Un Jokic colosal hace historia en la NBA con 31 puntos, 21 rebotes y 22 asistencias ante los Suns

Un Jokic colosal hace historia en la NBA con 31 puntos, 21 rebotes y 22 asistencias ante los Suns

Actualizado Sábado, 8 marzo 2025 - 07:39

Nikola Jokic no tiene techo. Cuando parece que el serbio no puede hacerlo mejor, el jugador de los Nuggets sube el nivel y desafía a la historia. Este viernes, Denver ha sometido en la prórroga a los Phoenix Suns gracias a una barbaridad del 'Joker', que ha logrado un triple-doble histórico e inédito en la NBA de 31 puntos, 21 rebotes y 22 asistencias, informa Efe.

Los Suns (29-34) venían de remontar 23 puntos a los Clippers y este viernes por la noche acariciaron otra hazaña similar al ponerse por delante en el marcador a falta de 1.35 después de haber ido perdiendo de 21 ante los Nuggets (41-22).

Cristian Braun clavó un triplazo a falta de 1.4 segundos que dejaba a Denver con +3, pero una perfecta jugada de pizarra de Phoenix acabó en un triple magnífico desde la esquina de Kevin Durant para llevar el encuentro hasta el tiempo extra.

En la prórroga se acabó la gasolina de unos Suns que bajaron la cabeza ante el monumental triple-doble de Jokic, el primero en la historia de la NBA con 30 puntos o más, 20 rebotes o más y 20 asistencias o más. El tres veces ganador del MVP acabó con un 13 de 22 en tiros de campo (3 de 7 en triples) y consiguió además 3 robos.

También resultó fundamental Aaron Gordon con 27 puntos y un brillante 7 de 10 en triples. Denver, con siete de sus ocho jugadores en dobles dígitos de anotación, afronta ahora un reto formidable: dos duelos consecutivos ante los Thunder y en Oklahoma.

Por los meritorios y peleones Suns, los mejores fueron Devin Booker (34 puntos, 6 rebotes y 7 asistencias) y Durant (29 puntos y 9 rebotes).

HORNETS 117 - CAVALIERS 118

El equipo con el mejor balance de la NBA (53-10) estuvo a punto de darse un batacazo ante el penúltimo del Este (14-48), pero Cleveland ya sabe ganar jugando bien o jugando mal y su decimotercera victoria consecutiva llegó con 24 puntos de Donovan Mitchell, 20 puntos de Darius Garland y 19 puntos y 10 rebotes de Evan Mobley. Los Cavaliers consiguieron 43 de sus puntos en 51 tiros libres.

De muy poco sirvió el recital de Miles Bridges con 46 puntos y 8 rebotes. Él fue quien tuvo pero no pudo meter un triple sobre la bocina y desde el centro de la pista para que los Hornets dieran la campanada.

MAVERICKS 111 - GRIZZLIES 122

Ja Morant logró 31 puntos, 24 de los cuales llegaron en una gran segunda mitad del base que además repartió 8 asistencias. Desmond Bane fue el otro puntal de los Grizzlies con 27 puntos, 16 rebotes y 6 asistencias.

El español Santi Aldama consiguió en su regreso 6 puntos, 5 rebotes y 3 asistencias en 21 minutos como titular para unos Grizzlies sin Jaren Jackson Jr. y que habían cuatro partidos seguidos y siete de sus últimos nueve. Ahora son cuartos del Oeste con un balance de 39-24.

En cambio, esta fue la cuarta derrota consecutiva y la sexta en sus últimos siete encuentros de unos Mavericks que son décimos del Oeste (32-32) pero que están heridos de muerte por su interminable parte de lesiones (Kyrie Irving, Anthony Davis, Daniel Gafford, Dereck Lively, P.J. Washington, Olivier-Maxence Prosper, Jaden Hardy...).

Naji Marshall (26 puntos y 13 rebotes) y Brandon Williams (26 puntos y 6 asistencias) fueron los mejores de unos Mavericks que se vinieron abajo en los últimos minutos.

THUNDER 107 - BLAZERS 89

Sin sus principales estrellas (Shai Gilgeous-Alexander, Chet Holmgren, Jalen Williams, Isaiah Hartenstein...), los Thunder (52-11) firmaron su sexto triunfo seguido gracias a 30 puntos de Aaron Wiggins y un triple-doble de Jaylin Williams (10 puntos, 11 rebotes y 11 asistencias).

Scoot Henderson (22 puntos) fue el máximo anotador de unos Blazers (28-36) con un ridículo 8 de 43 en triples (18,6 %).

KINGS 127 - SPURS 109

De'Aaron Fox regresó por primera vez a Sacramento tras irse a San Antonio pero no lo pudo celebrar ya que los Kings (33-29) se quedaron con la victoria con 36 puntos y 7 de 11 en triples de Zach LaVine. Stephon Castle (25 puntos) fue el más productivo de los Spurs (26-35).

En el resto de encuentros de la jornada, los New York Knicks echaron de menos al lesionado Jalen Brunson ante Los Angeles Clippers (105-95), los Toronto Raptors derrotaron a los Utah Jazz (118-109) pese a una imponente estadística en la zona de Walker Kessler (18 puntos, 25 rebotes y 8 tapones) y los Minnesota Timberwolves superaron a los Miami Heat (104-106).

Nunn y Juancho Hernangómez retratan al Real Madrid

Nunn y Juancho Hernangómez retratan al Real Madrid

Europa, lo que antaño parecía su paraíso, es ahora el dolor de cabeza del Real Madrid. Ganar en la pista del campeón es tarea siempre ardua, en ese OAKA que es una caldera, ante un Panathinaikos poderosísimo. Pero los blancos no sólo perdieron, fueron de nuevo retratados, tan lejos de sí mismos. Cayeron de principio a fin en la reedición de la última final de la Euroliga y las seis noches que les restan hasta el final de la temporada regular van a ser puro infarto. Está en un buen lío. [85-70: Narración y estadísticas]

La sensación es de impotencia. Ni siquiera en el triunfo en el clásico de hace una semana el Madrid pareció pleno. Es un grupo lleno de dudas -fallar 23 triples es un síntoma preocupante de falta de confianza-, con varios de sus referentes fuera mentalmente en este tramo tan decisivo. En Europa son cuatro derrotas seguidas a domicilio. Como en las dos de Estambul, en Atenas los blancos fueron un equipo siempre vencido, zarandeado por los caprichos de ese talento llamado Kendrick Nunn (18 puntos, cinco rebotes y cinco asistencias), bien acompañado por Jeremi Grant y Mitoglu, y también por la solvencia de Juancho Hernangómez, 12 puntos, seis rebotes del rey del OAKA, quien lo hubiera dicho.

En la búsqueda de rumbo y soluciones, Chus Mateo sorprendió con el quinteto. Garuba e Ibaka de inicio, dos de los interiores con menos protagonismo de su rotación. También Hezonja, habitual líder de la segunda unidad. Y el croata, que ya estuvo demasiado solo en el triunfo en Gran Canaria, acaparó todo el protagonismo, cómo no. Los siete primeros puntos blancos fueron suyos, pero no era suficiente.

Hezonja

El Panathinaikos tuvo dos minutos de dudas y luego fue ya un ciclón al que sólo algunas pequeñas desconexiones apartaban de la perfección. Juancho está en un momento pletórico, quizá el mejor de toda su carrera. En estabilidad y confianza, sin duda. Aquella final de Berlín le cambió la vida. Ahora es el mejor pretoriano de Ataman. Ese amanecer fue un duelo del español con Hezonja. Pero pronto emergieron dos grandes diferencias. El acierto y un demonio llamado Kendrick Nunn.

El Madrid no metía un triple. Desesperadamente sin puntería, igual daba que sus tiros lejanos fueran liberados o forzados, después de una jugada bien trabajada o tras el más embarullado de los ataques. Así, en la cancha del campeón de Europa, es imposible. Aunque Tavares volviera parecerse al mejor cinco de Europa. Con Nunn desatado, la ventaja local se llegó a disparar hasta los 14 puntos (33-19). Los blancos ya iban a ir a remolque toda la noche.

Campazzo, ante el Panathinaikos-

Campazzo, ante el Panathinaikos-PETE ANDREOUEFE

No ayudó que Andrés Feliz se borrara con dos faltas seguidas más una técnica por aplaudir a los árbitros. Ni que Musa tuviera otro partido más para olvidar. Su estado de forma es más que preocupante. Sí un parcial de 0-10, con el corazón de Llull evitando la rendición. Falló Hugo González (que antes había finalizado con un poderoso mate tras rebote ofensivo) solo en la esquina y contestó Lorenzo Brown en la siguiente jugada. Esa era la tendencia.

El Madrid volvió de vestuarios con ganas de arruinarlo todo (8-0), aunque a continuación lo arregló en parte (0-9). Hezonja y Tavares seguían sumando y sumando y Musa fallando y fallando. Pero la distancia parecía imposible de recortar y así iba a ser.

Toda la segunda mitad fue un tira y afloja, un querer y no poder blanco. En las cuatro derrotas consecutivas a domicilio ha mostrado síntomas idénticos. Por primera vez en años, ha parecido bastante inferior a sus rivales. Llegó a la recta de meta en el OAKA lejos de la rueda del Panathinaikos y pronto la perdió (un triplazo de Grant, la aparición de Mitoglu...). Ni una opción de victoria. Fallando 23 triples, lo más lógico.

Sólo Hezonja brilla en la oscuridad de Gran Canaria

Sólo Hezonja brilla en la oscuridad de Gran Canaria

Pocas veces el Real Madrid se va a encontrar un triunfo más cómodo en sus visitas a las islas. Sin brillar, sin llegar ni siquiera a los 70 puntos, sin hacerlo "bonito" en palabras de Chus Mateo, pero con defensa y eficacia, los blancos sumaron su novena victoria consecutiva en ACB para mantener su liderato en solitario. El Dreamland Gran Canaria, raquítico en ataque, no fue rival. [54-69: Narración y estadísticas]

Para saber más

Fue un Real Madrid de entreguerras, con la resaca del clásico y la vista puesta en su visita al OAKA del jueves, en esa Euroliga en la que tanto trabajo le queda por hacer. No pareció en ningún momento apretar el acelerador, entre otras cosas porque tampoco lo necesitó. Dominó desde el amanecer, aguantó el envite amarillo del regreso del descanso y sobrevivió a su poco acierto y a la tristísima actuación de Dzanan Musa (dos puntos en 11 minutos y -6 de valoración).

En contraste con Mario Hezonja (14 puntos y ocho rebotes), que fue esta vez ese líder que tanto quiere ser. Sin alardes, certero y poderoso desde el banquillo. Bien acompañado por Bruno Fernando y con Hugo González y Llull animando el cotarro.

Como un aviso de lo que venía, resultó una pobrísima primera mitad en el Gran Canaria Arena, el reciente escenario de la Copa. No es que se impusieran las defensas, es que nadie parecía con suficiente clarividencia como para hacer fluir el baloncesto. Especialmente los locales, que no pudieron contar por unas molestias físicas con su máximo anotador, Caleb Homesley. Pero es que tampoco atraviesan precisamente por su mejor momento del curso.

Horrible Musa

Cayeron en semifinales de Copa con el Madrid y en ACB vienen de cuatro derrotas en los últimos cinco duelos. Al descanso habían fallado 14 de los 15 triples intentados -paradójicamente, entró el de Brussino desde su campo justo cuando sonaba la bocina- y se quedaron en unos míseros 18 puntos, nueve por cuarto. Así, el Madrid, a poco que se entonó Hezonja, se fue en el marcador con demasiada facilidad.

Chus Mateo recuperó a Eli Ndiaye en el quinteto -se quedó fuera esta vez Ibaka y Rathan-Mayes ni jugó-, pero su equipo también empezó desatinado, fallando los 11 primeros triples. Fue cuestión de defensa, de dominio del rebote y de Mario Hezonja.

Nada podía seguir así, con esa atonía. Si en el arranque del partido al Granca le costó casi cuatro minutos estrenarse, a la vuelta de vestuarios ya había anotado 14 puntos en ese mismo tiempo (14-3 fue el parcial), tres triples incluidos, para cabreo de Chus Mateo y desesperación de un Musa totalmente fuera del partido. Al poco, los de Lakovic ya habían empatado (36-36). Hasta que volvió Hezonja.

Y todo quedó en un fogonazo de un Gran Canaria apático, desacertado, gris. Como si su mente estuviera en el partido de entre semana, donde se juega la vida en Eurocup ante el Reyer Venezia. Con el croata liderando, Bruno Fernando y Hugo González dejando buenos detalles y con Tavares y Campazzo descansado más de lo normal, el Madrid no tuvo ningún problema en sumar su novena de carrerilla y en mantenerse en lo alto de una ACB donde le aprietan bien Unicaja y Tenerife.

Baskonismo y 'lasismo'

Baskonismo y ‘lasismo’

Actualizado Domingo, 2 marzo 2025 - 18:59

La temporada del Baskonia es dolorosamente irregular, sobre todo para sus aficionados, históricamente de los más fieles de la geografía nacional baloncestística. Pesan mucho los últimos años sin competir por títulos, porque tuvieron una brillante década de final de siglo y, mejor todavía, la primera del XXI. Fue su reafirmación deportiva y empresarial, miembro fundador y copropietario de la Euroliga. Los compradores de entradas y abonos reciben siempre una experiencia de usuario bastante completa. Conciertos, eventos, aniversarios. La celebración de lo que sucedió para que lo presente no angustie tanto. La maquinaria del grupo Baskonia-Alavés siempre fue un modelo de gestión. Ahora, la pelota tiene que entrar en el aro para darle más sentido a todo lo demás.

Para saber más

El domingo cayó en Andorra y es 10º en la ACB. El viernes, el Partizan supo que los pívots baskonistas no son buenos defensores de la media distancia y atacaron por ahí, donde ya no se tira, en tierra de nadie. Luka Samanic, último fichaje, es un talento especial con la bola en las manos, pero en defensa es muy poco estable, los rivales lo saben y le atacan. Poco tiempo en Euskadi para haber asimilado lo que se dio en llamar el carácter Baskonia.

Cuando Pablo Laso era entrenador del Real Madrid y su cotidianeidad era ganar títulos, le preguntaron: «¿Cómo definiría el lasismo?». Respondió: «Yo sólo soy un entrenador. El lasismo es Felipe, Llull, Rudy, Chacho, Doncic, Carroll... es una constancia competitiva». Laso en una rueda de prensa o ante micrófono es un plazo fijo, sabe dar con la frase. Ahorra tiempo al periodista. Esta vez también clavó un clavito. Pero ahora tiene como bases a tres jugadores sin nombre en el alto nivel: Forrest, Baldwin y Jaramaz. Ellos no conectan con sus compañeros, pero algún partido han ganado por sí mismos, sobre todo los dos primeros. Necesitan demasiados botes para generar ventajas. No encuentran a Markus Howard ni él a sí mismo. El máximo anotador de la pasada temporada anda buscando el disfrute jugando para Puerto Rico, mientras en el Buesa esperan su regularidad para ser menos impredecibles. En algunos partidos Moneke está en todos sitios, en otros en ninguno. Complejos encajes.

Cuando una organización ha sido muy exitosa, durante muchos años, con un sistema de rotación corta y mucho compromiso, pese a venir de muy lejos, lo extremadamente difícil es cambiar el sistema, la forma de hacer, las mentes pensantes con un paradigma fijo. Baskonia, el trimestre de la Copa del Rey, vuelve a no aprobar, aunque las notas se reparten a final de temporada.

El no 'Proceso' de Joel Embiid: del MVP de 2023 a un posible "retiro médico"

El no ‘Proceso’ de Joel Embiid: del MVP de 2023 a un posible “retiro médico”

Cuando jugaba en la Universidad de Kansas, un año después de llegar a Estados Unidos y dos después de empezar a jugar al baloncesto en su natal Yaoundé (Camerún), Joel Embiid hacía creer a sus compañeros que con seis años tuvo que «entrar en la jungla, matar un león y cargarlo en la espalda hasta mi aldea para demostrar que era un hombre». Eso fue poco antes de comenzar lo que él mismo bautizó como El Proceso. Desde que fue elegido en el número tres del draft del 2014 hasta su debut en la NBA tuvieron que pasar 853 días (más de dos años), dos operaciones de tobillo mediante.

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Eso, las lesiones, han sido la pesadilla del gigante africano, que se ha perdido más de 400 partidos en la liga hasta que esta semana los Sixers anunciaron lo que todo el mundo temía: no iba a jugar más en el resto de la temporada por sus problemas, ahora, en la rodilla izquierda, la misma que también se operó en febrero de 2024 (y mucho antes, en 2017, lo que le impidió ser nombrado rookie del año). Fue después de que el alero de los Warriors Jonathan Kuminga le cayera encima. Quizá en el momento de más dominio de toda su carrera, pues hasta ese día , Embiid había anotado más puntos que minutos jugados, algo que ningún jugador había logrado desde Wilt Chamberlain hace más de 60 años.

Desde entonces, parones, cirugías, descansos, inyecciones y un estado físico bastante precario que, evidentemente, repercutió en su rendimiento. Hasta la alarmante preocupación de ahora. Se diría que todo el futuro de Embiid está en el aire. «Estamos trabajando con expertos médicos para determinar el plan de tratamiento exacto», informó la franquicia de Pensilvania. Pronto se deslizó que incluso valora seriamente intentar el «retiro médico», una decisión que debe tomar un médico seleccionado por la propia NBA y la Asociación de Jugadores, y un mecanismo que le permitiría ahorrarse parte de la boyante extensión de contrato que le firmó hace sólo unos meses: tres años más por 193 millones de dólares (para un total de 301 en cinco). Embiid, que cumplirá 31 años en unos días, asoma como un negocio ruinoso: le deben 248,1 millones durante las próximas cuatro temporadas.

Embiid, en el banquillo de los Sixers.

Embiid, en el banquillo de los Sixers.Matt SlocumAP

Los Sixers lo hicieron pensando en los cielos alcanzados por el chico que creció formándose para ser profesional del voleibol, pateando un balón de fútbol y soñando con jugar en el Real Madrid (del que es un fanático, hasta viajar a alguna de sus recientes finales de Champions League y celebrar cada triunfo blanco con euforia en las redes sociales), siete veces All-Star y MVP de la NBA en la temporada 2022-2023 -para destronar a Nikola Jokic promedió 33,1 puntos, 10,2 rebotes y 4,3 asistencias, aunque en sólo 66 partidos-, un año después de ser el primer pívot desde Shaquille O'Neal en dominar la liga en anotación. Desde aquel cénit todo ha sido una travesía en el desierto y no sin polémicas, desde su atribulada elección para jugar con el USA Team los pasados Juegos Olímpicos (se había comprometido con Francia) a su sanción de tres partidos este comienzo de curso por empujar a un periodista. Al parecer, el columnista de The Philadelphia Inquirer hacía mención a Arthur, el hermano de Joel fallecido a los 13 años en Camerún en un trágico accidente de tráfico.

Embiid, en acción contra los Raptors.

Embiid, en acción contra los Raptors.Matt SlocumAP

Aquel lejano Proceso, que también incluía al equipo de Filadelfia -estuvo seis años sin pisar unos playoffs-, tampoco culminó en lo colectivo. Pese a las expectativas, no logró no acercarse a unas Finales (como en 2001 con Allen Iverson). Y lo que debería ser presente vuelven a ser cuentas de futuro. Con el curso arruinado (en verano se habían hecho con Paul George), los de Nick Nurse pierden y pierden y ya piensan en el siguiente draft, en la posibilidad de que ahí les caiga ese fenómeno que viene llamado Cooper Flagg. Para eso, la lotería del draft les tiene quedar una de las seis primeras elecciones; si acaban del siete en adelante, será para los Thunder en una acuerdo que se arrastra desde 2020, cuando Al Horford fue enviado a Oklahoma Danny Green.

La retirada de Diana Taurasi, dueña de los récords: "Revolucionó el juego"

La retirada de Diana Taurasi, dueña de los récords: “Revolucionó el juego”

Número 1 del draft en 2004. Seis oros olímpicos sin una sola derrota, tres anillos de la WNBA (2007, 2009 y 2014), más puntos que nadie en la historia (10.646 en temporada regular, 3.000 más que la segunda), récord de triples, top 3 de asistencias, seis títulos de Euroliga, MVP en tres países diferentes y la carrera más larga de la historia, con más de 20 temporadas consecutivas en la élite. Diana Taurasi (Chino, California, 1982), la mejor jugadora de baloncesto de la historia se retira a los 42 años tras la carrera m marcada no sólo por los títulos, los premios, sino por la transformación de su deporte. Llegó a una liga sin recursos, dinero o público y se va cómo símbolo en medio de una expansión que ha traído espectadores, miles de millones de dólares y a la televisión.

En una entrevista en la revista Time, Taurasi ha anunciado que lo deja. «Mental y físicamente, estoy plena. Estoy llena y feliz», explica Taurasi, que jugó sus 20 temporadas en la WNBA con las Mercury de Phoenix. En Europa militó en Galatasaray, Dinamo de Moscú, Fenerbahçe, Spartak de Moscú y Ekaterinburgo. Reacia a autodefinirse como la mejor de todos los tiempos, explica que su récord de anotación o sus seis medallas de oro (Atenas, Pekín, Londres, Río, Tokio y París) pueden ser superadas. «Alguien que tenga la misma hambre, la misma adicción por el baloncesto, va a aparecer y va a ponerle un nombre diferente a esos récords. De eso se trata el deporte. Será divertido verlo. Ojalá no sea pronto», señala.

Cuando ella apareció, con el numero 1 del draft, su sueldo era de poco más de 40.000 dólares y durante dos lustros compaginó la corta temporada en EEUU con la de Europa. Con los años la situación ha mejorado. En 2024, el salario medio ha rondado los 120.000 dólares, y las oportunidades fuera o en competiciones de 3x3 son muchísimo más rentable.

Dee deja el baloncesto sin que el baloncesto la dejara a ella. Su cuerpo aguantó, su cabeza aguantó. Superó el estrés de los bajos ingresos, de contribuir a levantar un deporte, una liga, los cambios de continente, la presión de ser la número 1, los desprecios y las acusaciones de dopaje (con una sanción luego revocada cuando jugaba en Turquía). Pero ha entendido que su una era y la de Sylvia Fowles, Candace Parker o Brittney Grainer ha llegado a su fin y ya puede pasar el testigo a la generación de Caitlin Clark o AngelReese, estrellas mediáticas y publicitarias, ricas, famosas.

«No se puede contar la historia de la WNBA sin Diana», se ha rendido el comisionado de la NBA, Adam Silver. «Taurasi es una de las mejores competidoras que jamás haya jugado al baloncesto. Se ha ganado el respeto incuestionable de jugadoras de todo el mundo, ha protagonizado momentos electrizantes y ha cautivado a los aficionados una y otra vez», ha destacado la comisionada Cathy Engelbert. «Sólo verla trascender en el juego, ver a las niñas querer jugar como ella, su estilo, su talento, su bravuconería, ya sabes, su arrogancia, ha sido un placer increíble», ha dicho su amigo Lebron James. «Es una de las mejores de todos los tiempos y dejará su marca en el baloncesto en el momento en que se ate las zapatillas y las lance por encima de la línea de postes. Ha sido un honor».

Hija de inmigrantes (su madre es argentina y su padre nació en Italia, pero se crió en Argentina), Taurasi creció en California admirando a Maradona. El deporte se convirtió en su instrumento de integración, de pertenencia y de reivindicación. En el instituto y en la universidad. Labrándose una reputación por su confianza y su carácter competidor. Sin achantarse, en la pista o fuera de ella. Agresiva, insoportable a veces con su trash-talking a las rivales, chula y arrogante, pero sólo mientras el reloj corre, al mejor estilo Kobe Bryant «Kobe te llamó Mamba blanca por una razón. Has sido una killer fría en la cancha, ferozmente competitiva, y cambiaste el juego para todos», escribió la viuda de Bryant en un homenaje en Instagram.

Con una firme ética del trabajo, dieta vegana, yoga y lo que hiciera falta para mantener en forma su cuerpo, con el paso del tiempo cada vez más marcado por las lesiones. Promediando casi 20 puntos y cuatro asistencias por partido. Plantándose cuando lo veía necesario. Saltándose una temporada de la liga como protesta por los bajos salarios. O siendo multada, hace 14 años, por rebelarse contra las exigencias de vestuario de FIBA Europa. «El basket no es sexi, es un deporte. Si quieren cosas sexis que se vayan a Playboy, protestó cuando jugaba en el Galatasaray.

Compañeras, entrenadoras y amigas destacan su capacidad de hacer equipo. De ser dura cuando era lo necesario, de dar un paso al frente o atrás. Geno Auriemma, que la entrenó en la Universidad, lo explica desde dentro: «Lo que las grandes tienen en común es que trascienden el deporte y se convierten en sinónimos del deporte. Ya sea si hablamos de baloncesto universitario, de la WNBA, del olímpico, Diana es la mayor ganadora en la historia. Punto».

«Ella revolucionó el juego con su capacidad de anotar, su personalidad contagiosa y la determinación que aportaba a la cancha cada noche», la honró Josh Bartelstein, máximo ejecutivo de l Mercury Phoenix.

«Voy a añorar competir, intentar mejorar cada temporada. Voy a extrañar los viajes en autobús, las prácticas de tiro. Voy a echar de menos las bromas internas, el vestuario, las cosas que conlleva estar en un equipo de baloncesto. Todas esas cosas, las extrañaré profundamente. Peor se acabó. Estoy retirada», se ha despedido la leyenda.

El Real Madrid se lleva el clásico del miedo

El Real Madrid se lleva el clásico del miedo

El clásico del miedo fue para el Real Madrid (96-91). En una noche en la que sólo en el desenlace fue capaz de plasmar su superioridad, como si todas sus dudas le vinieran una y otra vez a la mente, derrotó a un Barcelona igual de inseguro y tan mermado como digno y luchador, ahogado en la orilla del Palacio. Un completísimo Alberto Abalde fue el líder silencioso, junto a Campazzo y Hezonja, en el primer paso blanco para evitar la debacle en la Euroliga.

Todas las urgencias se posaron sobre la pista del Palacio. Una batalla más trémula que efectiva tras días de reflexión después del fracaso copero, de puesta de pilas con los que no se fueron a las ventanas FIBA con sus selecciones y muchas, muchas cuentas. Ser cabeza de serie para los playoffs, lo que casi siempre fue lo normal, es casi una quimera para Madrid y Barça. Lo demás tampoco será sencillo. La conclusión es que la Final Four de Abu Dhabi está bien lejos.

Chus Mateo, ya con Dennis Smith Jr. nada menos que de vuelta a Estados Unidos, amaneció con dos novedades. Usman Garuba, quien apenas contó en la Copa, y Rathan-Mayes, que ni siquiera fue convocado, en el quinteto. Se trata de pasar página y de avanzar con los que quedan, aunque el canadiense poco participó después. Joan Peñarroya pocas cábalas podía hacer con apenas nueve piezas sanas (el último en caer ha sido Juan Núñez). No había acabado el primer cuarto y ya estaba en pista, debut con el primer equipo, el canterano Raúl Villar -hermano del internacional Rafa, ahora en el Lleida-.

Llull culmina con una bandeja, ante el Barça.

Llull culmina con una bandeja, ante el Barça.JUANJO MARTINEFE

Pese a esos apuros y a un fortísimo cabreo inicial del técnico catalán con el arbitraje (le iba a durar toda la noche, tal es la presión que tiene encima), el Barça aguantó el tipo. Con coraje y mucho más acierto que el Madrid, que avanzaba sin más, como si atisbara una superioridad que no era. Jabari Parker, Justin Anderson y, especialmente, un entonadísimo Joel Parra, llevaron a su equipo con ventaja a vestuarios.

Sólo Campazzo había parecido consciente de lo que se jugaba en este clásico de entreguerras. Se percibía la inseguridad, que atenazaba a casi todos los protagonistas. Otros tienen tanto talento que flotan sobre la pista. Como Jabari, un bailarín en el infierno. Un tres más uno de Abalde pareció ser el toque de la caballería, el que iba a hacer espabilar definitivamente al Madrid. Otro del gallego, la siguiente mella a un Barça que daba muestras de debilidad por primera vez. Su capacidad de resistencia estaba empezando a menguar. Otro de Dzanan Musa (a pase de Abalde, cinco asistencias), el siguiente, de la nada, de Hezonja... (35 puntos para los Brates, que esta vez sí aparecieron). Y hasta Bellingham (estaba media plantilla del equipo de fútbol), en pie (69-58).

Pareció el éxtasis, pero al Barcelona aún le restaba aliento. Más con un Madrid que no es plenitud, que cometía fallos flagrantes, que no dominaba el rebote y que erraba más tiros libres de los aconsejables. Metu y Brizuela eran ahora su corazón, agarrándose al partido como un escalador a la pared. Lo iban a llevar al límite para que sólo los detalles le enterraran. Una penetración de Campazzo, dos tiros libres de Abalde, un salto inicial (tras un balón dividido que fue una auténtica guerra) que ganó Tavares... Son demasiados los duelos que los azulgrana han perdido en el filo este curso.

La victoria fue celebrada, un alivio, y la derrota escoció a un Barça frustrado. Porque realmente lo peleó. Pero iguala a ambos en la tabla. Lejos de los puestos nobles de playoffs y también de la excelencia.

Pero, ¿quién está peor? Lesiones, espantadas y apuros en el clásico de las urgencias

Pero, ¿quién está peor? Lesiones, espantadas y apuros en el clásico de las urgencias

La Copa del Rey se presentaba como un oasis para Real Madrid y Barcelona, la oportunidad de un título que aliviara más o menos sus tortuosas temporadas. Incluso un resorte para enderezar el camino. Era fácil pensar que uno de los dos regresaría de Gran Canaria con un poderoso impulso anímico con el que afrontar su realidad, pues de las últimas 15 ediciones habían ganado 14 (con 10 finales entre ambos incluidas). Pero no sólo volvieron derrotados, -uno en la final, el otro en cuartos-, también con más problemas de los que se fueron. Este jueves se enfrentan en el Palacio (20.45 h., Movistar), un clásico de Euroliga cargado de urgencias.

Para saber más

Diez días después de que el Unicaja se proclamara campeón, al Real Madrid le falta un jugador, pues Dennis Smith Jr., uno de sus refuerzos invernales, pegó la espantada y ya está en Atlanta intentando reconducir lo que iba a ser una carrera de estrella. Para la no historia blanca quedarán los 35 minutos de juego, repartidos en cuatro encuentros, del que venía con la vitola de haber sido todo un número tres del draft. «No se ha adaptado a nuestra forma de hacer», confirmó Chus Mateo, también que nadie vendrá por él (ya se cerró el mercado Euroliga) y que se queda con los «14 que van a pelear hasta final de temporada» (Gaby Deck está en la recta final de su recuperación). Incluido un Serge Ibaka del que se deslizó su malestar por su poca trascendencia en la rotación (menos tras el fichaje de Bruno Fernando), incluso que estaba dispuesto también a salir. «Rumores que no creo que tengan una muy buen intención», en palabras de su entrenador.

Tampoco parece que el Barça vaya a fichar, pese que Joan Peñarroya confirmó ayer la lesión de Juan Núñez (inflamación del menisco externo de la rodilla derecha), del que no descarta que no vuelva a jugar en lo que resta de temporada. Se une el base madrileño a Kevin Punter, caído en Las Palmas, Jan Vesely y Nico Laprovittola. Los azulgrana se quedan con apenas un base puro en la plantilla, Tomas Satoransky (Brizuela, incluso el joven Dame Sarr, tendrán que echar una mano en la dirección), y con muchos problemas hasta para completar la convocatoria. También ellos experimentaron lo de las incorporaciones fallidas. Raulzinho Neto por lesión y el gatillazo inexplicable de Thomas Heurtel, al que hicieron regresar de China y ahora está jugando en el Leyma Coruña.

Juan Núñez y Darío Brizuela, durante la pasada Copa.

Juan Núñez y Darío Brizuela, durante la pasada Copa.MARIANO POZO / ACB PHOTO

Con todo esto, ¿quién está peor? A priori, parecería que el propio Barça, eliminado en cuartos de Copa, séptimo en ACB (11-9) y que no levanta un título desde la Liga de 2023 (sin contar sus últimos años de penurias). Los de Peñarroya tienen, eso sí, una victoria más en Euroliga. Es decir, en caso de caer hoy se quedarían igualados al Real Madrid con 14-13 (con el basket average perdido, pues los blancos ganaron en el Palau 90-97). Una victoria les daría un buen balón de oxígeno.

Porque lo cierto es que el Madrid tampoco está para muchos alardes. Desde la final perdida en Berlín, se recuperaron en parte levantando la ACB ante el UCAM Murcia, pero han vuelto a perder dos finales a un partido, la Supercopa y la Copa, ambas contra Unicaja. Son líderes de la Liga Endesa, pero su panorama en Europa a falta de ocho jornadas es alarmante. «Ahora vienen muchísimos enfrentamientos directos con equipos implicados en esta lucha, queremos hacer un buen esprint final», admitía ayer Mateo refiriéndose a la disputa de los playoffs. Es decir, acabar entre los seis primeros, algo que se antoja complicado si no empieza a ganar hoy mismo (el próximo jueves visita la pista del campeón Panathinaikos). Objetivo de mínimos sería estar al menos en el play in, que disputan a un partido del séptimo al décimo.

Doncic consuma su venganza ante los Mavericks con su primer triple-doble con los Lakers

Doncic consuma su venganza ante los Mavericks con su primer triple-doble con los Lakers

Actualizado Miércoles, 26 febrero 2025 - 07:20

La venganza es un plato que se sirve frío pero en el caso de Doncic y los Mavericks se sirvió más bien calentito. Con más furia que brillantez pero con el orgullo de un corazón herido, Luka Doncic se vengó este martes de los Dallas Mavericks en la victoria por 107-99 de Los Angeles Lakers tras un partido vibrante y explosivo en el que LeBron James fue un huracán en el desenlace, informa Efe.

Doncic se medía por primera vez a su antiguo equipo, aquel que hace 24 días lo 'traicionó' abriéndole la puerta en uno de los traspasos más impactantes de la historia de la NBA, y registró su primer triple-doble con los Lakers pese a lidiar toda la noche con dos para uno terminando con 19 puntos (6 de 17 en tiros con 1 de 7 en triples), 15 rebotes, 12 asistencias, 3 robos y 2 tapones.

Uno de los que sufrió el ajuste de cuentas de Doncic fue Nico Harrison, mánager general de los Mavericks.

Presente en Los Ángeles (EEUU), Harrison fue una de las personas clave en esa operación para que Doncic, de 25 años, acabara en los Lakers tras seis campañas y media espectaculares en los Mavericks en las que fue cinco veces All-Star, cinco veces elegido para el mejor quinteto de la liga y el líder del conjunto que en 2024 llegó a las Finales.

Anthony Davis, que cambió Los Ángeles por Dallas en este traspaso, regresó a la ciudad californiana vestido de calle porque sigue lesionado. El pívot recibió un tributo por parte de la franquicia con la que fue campeón en 2020.

Con el encuentro empatado en la recta final, LeBron dio un golpe en la mesa con 16 puntos en un monumental último cuarto. 'King James' acabó con 27 puntos y 12 rebotes.

Austin Reaves aportó 20 puntos y Rui Hachimura consiguió 15 puntos y 6 rebotes en unos Lakers (35-21) con un magnífico 15-4 en sus últimos 19 duelos.

Por Dallas (31-28), Kyrie Irving estuvo sensacional con 35 puntos (12 de 27 en tiros con 5 de 11 en triples) y 7 rebotes. Klay Thompson también destacó con 22 puntos y 8 rebotes en unos Mavericks sin Davis, Daniel Gafford y Dereck Lively.

Todos pendientes de Doncic

Con ambiente de día grande, todas las cámaras y todos los ojos del Crypto.com Arena estaban puestos sobre un Doncic con amplia sonrisa y que saludó muy cariñosamente a Irving.

Sin embargo, el esloveno solo tenía una misión: su personal 'vendetta' contra los Mavericks.

No metió el primer triple que intentó, pero a partir de entonces Doncic se dejó ver por todos lados en el cuarto inicial: 4 asistencias frente a numerosos dos contra uno, nada menos que 7 rebotes, un tapón a Max Christie, un robo a P.J. Washington y 9 puntos con varios momentos de pura rabia, especialmente un dos más uno y sobre todo un triplazo que celebró a gritos y con la mirada fija en el banquillo de Dallas.

Todo empezaba y terminaba en el base, que se dejó llevar asimismo por la emoción con una técnica después de que sufriera una falta clara que los árbitros no pitaron.

En el bando contrario, la respuesta corrió por cuenta de un Irving también hiperactivo (14 puntos) y los Lakers cerraron el intenso primer capítulo por delante (28-20).

Reaves tomó el relevo de Doncic en un segundo cuarto en el que los de púrpura y oro alcanzaron un +16 y la primera posibilidad de romper el marcador.

Jason Kidd siguió mandando dos para uno (a veces tres para uno) a un Doncic que continuaba asistiendo a sus compañeros, como con un exquisito pase por la espalda para el triple de Reaves.

Pero los Mavericks respondieron con un 4-12 en los últimos tres minutos gracias a otro protagonista del 'traspaso Doncic': Christie, que puso un taponazo a Doncic y encadenó dos triples para dejar el marcador en 59-51 camino del descanso.

Doncic rozó el triple-doble al intermedio con 12 puntos, 12 rebotes y 7 asistencias mientras que Irving logró 18 puntos.

La defensa visitante creció en el tercer cuarto y también su acierto desde el triple, con Irving y Thompson colocando a los Mavericks al borde de la remontada (70-67 con 6.02 por jugarse).

Se atascaron los Lakers en ese tercer cuarto. Sin fluidez en ataque y con un Doncic espeso, se vieron sobrepasados por la energía de los Mavericks pero al menos consiguieron llegar al último cuarto sin estar por debajo (78-77).

El encuentro entró un tramo de máxima tensión con LeBron asumiendo la responsabilidad mientras que en Dallas fue Thompson el que entró en combustión con tres triples consecutivos (91-91 con 5.30 para el final).

Irving lo siguió intentando hasta el final, pero los 16 puntos y 5 rebotes en el último cuarto de un LeBron descomunal le dieron a Doncic su ansiada venganza.

Doncic y su retiro en México para empezar a sonreír con los Lakers

Doncic y su retiro en México para empezar a sonreír con los Lakers

Le ha costado unas semanas, sonreír al fin, disfrutar de lo que para cualquiera hubiera sido el sueño de una vida, jugar en los Lakers. A Luka Doncic el traspaso a Los Ángeles le cogió con el pie cambiado, no lo pudo disimular ni en su flamante presentación al lado de quien todo lo tramó, el General Manager Rob Pelinka. Porque ni siquiera lo sospechaba, porque suponía abandonar lo que ya sentía como casa, el equipo al que había llevado a las últimas Finales de la NBA, y porque el movimiento no dejaba de poner bajo sospecha su condición física y su ética de trabajo.

Para saber más

Pero una vez asimilado, sólo era cuestión de tiempo que todo empezara a fluir, que dos genios como Luka y LeBron James se encontraran en la pista. Su cuarta noche, nada menos que ante los Nuggets el pasado sábado, pareció demasiado perfecta. Un triunfo incontestable en la cancha del equipo de Nikola Jokic, el que tanto les venía frustrando, el mismo que expulsó a los Lakers de los pasados playoffs en primera ronda (y también de los anteriores: el balance, terrible, era de 13 derrotas en sus últimos 14 choques). Doncic anotando 32 puntos (más 10 asistencias, siete rebotes...), algo que no lograba desde el 15 de diciembre, en apenas 30 minutos.

«Por fin me sentí yo mismo, por eso estuve sonriendo», confirmó el esloveno. Este pequeño Big Bang tiene una intrahistoria. Emocional, con los consejos de JJ Redick sobre la actitud en la pista de Doncic, el «momento apagón», en palabras del técnico. Y física: según desveló el gurú Sams Charania, durante los días del All Star (que Luka no disputó por haberse perdido más partidos de la cuenta por su lesión en el gemelo), trabajó concienzudamente en su cuerpo. Esa semana de concentración en un pabellón en la localidad mexicana de Cabo San Lucas (Baja California) estuvo acompañado por Scott Brooks, base NBA noventero y uno de los entrenadores ayudantes de los Lakers. El objetivo, estar a punto para lo que resta de una temporada en la que sólo hay un objetivo: «Ganar el campeonato».

«Cada día será mejor»

Ante los Nuggets, Doncic no sólo fue Doncic en los números (cuatro triples de nueve, cuando en sus tres partidos anteriores había fallado 21 de 24). «Ese es el Luka que conozco. El asesino», se felicitó un Redick impresionado por cómo su nuevo jugador ha conectado con sus compañeros. Y con el que desde el primer momento parece haber una química que Luka sigue buscando en la pista con LeBron: «Tenemos mucho que mejorar en eso, pero cada día será mejor». «Soy un receptor abierto nato y él es un quarterback nato, así que encaja perfectamente. He estado corriendo por la cancha toda mi vida y él ha estado lanzando grandes pases toda su vida. No es difícil conseguir ritmo cuando tienes ese tipo de conexión. Todo se trata del contacto visual», explicó James.

Todos se congratularon al comprobar la versión más desatada del ex madridista, celebrando, gesticulando e incluso protestando a los árbitros. «Una vez que comenzó a anotar esos triples con paso atrás, empezó a gritar y ladrar, ya sea a los aficionados, a nosotros o a él mismo», se felicitó LeBron.

Doncic saluda a JJ Redick, su entrenador.

Doncic saluda a JJ Redick, su entrenador.David ZalubowskiAP

Los Lakers, cuartos en el Oeste (pugnan por acabar segundos, inalcanzables ya los Thunder) quieren sumar su tercera victoria seguida y este martes reciben a unos Mavericks sin Anthony Davis en el Crypto Arena. Será una de las noches más especiales en la carrera de Doncic, la primera vez en su vida que se enfrente a un ex equipo (más allá del amistoso de Dallas en el Palacio de Madrid). La hora de comprobar si la inercia es real, si Doncic es ya Doncic. Si podrán más los sentimientos hacia Kyrie Irving y los ex compañeros con los que tanto labró o las ganas de reivindicarse ante el señalado Nico Harrison, el General Manager que optó por su salida antes de entregarle una renovación histórica y millonaria.

Un duelo en el que LeBron, a sus 40 años, se acercará todavía más a otra marca histórica. Con 49.894 puntos (sumando los conseguidos en temporada regular y playoffs), está a sólo 106 de ser el primer jugador en alcanzar los 50.000 en la historia. Cuestión de días.