La maravillosa inspiración de Steph Curry alarga, ante Francia en París, la tiranía olímpica del USA Team

Actualizado Sábado, 10 agosto 2024 - 23:50

Ni gigantes llegados de otras dimensiones, ni el ambiente en contra más feroz. Nada puede (aún) con el imperio del USA Team, los reyes olímpicos del deporte que inventaron, de oro en el Bercy Arena por quinta vez consecutiva. Fue la final de Steph Curry, el que apagó cualquier intento de rebelión con cuatro triples en tres minutos que son ya parte de la historia de los Juegos. La pura diversión en el infierno, ese será el legado del genio de los Warriors. Ni el despliegue de Wembanyama pudo dar aliento a Francia, derrotada en París ante la enésima versión del Dream Team.

Porque no, ya no hay lugar para equipos de ensueño a los que no haga falta pedir tiempos muertos para arrasar en un torneo de principio a fin, como ocurrió en Barcelona 92. La globalidad acorta las distancias. Y deja sustos como el de la semifinal contra Serbia (terminó ganando el bronce a Alemania), un aviso que fue en contra de los intereses de Francia ante el anhelo de un oro que hubiera sido absolutamente histórico.

Y del que no estuvo tan lejos cuando el enésimo destello de Wemby y Yabusele, insospechada pareja, les arrimó a sólo tres puntos a falta de tres minutos. Pero entonces, Curry decidió que el aro era inmenso, que diera igual cómo, cuándo y con quién delante, sus triples iban a silenciar el Bercy Arena, más bien extasiado ante lo que estaba ocurriendo, la absoluta inspiración de un jugador de época. En sus primeros Juegos, el mejor tirador de todos los tiempos puso su nombre con mayúsculas, cinco triples en la segunda mitad, ocho en total de los 18 con los que el USA Team acabó con la Francia de Collet.

Asombroso frenesí

Pocas finales en la historia olímpica han albergado tal expectación, con todos los ingredientes posibles sobre el Bercy Arena, cuyos alrededores eran un hervidero de ilusiones. Y la noche arrancó con un frenesí asombroso, como un All Star pero con competitividad total, con Wemby, a sus 20 años, anotando desde todas las posiciones imaginables, achicando al abucheado Joel Embiid. Con LeBron dibujando pases por la espalda y una velocidad de vértigo. Que, de repente, frenó en seco, un bajón de revoluciones provocado por la defensa en zona gala, que sólo al final pudo romper con dos triples Anthony Edwards. Aún así, se había quedado un primer acto igualado y bajísimo de anotación.

Yabusele machaca sobre LeBron, durante la final.

Yabusele machaca sobre LeBron, durante la final.AFP

Aunque Yabusele, ya protagonista, puso por delante a Francia, para delirio de las tribunas, el USA Team pronto imprimió su sello. Los triples de Curry, la versatilidad de Booker y el dominio de la cancha de LeBron. Un 8-0 que pronto fue la máxima (36-46), aunque al Rey el osado Yabu le plantara un brutal mate en la frente. El jugador del Madrid, junto con Wemby, era el sostén local, al que sólo el desacierto desde el perímetro mantenía todavía alejado de los de Steve Kerr.

Pero con la manada de lobos nunca puedes dar nada por supuesto. Curry tenía balas guardadas en la recámara, listo para desenfundar a la vuelta de vestuarios, cuando el USA Team ya no aguardó a nadie. Dos triples del de Ohio a la vuelta de vestuarios supusieron la máxima para EEUU (47-61). Y Francia ya sólo pudo hacer la goma, sin darse nunca por vencida.

Aprovechando algún despiste y con la aparición del veterano De Colo, soñó con la gesta por un momento. Pero era la noche de Curry. Triples tras bote indefendibles, el último una absoluta locura. Y lo disfrutó como nadie.

Serbia obliga a trabajar a Estados Unidos, que gana tras remontar una desventaja de 17 puntos

Actualizado Jueves, 8 agosto 2024 - 23:16

Al acabar, JoelEmbiid bailaba solo en mitad de la pista el Freed from Desire para provocar el abucheo del público de la Arena de Bercy, miles de aficionados franceses que le detestan porque abandonó a su selección para irse a jugar con Estados Unidos. El Dream Team hacía como si no hubiera pasado nada, gestos triunfantes, golpes en el pecho, gritos, muchos gritos, pero en realidad había vivido su peor trance en unos Juegos Olímpicos desde las finales que le enfrentaron a España. En las semifinales de París 2024, Serbia empujó al conjunto yankee ante el precipicio a base de triples y para salir de allí éste tuvo que trabajar, que sudar, que ponerse a currar (95-91).

LeBron James, que vivió el gran desastre en aquellas semifinales de Atenas 2004 ante Argentina, estuvo cerca de pasar por lo mismo: un fracaso en su debut y otro en su despedida. Pero esta vez está mucho mejor acompañado. Pese a que su desventaja llegó a ser de 17 puntos, pese a que entró en el último cuarto 13 puntos por debajo, Estados Unidos defendió con uñas y dientes en el tramo final y sacó adelante la situación. Quedarán en el recuerdo los 35 puntos de Stephen Curry, tirador superlativo -nueve de 14 en triples-, pero fue incluso más importante como leyendas como él mismo, James o Kevin Durant encogieron a un rival crecidísimo.

Los triples de Serbia

No era el plan porque nunca es el plan. Las estrellas yankees no vienen a los Juegos Olímpicos a esforzarse como si estuvieran disputando unas finales de la NBA y sólo lo hacen si están obligados. Como siempre, Estados Unidos salió a jugar un All-Star: sin defensa, sin una idea de juego, espectáculo, puro espectáculo. Lo ofreció Curry, con 17 puntos en los primeros ocho minutos y algún baile de los suyos. Al quinto triple, de hecho, se giró antes que entrara para chocar la mano a sus compañeros del banquillo. "¡Oooooooh!", se asombraba la afición parisina, que iba contra el USA Team, pero que no podía dejar de maravillarse con alguno de sus movimientos. El problema para el firmamento NBA era que delante tenía un equipo de verdad.

PAUL ELLISAFP

Desde la seriedad atrás, Serbia fue construyendo una ventaja que llegó a los 17 puntos (25-42, min.14) a base de mucho acierto exterior. Era una idea brillante, otra más de su entrenador Svetislav Pesic: sólo Nikola Jokic podía chocar por dentro que Embiid o Anthony Davis así que todo iba por fuera. Triples, triples y más triples, de Bogdan Bogdanovic, Aleksa Avramovic, de cualquiera. Al descanso, Serbia se fue con un 10 de 19 desde la línea de 6,75 metros y en consecuencia con una ventaja considerable (43-54). Desde la primera línea de sillas, Pau Gasol miraba el partido con su mujer, Catherine McDonnell, y su hija, Elisabet Gianna, y posiblemente pensaba: "Esto ya lo he vivido yo".

El despertar yankee

Estar por delante de Estados Unidos en cualquier momento no garantiza el éxito, pero el conjunto balcánico sostenía y sostenía la distancia (63-76 al final del tercer cuarto). Con su carácter, tan propio -Bogdanovic pasó todo el partido encarándose con LeBron James-, mantenía su plan hasta el final. Si Curry volvía a entrar en trance, ningún problema. Si Embiid empezaba a hacerse fuerte en la zona, ningún problema. Serbia incluso resistía al mareo de su líder, Jokic, que apenas encontraba el camino al aro. Para seguir con la racha en los triples, siempre alrededor del 50% de acierto, aparecían Vasilije Micic, Marko Guduric o Ognjen Dobric y así se llegaba al último cuarto.

Después todo cambió. En los últimos 10 minutos, los mitos se hicieron terrenales y empezaron a aislar, a empujar, a frenar a los tiradores balcánicos. Con los veteranos en la cancha, James, Durant y Curry, Estados Unidos, ¡Qué defensa! Serbia, que hasta el momento había sido letal, dejó de meter los triples y estuvo tres minutos sin anotar (del 77-84 al 84-84). Ahí ya lo tenía muy difícil. Ahí ya lo tenía imposible. Sus dos referentes, Jokic y Bogdanovic, lo intentaron, pero con 93-91, Curry sentenció con dos tiros libres. Después todos los jugadores estadounidenses vacilaban y Embiid lo llevaba más allá, bailando en mitad de la pista, pero el susto había sido serio.

Baloncesto femenino: España se deshace ante Bélgica y dice adiós a los Juegos

Actualizado Miércoles, 7 agosto 2024 - 16:18

No fue España, no hubo rastro en Bercy del coraje ni del baloncesto de la selección, no se pareció en nada a lo cosechado en la primera fase de Lille. Allí soñaron las de Miguel Méndez, cada batalla una victoria para acabar muriendo en un cruce trampa. Bélgica, de principio a fin con su juego alegre, con su poderío, acabó con el sueño en cuartos de final (66-79).

Tantas veces los precedentes son un engaño. La campeona de Europa había escapado de un infierno en el Pierre Mauroy. Perdió con Alemania y con EEUU y fue rescatada por el basket average, por una canasta final para ganar por 27, lo que necesitaba, a Japón. Esos sufrimientos fueron su acicate. Porque enfrente venía un rival conocido, la España que había sido capaz de sufrir y tumbar a China, a Puerto Rico, a Serbia. La misma de la final continental de hace un año. Que se sentía segura de sí misma pero que no se encontró en París, desenfocada y pronto desquiciada. Ni la garra le valió esta vez.

No se puede exigir a este equipo que fue capaz en Río de ganar una plata olímpica hace ocho años. De aquellos cielos no queda tanto, aunque nadie pueda discutir su empeño, su competitividad. Golpeada por el camino la selección, con bajas insustituibles como la de Raquel Carrera o Silvia Domínguez, dice adiós en el mismo peldaño que en Tokio, entre las ocho mejores del mundo. En la hora de la verdad, le faltó el día bueno, la puntería (desesperantes los porcentajes), el rebote y la fogosidad que es su seña de identidad.

Leo Rodríguez, ante Antonia Delaere, en el Bercy Arena de París.

Leo Rodríguez, ante Antonia Delaere, en el Bercy Arena de París.ARIS MESSINISAFP

La primera parte devino en tiroteo y eso ya no fue buena señal. España estaba avisada, pero en 45 segundos, Emma Meesseman ya había clavado dos triples como espinas en la piel del rival. Al acierto belga se unía la falta de dureza de las de Miguel Méndez, algo realmente extraño en un colectivo que brega con cualquiera. La primera falta de la selección (y fue en ataque de Queralt Casas) no llegó hasta el minuto 13.

Y aún así, refugiada en el talento de Megan Gustafson, España, también suelta desde el perímetro con Maite Cazorla aún en esos amaneceres, seguía en la batalla y hasta se iba a poner por delante con un triple de la pívot de Wisconsin (29-26). Pero fue justo ahí donde iba a llegar un colapso definitivo. Descansó Megan y todo se quebró repentinamente.

Con un baloncesto veloz y frenético, las de Rachid Meziane aceleraron sin mirar atrás. A Messeman se unió Kyara Linskens, dominando la pintura con su corpachón, subiendo en volandas a las campeonas de Europa, que asestaron un parcial de 3-18 que dejó tiritando a la selección. Volvió Megan y se intentó recomponer un equipo de repente petrificado, pero al descanso la desventaja era preocupante (37-48).

Porque las cosas no mejoraron a la vuelta, España sin encontrarse a sí misma, cada vez más desesperada, enredada en la tela de araña belga, en las travesuras de Vanloo. Regresó del descanso con otro parcial durísimo (2-11), para una desventaja que se disparó hasta los 22 (41-63). No había fórmula para anotar con soltura y Bélgica era un rival completamente crecido.

Las canastas no quisieron a España en Bercy. Ni aún derrotada era capaz de acertar, con balones que hacían todo tipo de arabescos hasta acabar siendo escupidos por el aro. Faltó temple y confianza. El intento de arreón final apenas inquietó a las belgas, que se las verán en semifinales con el ganador del Alemania-Francia.

La medalla más improbable: las chicas del 3×3 ganan a EEUU en la prórroga y disputarán la final olímpica

Actualizado Lunes, 5 agosto 2024 - 18:34

No puede ser más improbable una medalla que, en su génesis, tuvo un canasta de espaldas en el último segundo. El baloncesto español celebró bajo el sol de La Concorde el éxito de su especialidad más callejera y novedosa. El 3x3, que se estrenó en los pasados Juegos de Tokio sin representación nacional, es de oro o plata. La selección femenina derrotó a Estados Unidos (16-18) en semifinales y esta noche (22.00 h.) se enfrentará al ganador del Canadá-Alemania.

Para saber más

Todos pendientes de la chicas de moda. En primera fila, su majestad el Rey Felipe, la ministra de Educación y Deporte, Pilar Alegría, y el secretario de Estado para el Deporte, José Manuel Rodríguez Uribes (y Dirk Nowitzki y Jorge Garbajosa y las chicas de la selección 5x5... todos bien cerca), que iban a vivir un partido eléctrico y emocionante. Puro rock and roll.

Estados Unidos comenzó mandando, con el dominio del rebote (9-4). Pero también cargándose pronto de faltas, algo que en el 3x3, con sus reglas propias, es pecado mortal. A la sexta, la selección rival goza de dos tiros libres. Oro puro.

España no tembló en ese abismo. Un triple (dos puntos) de Camilión fue clave para contrarrestar los tantos de Van Lith, la jugadora más pequeña del USA Team. Un tormento con sus penetraciones. Entonces, en la hora de la verdad, Sandra Ygueravide tomó la responsabilidad. Iba a anotar las cuatro canastas finales de España, cuatro puntos para la historia.

Primero, para empatar a 15 a falta de 32 segundos. Poco más tarde, a falta de cinco segundos, la del 16-16, precioso aro pasado, para llevar el duelo a la prórroga. Una especie de tie-break en el que gana quien mande por dos canastas.

La posesión inicial fue para España, que en vez de ir a por el triple, anotó con una penetración de Ygueravide. Falló después USA, que en la siguiente posesión empujó a la estrella española para condenarse. Una falta que dio dos oportunidades a la selección para acceder a la final. Sandra (nueve puntos en total, la mitad) no iba a fallar con el primero.

El cuarteto que maneja Ana Junyent se había clasificado para directo a semifinales tras un carambola. Después de una primera fase de vaivenes, en la que ganó cuatro partidos y perdió tres (entre ellos contra EEUU, 11-17), las españolas evitaron la ronda de cuartos y empezaron a soñar con una medalla que ya es realidad.

Un tiempo muerto inexplicable y adiós planetario a la leyenda Rudy: “Tristeza y paz”

Actualizado Sábado, 3 agosto 2024 - 09:42

Cuando sonó el bocinazo final en el Pierre Mauroy de Lille, escenario de gesta únicas de la gran España de Pau Gasol, y el triple imposible de Sergio Llull desde su propio campo ni se acercó al aro esta vez, se mezclaron de golpe todos los sentimientos. La crueldad de la eliminación (otra vez ante Canadá, como en el Mundial), la emoción del último partido como profesional de Rudy Fernández, pero también la extrañeza por la decisión de Sergio Scar

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Megan Gustafson: “He hablado con Lorenzo Brown. Estamos aquí para ayudar a España”

Actualizado Viernes, 2 agosto 2024 - 23:46

Megan Gustafson tiene un perro corgi que se llama Pancakes y que tiene su propia cuenta en Instagram. Megan Gustafon nació hace 27 años en un pueblo "de menos de 200 habitantes" en el corazón de Winsconsin y por eso le encanta la parte rural de España. Megan Gustafson, como Lorenzo Brown, es el sostén del baloncesto español, nacionalizada para suplir las carencias estructurales en la pintura de la selección femenina. Promedia 23,5 puntos y 10,5 rebotes en los Juegos Olímpicos y las de Miguel Méndez, que ganaron con su sufrimiento marca de la casa los dos primeros partidos (China y Puerto Rico) en Lille ya están clasificadas para cuartos. Es su primera entrevista, la estadounidense reflexiona en EL MUNDO sobre adaptación al equipo y su aportación al juego.

Vaya emociones fuertes en los dos primeros partidos en los Juegos.
La verdad es que sí. El primer partido, por ejemplo, resultó muy divertido, con todas las compañeras contribuyendo. Te sientes orgullosa por el esfuerzo defensivo, de todos los robos hicimos. Fue como crear el caos para cambiarlo todo contre un rival tan difícil como China, una de las favoritas. Ahora nos centramos en el momento presente, sin subidas ni bajadas. Sólo nos concentramos en el próximo oponente, sin mirar demasiado hacia adelante. El objetivo es estar invictos en nuestro grupo para poder posicionarnos mejor para los playoffs en París. Ese es el plan.
¿Se imaginó alguna vez en unos Juegos?
Está siendo simplemente increíble. Quiero decir, ni siquiera soñaba con algo así porque no pensaba que fuera posible. Realmente estoy muy agradecida por la oportunidad que España me ha dado. Ellos me acogieron y me dieron la bienvenida como una familia y realmente aprecio que todos hayan sido geniales, tan acogedores. Me ayudan, me intentan explicar la cultura o cómo se nombran las jugadas. Me gustaría poder hablar con todas en castellano, estoy aprendiendo (ha solicitado un profesor), porque están siendo muy amables. Y paso momentos muy divertidos con ellas.
¿Cómo recuerda el proceso de nacionalización?
Básicamente comenzó la primavera pasada. La Federación se puso en contacto con mi agente y vimos si podría conseguir el pasaporte. Era una gran oportunidad para mí, porque España era un gran equipo y me motivaba bastante la experiencia. Luego hubo mucho papeleo, con las embajadas, tuve que ir un par de veces durante el verano. Pero funcionó y mereció la pena.
¿Conocía España? ¿Algún viaje en vacaciones o para jugar?
Sólo había estado en un par de ocasiones, jugando en Euroliga. Pero me gustaría tomarme un tiempo y conocer más España, especialmente ahora que tengo el pasaporte. Conocer más la cultura y vivir experiencias, porque creo que es un gran país.
Gustafson, tras el triunfo de España ante China.

Gustafson, tras el triunfo de España ante China.FIBA

Esta selección ha coleccionado medallas en los últimos años. ¿Sintió que llegaba a un equipo especial?
Claro que lo he sentido, desde el primer día. El estilo de juego es realmente divertido. Porque les gusta correr, les gusta ser disruptivos en defensa, el ritmo... son increíbles pasando y creando. Pero también tienes que ser capaz de anotar. Todo el mundo es muy versátil. Pueden hacer de todo en todas las posiciones. Y también siento que encajo muy bien en el sistema. Porque puedo ayudarlas y traer esos centímetros en la pintura. También puedo ser una amenaza desde el exterior. E incluso defensivamente. Está siendo algo muy grande para mí.
La Familia.
Son personas muy divertidas. Muy extrovertidas. Muy ruidosas. Tienen una gran personalidad. Estuve con ellas en noviembre (Ventanas FIBA) por primera vez, aunque estaba lesionada, en plena rehabilitación, pero ya llegué a conocerlas un poco. Y luego el Preolímpico fue mi primer torneo. Remontamos a Hungría cuando íbamos perdiendo de 20 y terminamos ganando de un punto. Recuerdo que le pregunté a una de mis compañeras. '¿Esto es normal?' Y me dijeron, 'Sí, esto es lo más normal'. Y respondí: 'Ok, estoy lista ahora'. Y aquí lo volvimos a hacer ante China, un partido loco. Así que, básicamente, me tengo que acostumbrar al juego loco de España, a los partidos locos.
Cuando Lorenzo Brown fue nacionalizado hubo mucha polémica. Sergio Scariolo llegó a hablar de racismo. ¿Ha sentido algo parecido?
Sí, escuché sobre él y su proceso. De hecho, he podido hablar un poco con él durante estos días. Creo que cualquiera que obtenga un pasaporte, en cualquier país, va a generar comentarios. Pero, al final, estamos aquí para ayudar, para ser parte de una famlia, para representar a España lo mejor que podamos con nuestras habilidades baloncestísticas. Esas son sus intenciones y también las mías. Sólo queremos mejorar a España y ayudarles. Yo creo que él ha hecho un gran trabajo. Yo espero seguir su camino.
Astou Ndour se ha quedado fuera por la norma de que sólo puede acudir una nacionalizada. ¿Qué sintió?
Sí, sé que no es posible por normativa que las dos podamos estar. Coincidimos en Dallas, durante mi segundo año en la WNBA. Ella es muy dulce, la quiero mucho. Es una persona increíble y una gran jugadora. Sé que ella ha estado con la selección nacional durante años. Tengo mucho respeto por ella. Ha tenido una carrera impresionante y la va a seguir teniendo. Sólo le deseo lo mejor.
Megan Gustafson.

Megan Gustafson.Sameer Al-DoumyAP

¿Te sientes líder en la pista?
Creo que sí. Pero creo que todas aquí somos líderes a nuestra manera. Yo soy una especie de parte de eso. Necesitaban a alguien con tamaño que pudiera aportar en la pintura. Así que me siento responsable de traer esa energía. Sólo estoy aquí para aprender. Para ofrecer todo lo que necesiten defensiva y ofensivamente.
La conocemos poco en España. ¿Cómo es Megan fuera de la pista?
Soy una chica bastante tranquila. Me gusta estar con mi familia. Tengo una sobrina. Está a punto de cumplir 10 años. Es muy dulce, su nombre es Bianca. Y también tengo un perro, su nombre es Pankeke. Es un pequeño corgi. Me encantaría que estuviera aquí conmigo, en el Village. Pero está en Las Vegas. Él viene conmigo a todos los equipos en el extranjero o en la WNBA. Es muy especial para mí y solo quiero mostrar su alegría a todos los demás.
Procede de un pueblo muy pequeño, Port Wing, al norte de Wisconsin.
Sí, hay menos de 200 personas. Sí, ahora mismo están allí mis padres, mi hermana, mi cuñado, mi tía y mi sobrina. Están todos siguiéndome atentamente.
¿Qué le gusta de España?
Simplemente, creo que es un país precioso. Los edificios, la arquitectura. Es difícil compararlo con cualquier otra cosa. Me gustan mucho las casas de estilo español, los pueblos y las áreas rurales siempre las he apreciado. Porque yo provengo de ahí. Así que sólo ver el campo español ha sido algo increíble. Me encantaría explorar más. Y también las croquetas, es mi comida española favorita. Son demasiado buenas para mí. Las amo.
Tras ganar el Eurobasket, Garuba se inventó lo de Lorenzo de Albacete. Elija ciudad.
(Ríe) No lo sé, realmente ni lo he pensado. Me pongo con ello para elegir una ciudad.
Confirmado: se acabó una era dorada

Confirmado: se acabó una era dorada

Actualizado Viernes, 2 agosto 2024 - 20:18

Ha sido una despedida digna y peleada, pero una despedida lógica y esperada la de esta selección española en los Juegos Olímpicos de París en los que nunca figuró entre los aspirantes y en los que se ha confirmado que este primer intento de equipo de transición de Sergio Scariolo tras la retirada de los jugadores avasalladores de la generación histórica -y aun sacando todo lo que ha podido de sus dos últimos representantes, Rudy Fernández y Sergi

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A España no le alcanza con la épica ante Canadá: cruel derrota y eliminada

A España no le alcanza con la épica ante Canadá: cruel derrota y eliminada

Dijo adiós España y lo dijo también Rudy Fernández, el último partido de una carrera única en sus sextos Juegos Olímpicos. Ahí su legado: la selección murió de pie, con orgullo y coraje, otra vez ante Canadá. No estará en el Bercy Arena de París el equipo de Sergio Scariolo, que compitió hasta el último aliento contra un rival evidentemente superior y murió en la orilla de la épica.

En una tarde en la que tres de sus referentes no parecieron ellos, España se acogió al valor de los que menos cuentan. Con Brizuela y Pradilla plantó cara a la pléyade de NBA que es la Canadá de Jordi Fernández y sólo perdió por un triple que no entró.

Resultó un escenario cruelmente parecido (85-88, idéntico resultado) al de hace un año en Yakarta. Allí Canadá amenazaba con despedir a España a las primeras de cambio del Mundial en el que defendía el oro, como así fue. Esta vez de unos Juegos, con los de Jordi Fernández ya clasificados, pero decididos a terminar primeros de grupo y evitar un camino de espinas en el Bercy Arena. Son la nueva potencia del basket mundial, de los pocos en ser capaces de mirar a los ojos al USA Team, estrellas tan poderosas como Shai Gilgeous-Alexander o Jamal Murray.

El pecado de España había estado en su amanecer en el torneo, perezoso ante una Australia que se ha demostrado que no era para tanto. Despistes imperdonables, quizá fruto de la inexperiencia o del desgaste mental del Preolímpico. Lo subsanó contra la Grecia de Antetokounmpo, pero ese triunfo, caprichosas las matemáticas, no le ha servido para ser al menos tercera de grupo. Esta vez no habrá un USA Team implacable para España en los cruces. Desde Sidney 2000 (con un formato diferente, entonces dos grupos de seis) no se quedaba sin pisar al menos los cuartos de final.

Consciente la tropa de que la victoria antes de Grecia contra Australia llevaba al escenario más terrible, a un todo o nada, o primeros o eliminados, la tarde cobró un tinte dramático en Lille. Y entonces entran en juego la memoria de las batallas, los nervios y la capacidad de disfrazarse de héroes. Porque Canadá es el villano, sus fieros defensores, sus inmensos talentos, su físico inigualable. Y desde el principio aplicó su receta agresiva.

Sin Aldama, Lorenzo ni Willy

Y siempre mandó Canadá, lastrada bien temprano España por los fallos desde el perímetro, por la dimisión de Lorenzo Brown, secado por Lugentz Dort, uno de los mejores defensores de la NBA. Y por la 'ausencia' de Santi Aldama. La segunda unidad pronto dio otro aire a los de Scariolo. Ellos iban a ser los heroicos protagonistas.

También apareció el factor sorpresa canadiense, Andrew Nembhard, que descarriló los planes defensivos de España, más focalizada, evidentemente, en Shai. Apareció algún triple, la energía de Llull y, al fin, la selección se sintió cómoda, sin complejos... hasta que el final del segundo cuarto le dio un mazazo de realidad. Dos triples de Nembhard y los chispazos de Shai para llevar al descanso una distancia dolorosa (49-38).

Juancho y Aldama, tras la eliminación.

Juancho y Aldama, tras la eliminación.THOMAS COEXAFP

Que se amplió a la vuelta (56-42 fue la máxima), ya con Lorenzo alarmantemente desconectado, con Willy cargado de faltas y con la selección refugiada en esos trucos defensivos tan de Scariolo, una caja y uno con Abrines persiguiendo a Shai como si le fuera la vida en ello.

Sin tres de su referentes en batalla, sólo quedaba el amor propio. Y en eso España sigue siendo única. Scariolo llamó a filas a los del fondo del banquillo, que pusieron el pecho por delante. Tipos como Brizuela y Pradilla, que quizá jamás sueñen con pisar la NBA, fueron los que evitaron la muerte por aplastamiento. Fueron bravos y contagiaron al resto.

El escolta del Barça enhebró 11 puntos de carrerilla mientras los canadienses se frotaban los ojos. El ala-pívot del Valencia, que se ganó el puesto en el Preolímpico, hizo pupa en la pintura con su empeño y sus agallas. Una pareja improbable.

Mantuvieron las constantes vitales, pero mandaba Canadá, cada vez más cerca de la meta. Un triple de Barrett a falta de 40 segundos pareció ser la puntilla, porque a Llull y a Abrines se les escaparon dos tiros libres. Aún así, un triplazo de Llull llevó al límite el duelo, aunque sólo quedaban 3,1 segundos. Extrañamente, Scariolo gastó su tiempo muerto antes de los tiros libres de Shai, que metió los dos. Y ya no le quedaron después. Sacó de fondo y el milagro de Llull desde su campo no fue posible.

Fue otro final cruel aunque inevitable. El adiós a unos Juegos y el último partido de una leyenda con todas las mayúsculas. Ahí queda, para siempre, el legado de Rudy Fernández, presente también en su postrera batalla claramente lastrado.

El dolor de Rudy, el “coraje” del líder Aldama y unas cuentas enrevesadas para estar en cuartos: “El espíritu de Gasol está en el aire”

Actualizado Martes, 30 julio 2024 - 17:34

Santi Aldama estaba ante el partido más difícil de su carrera. También el más apetecible. El foco sobre él y su pareja de baile, uno de los tres mejores jugadores del mundo. Una prueba de fuego para quien se abre paso en la NBA, para quien pide más, por cualidades y, ahora sí, por carácter. El canario no es Pau Gasol ni lo pretende. Pero es ya, sin duda, el pilar que sostiene a esta España superviviente.

Para saber más

"El espíritu de Pau está en el aire", bromea Scariolo, cuya memoria, como la de todos, se traslada nueve años atrás, cuando Gasol destrozó en ese mismo Pierre Maurouy a Francia. Es ese Eurobasket también hincó la rodilla Giannis Antetokoumnpo. Él y Aldama se desafiaron ayer, ganó muchas veces el griego (27 puntos, pero falló el triple para empatar a 20 segundos), algunas también Santi (le sacó un par de faltas de ataque y se enrabietó tras un cabezazo recibido), aunque fue quien realmente sonrió el último, con un triunfo de España que él prácticamente había sellado con un mate tras rebote ofensivo con dos minutos por jugar. Todos los buenos augurios del Preolímpico los mantiene el de los Grizzlies: en dos partidos olímpicos promedia 23 puntos (4,5 triples con un 56.3%) y 8,5 rebotes.

"No hay una verdadera estrategia. Se trataba de ocupar toda la pintura, ser físicos, estar frente a él. Es un MVP. No hay una receta para detenerlo", reconoció Aldama, que habló de "coraje": "Creo que esa es la palabra que describe nuestro juego".

Antetokounmpo y Aldama, durante el partido.

Antetokounmpo y Aldama, durante el partido.Michael ConroyAP

Tras el tropezón del sábado, había pedido Scariolo un paso adelante ante Grecia, para los expertos y los que no. Y obtuvo respuesta de su colectivo, elevando la concentración y llevando sus planes defensivos con rigurosidad. Para volver a derrotar a los helenos, como hace nueve años también en Lille (nueve victorias nacionales en los últimos 11 enfrentamientos oficiales). "Hemos jugado un gran partido, uno de los mejores de los últimos años", concedió, el seleccionador, que destacó el control del rebote. Cuando los de Spanoulis remontaban, en esa recta de meta en la que demostraron madurez mental, salió el alma. "Hemos puesto corazón, hemos puesto cabeza, hemos puesto también algo de acierto en momentos clave del partido y creo que hemos ganado merecidamente". Una victoria, al menos, se pretendía en el Pierre Mauroy y ya la tiene España. Pero las cuentas no dan tregua y podría no bastar.

A continuación, Canadá, poderosísima, tumbó a Australia (93-83) y dejó a la selección en un escenario en el que depende de sí misma para estar cuartos. Sin embargo, también hace que no tenga matemáticamente asegurada ser al menos tercera. Ahora, el viernes, podría ser primera (si gana y también lo hace Grecia contra Australia) y hasta quedar eliminada (si pierde y Grecia gana de entre 3 y 17 puntos. La Canadá del español Jordi Fernández ya está clasificada e incluso podría ser líder perdiendo de poco...

Hasta Bercy viajan los dos mejores de cada grupo y dos de los tres terceros. Luego, la FIBA realiza un sorteo dirigido para los cruces en el que no se pueden volver a enfrentar con el mismo rival de la primera fase.

Un duelo sin red, el del viernes, en el que podría no estar Rudy Fernández. España supo navegar en el drama incluso tras comprobar cómo caía en combate su gran líder. El capitán se llevó un golpazo fortuito de Juancho Hernangómez. Acababa de meter dos triples salvadores y se retiró maltrecho a vestuarios. "Está bien. Recibió un golpe muy fuerte, pero no hay riesgo de nada grave. Sin embargo, debemos vigilarlo durante las próximas horas. A ver si puede estar para el próximo partido", avanzó Scariolo.

Pese a sus carencias, España no se rinde

Pese a sus carencias, España no se rinde

Actualizado Martes, 30 julio 2024 - 16:43

La apática y desorganizada España del primer día contra Australia ha empezado a enmendar sus errores en el segundo contra Grecia y su superestrella mundial, Giannis Antetokounmpo, lo suficiente como para arrancar una victoria de mérito y presentarse ante su tercer encuentro y la imbatida Canadá con una posibilidad de seguir adelante hacia las medallas.

¿Milagro? Pues casi, porque la selección de Sergio Scariolo ha sabido remendar algunos de sus ro

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