El Real Madrid reconquista la ACB tras ganar el tercero en Murcia ante un digno UCAM

El Real Madrid reconquista la ACB tras ganar el tercero en Murcia ante un digno UCAM

El Real Madrid conquistó la Liga ante el rival más digno que se podía haber encontrado. Será recordado el UCAM Murcia pese al 3-0, porque se plantó en una final en la que nadie le esperaba y porque se empeñó en honrar su presencia con un amor propio a prueba de dificultades. Tras unos playoffs sin mácula, el equipo de Chus Mateo cierra, con su liga número 37, un curso en el que sólo Berlín le separó de la matrícula de honor. [73-84: Narración y estadísticas]

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Alzó Llull, al alimón con sus compinches Rudy Fernández y Sergio Rodríguez el trofeo en el Palacio de los Deportes, el mismo escenario del primero del curso allá por septiembre (la Supercopa). De principio a fin un Madrid lleno de virtudes, en lo individual y lo colectivo. Reconquistado el título que hace un año le arrebató un Barça ahora tan de capa caída.

Musa, defendido por Caupain, en Murcia.

Musa, defendido por Caupain, en Murcia.Marcial GuillénEFE

En la Final Four se le escapó la temporada perfecta a un equipo que cumplió las expectativas y que no falló ante la revelación. Sólo dobló la rodilla el Murcia tras el descanso, donde ya no le llegaron las fuerzas, cuando el Madrid intuyó la meta y el éxito, el colmillo a punto, 34 puntos en un tercer acto arrollador - «nos hemos despitado tres minutos y...» reconocía Sito Alonso-, Musa (nombrado MVP), Hezonja y Campazzo desatado, para ya no mirar atrás. Porque el UCAM no iba a ser comparsa tampoco en el tercero envite, ni con dos sets abajo se iba a rendir y menos ante esa afición que no ha visto ganar un sólo partido en todos los playoffs en el Palacio. Era su fiesta y la intención es que siguiera el viernes. Que nadie les despertara todavía del sueño de una final. Y ni el amanecer con un duro 3-9 les arredró.

Esta vez la cuestión iba de intensidad y de acierto. De morder. Dylan Ennis, que ha aparecido poco en esta serie, clavó tres triples seguidos y eso fue un revulsivo total, combustible para las tribunas. El Madrid perdía más balones de los recomendables y andaba, como en lo que va de final, con la puntería justa. Y eso que Llull anotó su primer triple después de 13 intentos. Pero la respuesta murciana era un distancia de la que no había gozado hasta ahora, un más 10 cuando al fin Diagné acertó desde cinco metros (38-28). Sin noticias ofensivas de Campazzo, Tavares y Yabusele, los de Chus Mateo se quedaron en menos puntos (32) que preocupaciones al descanso.

A la vuelta no pareció haber mejores noticias para el Madrid, enredado en cuestiones que iban más allá del juego, los rifirrafes entre Ennis y Campazzo, una antideportiva a Tavares por un codazo... Volvieron a saltar las alarmas con los puntos en la pintura de Kurucs, con el cuarto triple de Ennis (51-42). Y justo ahí, en esa frontera, despertó la bestia. Como ha sucedido en los dos precedentes, fue la puntería lo que hizo imparable al Madrid. Cuatro triples consecutivos (dos de un Hezonja inspiradísimo) y un parcial de 2-16 que era un resorte hacia la meta.

Ahora sí, Campazzo era el dueño del escenario que un día fue su casa. El Madrid contenía por fin el rebote ofensivo y los murcianos se frustraban con lanzamientos que se salían. Abalde cerró un tercer acto de 34 puntos, más que en toda la primera mitad (56-66) y lo iba a continuar después, pletórico el gallego, cerrando su mejor temporada de blanco y llamando fuerte a las puertas de Scariolo.

El UCAM siguió empujando, encontró un par de triples como agua para un naufrago, pero su corta rotación eran energías que se echaban de menos y a Sito Alonso ya no le daba para más héroes. Menos con sus dos cincos sanos (lesionados están Todorovic y Birgarder) bien temprano expulsados por cinco faltas. Hasta la meta los murcianos, pedaleando hacia un imposible, reverenciando con su batalla al campeón Real Madrid.

Jordan Díaz: "Una medalla haría que todo el sacrificio de dejar a mi familia en Cuba valiera la pena"

Jordan Díaz: “Una medalla haría que todo el sacrificio de dejar a mi familia en Cuba valiera la pena”

Hace poco más de tres años, el 28 de junio de 2021, este chico que sonríe con dientes de oro era una de las mayores perlas del triple mundial, un privilegiado que a los 16 años ya había saltado más de 17 metros, que había sido campeón del mundo sub-18 y sub-20. Desertó del equipo cubano que viajaba a Oslo y solicitó asilo político en España. De salto en salto, el más grande era el vital, el que le impedía acudir a los Juegos de Tokio entonces, el que le ha hecho que en todo este tiempo no haya podido ver a sus padres.

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En febrero de 2022 el Gobierno español concedió a Jordan Díaz (La Habana, Cuba, 2001) la nacionalidad y el pasado mes de abril World Athletics el permiso para debutar con España. Lo hizo el domingo, clasificándose para la final del Europeo con un salto de 17,52. Este martes en Roma buscará su primera medalla, compartiendo favoritismo, rivalidad e incluso recorrido con el también cubano Pedro Pichardo (compite por Portugal). Aunque los sueños y todos los sacrificios de Jordan tienen su diana en París, "el objetivo fundamental". "Si salto 18 metros, que sea en los Juegos", expresa en EL MUNDO.

Entre la imposibilidad normativa para competir y las lesiones (tendón rotuliano), estos meses previos no han resultado sencillos.
Fue complicado mantener la cabeza bien. Ver las competiciones por televisión, saber que podía haber estado ahí. Que mi nivel era súper top, pero no podía estar. Jode mucho, pero era una consecuencia de lo que había hecho. Eso me quita un poco de culpa, por decirlo así. Son cosas que pasan en el deporte.
Todo el mundo da su medalla por segura en París.
Yo trato de quitarme toda la presión posible. Todo lo que pueda me lo quito. Los medios de comunicación suponen un plus, saber que se cuenta con una medalla mía para España. Eso es bueno. Te mete presión. Un oro en París son palabras mayores. Son unos Juegos y todos van al máximo nivel. Una plata o un bronce también sería una medalla increíble. Yo digo que voy a estar en 'octavos', entre los ocho mejores. Y ahí que salga el salto. El nivel es muy grande. Dependerá del día de cada uno, todo puede pasar.
¿Qué supondría?
Me cambia la vida. Me daría la vuelta a la vida y no tanto por el dinero. Sería por mi familia. Yo les he dicho que les voy a llevar la medalla. Eso haría que todo el sacrificio de dejar mi vida y mi familia en Cuba valiera la pena. De todas formas, hay más competiciones. Soy joven, me quedan muchas. Pero ahora sería un buen punto de inicio.
¿El salto perfecto se le aparece en sueños?
Se sueña demasiado con el salto perfecto. Hasta durmiendo, todos los días de este mundo, se sueña con eso. Es un pedazo de sueño. Y que salga en el momento oportuno. Yo no estoy pensando en los 18 metros (su mejor marca es 17,87), pero si los salto, ojalá me salga en los Juegos. Me dicen que tengo que hacerlo antes. No, no, a mí ojalá que me salgan en los Juegos. Ahí. Y si con eso hago cuarto, será porque ha sido la competencia más fuerte de la historia del atletismo.
Sólo seis atletas en la historia han pasado de 18. ¿Ha visto en vídeo aquel de Jonathan Edwards en 1995 (18,29, récord del mundo vigente)?
Muchas veces, es una locura. Corre mucho y el primer paso es increíble. Y el último, una puta locura. La velocidad es algo muy importante y el primer apoyo, que es el más complicado. Estéticamente es... Él es el diferente en el triple. Todos somos altos, fuertes... Bueno, yo no soy fuerte. Y él es chiquitico...
Jordan Díaz, en la pista de atletismo de Moratalaz.

Jordan Díaz, en la pista de atletismo de Moratalaz.Sergio Enriquez-Nistal

Renunció a los pasados Juegos para ser español.
Fue un proceso difícil. Tenía que hablarlo con mi familia, fue complicado y me apoyaron. Lo bueno fue que me pillo en cuarentena. Me dio mucho tiempo para pensarlo bien. Tomaría esa decisión cien veces, sin pensar. Lo tenía muy claro. Las cosas estaban difíciles en Cuba. Es la mejor decisión que he tomado en mi vida.
Desde entonces no ha visto a sus padres.
En teoría, son como ocho años sin ir al país. Ellos podrían venir a España, pero es complicado. Aparte de los Juegos, sueño con el momento de reencontrarme con mis padres.
¿Cómo recuerda su infancia en La Habana?
Estaba todo el día jugando en la calle. Al fútbol, con la pelota... Haciendo locuras, como todos los niños. Hasta que empecé en el atletismo y todos esos juegos me los tuve que ir quitando poco a poco. Fue de casualidad, no es algo que quería. Mis amigos se apuntaron a atletismo y yo también. Y cuando me quise ir, mi madre no me dejó, porque sabía que me quitaba mucho tiempo, que llegaba a casa cansado y no jodía tanto.
¿Qué haría si pudiera regresar?
Mi casa es lo que más echo de menos. Si fuese por mí, me pasaba la semana en mi casa. Y luego estaría de viaje por Cuba con mi familia.
¿Por qué es tan especial Iván Pedroso?
En mí ha cambiado absolutamente todo. Desde la mentalidad a la técnica, me lo ha cambiado todo. Es una persona que siempre está ahí, al punto, al detalle de la técnica. 'Tienes que levantar un poco el pie, tienes que acelerar...'. Me ha ayudado bastante, porque es algo que me faltaba. Y la paciencia. Él va al paso, no te apura de que ahora tienes que saltar 20 metros. Siempre despacito, primero por aquí, luego por aquí... Todo muy cuadriculado.
La velocidad es la principal evolución.
Es lo que más he trabajado con él, lo único que me faltaba. En Cuba era mucho más salto y salto. Ahora corro demasiado, parezco velocista.
¿Cómo es Jordan fuera de la pista?
Soy una persona que siempre me estoy riendo. Paso mucho tiempo jugando a la Play, con amigos. Me gusta hacer planes, ir a cenar, a tomar algo. A veces el deporte me priva un poco de eso, pero lo intento. Soy una persona alegre.
Lo de la Play es más que un hobbie.
Tengo mi canal de twitch, pero me falta organizar algunas cosas que no sé. Buscar un amigo que me lo gestione bien, por eso no hago tantos directos. Te digo, me gusta mucho ese mundillo. Cuando lo tenga bien, le daré más caña.
¿Qué le aporta España?
Las personas aquí son increíbles. Son alegres, acogedoras. Me han apoyado bastante para ser recién llegado, estoy muy contento.
¿Fue bien acogido por el resto de atletas?
Al principio hubo recelo. Pero se fue evaporando muy rápido. Creo que ya se me tiene como uno más, como si fuera de aquí.
Ana Peleteiro, que tan importante fue para ti (con ella entrena y fue crucial en su deserción) no se cansa de denunciar los insultos racistas que recibe. ¿Ha sufrido racismo en España?
Racismo no hay en España, hay racistas. Yo no he sufrido ningún tema de racismo gracias a Dios. España no es un país racista. Es asqueroso y está bien que Vinicius o Ana luchen por lo que están luchando. Yo no he vivido nada y no puedo generalizar. Insisto, España no es un país racista. Hay racistas como lo puede haber en Italia o en Alemania o en otros países europeos.
¿Tiene pensado cómo celebraría una medalla olímpica?
No sé. Lo que me de. He pensado en la medalla, pero no en el después. Me pongo en la Gran Vía con la ropa de competición y doy tres volteretas. Qué se yo.
La inolvidable noche de Rudy Fernández: se despide del WiZink dejando al Real Madrid a un paso del título

La inolvidable noche de Rudy Fernández: se despide del WiZink dejando al Real Madrid a un paso del título

Había run run de despedida en la previa, Rudy como centro de los comentarios, porque una victoria del Real Madrid era prácticamente el adiós de una leyenda, el último partido en el WiZink de quien conquistó con su talento y su sabiduría baloncestística a toda una afición. Y el destino tiene estos guiños, el balear iba a darse un baño de emoción pero también de protagonismo. Si la final ya no vuelve a Madrid, si los de Chus Mateo ganan uno en Murcia, quedará ese último rato de Rudy, esos cuatro triples, ese ímpetu irredento, esas lágrimas. [79-63: Narración y estadísticas]

Pudo ser la última noche de Rudy en el Palacio con la camiseta del Real Madrid, pero también la del Chacho o de la Causeur. Los blancos están a un paso de la reconquista de la ACB, de su tercer título del año, en una temporada cuya guinda se quedó en Berlín. Con su inercia demoledora fue demasiado para el UCAM, que le puso todos los ingredientes al duelo para pelearlo, pero que fue frustrado por el colectivo blanco; Chus Mateo maneja una navaja suiza, llena de armas con las que destrozar a cualquiera.

Será recordado el UCAM como un dignísimo finalista, un honor que forjó en dos eliminatorias históricas contra Valencia y Unicaja sin factor cancha y que honró ante un Real Madrid ante el que no salió a verlas venir. Dice Sant-Roos que son "las locuras" de Sito Alonso que todos siguen a pies juntillas. Pero cómo iban a llegar hasta aquí y no competir, no intentar disfrutar de la adrenalina de una batalla en la que la mayoría nunca estuvieron.

Rudy Fernández, en acción contra el UCAM Murcia.

Rudy Fernández, en acción contra el UCAM Murcia.ACB Photo

Duró lo que duró y el miércoles en Murcia el Real Madrid puede ser campeón, pero el UCAM salió a competir con bravura y valentía, con la zona como cebo para intentar hacer dudar al rival (los blancos fallaron 10 de los 11 primeros triples que intentaron) y con los guerreros de Sito dispuestos a cualquier cosa. Mediado el segundo acto se veían plenos, por delante incluso en el marcador (22-23), con un oponente al que le señalaban dos técnicas por protestar.

Pero entonces apareció Rudy, que no quiere alfombras rojas como despedida. Quiere baloncesto, competición, lo que mejor hizo siempre. Con él en pista todo cambió. Un 18-7 de parcial hasta el decanso, con Yabusele como mejor acompañante y una respuesta táctica genial de Mateo. Zona contra la zona, Rudy a los mandos y el segundo round cuesta abajo.

No se iba a rendir tan fácilmente el Murcia. Y eso que Musa, con demasiado afán de protagonismo ofensivo, estiró la cuerda hasta el +13 (49-36). Se volvió a poner manos a la obra Sito, rigor táctico e intensidad, Sleva como respuesta y triples que se clavaban en el pecho del Madrid. El de Hakanson, volvió a acercar a los visitantes (55-51).

Y entonces volvió Rudy. Y robó un balón. Y levantó a las tribunas. Y se llevó el enésimo golpe. Y anotó su tercer triple, ya en el último cuarto, cuando estaba escribiéndose un guion maravilloso. Porque después también clavó, a una mano, una canasta sobre la bocina de la posesión. Para delirio del WiZink.

El Murcia siguió intentándolo, pero ahí seguía Rudy, que con su cuarto triple sin fallo sentenció el partido. Quedaban más de dos minutos, Chus Mateo lo cambió por Llull y se produjo un momento inolvidable. Una ovación infinita, más de 10 minutos de honor a la leyenda entre lágrimas. A un jugador irrepetible, un adiós único.

Moha Attaoui, entre el punch de Pogacar y los vídeos de El Guerrouj: "Voy a sorprender"

Moha Attaoui, entre el punch de Pogacar y los vídeos de El Guerrouj: “Voy a sorprender”

«Yo me siento más español que...», bromea Mohamed Attaoui (Beni Melai, Marruecos, 2001), rematando cada frase con media carcajada, entre la timidez y la ambición, una perla que llegó a Torrelavega con seis años y que ahora se pule en los cielos de los Alpes, en la coqueta St. Moritz (Suiza), donde pasa frío y aburrimiento dice, pero donde su rendimiento se empieza a disparar gracias a uno de esos «trenes que pasan una vez en la vida». «Al principio, me daba miedo. Cambiar de grupo de entrenamiento, otro idioma, otro entrenador. Pero me está yendo todo súper bien...», cuenta de su fichaje por el On Athletics Club Europe a finales de 2023.

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Hasta entonces, Attaoui hacía lo que podía. Ochocentista con talento innato, fue subcampeón de Europa sub 23, pero se pagaba de su bolsillo concentraciones en Ifrane o Sierra Nevada. Ahora empiezan los frutos de la profesionalización, de sus «durísimas» sesiones con el gurú alemán Thomas Dreissigacker: «No hay ni un día de descanso». Hace unos días logró la mínima olímpica en Nerja (1:44.88) que rebajó después en Nancy (1:44.57), credenciales para el Europeo que arranca este viernes en Roma, para el próximo campeonato de España y, por qué no, para los Juegos Olímpicos, pese a la competencia nacional en la distancia sea durísima (Mariano García, Adrián Ben, Álvaro de Arriba, Saúl Ordoñez...).

«Nos hace mejor a todos, así nadie se duerme. No vale con el 100%. Y prefiero estar en esta época, con tantos que destacan, a ser el rey absoluto, que con 1:45 me valiera para todo y luego llegara al Mundial y no hacer nada. En España, el que vaya a los Juegos puede estar en la final perfectamente», razona y habla de algo que le hace especial, ese punch como lo define su propio entrenador, ese cambio de ritmo que en su mente es Pogacar atacando -«madre mía, pega un cambio endiablado. ¡Pero quien le va a seguir! Me encanta»-, su ídolo junto a Messi, pero también El Guerrouj, del que confiesa ver vídeos, «carreras míticas para aprender».

Moha Attaoui.

Moha Attaoui.ON / LOGAN SWNEY

La vida de Moha es un viaje a los seis años, desde Beni Melai, donde recuerda a sus hermanos «llevando a las ovejas a pastar con 12 años», a Torrelavega. De la «dureza» de Marruecos al sueño de Cantabria, donde su padre había llegado dos años antes para trabajar en la construcción, ahorrar y traer a sus cuatro hijos y su mujer. «Fue un cambio de vida a mucho mejor. Aunque al principio, que no sabía hablar castellano, se me hizo bastante duro. Estaba solo en el cole, nadie quería estar conmigo», rememora.

El atletismo se cruzó en su camino de casualidad, en los cross escolares que ganaba sin entrenar, sólo «jugando y corriendo en el parque», después el club del pueblo y esas carreras de adolescencia en las que permanentemente quedaba segundo porque Marco Gómez siempre le ganaba. «Qué pesadilla. Ahora él me dice: 'Qué cabrón'». Tuvo dudas, fue y volvió, le visitó la desmotivación. «Falleció mi padre y ya los entrenamientos no eran juegos, pasabas a entrenar duro, series, rodajes. Y eso lo odiaba. Me puse a jugar al fútbol unos meses. Ya con 18 regreso y me empiezan a salir las marcas».

«Voy a sorprender», pronuncia ahora rotundo, ante el verano de su vida. Aún en el 800, aunque lo que a él le gusta es el 'milqui'. «Tienes más tiempo para maniobrar. En el '8', al mínimo error, estás fuera. Igual el año que viene...», augura.

Moha, si no fuera por el atletismo, ¿dónde estarías?
Trabajando. En Torrelavega, con mi hermano, montando parques infantiles. Siempre me decía que me fuera con él los veranos. Ahora, después del atletismo me gustaría ser profesor de educación física.
Doncic y Kyrie Irving, una improbable historia de redención en busca del anillo

Doncic y Kyrie Irving, una improbable historia de redención en busca del anillo

La historia de la NBA está repleta de quijotes y sanchos, de estrellas acompañadas de escuderos imprescindibles para alcanzar el éxito. No se entendería Jordan sin Pippen, ni Kobe sin Shaq (¿o al revés?), ni Kareem sin Magic, ni Malone sin Stockton... Estos días se valora la cima de Luka Doncic en sus primeras Finales (a partir de este jueves, contra los favoritos Celtics), se debate sobre las fórmulas para defenderle, se retrocede en el tiempo para entender cómo su paso por el Real Madrid forjó su competitividad y se divaga sobre si ese dolor en la rodilla será capaz de condicionarle en la feroz serie contra los verdes. Pero, sobre todo, se valora otro talento innato del esloveno, el liderazgo silencioso que está suponiendo la dualidad que forma con Kyrie Irving, un jugadorazo excéntrico que muchos ya daban por perdido para cualquier causa.

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Porque Kyrie es único, "el jugador más talentoso que la NBA haya visto jamás". No lo dice cualquiera, lo acaba de pronunciar LeBron James de quien fue también su acompañante perfecto, clave con su inolvidable triple, en aquella aventura que supuso el anillo de 2016, el primero con los Cavaliers, nada menos que ante unos Warriors que parecían intocables. "Lo llamaría 'el mago todo el tiempo', no había nada en la cancha que Kyrie no pudiera hacer. Y sentado aquí mirándolo, estoy tan jodidamente feliz y tan orgulloso. Y al mismo tiempo enojado porque ya no soy su compañero", analizó el Rey. Irving, que tras salir de Cleveland un año después pasó precisamente por Boston y luego por Brooklyn hasta llegar hace dos cursos a Dallas, no ha vuelto a unas Finales y si por algo se ha hablado de él ha sido por sus constantes polémicas.

Desde afirmar que la tierra es plana, que John Fitzgerald Kennedy fue asesinado porque quería "terminar con la mafia bancaria en el mundo" a que la CIA mató a Bob Marley por enaltecer la paz. También fue apartado por los Nets -estuvo meses sin jugar los partidos como local- por negarse a vacunarse del Covid y hasta Pedro Sánchez le citó en el Congreso: "Hay una estrella de la NBA que dice que no se quiere vacunar porque hay una conspiración detrás para vacunar a los negros y conectarlos con un ordenador que tiene un plan satánico". Aunque quizá la más radical de sus polémicas fue cuando Irving promocionó en sus redes sociales un documental ('Hebrews to Negroes: Wake Up Black America') antisemita que defiende que los negros son los verdaderos descendientes de los israelitas. Borró aquel tweet y se disculpó, pero el daño fue enorme.

Doncic e Irving, tras lograr la clasificación para las Finales de la NBA.

Doncic e Irving, tras lograr la clasificación para las Finales de la NBA.CRAIG LASSIGEFE

Todo ese ruido parecía haber terminado con la carrera del base con raíces australianas, de aquel demonio que fue MVP en el Mundial 2014 con el USA Team en España y que ahora deambulaba en Brooklyn sin demasiada gloria y habiendo dilapidado un Big Three de fuegos artificiales junto a Kevin Durant y James Harden. A Irving le rescató en febrero de 2023 un traspaso en el que tuvo mucho que ver Nico Harrison, el General Manager de los Mavericks que le conocía de sus tiempos como ejecutivo de Nike. A cambio de Dinwiddie y Finney-Smith, su llegada a Texas era una salida para todos, aunque no parecía que el rendimiento iba a ser tan inmediato y que iba a encajar como lo ha hecho con Doncic.

A sus 32 años, Irving, en su primera temporada completa junto a Doncic, vuelve a unas Finales. Lo hace con un rendimiento extraordinario y habiéndose ganado hasta tal punto la confianza de la franquicia que le han firmado una extensión por tres años y 120 millones de dólares. "Está siendo la mejor parte de mi carrera. Poder ahora dar sabiduría y también hablar desde un lugar de experiencia. Cuando eres joven, intentas acelerar la vida, intentas superarlo todo", comentaba en la previa, apoyado en los números: 39 victorias y 19 derrotas con él y 11-13 en su ausencia por lesión durante el curso.

"No hay manera de parar por completo a Doncic e Irving", avisa Mazzula, entrenador de los Celtics. "Ellos encajan. Kyrie ha dado muchas vueltas, no le importa ser el plan B. Es paciente, está tranquilo, eso no se encuentra en esta Liga", valora Jason Kidd sobre su dupla, asombrosa en lo numérico. Doncic e Irving anotaron 59,5 puntos por partido en la temporada regular, lo que han mantenido en la final del Oeste contra los Timberwolves (59,4). Una química que se pondrá a prueba contra los excelente defensores de Boston (Jrue Holiday, Derrick White, Jaylen Brown, Jayson Tatum...), pero que va mucho más allá de lo estadístico. Su complicidad, mostrada en la cancha y expresada en los micrófonos sin tapujos. "Él no ha hecho nada más que apoyarme en todo. Me ha ayudado un montón a madurar, a saber que tengo que mirar los partidos de una manera diferente. Obviamente también es una gozada estar con alguien que juega de la manera en la que él lo hace. Ha sido un líder para nosotros, no sólo para mí, alguien espectacular", se rindió Doncic. "Me ha presionado para continuar trabajando en mi juego, mejorando, como el líder joven que es. Y en la palabra en la que los dos coincidimos es en madurez. Cuando llegué a Dallas estaba pasando por muchos problemas y aquí me acogieron con los brazos abiertos. Sabía que en cuanto se abriera conmigo sería un gran osito de peluche. Pero de los que quiere competir. Me gusta sentarme y maravillarme con su talento. Se ha convertido en un gran padre; disfruto viéndole formarse como una gran persona", contestó Irving, ante el sonrojo de Luka.

Ricky Rubio no estará con España ni en el Preolímpico ni en los Juegos

Ricky Rubio no estará con España ni en el Preolímpico ni en los Juegos

Sergio Scariolo anunció este jueves la lista de 22 jugadores con los que la selección española afrontará un verano importantísimo, en el que tratará de acudir a la cita olímpica de París, para lo que deberá buscar su billete en el Preolímpico que se disputa en Valencia del 2 al 7 de julio. Y la gran novedad fue la ausencia de Ricky Rubio.

"Ricky nos ha pedido un tiempo de reflexión, tiene que tomar decisiones definitivas sobre su carrera y su vida. Con todo el cariño hemos recibido esta comunicación. No nos ha alegrado, pero respeto total para él", pronunció el seleccionador sobre el base del Barça, que regresó en febrero, precisamente con la selección, tras unos meses apartado del baloncesto por sus problemas de salud mental.

Tras disputar la ventana de clasificación para el Eurobasket y el final de temporada con el Barça, en el que no logró la clasificación para la Final Four ni para la final de la ACB que a partir del sábado disputan Real Madrid y UCAM Murcia, Ricky, que no estuvo en el pasado Mundial, tampoco estará en este reto olímpico.

El otro gran nombre propio fue el del Lorenzo Brown, que vuelve con la selección dos años después de conquistar el Eurobasket 2022. El base del Maccabi se incorporará más adelante, como Juancho Hernangómez, Rudy Fernández, Llull y Abalde, que siguen disputando con sus clubes las ligas domésticas. Y Garuba y Aldama, por los permisos de la NBA en cuanto a días de concentración.

El resto, 15, empiezan el lunes en las instalaciones de Embassy en Málaga. "La mayoría de nuestros jugadores no vienen de una buena temporada a nivel de clubes", afirmó el seleccionador, que especificó que la ausencia de Ricky y los otros tres jugadores (Claver, Sebas Saiz y Tyson Pérez), que han declinado la convocatoria son para todo el verano y también que, en caso de lograr billete para París, no es probable que entre ningún nombre nuevo aunque pudiera haber ausencias.

Bases: Lorenzo, Alberto Díaz, Juan Núñez y Sergi García.

Aleros: Abalde, Abrines, Brizuela, Rudy, Juancho, Llull, X. López Aróstegui, Joel Parra, Josep Puerto, Edgar Vicedo y Santi Yusta

Pívots: Aldama, Garuba, Fran Guerra, Will Hernangómez, Jaime Pradilla, Salvó y Sima.

La proeza sin lógica del UCAM Murcia, un finalista invencible a domicilio que desafía al Madrid: "Esa unión, esas risas que contagian..."

La proeza sin lógica del UCAM Murcia, un finalista invencible a domicilio que desafía al Madrid: “Esa unión, esas risas que contagian…”

El deporte esconde, de vez en cuando, proezas insospechadas y asombrosas, David que vencen a Goliat, Chichi Creus ganando Copas y Ligas con el TDK Manresa o, ahora, el UCAM Murcia plantándose por primera vez en su historia en toda una final de la Liga Endesa. Su gesta es todo un desafío a la lógica: no ha ganado en estos playoffs ni un sólo partido en el Palacio murciano -"Es raro. Este año hemos sido un equipo en casa histórico. Hemos ganado 23 partidos de 25 y no hay manera de ganar en playoff", intentaba explicar su entrenador-, pero, increíblemente, se ha impuesto en los cinco a domicilio, dos en Valencia y tres en la que ha sido la cancha más inexpugnable de toda la temporada, el Martín Carpena.

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Incluido el quinto, agónico como todo lo demás, remontando un 10-0 inicial, rematando con un 0-12 pese al fuego en las tribunas malagueñas. Es el primer equipo que lo logra fuera de casa desde el Barça en la 2013-2014, en Valencia. Se las verá a partir del sábado contra el Real Madrid en toda una final que, pase lo que pase ya, será inolvidable en Murcia. "¿Por qué no soñar? Tenemos una posibilidad".

Lo logrado por los de Sito Alonso resulta asombroso desde el ángulo que se mire. Más allá de haberse convertido en el equipo revelación del curso, con un meritorio quinto puesto (batió su récord de victorias) y su billete para la Copa del Rey que se disputó precisamente en el Carpena, nada ha resultado sencillo para los murcianos. "No es lo que está pasando, es cómo está pasando", reivindicaba el entrenador madrileño tras vencer el segundo en Málaga, en un partido en el que se fue a los 100 puntos, ganó donde casi nadie lo ha logrado este año y lo hizo sin cuatro pilares. Como iba a repetir el miércoles tras dejarse los dos partidos en casa y parecer herido de muerte.

Porque la fatalidad ha perseguido a los murcianos, que se presentaron en los playoffs ante el Valencia sin sus dos jugadores interiores referencia. Ni Simon Birgarder (quien ya se lesionó gravemente a mitad de curso, cuando dominaba estadísticamente la Liga) ni Marko Todorovic. Ganaron los dos en la Fonteta como lo iban a hacer después en el Carpena. También sin Radovic (volvió para el tercero) ni Artur Kurucs (con permiso del club por el nacimiento de su hija Vienna).

Sleva y Sito Alonso celebran el triunfo en el Carpena.

Sleva y Sito Alonso celebran el triunfo en el Carpena.ACB Photo

Sorprende la energía de los murcianos, un club con menos de 40 años de historia, heredero del mítico Juver y sin interrupción en la ACB desde 2011. Sólo una vez anteriormente habían pisado los playoffs (2016, cuartos ante el Madrid; en 1993 cayó en octavos) y hace dos años llegaron a las semifinales de la Copa ACB. Este año, además, logaron ya su histórica clasificación para la Final Four de la BCL que posteriormente se llevó el Unicaja en Belgrado.

Fue un verano de cambios en la plantilla, pero no en el banquillo, donde se mantiene el temperamental Sito Alonso, un pupilo de Aíto García Reneses que llegó a Murcia en enero de 2019 tras una mala experiencia en Zagreb: fue destituido del Cedevita a los 35 días. Y que tampoco había tenido demasiada fortuna en sus etapas en Baskonia y Barça. Y que tuvo que lidar con momentos complicados que recordaba tras su hazaña en Málaga. ""Nos tachaban de locos mí porque soñamos cosas muy difíciles de conseguir. Aun llegando a la final, no cambio todavía ese momento de la llegada a UCAM Murcia, la salvación. Estábamos en LEB. Este es otro hito también muy importante, de una felicidad tremenda. No imaginaba que iba a jugar una final ACB con UCAM Murcia. Pero aquí estamos, hay que disfrutarlo", explicaba.

En verano llegaron Ludde Hakanson (Bilbao), Dylan Ennis (Galatasaray), Simon Birgander (Joventut), Dustin Sleva (París), Moussa Diagne (Tenerife), Troy Caupain (Brescia), Rodions Kurucs (Estrasburgo) y Howard Sant-Roos (Zaragoza). Todos jugadores fundamentales en el devenir del curso. Aunque, para nombre propio, el de Yannis Morin, la gran sensación de los playoffs. El francés, procedente del Chorale Roanne, fue un refuerzo exprés ante las lesiones de Birgander y Todorovic, pero su concurso está siendo más que decisivo. Incluido un rebote ofensivo y canasta determinante en la recta de meta del quinto en el Carpena. "Empujaba porque veía la solidez del equipo. En la comida los veías y sabías que algo iban a hacer. Iban a competir seguro. Esa unión, esas risas que contagian. La ambición la ha transmitido el equipo a la afición", concluía su técnico, orgullosísimo de la zona defensiva que ha resultado un tormento para Unicaja toda la serie.

La hazaña para el recuerdo del UCAM Murcia: gana otra vez en Málaga y jugará la primera final de su historia

La hazaña para el recuerdo del UCAM Murcia: gana otra vez en Málaga y jugará la primera final de su historia

El baloncesto guarda momentos asombrosos, citas que, contra todo pronóstico, se guardarán para siempre en la memoria. Una semifinal entre Unicaja y UCAM Murcia para contraponer un clásico por el otro lado. Lo que podría parecer intrascendente devino en una batalla antológica, repleta de momentos para la historia. El principal, el del colectivo de Sito Alonso, heroico, impredecible, capaz de presentarse en su primera final sin ganar ni uno sólo de los partidos de su camino en playoffs en casa. Lo logró, aquí lo increíble, porque se impuso en todos a domicilio. Incluidos el quinto en el Carpena. [70-79: Narración y estadísticas]

Será el rival a partir del sábado del Real Madrid un equipo inmortal, peleón, bravísimo. Encajado en una zona, resistiendo pese a la plaga de lesiones, pese al favoritismo de ese Unicaja que no ha hecho otra cosa que asombrar durante el curso, el campeón de la Champions League, el mejor equipo de la temporada regular en la ACB. Sabiendo jugar con los nervios el Murcia del oponente, escondiendo sus carencias y potenciando sus virtudes. Llegó a perder por 13 en el primer acto y de cinco al comienzo del último. Se sobrepuso a todo el UCAM, con Caupain y Dylan Ennis a los mandos y un rebote ofensivo vital de Morin en la recta de meta. Una victoria, una proeza, que nadie podrá olvidar jamás en Murcia, el más difícil todavía.

La primera mitad fue un reflejo de la serie, del ir y venir de unos días de maravilloso y atribulado baloncesto entre malagueños y murcianos. Golpeó Unicaja con contundencia, con la agresividad recobrada y un Carpena estruendoso. Un 10-0 para soñar, trampolín hacia un éxito que llegó a ser más (25-12) ante un rival que parecía, por entonces, atemorizado.

Los jugadores del Murcia celebran su victoria en el Carpena.

Los jugadores del Murcia celebran su victoria en el Carpena.Jorge ZapataEFE

Nada más lejos de la realidad, porque las zonas defensivas de Sito Alonso son un trampa que se apoya en la paciencia, en el desconcierto del rival, al que invita a lanzar, a tomar decisiones erróneas. Que juega con sus dudas. Y UCAM lo logró, impulsado también en los lanzamientos de Troy Caupain, en la electricidad de Ennis. Un parcial de 2-17 repentino que anuló por completo a los locales, apenas siete puntos en todo el segundo cuarto, enredados en pérdidas e incertidumbres.

La igualdad siguió a la vuelta, con una tensión insoportable. "El tiempo es un aliado", había avisado Sito al descanso, consciente de lo que juegan los nervios y la presión en estas cumbres. Y esos tiros que en Murcia no entraban a los suyos, ahora eran dianas de Caupain y Ennis, cada vez más dañinos. Cada vez más en la mente del rival, que se vio siete abajo (49-55) y al que rescató otro triple de Kendrick Perry sobre la bocina del tercer acto.

Fue el inicio de la rebelión, liderada, cómo no, por Alberto Díaz (dos triples). En ese momento de temor, apareció toda la rabia del Unicaja, todo ese baloncesto frenético que le ha hecho tan reconocible. Un 14-0 como un directo al mentón del Murcia, que se tambaleaba pero no caía. Y ahí, en esa resistencia de púgil embravecido, estuvo la historia. No había llegado hasta esta orilla para morir sin luchar y en un momento, a pesar de sus problemas con el rebote ofensivo, se había sacudido para volver a igualar (65-65).

Ya no hubo más equipo en el Carpena. Las muñecas malagueñas se encogieron a la vez que crecía la moral murciana, conscientes de lo que tenían ante sí. Igual daba que les birlaran el rebote. O que Kravish anotara un triple fuera de guion. Iba a ser la última canasta local. Un 0-12 final, con Ennis y Caupain como héroes. Una gesta.

Las claves del año en blanco del Barça: la "apuesta radical" por Grimau, el fracaso de Willy y una comparación demoledora con el Madrid

Las claves del año en blanco del Barça: la “apuesta radical” por Grimau, el fracaso de Willy y una comparación demoledora con el Madrid

"No soy idiota, la temporada no ha sido buena. Y, a partir de aquí, ya veremos qué pasa". La era Roger Grimau en el Barça no pasará a la historia. Si sustituir el pasado verano a un entrenador con el carácter, el prestigio y el salario de Sarunas Jasikevicius recién conquistada la Liga Endesa ante el Real Madrid campeón de Europa por un técnico de perfil bajo y sin ninguna experiencia en la élite como el ex alero parecía una apuesta arriesgada -"radical" la calificó el domingo mismo quien la tomó, Juan Carlos Navarro-, el año en blanco de los azulgrana ha confirmado los peores presagios.

Para saber más

Grimau comenzó y terminó de idéntica manera, con una derrota ante el Real Madrid. La primera, allá por septiembre en la Supercopa en Murcia, tenía todas las justificaciones posibles. Ante un rival sin apenas cambios en su plantilla y reforzado con Facundo Campazzo, se plantaba un Barça bisoño y remozado. Ahora en junio, el 3-0 en semifinales de la ACB no puede resultar, sin embargo, más doloroso. Confirma el fracaso de un colectivo que quedó tocado de muerte tras perder el quinto de la serie de cuartos contra Olympiacos y no acceder por primera vez en cuatro años a la Final Four. Y que apenas puede rescatar de su camino algunos destellos, la pulcra temporada regular en la Euroliga y quizá la disputadísima final de la Copa en Málaga (donde, de nuevo, perdió contra el Madrid, como en siete de las nueve ocasiones en que se las vieron).

Grimau y Chus Mateo se saludan tras la victoria del Madrid en el Palau.

Grimau y Chus Mateo se saludan tras la victoria del Madrid en el Palau.ACB Photo

A Grimau, cuya hoja de servicios apenas incluía un paso por el filial y que se rodeó de ex compañeros como Víctor Sada, Carles Marco y Rafa Martínez en el cuerpo técnico, ya le buscan sustituto a pesar de tener un año más de contrato. Suena ya Xavi Pascual y sonarán algunos más (Dimitris Itoudis, Jaka Lakovic...), todos con salarios más elevados y mejores currículums. Y una misión casi desesperada, devolver al Barça a la primerísima plana, algo que no logró del todo ni Jasikevicius y esas Final Four que no remató. En las últimas 10 temporadas, los azulgrana, campeones de Europa por última vez en 2010, han sumado dos ligas (ambas con Saras) y cuatro Copas. Un palmarés incomparable al del eterno rival con Pablo Laso y Chus Mateo: en el mismo tiempo, tres Euroligas, cinco Ligas y cinco Copas.

El propósito de enmienda de Juan Carlos Navarro en la dirección deportiva junto a Mario Bruno Fernández fue el de españolizar la plantilla como clave de la competitividad perdida. Finiquitó al carísimo Nikola Mirotic y se la jugó por el no menos caro Willy Hernangómez de vuelta de la NBA, por pagar la cláusula de Darío Brizuela al Unicaja, por Joel Parra y por otra apuesta que, esta sí, iba a resultar lo más ilusionante que le ha sucedido al equipo durante todo el curso: Jabari Parker. En febrero, además, se incorporó Ricky Rubio tras su año apartado por sus problemas de salud mental, lo que parecía un plus para la hora de la verdad donde se disputan los títulos. "No he sido todo lo que esperaba", reconoció él mismo.

Pero, por primera vez desde 2017 con Bartzokas, el Barça se despide sin ningún título. Sin ni siquiera pisar la Final Four ni la final de la ACB por tercera vez en 18 años. Recibiendo casi 300 puntos en tres partidos del Madrid. Y volviendo a recurrir (como en la final de Copa) al arbitraje como excusa ("Estamos siempre supercondicionados").

Abrines, tras la derrota contra el Madrid.

Abrines, tras la derrota contra el Madrid.ACB Photo

Con sensaciones poco esperanzadoras en la plantilla y el vestuario, donde Willy, señalado por estatus y salario como el referente que se necesitaba, no sólo no ha estado a la altura en lo deportivo, también ha mostrado evidentes signos de poco feeling con Grimau. Con Kalinic, otro peso pesado, sin convocar para el tercero en el Palau. Con Vesely expulsado, Jokubaitis inédito y Ricky superado claramente por Campazzo. "Estamos en el Barça, el balance es malo porque no hemos ganado nada. Aquí hay que ganar. Es complicado en caliente ver más allá. Hemos tenido momentos en la temporada en los que hemos jugado muy bien al baloncesto, pero evidentemente esto no sirve porque hay que jugar bien cuando toca, cuando nos jugamos títulos. Y hay que luchar por ellos. Como mínimo, aquí en el Barça hay que estar en disposición de ganarlos. La temporada, a excepción de la final de Copa del Rey...", pronunciaba un Grimau con aroma de despedida.

Esa sensación de inferioridad ante el Real Madrid será, de nuevo, clave en los movimientos de mercado que intentarán reiniciar de nuevo el proyecto. "No será una revolución, a veces dos o tres piezas son muy importantes", admite un Navarro consciente de que las arcas culés no están para fiestas y que la mayoría de jugadores de la plantilla tienen contrato en vigor: sólo finalizan Oriol Paulí, Kalinic y un Ricky cuyo futuro es toda una incógnita. Los nombres de refuerzos ya han empezado a sonar, empezando por el ex madridista Juan Núñez.

Campazzo remata al Barça y lleva al Real Madrid a la final por la vía rápida

Campazzo remata al Barça y lleva al Real Madrid a la final por la vía rápida

Hace siete días exactamente perdía el Real Madrid toda una final de Euroliga en Berlín. Ya no hay rastro de aquella decepción porque hoy avanza al desenlace de la ACB, sin rasguños ante el eterno rival, un Barça desquiciado y sin alma, eliminado por la vía rápida en una temporada, la primera (y seguramente la última) de Roger Grimau en el banquillo, para olvidar. En el envite más igualado y pasional, en un Palau donde Chus Mateo no ganaba desde hacía dos años, los blancos finiquitaron la semifinal con un Campazzo mortal en la recta de meta. [92-95: Narración y estadísticas]

Pocas veces un choque 'clásico' resultó, en global, tan desnivelado. El Real Madrid ha borrado en apenas una semana sus males y buscará la reconquista de la Liga Endesa y el triplete nacional ante Unicaja o UCAM Murcia. El Barça cierra un año aciago, sin Final Four y sin nada que llevarse a la boca, con un doloroso 3-0, encajando casi 300 puntos en tres partidos, que es una estocada al proyecto post Jasikevicius.

Fue la calma lo que permitió al Madrid acabar con la semifinal que ya venía encarrilada desde el WiZink. Porque, sin red, los azulgrana pusieron sobre el parqué toda la agresividad y energía que les quedaba. A lomos de un extraordinario Jabari Parker (27 puntos y seis rebotes), llegaron con aliento a falta de minuto y medio (90-90), pero ahí temblaron las muñecas, las de Laprovittola y Abrines, y apareció la determinación de Campazzo para sentenciar con dos grandes canastas.

Mate de Jabari sobre Tavares.

Mate de Jabari sobre Tavares.ACB Photo

Desde el amanecer se mascaba la tensión que supone el abismo, la desconfianza con el arbitraje, la frustración de un Barça perdido, con quintetos nuevos cada vez y Kalinic, tan importante antaño, ahora ni siquiera convocado. Pero a Grimau no le quedaba otra que elevar la temperatura, que implicar al Palau, que enervar a sus pupilos. Incluso aunque eso supusiera que su mejor jugador, todo un veterano como Vesely, perdiera los nervios y fuera expulsado (por antideportiva y técnica) a los 12 minutos.

No había red y en estas angustias donde ya el baloncesto no parece alcanzar, tocar a rebato suele ser la única opción. Al menos demuestra amor propio. Especialmente cuando el rival, el que te ha hecho 200 puntos en los dos rounds anteriores, arranca con cuatro de cinco en triples, con una ventaja que llegó a ser de 13 al comienzo del segundo acto (20-33), con Yabusele inspiradísimo. Precisamente ese calentón de Vesely marcó la reacción local, ejerció de revulsivo, con Willy como única opción en la pintura y un maravilloso Jabari Parker. Entre la pareja de ex NBA, 28 puntos para arrimar a un Barça que seguía encendido y que había encontrado el perímetro -incluso con Hernangómez como amenaza- para seguir con vida al descanso (45-49).

La polémica dio paso al espectáculo tras el paso por vestuarios. El Barça parecía haberse sacudido los miedos y se sucedían las acciones asombrosas, como un poderosísimo mate de Jabari sobre Tavares o un alley oop de Campazzo y Hezonja. Con el primer triple de Abrines en la semifinal y la enésima de un Jabari que ya lo acaparaba todo (Hezonja no era capaz de frenarle) igualaron al fin los de Grimau se pusieron por delante (57-55), en una batalla ahora sin dueño y sin complejos.

Musa era la respuesta blanca, pero el Barça por primera vez en la serie estaba subido en la ola, finísimo en ataque. Las faltas en ataque penalizaban a un Madrid que no desesperaba -pese a la técnica a Mateo- y un triple sobre la bocina de Ricky cerró el tercer acto. Fue clave también porque enchufó momentáneamente al base, que tomó las riendas en el estupendo toma y daca que se había convertido la tarde en el Palau.

El Madrid tiró de lo mental para seguir agarrado a la batalla, para jugar con los nervios del rival. Y eso que Laprovittola anotó un gran triple a falta de dos minutos. Entonces, Campazzo como respuesta, como puntilla. Seis puntos del argentino (acabó con 21 y seis asistencias) para silenciar el Palau.