A España le sale todo: ‘los Bryan’, Gil y Zaragoza, mantienen la inercia en la victoria ante Suiza

Actualizado Lunes, 18 noviembre 2024 - 23:01

Fue un partido tonto, para qué mentir. Quitando el entusiasmo de la gente de Tenerife, lógico tras 28 años sin ver a la selección española en directo, el partido fue un ni fu ni fa. Quedará para las estadísticas que fue la primera vez en la historia que, entre un partido y otro, España cambiaba a los once jugadores. Ocurrió otra vez, en 2021, en aquel amistoso contra Lituania previo a la Eurocopa que, en realidad, jugó la sub'21 disfrazada de absoluta, pero en condiciones normales era la primera vez que sucedía. Y quedará para las estadísticas el partido oficial número 21 sin perder de forma consecutiva, y quedará por último un cierre exótico, muy entretenido, a un 2024 ya inolvidable para la selección, campeona de Europa en verano y con un fútbol que invita a sonreír pensando en el futuro. Se impuso a Suiza, pero eso es lo de menos. Lo de más es que en el mes de marzo jugará los cuartos de final de esta Liga de Naciones, y seguirá siendo atractivo este equipo, y seguirá siendo favorito ante quien le toque, que será Italia, Croacia o los Países Bajos, a los que también, nada lo impide, se le puede llamar Holanda. [Narración y estadísticas (3-2)]

Esos once cambios para cerrar un 2024 maravilloso desnaturalizaron a un equipo para el que 2025 solamente será el año de transición hacia el Mundial. Habrá de conseguir la clasificación en la segunda mitad del año, pero inevitablemente la vista se va hacia la cita del verano de 2026 en México, EEUU y Canadá. Antes, en marzo, serán esos cuartos de final de la Liga de Naciones, y si gana, la Final Four en junio, y luego ese proceso clasificatorio, pero la envergadura de este colectivo hace que esos partidos se intuyan solamente como el camino a seguir hacia el gran objetivo, que no es otro que levantar la segunda Copa del Mundo.

Ese 2026 está muy lejos, sí, pero a la vez está muy cerca visto el rendimiento actual de España, que ayer, sin jugarse nada y con un montón de secundarios, se impuso sin muchas ínfulas a Suiza, un equipo bastante limitado, lejos del buen grupo que fue hasta no hace mucho y que, sin ir más lejos, eliminó a Francia y llevó a España a los penaltis en la Eurocopa de 2021.

Samu, como aliciente

No pasó gran cosa sobre la hierba del Heliodoro Rodríguez hasta que, a la media hora, el penalti sobre Morata movió un poco el cotarro. Lo iba a tirar el capitán, pero la gente pidió que lo tirara Pedri y, como era el día que era, de fiesta, pues lo tiró Pedri. Lo falló, pero como la cosa era que marcase un canario, al segundo rebote Yeremy Pino adelantó a la selección para delirio del personal. La noche volvió a adormecerse, y casi el único aliciente era ver a Samu, el delantero del Oporto.

Bryan Gil celebra su gol, el segundo de España.

Bryan Gil celebra su gol, el segundo de España.EFE

Salió en la segunda parte. Pero en la segunda parte España ya estaba desinflada definitivamente. Destensada, apenas un poco de empuje de Monteiro, un extremo entusiasta del Young Boys, le sirvió a Suiza para empatar. La selección, que terminó en el campo con Pablo Barrios, con los Bryan (Gil y Zaragoza, autores por cierto del segundo y el tercer gol) y con Samu de delantero, Fabián y Pedri como únicos rostros reconocibles, volvió a ponerse por delante hasta dos veces solamente para no perder la inercia, pues en juego, real, no había nada.

Primero fue Bryan Gil quien peleó un balón dentro del área para poner el 2-1 en ese momento, y después fue el otro Bryan, Zaragoza, el que sufrió un penalti bastante claro después de una jugada individual eléctrica. Esos idas y vueltas convirtieron en muy divertido el final de una noche que encontró a Luis de la Fuente celebrando ese último gol como quien celebra algo realmente trascendente. Quizá lo sea para él, arquitecto del proyecto más ilusionante que ha tenido la España futbolera desde hace una década.

La noria interminable de De la Fuente: 64 jugadores, 19 debutantes y sólo cuatro fijos

Actualizado Domingo, 17 noviembre 2024 - 21:56

Con la selección ocurre una cosa curiosa. Mientras en el gran público no despierta demasiado interés entre campeonatos, incluso en una época como esta, donde da gusto ver al equipo y viene de ganar la Eurocopa, en las ciudades donde aterriza todo se pote patas arriba, especialmente el tráfico en los alrededores del estadio. Hacía 28 años que España no jugaba en Tenerife (en 1996 venció a Eslovaquia, 4-1) y en la isla todo pasa por el partido de hoy. Ayer, en el entrenamiento abierto que servía también para recaudar fondos y ayudar así a los damnificados por la DANA, los más aclamados fueron, cómo no, Pedri y Ayoze, que para eso son de aquí.

El caso es que, con nada en juego en el partido, porque España certificó ser primera de grupo el pasado viernes en Copenhague y Suiza ya ha firmado su descenso a la Liga B de esta Nations, la cosa pasa por ver las caras nuevas de esta concentración. Y Luis de la Fuente le va a dar ese gusto al personal.

El seleccionador ha hecho jugar, en los 26 partidos que ha dirigido, a 64 jugadores (el último el pasado viernes, Marc Casadó). De ellos, 55 han tenido, al menos, un minuto. Hoy se intuyen al menos dos novedades más, Aitor Paredes y Samu Aghehowa. Si no es como titulares, con minutos durante el partido, para convertirse en los debutantes número 20 y 21. Sólo hay cuatro futbolistas que hayan estado en todas sus convocatorias: David Raya, Fabián, Zubimendi y Nico Williams, aunque el extremo del Athletic se cayó de tres de esas listas por lesionarse en la jornada del fin de semana.

Porque De la Fuente ha llevado al equipo a la siguiente fase. Empezó con muchas dudas y haciendo muchos cambios de su primer a su segundo partido. Pero el trastazo ante Escocia hizo que se volviera conservador y mantuviese un gran bloque de, al menos, siete u ocho jugadores en todos los partidos. La prueba más evidente de esto fue la pasada Eurocopa, donde, salvo el intrascendente tercer partido de la fase de grupos contra Albania, mantuvo el mismo once salvo alguna lesión (Laporte en la primera jornada y Pedri, que se fue lesionado en la semifinal).

Y resulta que el cuerpo técnico todavía tiene jugadores en sus libretas de apuntes a los que no ha llamado. «El otro día bromeábamos en el staff, porque tenemos cuatro o cinco jugadores por puesto que cualquiera de ellos podría ser titular en este equipo», explicaba el técnico el pasado viernes en Copenhague, donde su equipo sumó su partido oficial número 20 sin perder.

Y en esas reuniones sonríen al ver cómo la baja de Dani Carvajal parece que la puede suplir, con más que dignidad, Pedro Porro, que hasta ahora había dejado dudas. O de que detrás de Álvaro Morata se intuyen opciones como Ayoze Pérez o el propio Samu, un tipo sobre el que se posarán hoy casi todas las miradas. Porque en esta nueva fase de la selección, la tercera fase, por llamarlo así, resulta que, juegue quien juegue, el equipo funciona. «Queremos seguir ganando, estos jugadores tienen hambre y para nosotros hay mucho en juego», zanjó Luis.

España, del 11 al 1 en el ranking FIFA en los dos años de De la Fuente: “Nos hemos dejado la vida”

Actualizado Domingo, 17 noviembre 2024 - 19:51

¿Quién dijo que no había un objetivo más o menos serio para este lunes en Tenerife? La selección española no se juega nada en el grupo de clasificación, siendo primera como es, y siendo Suiza última como es, pero si España gana, podría ser la próxima selección en ocupar el número 1 del Ranking FIFA. Y eso, claro, no ha pasado desapercibido para Luis de la Fuente, que se ha encontrado con los medios este domingo en el Heliodoro Rodríguez, justo antes de que unas 10.000 personas acudieran al entrenamiento abierto.

"Nuestra obligación pasar por ganar mañana. Por prestigio, por responsabilidad, por representar a un país... Mira, hace dos años, cuando empezamos, éramos la selección número 11 de ese ranking, y si ganamos y se dan una serie de circunstancias, podríamos colocarnos en el número 1", explicó el seleccionador.

Ahora mismo, España es tercera en ese ranking, por detrás de Argentina, primera, y Francia, segunda. Si España gana, pocas condiciones más. Será la primera del ranking. En todo caso, lo que parece claro es que, hoy, España es la mejor selección del mundo, y a ello se va a dedicar, a mantenerlo, el equipo y el entrenador.

"Simplemente hemos hecho nuestro trabajo, nos hemos dejado la vida para que esto saliera así", dijo De la Fuente, que ha visto cómo se ha hecho famoso.

"Ganar así te pone más en el foco, te reconoce más la gente, pero vamos, yo sigo haciendo mi vida normal, y siempre me he sentido muy querido, valorado y reconocido. Sigo sintiendo ese afecto y ese cariño y celebro que la gente me vea como una persona normal, cercana", explicó, y eso, la cercanía, la normalidad, también lo aplicó a Morata, por el que le preguntaron.

"Cuando se retire nos daremos cuenta del legado que deja. Los datos deportivos están ahí, pero es que además es una gran persona, un gran capitán", le definió su entrenador, que volvió a poner la persona por delante del futbolista cuando habló de Casadó: "Aparte de jugar al fútbol hay mil cosas más que valorar, y él las tiene todas", cerró.

El capitán Morata busca acompañante

Actualizado Sábado, 16 noviembre 2024 - 21:35

Ayoze Pérez es uno de esos futbolistas que, si dieran un paseo por la Gran Vía de Madrid, o cualquier otra calle comercial de (casi) cualquier ciudad española, no atraería demasiadas miradas. No le reconocería mucha gente. Ayoze Pérez, el delantero hoy del Villarreal y antes del Tenerife (donde jugará mañana), Newcastle, Leicester y Betis, es la útima incorporación de Luis de la Fuente a un puesto, el de delantero centro, donde, detrás de Morata, no hay nadie fijo. La actuación del canario ante Dinamarca (volvió loca a la defensa e hizo el segundo gol), unido a su temporada a las órdenes de Marcelino García (10 goles en este arranque de curso) le sitúan como el hombre de moda para ese puesto.

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Dice el seleccionador que tiene hasta cuatro jugadores por puesto con el nivel suficiente para jugar con España. En este concretamente, en el de delantero centro, la figura incuestionable es la de Álvaro Morata. Por fútbol, claro, pero también por ser quien porta el brazalete. El capitán es muy querido en el grupo y mientras mantenga el nivel no tendrá problema para ser el titular. Ocurre, sin embargo, que tiene 32 años y faltan casi dos para el Mundial, de modo que la obligación del cuerpo técnico es ir viendo opciones. Objetivos no le faltan a Morata, a solo un gol de igualar a Fernando Torres como tercer máximo anotador de España. Lleva 37, y aunque algo lejos, Raúl, el segundo en esa lista con 44, tampoco es un imposible.

Pero detrás de Morata hay pelea. Ayoze, visto estos últimos meses, y visto lo del viernes por la noche en Copenhague, es ahora mismo el meritorio número uno. Pero no es el único. De hecho, el siguiente podría ser Samu Aghehowa, la gran novedad de esta convocatoria, un chico que también ha empezado la temporada como un avión, marcando 12 goles con el Oporto y cuatro en el último partido con la sub'21, en octubre. Con una tipología completamente distinta a todo lo que hay (alto, fuerte, potente y rápido), es una opción de futuro pensando en ese Mundial de México, Estados Unidos y Canadá. Jugará mañana frente a Suiza y será el momento de empezar a calibrar su incorporación a un grupo que ahora mismo va sin freno por la vida.

El tercer nombre, que no ha venido a esta llamada, es Joselu. Fue uno de los fijos con De la Fuente desde que llegó, en marzo de 2023, y se mantuvo, pese a marcharse a jugar a Qatar, en los partidos de septiembre y octubre. No está aquí, pero De la Fuente ya ha demostrado que hay pocas decisiones irrevocables (la de Sergio Ramos, y poco más). Por ejemplo, llamó a Jordi Alba para jugar la fase final de la Nations League en el verano del 23. De modo que tampoco es descartable que vuelva a recurrir al ex delantero del Madrid.

Otras opciones menos probables pasan por jugar con Mikel Oyarzabal como falso delantero (algo que no convence mucho a De la Fuente, mucho más partidario de delanteros puros y duros, con las características que tengan) o seguir de cerca a Mateo Joseph, el delantero que está brillando en la sub'21 (cuatro goles en cuatro partidos). Futbolista del Leeds, cántabro pero salido de la cantera del Espanyol, es otra vía para el futuro.

El triunfo “a puro huevo” de España en el Parken y una racha alucinante: “Esto es para todas las víctimas”

Actualizado Sábado, 16 noviembre 2024 - 00:51

La vida le sonríe a la selección española, de tal manera que los próximos días van a ser una especie de convivencia de amigos. El equipo ha dormido este viernes en Copenhague, donde la noche, fría y lluviosa, no invitaba más que a tomarse una cerveza, y no muy fría, en el Radisson. Canceló el entrenamiento de este sábado y por la tarde coge un vuelo de cinco horas y media para llegar a Tenerife, donde el lunes jugará, sin nada por lo que luchar, contra Suiza.

Bueno, con algo por lo que jugar sí. España lleva 20 partidos oficiales sin perder, Eurocopa y Liga de Naciones por medio. No cae desde marzo de 2023, en Escocia, y juegue quien juegue el equipo funciona. Por eso De la Fuente está tan orgulloso. "Quiero darle especial relevancia a esta victoria, en un campo muy difícil, con un rival que ha hecho una presión uno contra uno, muy fuerte físicamente y muy buenos técnicamente. Hemos dominado muchas facetas del juego y estoy muy contento", dijo el seleccionador, al que aquel tropiezo en Hampden Park le enseñó muchas cosas, entre otras a no hacer cambios a lo loco.

Sí podrá hacer eso -hacer cambios a lo loco- el lunes. "Contra Suiza podremos refrescar al equipo, dar oportunidades a jugadores que lo están pidiendo", razonó De la Fuente, que tranquilizó al personal sobre las lesiones de Alex Baena y Zubimendi. El primero tiene un golpe y un problema en el tobillo, "pero no parece nada grave", según el entrenador, y el segundo sintió unas molestias en la cadera. Ellos dos, junto a Oyarzabal, que vio una tarjeta amarilla que le impide jugar el último partido de la fase de grupos de esta Liga de Naciones (donde España, por cierto, defiende título), han abandonado ya la concentración.

De la Fuente comenzó la rueda de prensa acordándose de las víctimas de la riada de Valencia. "Queríamos dedicar esta victoria a los damnificados de la tragedia en nuestro país, y también quería dar las gracias a la afición danesa, porque el minuto de silencio ha sido precioso", explicó De la Fuente, y es verdad: el minuto de silencio en el Parken de Copenhague fue conmovedor. Fue un silencio absoluto, paso previo a una noche intensa de la que España volvió a salir con brillantez.

España va en moto: vence con brillo a Dinamarca y espera rival para seguir con una racha ilusionante

Actualizado Viernes, 15 noviembre 2024 - 23:01

España va a perder algún partido, seguro. Y España, igual que puede ganar el Mundial, puede dejarlo escapar en cualquier mal día. Pero España es, hoy, probablemente la mejor selección del mundo. Selección entendida, casi, como un equipo que, por ejemplo, es capaz de hacer 20 minutos de fútbol maravilloso para después dedicarse a dejar pasar los minutos sin demasiados agobios. Es un equipo brillante cuando acelera y sólido cuando frena, y todo sin varios de sus presuntos titulares: el portero, un lateral derecho, un central, un mediocentro y los tres de arriba, es decir, Unai Simón, Carvajal, Le Normand, Rodri, Lamine, Nico y Morata. De la Fuente ha creado un monstruo al que alimentan no menos de 30 futbolistas. España estará en los cuartos de la Liga de Naciones en marzo, por cierto, y como primera de grupo, que era a lo que había venido al mítico Parken. [1-2: Narración y estadísticas]

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Lo de los 30 jugadores viene a cuento porque tipos como Pedro Porro, o Vivian, o Ayoze, o Baena, meritorios hasta hace nada, exhibieron un fútbol que les sitúa en cualquier momento en un once inicial. Ayer sin ir más lejos. Es Dinamarca un equipo de la clase media alta europea, y en su casa no es fácil ganar. Cierto que un empate firmaba el objetivo, pero al margen de los lesionados conocidos, De la Fuente optó por dejar a Pedri en el banquillo y jugar con Olmo por detrás de Ayoze, con Baena a la izquierda y Oyarzabal a la derecha. Salvo los primeros cinco minutos, en los que Dinamarca propuso una presión suicida, hombre a hombre a todo el campo, España se sintió cómoda en ese escenario, igual de cómoda que en todos los escenarios últimamente.

Sufrió un poco en ese arranque, pero la primera vez que logró enlazar tres pases seguidos no llegó el gol de milagro. La jugada terminó en córner, y ahí Ayoze la despejó en lugar de empujarla a medio metro de la línea. Después, el mismo protagonista envió un balón al larguero y después, dio el pase a Oyarzabal para el gol tras una jugada maravillosa de todo el ataque. Ayoze, pues, se convirtió en el mejor del equipo tirando de un principio bastante sencillo. Si resulta que a los centrales daneses lo que mejor les viene es cuerpear con un delantero grandote, lo que peor les viene, habrá que concluir, es andar detrás de un tipo pequeño y escurridizo que aparece por donde menos te lo esperas. El jugador del Villarreal fue indetectable para los defensores locales, y desde ahí construyó España esos 20 minutos para el recuerdo.

Fue la fase divertida de la selección, que dio paso, en la segunda parte de la primera parte, a la versión más práctica, esa que también enseñó durante muchos momentos en la Eurocopa del pasado verano. Algo incómoda por el entusiasmo danés, tardó en volver a acercarse a un Schmeichel al que sus mejores años le abandonaron hace mucho. Pero tampoco pasó apuros la selección salvo algún balón parado, algún barullo. Dejó pasar los minutos hasta el descanso. A la vuelta... Pues a la vuelta, cuando el rival está cansado, todo es más fácil. Más que cansado, el rival está desmoralizado, que para el caso es lo mismo.

Oyarzabal marca el primer gol.

Oyarzabal marca el primer gol.EFE

Tuvo más dominio, todavía, España, y pudo trazar ese fútbol bonito del principio, culminado con una jugada, la del segundo gol, donde la pelota partió por la mitad a Dinamarca, con los pases por el suelo, en el trayecto Laporte, Zubimendi, Olmo y Ayoze, que la cruzó muy despacito, muy bien, muy suave, despejando así la única incertidumbre que había en el partido: el marcador. Fue tiempo entonces para ver a los titulares. En el campo fueron apareciendo Fabián Ruiz, Morata, Pedri o Nico Williams, pero también hubo tiempo para otro debut, el de Marc Casadó. Da igual, sean titulares o recién llegados, este equipo funciona, va en moto, y se gusta tanto que se permite despistes como el del gol danés, cuando de puro aburrimiento, una mala entrega de Fabián le dio algo de emoción al último tramo, donde Raya hizo una parada de mérito y vio cómo Schmeichel subía a rematar. Fue una anécdota. Ahora mismo parece difícil pensar en un rival a la altura de esta España, que jugará en marzo los cuartos de final de la Liga de Naciones. Y será la favorita sea quien sea el rival.

Aymeric Laporte, el capitán sin brazalete y el único jugador que se enfrentó a Luis Enrique (y le costó el banquillo)

Aymeric Laporte, el capitán sin brazalete y el único jugador que se enfrentó a Luis Enrique (y le costó el banquillo)

Desde que obtuvo la nacionalidad española por carta de naturaleza, el 11 de mayo de 2021, Aymeric Jean Louis Gerard Alphonse Laporte (Agen, Francia, 30 años), que así se llama en un DNI interminable, ha sido titular siempre que el equipo tenía algo en juego. Bueno, siempre no. Hubo un día en el que no fue titular y no por su rendimiento deportivo, sino porque estaba castigado. Fue en el tercer partido de la fase de grupos del Mundial de Qatar, ante Japón. Laporte, el tipo duro, el hombre fuerte del vestuario de la selección española, vio desde el banquillo aquel choque porque, dos días antes, en la Universidad de Qatar, en el campo base del equipo, se atrevió a enfrentarse a Luis Enrique.

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Más que a enfrentarse, a decirle a la cara que el equipo debía tener un Plan B para cuando las cosas no salieran bien. Al entrenador asturiano, admirador de sí mismo y de su estilo, no le sentó bien. Era la primera vez, y fue la última, en cuatro años, que un futbolista se atrevía a decirle a la cara lo que muchos, la mayoría, pensaban. Así que Laporte fue suplente contra Japón. Y España perdió, por cierto.

El episodio define muy bien a un tipo, Laporte, Ayme para todo el mundo en la concentración, que desde su debut, el 4 de junio de ese 2021, justo antes de la Eurocopa, ha ido labrándose su propio papel en España. De entrada, hoy ante Dinamarca cumplirá su partido número 40 (dos goles). Es, ya de lejos, el jugador nacionalizado que más veces se ha puesto esta camiseta, muy por delante de Alfredo Di Stéfano (31 partidos), Marcos Senna (28), Rodrigo Moreno (27) y Diego Costa (24). Su llegada no fue fácil. En una rueda de prensa en Las Rozas en aquellos días de 2021, se enganchó con un periodista a cuenta de su sentimiento de pertenencia a España. Ahí empezó una difícil relación con la prensa que continúa hoy, y de hecho, durante la pasada Eurocopa, fue el cabecilla del equipo en su rebelión contra una emisora de radio donde, pensaban en el vestuario, alguien les estaba faltando al respeto.

Ascendencia sobre Gavi

Laporte no se calla. Con un toque altivo si no deja a su interlocutor acercarse, es alguien con una personalidad muy marcada. «No voy a depender de lo que pueda pensar la gente para tomar decisiones en mi vida. Si tomo esas decisiones es porque creo que es lo mejor para mí. Puedo acertar o no, pero hay que respetar», decía el pasado miércoles en una entrevista en la Cadena Ser. Por eso, pese a los muchos reproches que encontró en los micrófonos, dejó el Manchester City hace un par de temporadas para fichar por el Al Nassar saudí. Se especuló mucho entonces sobre si el ritmo de competición de una liga tan débil le podía perjudicar para seguir viniendo a la selección, pero siempre ha sido un indisctubile, también para Luis de la Fuente.

Aymeric Laporte.

Aymeric Laporte.PABLO GARCÍARFEF

En la caseta, cuando Ayme habla, los demás escuchan. Especialmente los jóvenes, sobre los que tiene una ascendencia innegable. Y dentro de los jóvenes, Gavi. El centrocampista del Barcelona, que lleva un año fuera de la selección lesionado, es con quien mejor ha conectado el central, hoy en boca de todos porque en enero podría haber noticia. El Real Madrid tiene su nombre encima de la mesa en caso de que se decida a fichar después de la lesión de Eder Militao. A Carlo Ancelotti le vuelve loco, pero quien tiene que soltar el dinero que presumiblemente pedirían los saudíes no lo tiene tan claro. Él, por su parte, se deja querer sutilmente, asumiendo que su ficha en Arabia, por encima de los 20 millones, no sería posible en el Bernabéu.

No se va a poner nervioso, en todo caso, por eso. Es alguien que sabe esperar. De hecho, su pasaporte español llegó en 2021, cinco años después del primer intento, con Julen Lopetegui en el banquillo, en 2016. En aquella ocasión, un par de pesos pesados de aquel vestuario, alineados con un alto cargo de aquella Federación, consiguieron pararlo. Finalmente la unión entre España y Laporte llegó, y llegó hasta el punto de ganar la Eurocopa -«es lo mejor que me ha pasado en la vida», reconoce- y, el pasado mes de octubre, en Murcia, convertirse en el segundo jugador nacionalizado que porta el brazalete de capitán, después de Ladislao Kubala. Hoy, ante Dinamarca, donde un punto le da a España matemáticamente el primer puesto del grupo (ya está clasificada) volverá a ser referencia.

Luis de la Fuente o cómo preparar el partido contra Dinamarca ‘a ciegas’: “Seguro que el nuevo es un buen entrenador”

Actualizado Jueves, 14 noviembre 2024 - 21:18

El seleccionador nacional, Luis de la Fuente, ha tomado como costumbre, en el día previo a los partidos, entrenar por la mañana en España, comer en Las Rozas y viajar por la tarde al destino para dar, a última hora de la tarde, la rueda de prensa oficial. En días como este jueves, la lejanía que supone Copenhague (3 horas y 45 minutos de vuelo) y un retraso de una hora hace que los jugadores lleguen al hotel casi a las nueve de la noche, y él, a la sala de prensa, casi también. Aquí, en el Parken de la capital danesa, donde es noche cerrada a las cuatro y media de la tarde, ha explicado cómo es preparar un partido casi a ciegas.

¿El motivo? Que en el otro banquillo se producirá el debut del nuevo seleccionador de Dinamarca. Brian Riemer sustituyó hace un par de semanas a Morten Wieghorst, que no ha podido superar unos problemas de estrés y ansiedad. Así las cosas, De la Fuente reconoció que, cuando se enteró del nombramiento de Riemer, no sabía a qué se enfrentaba. "No le conocía. Es decir, conocía su trayectoria, sé que ha estado en la Premier trabajando, en el Brentford, y luego en el Anderlecht... Pero no conocía su estilo, aunque seguro que es un buen entrenador. Gracias a Dios tengo un staff magnífico que ha preparado informes para poder estudiarlo y entre hoy y mañana veremos qué instrucciones les damos a los jugadores", ha explicado el técnico.

En todo caso, y visto el año que lleva el equipo, "trataremos de imponer nuestro estilo, para que estén pendientes ellos de nosotros". Hablando de 2024, De la Fuente, que últimamente está mucho más suelto delante de los micrófonos, no tiene reparos en resumirlo. "Es muy difícil de mejorarlo, las cosas como son, pero nuestra idea es terminarlo ganando estos dos partidos y el año que viene, el 2025, seguir mejorando", y lo dice después de haber ganado la Eurocopa y no haber perdido ningún partido, por supuesto.

El técnico no quiere ni oír hablar de repartir minutos, visto que la clasificación está conseguida y un punto mañana ante Dinamarca garantiza el primer puesto. "Es un partido muy importante, queremos ser primeros de grupo y seguir con la dinámica que tenemos. No hacemos cábalas, no pensamos en el día después". Morata y Fabián son dudas. El capitán está ya completamente recuperado de su golpe en la cabeza en un entrenamiento con el Milan y el protocolo FIFA le permite hoy jugar ya. Fabián, preso de un virus que le ha dejado débil, también estará en condiciones, pero mermado.

El increíble viaje de Samu, de un centro de acogida a la selección: "Por mucho que gane, nunca podré compensar lo que mi madre hizo por mí"

El increíble viaje de Samu, de un centro de acogida a la selección: “Por mucho que gane, nunca podré compensar lo que mi madre hizo por mí”

Sienta sus 193 centímetros y se pone un poco de vaselina en los labios. «¡Hace mucho frío!», exclama, aunque la exclamación de Samuel Aghehowa, Samu, (Melilla, 20 años) es tenue como un susurro. Esa timidez apenas deja oír el acento andaluz de quien, hoy, acapara todos los focos en la selección española. Protagonista de un viaje que se inició en Nigeria y pasó por Marruecos, siguió en un centro de acogida en Melilla y germinó en un barrio humilde en Sevilla, el chico cuenta su historia con la mirada de quien todavía teme que todo sea un sueño. Ni siquiera tener que salir pitando de un Mercadona en Oporto porque allí es un ídolo le saca de su objetivo: seguir mejorando para devolverle a su madre todo lo que su madre le ha dado a él.

Bueno, ¿cómo está?
Viviendo un sueño que a veces no me creo que esté pasando.
¿Le han hecho alguna novatada? ¿Le han puesto a cantar?
No, no, de momento... Tengo preparada la canción que cantaré por si acaso, pero vamos, que si se olvidan, no pasa nada.
¿Cómo ha llegado hasta aquí un chico de 20 años que debutó en Primera hace poco más de un año?
Con mucho sacrificio. Creo que me he esforzado mucho para llegar, siempre con ganas de superarme y ser mejor cada día. No me olvido de todos los que me han ayudado.

Dice «con mucho sacrificio», pero en honor a la verdad, el primer sacrificio, el más bestia, y en torno a eso gira casi toda la conversación, lo hizo su madre, Edith Aghehowa. Ella fue quien salió de Nigeria estando embarazada de Samuel, ella fue quien cruzó a Melilla para que su hijo, al que temió perder varias veces en esa odisea, naciera en España, ella fue quien, mudándose a Sevilla, se quedó sola con Samu y con su hermana, Precious, hoy 16 años, y lo hizo como pudo: limpiando, cuidando ancianos... Quizá por eso pide que se le conozca por su segundo apellido, Aghehowa, y no, como hasta ahora, por el paterno.

¿Qué recuerda de su madre cuando usted era niño?
La recuerdo trabajando. Ha trabajado de muchas cosas, de lo que salía, porque no tenía trabajo fijo. Fue una época muy dura y mi madre trabajaba de lo que salía para ponernos un plato de comida cada día a mí y a mi hermana.
¿Siente que le faltó algo durante esos años?
Estoy muy orgulloso de mi madre, siempre ha luchado para que yo y mi hermana saliésemos adelante. No estábamos en buena situación, pero siempre nos dio todo lo que nos pudo dar y yo ahora trato de recompensarla, aunque por mucho que gane, por mucho que le devuelva, nunca será suficiente.

SERGIO ENRÍQUEZ-NISTAL

Dijo hace no mucho que su objetivo era que su madre dejase de trabajar. ¿Lo ha conseguido?
Gracias a Dios, he podido hacer que mi madre deje de trabajar. Ella sufrió mucho por mí, se merece todo lo bueno que le pase, sobre todo se merece una vida tranquila.
¿Qué más recuerda de aquellos años?
Pues que mi madre me acompañaba a los entrenamientos, porque para llegar desde casa a la Ciudad Deportiva teníamos que coger dos autobuses, o si no el metro. Llegábamos tardísimo a casa muchos días y yo al día siguiente tenía colegio. Todo ese sufrimiento, ese sacrificio que ella ha hecho por mí...
¿Qué hizo con el primer dinero que ganó con esto del fútbol?
Por supuesto, le compré una casa para que pueda disfrutar, junto a mi hermana, de la vida que se merece. Estoy muy orgulloso de ella, todo lo que yo haga por ella se queda corto ante lo que ella ha hecho por mí.
¿Cómo más le puede compensar?
Diciéndole que la quiero mucho. Se lo digo todos los días. Es la mujer más importante de mi vida y todo lo que hago es por ella.

"Cuando voy a mi barrio sigo haciendo las mismas cosas que hacía con mis amigos"

Edith, la madre, estaba sola con sus dos hijos, escrito queda, así que siempre necesitó ayuda para poder compatibilizar el trabajo y el cuidado de los niños. Aquí surge la historia de Antonio y Juani, «mis padrinos». «Antonio era como mi padre, falleció hace años. Cuando mi madre tenía que trabajar, nos dejaba con ellos, que eran nuestros vecinos de abajo. Ellos fueron quienes ayudaron a criarnos, a educarnos. Antonio fue el que me apuntó a mi primer equipo, el Inter 4, de fútbol sala en Sevilla. Les estaré eternamente agradecido», cuenta alguien que sólo recibió broncas de su madre cuando algo se rompía en casa por las patadas del chaval al balón.

Es una persona agradecida.
Soy muy humilde y agradecido. Nunca olvido a las personas que me ayudaron en los momentos difíciles.
¿El fútbol le ayudó a ignorar los peligros de un barrio humilde como era el suyo?
Soy un chico que tengo muy claro lo que quiero, y no me dejo influenciar por las personas. Nadie me ha influenciado para mal. Las cosas malas que ha ido habiendo en mi vida las he ido viendo y me he alejado. Siempre he tenido un ambiente muy sano. Muy humilde, pero muy sano.
Siempre se remarca, para mal, el hecho de vivir en un barrio humilde.
Yo he sido muy feliz, y estoy muy orgulloso de donde vengo [el barrio de El Cerezo, en Sevilla]. De hecho, cuando voy a mi barrio sigo haciendo las mismas cosas que hacía con mis amigos. Vamos al parque a hablar de la vida, o de lo que sea. No por estar donde estoy he cambiado como persona.

SERGIO ENRÍQUEZ-NISTAL

Nos contó un día Nico Williams que se quiso comprar un Porsche y su madre no le dejó. ¿Usted?
Ni me lo he planteado. Si en un futuro me puedo dar un capricho me lo daré, pero ahora lo único importante es que mi familia esté bien.

Dice la hemeroteca que tiene un 48 de pie. «Es un 47», matiza, y al margen de si es un error de la documentación o que le ha encogido, un Samu ya relajado cuenta cómo todos los veranos ha asistido a campus de tecnificación para mejorar. «No sólo los veranos. También los días de descanso no dejo de entrenar, porque me faltan muchas cosas por mejorar. Quiero ser un jugador bueno a nivel europeo, a nivel mundial». Vive solo en Oporto, aunque recibe muchas visitas: de su madre y su hermana, de amigos de Sevilla, de sus agentes. Lleva 12 goles, ocho en Liga y cuatro en Europa League, y se intuye en él un delantero para una década, mucho más tranquilo ahora ante la portería rival, mucho mejor en la toma de decisiones. Está cumpliendo el sueño de quien siempre supo que llegaría, casi desde ese Inter 4, o el Nervión, o el Granada, o el Alavés...

¿Cuándo se da cuenta de eso, de que va a llegar?
Siempre he tenido en mi cabeza que el fútbol iba a ser mi vida. Cuando estaba en el filial del Granada, incluso ya en el juvenil, tuve una conversación con mi madre, porque lo estaba pasando mal entrenando por la mañana y estudiando por las tardes. Le dije que iba a ser futbolista y...
Y dejó los estudios.
Lo dejé, sí, porque no me daba la vida y tampoco es que sea muy buen estudiante.
¿Se plantea retomarlos?
Sí. Nadie sabe lo que va a pasar en la vida y los retomaré más pronto que tarde, eso seguro.

"Nico, Lamine, yo... representamos al país sin importar el color de la piel"

Es muy elogiado el mestizaje de esta selección. Nico, Lamine, Balde... ahora usted.
Inmigrantes en España hay, eso es evidente. Nico, Lamine, yo... representamos al país sin importar el color de la piel.
¿Ha sufrido el racismo?
Sí he sufrido racismo, pero es un tema del que no quiero hablar.

La conversación llega a su fin y el epílogo resumen a Samu. «¿Cómo me veo dentro de unos años? Siendo la misma persona humilde que soy». Aunque tenga que ponerse el gorro de la sudadera para no colapsar Mercadonas en Oporto.

El silencio (y el frío) de la selección por Valencia

El silencio (y el frío) de la selección por Valencia

Y el 12 de noviembre, llegó el frío a Madrid. Seguramente a muchos más lugares de España, pero a Madrid, a Las Rozas, que está al norte de Madrid, más bien cerca de la sierra, llegó el frío. Mucho. Muchísimo. Y como resulta que en noviembre, sea el día que sea, a las siete de la tarde es de noche, ese cóctel, frío y noche, deslució un poco el homenaje que la Federación, a través de la selección absoluta, le hizo a las víctimas de la DANA en Valencia y Albacete. Alrededor de 300 personas se abrigaron como pudieron para ver el primer entrenamiento del equipo de Luis de la Fuente en Madrid (sólo hará dos, el otro es hoy).

Fran, un chaval de Las Rozas de unos 12-13 años, acompañado de sus amigos, trataba de entrar en calor a grito pelado . «¡Samu, Samu!». Samu es Samu, el futbolista del Oporto, la gran novedad de la lista, un armario empotrado que va camino de ser el delantero de la próxima década en la selección. Pero eso será otro día. La muchachada, acompañada por los padres más valientes, también enseñaba pancartas para Bryan Gil, y para Nico Williams, cómo no, que a falta de Lamine Yamal es el que más atrae a los jóvenes.

Morata es otro que despierta pasiones, de las buenas y de las malas, pero esta tarde no se ha unido al resto del grupo entrenar porque, según marca el protocolo FIFA, los entrenamientos posteriores a un golpe en la cabeza han de ser sin contacto para evitar otro golpe. Así que ha estado solo haciendo unos ejercicios con los preparadores físicos. Tras el percance del jueves pasado en un entrenamiento con el Milan, es preferible esperar. O bien hoy o mañana ya entrenará con el equipo.

«Jugamos por vosotros»

«¡La madre que me parió, qué frío!», se le escuchaba, entretanto, a un Guardia Civil, que estaba allí no para ver a la selección, sino trabajando, y claro, no es lo mismo. Todo, el Guardia Civil, los policías locales, el público y la selección, dejaron en el aire un duro minuto de silencio por las víctimas antes de comenzar la sesión. «Jugamos por vosotros», es el lema que ha encontrado la Federación, y con la que ha empapelado la Ciudad del Fútbol, para mostrar su apoyo a los damnificados por la catástrofe de hace 15 días. Todos los que ayer pisaron Las Rozas fueron conminados a hacer un BIZUM al 10687 para colaborar en las tareas de reconstrucción. El próximo domingo, en Tenerife, la selección volverá a abrir el entrenamiento para poder recaudar más fondos.

Aunque de donde de verdad saldrá el dinero para ayudar al fútbol valenciano será del Comité de Crisis que ha montado la propia Federación, como si fuera Yolanda Díaz, juntando a la patronal (LaLiga y Liga F) y a los sindicatos (AFE y Futpro). La primera reunión tuvo lugar ayer por la mañana en Las Rozas, y hechos los cálculos (37 instalaciones deportivas afectadas, 15 de ellas campos de fútbol devastados, más de 20.000 licencias y más de 20.000 partidos), se acordó pagar los gastos de desplazamiento y arbitrajes de los equipos afectados desde este fin de semana y, después, proceder a la reparación de todas esas instalaciones.

«Es que es una pena, y todo lo que se pueda hacer, bienvenido», concedía Almudena, la mamá de uno de los adolescentes que gritaban «¡Samu, Samu!», la encargada de traer a unos cuantos en su coche. Menos de una hora después de empezar, los jugadores se retiraron a sus aposentos, no sin antes firmar un montón de autógrafos y hacerse un montón de fotos.