de Belgrado (17 puntos aquel día).

Antonio Martín y Angel Víctor Torres, con Alberto Díaz.

Antonio Martín y Angel Víctor Torres, con Alberto Díaz.Elvira Urquijo A.EFE

El base, nacido en Florida y no drafteado en 2014 por la NBA, empezó su carrera fuera de EEUU nada menos que en Sydney, Australia. Hungría, Macedonia, Rusia, Francia, Serbia, Eslovenia, Grecia y Montenegro fueron los países visitados, cada año en un club diferente, hasta su fichaje por el Unicaja en junio de 2022, meses después de Ibon, cuando todo empezó. También es internacional por Montenegro. Le encanta cocinar y el clima de Málaga le recuerda al de su tierra. Recientemente renovó hasta 2027. «Yo quiero ganar más trofeos para este club y esta ciudad», se arrancó en un más que buen castellano.

«Aquí tienes 14 jugadores que compraron el sistema del entrenador desde el primer día. No es fácil. Somos un equipo veterano, tienes que sacrificarte un poco en beneficio del equipo y lleva tiempo, pero cuando lo haces bien, te lleva al éxito», exponía el estadounidense que reconoció que Unicaja «es un equipo es especial». «Cualquiera podría ser el MVP. Yo solo he tenido la suerte de anotar algunos tiros más de lo normal. Somos un equipo talentoso y todos los trofeos que estamos ganando son mérito del equipo».