El renacer de Yannick Nzosa, el prodigio al que atropellaron las expectativas: "Era un niño, se habló de la NBA, de la selección... Mentalmente no me ayuda recordarlo"

El renacer de Yannick Nzosa, el prodigio al que atropellaron las expectativas: “Era un niño, se habló de la NBA, de la selección… Mentalmente no me ayuda recordarlo”

En un mes cumple 22 años, pero es como si Yannick Nzosa (Kinshasa, República Democrática del Congo) ya hubiera pasado por varias vidas. De Málaga conserva el ceceo y las ganas de volver a Unicaja, donde todo empezó. Hace cinco años, un espigado africano deslumbró a la ACB como no se recordaba. Un debut apoteósico que hoy es, sin embargo, memoria a enterrar. "No voy a mentir. Ahora mismo, sinceramente, no me gusta recordarlo. Fue un impacto muy grande, como una luz en el túnel de Unicaja, donde las cosas no salían bien. Yo intenté ayudar al equipo... Pero no me gusta pensar en lo que ocurrió", admite. Ahora vuelve a la liga con el Recoletas Salud San Pablo Burgos. Una travesía de la que Yannick habla por primera vez, porque quiere que sea lección.

Enfrente de Tavares, este domingo (12.30 h., DAZN) en el Palacio, estará aquel chico de 16 años, 10 meses y 12 días -"era un niño"- que Luis Casimiro puso en cancha un 27 de septiembre de 2000, en Andorra. El segundo más joven en la historia de Unicaja, 10 puntos sin fallo (a esa edad, sólo Luka Doncic y Ricky Rubio fueron capaces de alcanzar la decena), vídeos virales y palabras mayores: "No es que lo hiciera bien un partido, fue continuo. Se habló mucho, del draft, de la NBA, de la selección... Me afectó. Personalmente me puse mucha presión... pero era sólo un canterano".

Durante semanas, sólo se hablaba de Nzosa. Se le buscaban comparaciones y hasta se le reclutaba para la selección española. "No te voy a mentir, todo estaba hecho. Las expectativas eran altas, las cosas iban bien. Pero justo las reglas FIBA cambiaron y tenía que esperar dos años para poder debutar. Y la cosa se quedó ahí. Finalmente he optado por jugar con mi país", dice quien debutó con el Congo hace unos meses.

Al siguiente partido con Unicaja fueron otros 10 puntos sin error, pero la realidad fue llegando, golpeando paulatinamente a quien seguramente todavía no estaba preparado para semejante presión. Bajó el rendimiento y poco a poco, el juguete ya no hacía tanta gracia. Y llegaron las cesiones. Y las lesiones. Un año sin jugar en el Betis. "Se habían disparado las expectativas. Yo era consciente. Quería asumir ese reto. Pero luego, en la segunda temporada, me di cuenta de que los caminos no siempre van bien. No cumplí las expectativas, lo que los aficionados de Málaga esperaban de mí. Y yo mismo. Por eso no me gusta recordarlo. Por suerte tengo otra oportunidad. Y quiero aprovecharla, volver a casa, que llevo tres años fuera", rememora su paso por la Primera FEB con Betis, Estudiantes ("el año más difícil. Me costaba encontrarme después de la lesión. Pensaba mucho en el pasado. Era como si no lo hubiera conseguido. Me perjudicó") y Fuenlabrada.

Nzosa, en acción contra el Girona.

Nzosa, en acción contra el Girona.ACB Photo

Porque, de la mano del recién ascendido San Pablo Burgos y de la confianza de Bruno Savignani, Nzosa rehace poco a poco el camino. Con la lección aprendida a fuego de quien ahora ve su caso en otros. Como, por ejemplo, Mohamed Dabone, el chico de 13 años que ya ha jugado en la pretemporada con el Barça y que no tardará en convertirse en el más joven en debutar en la ACB. "Le diría que se tape los oídos. Que esté en su mundo y no escuche a la gente que le coma la oreja. Porque, si luego lo haces mal, te perjudica", le aconseja.

En su renacer, Yannick también tiene presente el principio del trayecto. Mucho antes de Málaga estuvo una infancia en Kishasa, el divorcio de sus padres y el baloncesto "como refugio". Con 13 años marchó a Roma, a la Academia del Stella Azzurra, donde el primer mes lloraba solo en su habitación después de cada entrenamiento. Con el tiempo, encontró familia en los chicos de todo el mundo que, como él, buscaban una oportunidad. Tres de ellos llegaron a la elite y forman una hermandad que va más allá de las fronteras. Matteo Spagnolo (ahora en el Baskonia), Wilhelm Falk (sueco del UCAM Murcia) y Abramo Canka (Virtus).

Su salida de Italia estuvo rodeada de polémica. Cuatro meses sin jugar cuando los directivos del Stella acusaron falsamente a su tío de secuestro, de llevárselo a Málaga. Pasó la cuarentena hasta que la FIBA puso orden, en favor de Unicaja. El club al que quiere volver, desde su cesión en Burgos, donde se siente bien aunque tema al frío por venir: "Me han avisado...". Un nuevo comienzo: "Es que es como si estuviera empezando otra vez. Soy un Yannick más maduro. Ahora he entendido cómo es este mundo".

Emilio Pérez Pizarro, el árbitro en activo con más partidos: "En una cancha hay más respeto y menos polarización que en la sociedad"

Emilio Pérez Pizarro, el árbitro en activo con más partidos: “En una cancha hay más respeto y menos polarización que en la sociedad”

Un 14 de octubre de hace 25 años, un manchego de Ciudad Real debutaba en ACB. Han pasado otros 25 y Emilio Pérez Pizarro es, 814 partidos después, el rostro más reconocible del arbitraje español. Referente también en Europa, viral por los vídeos microfonados en los que se abre en canal con jugadores y entrenadores, el árbitro en activo con más encuentros (y noveno en la lista histórica que encabeza José Antonio Martín Bertrán con 1080), charla con EL MUNDO camino de Bolonia, donde el miércoles dirigió el Virtus-Mónaco de Euroliga.

¿Recuerda ese Breogán-Ourense del año 2000?
Como si fuera ayer. Un día que por las emociones, las vivencias, la ilusión y lo impensable que era estar allí, lo recuerdo al detalle. Las conversaciones con los compañeros, el viaje... Tengo lagunas del partido, eso sí. Estaba muy nervioso. Mucho.
¿Cuándo el niño Emilio dijo: 'Quiero ser árbitro'?
Nunca hubo ese día. Cogí un silbato con 14 años, por casualidad. Faltaba gente para arbitrar en un torneo de mi ciudad, Ciudad Real. Me gustó y a partir de ahí... escolares, federación, arbitrando por la provincia... Fui quemando etapas, sin pensar demasiado, disfrutando el camino.
11 años después estaba en ACB. ¿Cómo lo compaginó con la adolescencia, los estudios...?
De forma natural. Como otra gente que los fines de semana practica un deporte. Estudié historia, a distancia, poco a poco. Pero no creo que nunca me dedique a ello, porque no tengo vocación por la docencia.
¿Arbitrar es divertido?
Sin duda. Es una pasión. Y hay un componente alto de disfrute, porque si no...
¿Recuerda momentos de dificultad, de querer tirar la toalla?
Recuerdo tener que coger plena consciencia de lo que realmente se pasa en algunas canchas. En las categorías inferiores estás expuesto a una crítica bastante hiriente. Tuve que mentalizarme de que eso formaba parte también de lo que me apasionaba. A nadie le gusta, claro. Pero formaba parte del negocio.
Pérez Pizarro, durante un partido de esta temporada.

Pérez Pizarro, durante un partido de esta temporada.ACB Photo

¿El episodio más duro?
Como árbitro por Castilla la Mancha tuve que abandonar pistas escoltado por la policía o por guardias civiles. Y en más de una, de dos y de tres ocasiones... No es sencillo. Pero nunca fue un lastre a mi ilusión. Sí me apena que yo y otros tuviéramos que vivir esos momentos. Porque se trata de un deporte. Y no tiene que haber nada más alejado de esas conductas. Qué pena. Que apoyar a un equipo tenga que estar relacionado con estas situaciones desagradables.
¿Quién es el ídolo de un árbitro?
Pues otro árbitro. Si me tango que quedar con una persona y que no se me enfade nadie... Paco Monjas. Él fue quien me ascendió a la ACB. Y sigo manteniendo una relación cordial. Luego, referentes en pista: Miguelo Betancor, Mateo Ramos...

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¿Qué se siente al ser juez de estrellas?
Eres consciente de que tienes que juzgar. Y el sentimiento de admiración tiene que estar ahí, pero nunca mezclado con el trabajo que tienes que hacer. Siendo todo lo profesional e imparcial que debemos. Y arbitrar a jugadores, no a nombres.
Se han hecho virales sus vídeos microfonados, en los que se le ve tratar con jugadores y entrenadores, llamarlos por sus nombres...
Me choca que la gente piense que se estoy haciendo un papel. Me siento igual de cómodo que si no llevara micro. Porque hago exactamente lo mismo. Realmente soy así. En pista. Nos llamamos por nuestro nombre. Luego, me veo una vez y ninguna más. Intento aprender de qué manera puedo comunicar mejor, pero no lo analizo con detenimiento. Sí creo que es un acierto por parte de la ACB, porque dota de mayor transparencia a nuestro trabajo. Acerca al público la manera en que tenemos de interactuar con jugadores y entrenadores, cómo nos comunicamos entre nosotros, el porqué de algunas decisiones...
A veces parecen psicólogos con los jugadores...
Se trata de bajar el pico de tensión. No puedes estar gastando bromas permanentemente, pero un comentario más distendido puede ayudar a destensar la situación. Aunque hay que saber con quién, de qué manera y en qué momento del partido. Pero en más de una protesta nos hemos acabado riendo los dos.
Es muy recordada la final de 2022, cuando Yabusele se le abalanzó. ¿Se sintió intimidado?
Nunca me ha pasado nada igual. ¿Intimidado? Si te digo que no, te estoy engañando. Me sorprendió, no me lo esperaba. No lo recuerdo con mucho cariño. Después tuve la ocasión de encontrarme con él en otros partidos y todo estaba correcto. Hay situaciones que te marcan más que otras y todo forma parte del aprendizaje.
Emilio Pérez Pizarro.

Emilio Pérez Pizarro.ACB Photo

¿Un árbitro es capaz de disfrutar del juego?
Sí, se puede disfrutar. Estamos concentrados en nuestro trabajo. Pero hay momentos que eres como un espectador de lujo.
¿Cuál es el partido más bonito de sus más de 30 años de carrera?
A parte del debut en ACB, he tenido momentos bonitos, pero sobre todo en partidos por el descenso. Que alguien que acaba de perder la categoría, alguien que está jodido, te venga y te felicite por el trabajo realizado... Que te dé un abrazo en ese momento duro. Eso no se olvida, te marca, te emociona. Me quedo con ellos, más que las finales, claro.
¿Se imagina conviviendo con la polémica permanente del fútbol?
Por suerte, en baloncesto, aun teniendo nuestras polémicas, no tenemos ese volumen tan importante. Creo que es un tema mediático. Lo que arrastra el fútbol: el eco es mayor, todo se magnifica. Sigo las polémicas de mis compañeros de fútbol, hablo mucho con mi primo hermano, Pizarro Gómez (fue arbitro de Primera y ahora VAR) y nosotros estamos más alejados.
¿Hay más respeto en una cancha de baloncesto que en el parlamento?
Creo que en el deporte, en el baloncesto, la polarización está más amortiguada que en la sociedad. Más allá de la protesta o del fanatismo lógico por un club, no hay esos puntos de conflicto permanente. Es que parece que vivimos en el conflicto, que entenderse es algo complicado. Cuánto difícil hacemos por entendernos.
¿Cómo es Emilio Pérez Pizarro sin silbato?
Pues como apenas tengo tiempo de ocio, mi poco tiempo libre es para Álvaro, Laura y mi mujer Encarni, que sin ella no estaría aquí. El chiquitajo, que tiene seis años, siempre me dice que no me vaya. La mayor me escondía la maleta.
Theo Maledon se presenta a lo grande en el Real Madrid

Theo Maledon se presenta a lo grande en el Real Madrid

La noche, que era un carrusel de talentos para el Real Madrid, se complicó. Y en la reacción del Partizan de Obradovic, en ese susto final comandando por Duane Washington que recordó los fantasmas del domingo en Vitoria, apareció un chico con pinta de despistado y una clase especial. El esperado Theo Maledon tomó las riendas como si llevara toda la vida haciéndolo y solucionó la papeleta en el Palacio, una presentación a lo grande, ilusionante, y el tercer triunfo seguido en casa en la Euroliga para los de Scariolo. [93-86: Narración y estadísticas].

Para saber más

En su debut con el Madrid tras su lesión de inicio de curso (apenas pudo jugar un par de minutos en la pasada Supercopa), Maledon dejó poso de jugador genial. Los "minutitos" que anticipó Scariolo fueron minutazos, el balón en sus manos en la hora de la verdad, un triple demoledor en la recta de meta, cuando más apretaba el Partizan con la remontada, un casi robo a Jabari antes y dos tiros libres para acabar con lo que se daba. Firmó 16 puntos en 14 minutos y endulzó las estupendas actuaciones de varios de sus compañeros, del omnipresente Tavares (19 puntos, ocho rebotes), al encendido Trey Lyles (17, 5), otro que se suma a la fiesta de este Madrid que presume de un arsenal como no se recordaba.

Antes de los sudores, había sido un Madrid arrollador y compacto desde el mismísimo amanecer, como si quisiera desprenderse de los sinsabores del desenlace ante el Baskonia. Y como si quisiera seguir haciéndose fuerte en un Palacio que siempre fue refugio. Pese a la amplia e imponente escuadra que maneja el maestro Obradovic -pocos nombres balcánicos y muchos norteamericanos-, con el último en llegar, el prometedor finlandés Mikka Muurinen, ya listo, los blancos encontraron rápido la forma de desmontarles los planes.

Tavares, defendido por Tyreque Jones, en el Palacio.

Tavares, defendido por Tyreque Jones, en el Palacio.JUANJO MARTINEFE

Tavares dominaba a sus anchas la pintura (aplastando a Tyreque Jones) y Okeke, una amenaza, le acompañaba como si jamás fuera a fallar un triple en esos aros (acumula ocho de 10 en los dos últimos partidos de Euroliga). Después apareció Lyles para unirse a la fiesta ofensiva, que a la vez lo era defensiva, 12 puntos encajados en todo el primer acto. Con un abrumador dominio del rebote, el esperado debut de Maledon y acciones certeras, el Madrid se fue al descanso con dos dianas más de Okeke y una máxima reluciente (52-33).

Que fue más a la vuelta, con un Real Madrid suelto y divertido y un Partizan que se encomendaba a la elegancia de Jabari Parker para intentar meterse en el partido. Pero al ex del Barça le respondía Lyles, desplegando las esencias de lo que puede llegar a ser. En ese tramo, sin embargo, los blancos se enredaron en una serie de errores y pérdidas (especialmente impreciso estuvo Campazzo) que no terminaron por enterrar a los serbios.

Y que despertaron hasta acercarse a cuatro puntos de la mano de un desatado Washington. Pero, a falta de un minuto, un triplazo de Maledon (en cancha acabó el Madrid con él, Campazzo y Llull juntos), finiquitó al Partizan.

El Hapoel Tel Aviv, un nuevo rico contra las jerarquías de la Euroliga: "El Madrid ofreció más dinero, pero Micic nos eligió"

El Hapoel Tel Aviv, un nuevo rico contra las jerarquías de la Euroliga: “El Madrid ofreció más dinero, pero Micic nos eligió”

Después de los homenajes a las víctimas de ayer, cuando se cumplían dos años de los ataques terroristas de Hamas, Israel regresa a una cierta normalidad a través de la Euroliga. Sin embargo, no lo hará en Tel Aviv, sino casi dos mil kilómetros al norte, en Sofía, donde hoy se disputa el derbi entre el Hapoel y el Maccabi. Tampoco se jugará bajo la tradicional hegemonía del equipo macabeo, hexacampeón de la Copa de Europa, sino con los nuevos estándares impuestos por Ofer Yannay, el propietario del Hapoel, un magnate de las energías renovables que ha convulsionado el baloncesto continental.

El pasado verano, Yannay se reunió con Paulius Motiejunas, director ejecutivo de la Euroliga, para trasladarle su peculiar modo de entender el negocio. El encuentro se produjo en Abu Dhabi, el emirato que durante la próxima década acogerá cinco Final Four del gran torneo europeo. «La elite de la Euroliga está en contra de Israel», espetó Yannay al CEO lituano. Era su particular protesta contra la decisión de jugar en el exilio de Sofía, en lugar de hacerlo en Tel Aviv. «No tiene nada que ver con la seguridad», añadió el dueño del Hapoel. «Es la misma situación que vivió Israel en Eurovisión. Cuando se cerraron las votaciones del establishment, nuestra cantante era decimosexta. Luego se pasó a la votación popular, la del público, e Israel quedó primera», le dijo, según él mismo ha confesado en The Baseline Podcast.

La facundia de Yannay ante los micrófonos sólo rivaliza con su desbocada ambición en los despachos. A los 50 años ha convertido a su empresa, Nofar Energy, en una de las startups más boyantes de Israel, con una capitalización bursátil de más de mil millones de dólares. En sólo dos temporadas al frente del Hapoel, ya puede alardear del primer título europeo del club y del ansiado debut en la Euroliga. El pasado abril se coronó en la Eurocup, superando en la semifinal y en la final a dos equipos españoles. «Desde tu perspectiva derrotamos al Valencia y al Gran Canaria, pero desde mi perspectiva derrotamos a Hamas. Intentaron quebrantar nuestro espíritu, pero fracasaron», proclamó poco después de alzar el trofeo en Sofía.

"Él nos eligió"

Hijo de inmigrantes que trabajaron en Libia y Túnez, educado en instituciones religiosas sionistas, Yannay colabora con la Fundación Or Ofir, donde honra la memoria de Ofir Libstein, un activista asesinado por Hamas el 7 de octubre de 2023. Sin embargo, en el baloncesto ha irrumpido con sus modales de nuevo rico. Sin respeto por las viejas jerarquías, este verano contrató a Vasilije Micic, doble campeón de la Euroliga con el Anadolu Efes (2021, 2022). «Robarle un jugador así al Real Madrid, al Fenerbahçe y al Olympiacos es algo enorme. Sólo espero que la Euroliga me escuche y me permita mejorar el basket europeo», lanzó a mediados de julio.

Acababa de convencer al doble MVP de la Final Four para firmar tres años de contrato a cambio de 14 millones de euros. Tras su periplo por Charlotte, Oklahoma y Phoenix, Micic se convertía en el mejor pagado de la Euroliga, por delante de Kendrick Nunn, actual MVP del torneo. «El Real Madrid le ofreció más dinero, pero él nos eligió. Si hubiera ido al Madrid, habría ganado la Euroliga. Pero eligió venir al Hapoel y formar parte de la visión de llevar a un equipo de la Eurocup al nivel de la Euroliga», argumentó, deslizando incluso que habían ofrecido acciones del club al base serbio.

Ofer Yannay.

Ofer Yannay.HAPOEL TEL AVIV

La incendiaria retórica de Yannay contrasta con los perfiles -bastante más comedidos- de Miki Malka y Gili Raanan, los otros grandes inversores del Hapoel. Dos hombres de negocios que conectan muy bien con el entrenador, Dimitrios Itoudis, doble campeón de la Euroliga en el CSKA (2016, 2019). Aún no se ha cumplido un año de la llegada del griego al banquillo para dirigir un proyecto al que se en primer lugar se sumaron Jonathan Motley o Yam Madar.

Desde entonces, Yannay no ha reparado en gastos para confeccionar su roster. Una plantilla tan amplia y con tanto talento que puede desglosarse entre los partidos de la liga israelí, donde el Hapoel aún juega en el Shlomo Group Arena de Tel-Aviv, y los de la Euroliga, en el Arena 8888 de Sofia. El partido inaugural ante el Barça, resuelto con un contundente 103-87, fue seguido en directo por 8.000 aficionados. Tres días después, Micic solventó la visita al Anadolu Efes, su antiguo equipo, con otro triunfo. El arranque de un curso que se antoja agotador para el Hapoel, con más de 40 partidos fuera de casa y más de 70 desplazamientos an avión.

Los días de Ricky Rubio contra los Boston Sexis o el Panatimankos: "Pasó de parar a Curry a defender a Antonio, que venía de dormir a las niñas"

Los días de Ricky Rubio contra los Boston Sexis o el Panatimankos: “Pasó de parar a Curry a defender a Antonio, que venía de dormir a las niñas”

Ya fue el Barça en la Liga Catalana y pronto vendrán el Real Madrid, el Unicaja o el Baskonia en la Liga Endesa, o el Cholet francés en la Champions League. Ricky Rubio vuelve al baloncesto de élite, a enfrentarse a rivales de élite; tras su parón por salud mental, regresa con el Joventut al lugar que le pertenece. Pero el año pasado jugó a un nivel distinto, muy distinto, exageradamente distinto.

"Lo habíamos visto defender a Curry o Harden y, de repente, estaba ahí defendiendo al Antonio, que había llegado tarde al partido porque le tocaba dormir a las niñas", relata Iaco Rocher, máximo anotador de los Peresala Legends, uno de los equipos de la liga privada municipal 2+1 en la que Rubio participó la temporada pasada. Cada semana jugaban sus amigos de toda la vida, como Josep Heredia, presidente de la Fundación Ricky Rubio, y él quería estar con ellos. No le importó pasar de jugar contra los Boston Celtics a hacerlo contra los Boston Sexis; de los Warriors a los Guarriors; de los Timberwolves a los Tinder Wolves. Ahí estaba, contra los Zaca de Banda, los Tiraos Libres, los Gitanos Mellaos, los Gatitos Rosas o el Panatimankos.

"Ya había venido alguna vez como espectador, porque el equipo de sus amigos, que se llama Una més i prou, juega en la liga desde hace muchos años. Nos sorprendió cuando vino como jugador, pero él solo quería pasárselo bien y no llamar la atención. No venía el Ricky exjugador de la NBA; venía el Ricky amigo de sus amigos", explica Rafa Sora, responsable de la liga 2+1, que ya cuenta con 35 años de historia, pese a no ser de gestión pública.

Las raras reglas del torneo

La competición tiene solera entre los aficionados al baloncesto de Barcelona porque la organización cumple. Se disputa entre semana, por la noche, en pabellones de las afueras -en La Verneda, el Besòs o Trinitat Vella-, pero hay decenas de equipos, premios en metálico y reglas muy adaptadas. Para no perder tiempo se juega sin descanso, con cambios al estilo balonmano, sin prórrogas -el ganador se decide con una tanda de tiros libres- y con canastas de cuatro puntos desde el propio campo.

El año pasado los campeones fueron los Chori Heat, pero el conjunto de Rubio logró su mejor clasificación de siempre: acabó quinto. Se clasificó para los ‘playoff’, ganó en primera ronda a los Panteras, pero cayó después ante los Carnal Steakhouse -un restaurante del Eixample-.

La participación de Rubio fue intermitente. A algunos partidos acudía, a otros no. Y, cuando lo hacía, tampoco quería lucirse lo más mínimo. "Iba andando, pero es normal. En el primer partido se puso a correr, robó tres o cuatro bolas seguidas, se dio cuenta y volvió a andar. Se dedicaba a dar asistencias a sus amigos, pero no siempre acababan en canasta. Quizá se la daba solo a un amigo y el amigo tiraba una piedra", relata Rocher, que ya se había enfrentado a los amigos de Rubio cuando eran pequeños. Porque, en realidad, muchos de los participantes en la liga 2+1 se conocen de las categorías inferiores de los equipos de Cataluña: el Barça, la Penya, el Sant Adrià, el Sant Josep, el Mataró... Algunos llegaron a jugar en Segunda FEB o Tercera FEB; la mayoría lo dejaron por la universidad o el trabajo.

"A veces digo que hacemos una obra social. La liga es para aficionados que aman el baloncesto, pero no pueden jugar en un equipo federado. Es curioso, porque hay algunos que vienen un poco flipados porque han jugado en Primera FEB y Ricky hacía todo lo contrario. Solo podemos hablar maravillas de él", proclama Sora, que, como dirigente de la liga, tuvo que enfrentarse a una minicrisis.

La crisis por la prensa

A mitad de la temporada pasada se viralizó un vídeo de Rubio jugando en la liga -con pantalón largo y sudadera-, lo publicaron todas las televisiones y llegó a haber cámaras en la puerta del pabellón para grabarle de nuevo. ¿Qué pasó? Dejó de aparecer.

"Quería pasar desapercibido a toda costa y estuvo varias semanas sin jugar, hasta que se calmaron las cosas. Lo hablé con los miembros de su equipo y me dijeron que no había problema, que sabían que no era cosa de la liga. De hecho, me dejaron publicar alguna jugada suya en nuestro Instagram para promocionar la competición", cuenta Sora, que ya había visto a otros ex ACB en su liga, como Quique Andreu, Carles Marco o Moussa Diagné, pívot del UCAM Murcia que tiene un primo en un equipo. "Este año no se han apuntado más equipos, no ha habido un efecto Ricky, pero tampoco lo buscábamos. Vino, se lo pasó bien y todos contentos", resume el responsable de la liga 2+1, el refugio de Rubio antes de volver al baloncesto de élite.

Los secretos de la vuelta de Ricky Rubio al Joventut tras un año pensando en la retirada: whatsapps, "cuatro cosas que me pasaron" y la comida del "vamos para adelante"

Los secretos de la vuelta de Ricky Rubio al Joventut tras un año pensando en la retirada: whatsapps, “cuatro cosas que me pasaron” y la comida del “vamos para adelante”

Un epílogo redondo, un último baile con la Penya, donde todo empezó. Y, sin embargo, las nubes negras de la salud mental habían alejado tanto a Ricky Rubio de su deseo que casi lo dio por zanjado. El invierno, después de un intento de retorno al baloncesto profesional con el Barça con más sombras que sonrisas en el final de la temporada 2023/2024, fue largo y oscuro. Pero la luz terminó por abrirse paso. De visita en visita al Olimpic de Badalona, de whatsapp en whatsapp con los que nunca se olvidaron de él. De comida en comida, hasta que en la última, a mediados del pasado mes de junio, el base se levantó de la mesa y, ante los presentes -entre ellos Jordi Martí, el director deportivo del Joventut que narra la escena, y Dani Miret, quien iba a ser su entrenador-, pronunció: "Vamos para adelante. Te doy el sí delante de todos. Apúntame al carro".

Para saber más

Ayer, guiño del destino, en el Palacio de los Deportes de Granada -20 años después y en idéntico lugar del debut de aquel niño de 14- se consumó la noticia más luminosa con conoció en mucho tiempo el baloncesto español. Porque el retorno de Ricky (que brilló con 18 puntos y 30 de valoración en apenas 19 minutos para la victoria) es también un triunfo de la vida. De la felicidad de quien la perdió por completo. De quien vio todo tan oscuro que un 30 de julio, concentrado en el Meliá Castilla con la selección que siempre fue el patio de su recreo, en víspera de otro Mundial (en el anterior, el de 2019 fue oro y MVP, la cima de su carrera), pensó: "Yo no quiero seguir con la vida".

"Aquel niño nos pintó la cara", rememora hoy para EL MUNDO Nacho Ordín, el base rival ese domingo de 2005, cuando Aíto hizo debutar a Ricky en Granada para batir un récord de precocidad en España. Ese mismo verano, con la selección sub 16, había protagonizado una asombrosa actuación que hinchó todavía más su burbuja: en la final del Europeo, en Linares, firmó 51 puntos, 24 rebotes, 12 asistencias y siete robos para el oro que España consiguió después de que Rubio forzara la prórroga con un triple desde el medio del campo. "Yo no sabía quién era. Ese vídeo famoso lo vi después. Antes del partido, hablando con Gianella (el otro base del Granada ese día), comentamos que podría jugar y que, como no tenía experiencia, deberíamos aprovecharnos de ello. Pero fue todo lo contrario, nos robó varios balones, nos volvió locos", rememora Ordín, que nunca olvidará la "seguridad en sí mismo" de aquel niño: "No se amedrentó".

Ricky, con sus compañeros, en el partido contra el Granada.

Ricky, con sus compañeros, en el partido contra el Granada.Álex Cámara / ArabapressAraba

Jordi Martí, como siempre en la trayectoria de Ricky, no andaba lejos ese día de hace dos décadas: por entonces era ya el director de la cantera de la Penya. Cuando acabó el curso 23/24 con el Barça se produjo el primer contacto. "Él valoró la posibilidad, pero entonces no estaba en su mejor momento, no le terminaba de encajar. Necesitaba tiempo", reconoce. Poco después el base renunció a disputar con España los Juegos de París. Y el director deportivo empezó a vislumbrar que quizá la oportunidad de volverle a ver de verdinegro nunca se daría.

En mayo, Ricky no quiso perderse la despedida profesional de su gran amigo Pau Ribas. "Antes del verano ya le vi con otras sensaciones. Más positivas, con ilusión. Se le había encendido una chispa", desvela Martí. El propio Ricky, el día de su presentación, desgranó los hechos que le hicieron cambiar: "Yo ya tenía claro que hasta aquí había llegado, pero a finales de abril me pasaron cuatro cosas que me hicieron tomarme la vida de otra forma. Todo empezó con una conversación con una persona que no conocía y eso dio como resultado tres o cuatro acciones en tres días seguidos que me hicieron replantear la situación".

En junio, sin embargo, Rubio lanzó una serie de mensajes que muchos tradujeron como un avance de su retirada: "Después de un año reflexionando sobre mi carrera y mi vida, me he dado cuenta de que si he llegado donde he llegado no es gracias a las asistencias que he dado, sino a las que he recibido. Esto no es una despedida, es un gracias a todas las personas que me han ayudado".

Pero los encuentros "con gente que ha ido poniendo piezas en su carrera", continuaron, siempre sin presión, y la semilla germinó. "Él ha marcado su vuelta", dice Martí, quien reconoce que también resultó decisiva una reunión con los propietarios, concretamente con Tomás Dagà, consejero de Grifols. Porque Ricky siempre sintió el club como algo suyo. "Nunca dejó de mandar guiños, ni cuando era un 'Beattle' en la NBA. Incluso en los momentos bajos, cuando tuvimos problemas económicos y casi descendemos, él aparecía en las ruedas de prensa en EEUU con la camiseta del Joventut", elogia Martí.

Evidentemente, lo económico fue lo último importante para Ricky, "unas letras al final del contrato". Le convenció su papel de "mentor", las propuestas de intereses sociales del club y que no habría ninguna exigencia deportiva en su caso: "Jugará para pasarlo bien. Para disfrutar y ayudar". "Ha vuelto a eso, tranquilo, en paz. A que el club crezca, completamente implicado", asegura el director deportivo. "En mi cabeza solo estaba la Penya. No había otra opción. Esto no va de conseguir títulos, va de sentimientos", proclamó el base.

Ricky dobla un balón, ante el Granada.

Ricky dobla un balón, ante el Granada.Álex Cámara / ArabapressAraba

El impacto de su vuelta ha sido "un terremoto" en el Joventut. Cuentan desde el club el desborde en las peticiones de entrevista, el incremento del número de abonados y cómo se quedaron "justos" de camisetas al sacar el nuevo modelo con el nueve a la espalda. Hace unos días, en el partido de presentación contra el Benfica, las entradas casi se agotaron: "Venían a ver a Ricky".

Conviviendo con su estrella mediática, el día a día con Ricky, sin embargo, es de lo más normal. Se ha propuesto un reto con los jugadores de cantera, cada vez más efímeros por las tentaciones económicas de dar el salto a la NCAA. Los detalles lo marcan todo. Hace unos días, cuando Ruzic se incorporó tarde a la plantilla por sus partidos con la selección croata, Ricky lo primero que hizo fue irse a tomar un café con él. "En una sociedad que está perdiendo valores, esto es un cuento de respeto. De hacer que el club piense en positivo. Es bonito y difícil de encontrar", celebra Martí. Ahora más que nunca se hace latente el término japonés que Ricky utilizó tras sus problemas de salud mental el verano de 2023: Nankurunaisa ("Con el tiempo todo se arregla").

El nuevo Barça toma forma con un gran triunfo en el OAKA

El nuevo Barça toma forma con un gran triunfo en el OAKA

Actualizado Viernes, 3 octubre 2025 - 23:12

El Barça se reivindicó en Atenas con una victoria de prestigio frente al Panathinaikos, uno de los grandes candidatos para el título de la Euroliga, en un partido dominado por los azulgrana desde el primer cuarto gracias a la defensa y la producción coral en ataque. Los 18.500 asistentes que coparon el OAKA, sede de la próxima Final Four, fueron testigos del potencial que atesora el equipo de Joan Peñarroya, que corrigió los errores de su decepcionante debut ante el Hapoel Tel Aviv. [Narración y estadísticas (96-103)]

Pese a los arreones del Panathinaikos, el equipo catalán no perdió la calma en ningún momento y se ciñó a su plan, con una actuación coral en la que cinco jugadores anotaron más de diez puntos, siendo Will Clyburn el máximo anotador (23) y Nico Laprovittola el timón en los momentos más calientes (15 y nueve asistencias).

Un triunfo colectivo que frustró la resistencia de Kostas Sloukas (18 puntos y 11 asistencias) y Juancho Hernangómez, con 27 puntos batió su récord personal de anotación en la Euroliga, en una noche poco inspirada de Kendrick Nunn (10, 4/10 en tiros) y TJ Shorts (4).

Nunn, con tres faltas

Tras un buen arranque, los visitantes mantuvieron el listón en el segundo cuarto, activos atrás y fluidos en el pase para encontrar a Tornike Shengelia en la pintura (10 puntos al descanso), las penetraciones de Clyburn (9) y los tiros lejanos (7/17 en triples) de Laprovittola y Punter (35-41, min.16).

Lastrado por la ausencia de Nunn, reservado con tres faltas desde el minuto 15, el Panathinaikos sobrevivió por debajo de la decena (45-51, descanso) gracias a los tiros libres y la irrupción ofensiva de Juancho, máximo anotador de la primera mitad con 13 puntos.

El intermedio no alteró el guion. El equipo más agresivo sobre la pista era el Barça, que forzaba al adversario a repetir tiros incómodos y en ataque conectaba en la pintura con Shengelia y Willy Hernangómez -más acertado que de costumbre en el tiro libre-, y golpeaba desde el perímetro con Clyburn y Laprovittola (54-66, min.25).

La reaparición de Nunn apenas inquietó a los azulgranas, impertérritos ante las arengas de Sloukas, que trataba de alterar la inercia a base de garra y talento. Una vez más, pagó el equipo de Peñarroya su dureza con muchos puntos desde el tiro libre, pero aguantó todo el cuarto por delante (69-75) pese a las canastas de Juancho.

Un triple de Clyburn y otros dos de Kevin Punter descorcharon el asalto final (69-84, min.32), pero el Panathinaikos jamás tiró la toalla, liderado la intensidad de Jerian Grant -eliminado con cinco faltas, min.36 y Juancho (80-88, min.36), pero el Barça mantuvo la calma y amarró la victoria con triples de Laprovittola y Clyburn (96-103).

La ACB renueva alicientes: Ricky, Scariolo, el mejor pabellón de Europa y hasta un 'matador' NBA

La ACB renueva alicientes: Ricky, Scariolo, el mejor pabellón de Europa y hasta un ‘matador’ NBA

En mitad de la selva que supone sobrevivir en un calendario asfixiante y hostil, con la Euroliga ampliando horizontes (dos equipos y cuatro jornadas más), la ACB, que arranca este sábado, busca los resquicios por los que seguir llamando la atención, por los que poder seguir presumiendo de ser la mejor liga doméstica de Europa o, lo que es lo mismo, la segunda del mundo. Lo cierto es que pocos años presentó un cartel más llamativo, con novedades de la talla de Ricky Rubio o Sergio Scariolo.

Para saber más

Dos leyendas, una en la pista y otra en los banquillos, que regresan a la competición. El primero, después de un año en blanco por sus problemas de salud mental, aparcó la retirada para un último baile allá donde todo empezó para él. Verdinegro de la Penya, este domingo, en el Palacio de los Deportes de Granada, la misma cancha que a los 14 años le vio debutar hace exactamente 20, Ricky Rubio liderará al Joventut. Un equipo de veteranos como Tomic, Vives o Hanga, bien agitados con la pujanza de su cantera y con piezas potentes como Sam Dekker, Birgander, Hunt o Drell, aspira a ser uno de los animadores.

Uno de los que interrumpan la condición de favorito del Real Madrid, campeón las dos últimas temporadas con Chus Mateo y con revolución propia. Nada menos que Sergio Scariolo a los mandos, quien no se sienta en un banquillo ACB desde hace 11 años (Baskonia). Y que presume de plantilla renovada y potente, con dos NBA como Trey Lyles y Chuma Okeke e interesantes europeos como Theo Maledon, David Kramer y Gabriele Procida.

Sergio Scariolo, durante la Supercopa.

Sergio Scariolo, durante la Supercopa.Jorge ZapataEFE

Más modesta es la inversión económica de un Barça que sigue en manos de Joan Peñarroya y que busca regresar a una final tres años después. Como si la plaga de lesiones del curso pasado fuera una pesadilla de no despertar, de primeras se confirmó la recaída de su rodilla de Juan Núñez, quien, tras volver a pasar por el quirófano, estará otros seis meses fuera. Apostaron los azulgranas por la experiencia, tipos infalibles pero veteranos como Tornike Shengelia y Will Clyburn, y por apuestas made in USA como dos Myles, con i latina e y griega, Norris y Cale.

Si el Unicaja de Ibon Navarro fue la alternativa más sólida de los últimos tiempos a la hegemonía de Madrid y Barça (el último campeón que no fue alguno de los dos fue el Baskonia, en la burbuja de 2020), ahora aparece como nadie el Valencia Basket. Y no sólo porque es el actual subcampeón o porque acaba de levantar la Supercopa en el Martín Carpena. Ni siquiera porque estrena un pabellón sin igual. Después de 38 años en la Fonteta, emerge el flamante Roig Arena (con capacidad para 15.600 personas, allí se disputará la Copa del Rey en febrero). También por la continuidad en el proyecto Pedro Martínez y por los refuerzos, una plantilla hecha para dar la cara en la Euroliga. Kameron Taylor, Omari Moore, Yankuba Sima, Iroegbu o Neal Sako. Aunque nada como la continuidad de sus dos perlas y no será por falta de pretendientes para Jean Montero y Sergio de Larrea.

Imagen del Roig Arena de Valencia.

Imagen del Roig Arena de Valencia.MUNDO

Porque la fuga de talentos precoces es una de las grandes amenazas para la ACB. Este año se ausentan tres de los españoles con mayor porvenir, a la NBA Hugo González y Eli Ndiaye y a la NCAA Mario Saint-Supèry. Entre otros muchos. Allí escapan los jóvenes en formación y de allí llegan los que apuntaban a estrellas. A los NBA citados en el caso del Madrid hay que unir a otro buen puñado que da lustre a la competición. Chris Duarte (Unicaja), Raúl Neto (Burgos), Mamadi Diakite (Baskonia), Devontae Cacok (UCAM Murcia) o Isaiah Wong (Dreamland Gran Canaria) . Aunque, de entre todos ellos, nadie como Hamidou Diallo. Al Baskonia, que también estrena entrenador (el italiano Paolo Galbati sustituye a Pablo Laso), llega un tipo hecho para el espectáculo. Con 250 partidos NBA y procedente de la liga china, el escolta de ascendencia guineana fue capaz de ganar el concurso de mates de la mejor liga del mundo en 2019.

La ACB, que arranca con récord de abonados (107.460 entre los 18 clubes), un 3,5% de aumento respecto al pasado curso, presenta otra importante novedad. Después de muchos años abandona Movistar para emitirse por Dazn.

El Real Madrid de Scariolo despega con un recital defensivo ante el Olympiacos

El Real Madrid de Scariolo despega con un recital defensivo ante el Olympiacos

Lo que empezó como drama acabó como fiesta total. El debut de Sergio Scariolo en el Palacio, en su segunda etapa como entrenador del Real Madrid, dejó una noche de las que ilusionan, una remontada de coraje ante nada menos que al Olympiacos. El recital defensivo del último cuarto fue de los de guardar en vídeo. [89-77: Narración y estadísticas]

Hacía mucho que no se veía semejante nivel de intensidad, de huecos cerrados, de rivales maniatados. Como un mecanismo sin resquicios, en lo colectivo y en los duelos individuales, emergió en la hora de la verdad de una noche que tenía mala pinta un Madrid poderoso. Contagió al Palacio no desde el ataque (ahí fue una labor coral, con todos anotando y sólo Hezonja y Deck por encima de la decena), sino desde una defensa casi perfecta. El mate de Hezonja y el triple de Deck con los que el equipo de Scariolo abrochó la faena puso en pie a una grada con ganas de volver a sentirse grande en Europa.

Nada peor que para un equipo que está tratando de arrancar, un proyecto diseñado para el largo plazo que comienza con dos derrotas en tres partidos, que encontrarse en su debut en casa con una máquina tan engrasada, que lleva años jugando tan de memoria, como el Olympiacos de Bartzokas (y, sobre todo, de Vezenkov). Pero mucho peor es que ese rival, el mismo que desplazó al Real Madrid en los cuartos de final de la última Euroliga, amanezca en el Palacio con siete triples sin fallo. A Scariolo nadie le dijo que fuera a resultar sencillo.

Mientras trata de ajustar y que sus jugadores los entiendan, se ve 12 abajo en el primer cuarto, con Tyler Dorsey despertándole fantasmas del Eurobasket, desesperado por los tiros que no entran. No hay urgencias, pero perder siempre enrarece todo. Menos mal que Llull sabe de qué va esto.

Walkup, defendido por Tavares.

Walkup, defendido por Tavares.SERGIO PÉREZEFE

Fue la entrada del capitán, en su 19ª temporada en Euroliga, la que sentó el cuerpo en la noche al Real Madrid. También coincidió con el descanso de la primera unidad griega. Aunque a remolque y todavía distanciado en el marcador, los blancos al menos batallaban, miraban de tú a tú a un rival con ganas de hacer sangre. Sin presumir del acierto de los de enfrente, el perímetro no era el drama del martes en Bolonia. Al descanso, con los puntos de Hezonja, el ímpetu de un Chuma Okeke que apunta alto y el empuje de la pareja Campazzo-Deck (Scariolo pronto se ha rendido a la pujanza de sus argentinos, cómo no), el Madrid se arrimó todo lo que Vezenkov (y algunas decisiones arbitrales) le dejó.

Con el mismo quinteto que naufragó al inicio del partido, el Madrid regresó de vestuarios decidido. Y eso que pronto se encontró con dos de sus puntales defensivos, Abalde y Tavares, cargados con la tercera falta. Pero la remontada ya se palpaba. Primero igualó Hezonja y luego el propio Abalde -sendos triples-, puso a los blancos por primera vez por delante (62-61).

Parte del trabajo estaba hecho, pero seguía habiendo mucho toro delante. Y esos pequeños fallos de concentración tras buenas y trabajadas defensas, hacían daño en lo anímico. Porque el Olympiacos no perdonaba una. Del enésimo tirón de los atenienses emergió un Madrid electrizante, enérgico, bordando la defensa. Con Luis Guil cual maestro de orquesta desde la banda, iniciaron el cuarto definitivo dejando seco al Olympiacos, casi seis minutos sin anotar. Un recital de esfuerzo colectivo (24 puntos encajados en toda la segunda mitad) que le llevó a la recta de meta con un buen pellizco y, después, con Kramer secando a Fournier y Hezonja y Campazzo rematando, el Real Madrid coronó con un triunfo de mérito total.

El Hapoel Tel Aviv se presenta en sociedad atropellando al Barça

El Hapoel Tel Aviv se presenta en sociedad atropellando al Barça

Actualizado Martes, 30 septiembre 2025 - 20:56

Un Barça sin defensa cayó en su estreno europeo ante el Hapoel Tel Aviv, en un encuentro en el que no tuvo opciones y en el que brilló Will Clyburn, que fue el mejor del partido con 23 puntos, siete rebotes y 30 de valoración. Pero no bastó ante el último campeón de la Eurocopa, que dispone de una formidable profundidad de banquillo, con jugadores del talento de Antonio Blakeney o Vasilije Micic. [Narración y estadísticas (103-87)]

Al Barça se le vio falto de rodaje, sin automatismos, y con un grave déficit en defensa, ya que encajó 26, 25, 31 y 21 puntos por cuarto y solo aguantó hasta el descaso (51-45). Bien pronto se vio cuál es el mal del equipo de Joan Peñarroya, sobrado de facilidad en ataque, donde lució especialmente Clyburn que anotó 14 puntos en 12 minutos en el primer tiempo y sostuvo a su equipo.

El 26-26 con el que finalizó el primer cuarto hablaba mal de ambas defensas. En el segundo periodo, el ritmo anotador de Hapoel se mantuvo y los visitantes no encontraron soluciones a las canastas fáciles del equipo de Dimitris Itoudis en el Arena de Sofía.

Calidad individual

Con un 9-0 inicial (35-26), se encendieron todas las alarmas para el Barça. Peñarroya dio entrada nuevamente a Clyburn y Kevin Punter y su equipo fue descontando poco a poco. A tres minutos para el descanso se puso a dos el cuadro azulgrana (44-42), pero nuevamente se escapó Hapoel con mucha soltura (15/20 en tiros de dos en los dos primeros cuartos).

Anotaban en la pintura Dan Oturu y Johnathan Motley. Al descanso, los de Peñarroya tenían que mejorar mucho atrás si querían tener alguna opción (51-45). Pero no lo hicieron y cavaron su tumba. La calidad individual de los de Itoudis bastaba ante la ineficacia del Barça en defensa.

Oturu campaba a sus anchas por la pintura, Blakeney se mostraba infalible desde fuera y las genialidades de Chris Jones o de Micic, cuando la situación lo requerían, dieron una máxima diferencia (77-61), entrado el tercer cuarto. A 4:30 para el final, esa diferencia se mantuvo (96-79), y fue cuando el Barça reaccionó, más por orgullo que por otra cosa. Cuando se acercó a nueve (96-87) apareció Micic y con triple cerró el partido.