“Mi consejo es que yo lo soñé… y que lo sigan soñando”. Así terminaba la española Carla Bernat, de 21 años, su rueda de prensa como flamante ganadora de la versión femenina del Masters de Augusta, conocida como ANWA (Augusta National Women’s Amateur). El matiz importante es que es una competición reservada a jugadoras aficionadas. Allí, en la misma butaca de piel donde Seve, Olazábal, Sergio García o Rahm se sentaron con la chaqueta verde, ella asimilaba convertirse en la primera jugadora española en ganar esta competición.
El golf nacional ya puede presumir de que lo ha ganado todo en Augusta National: seis chaquetas verdes, el premio de mejor amateur y, ahora, la campeona en el ANWA. Probablemente, y con el permiso de los majors, la competición más prestigiosa que puede ganar una mujer.
Es sábado, faltan cinco días para que comience el Masters de Augusta. El escenario vuelve a acongojar por muchas veces que lo hayas visitado; es la tercera participación de Carla en el torneo. Hoy, Augusta National habla español. Además de la victoria de Carla, Andrea Revuelta y Carolina López Chacarra han terminado entre las 10 mejores. El equipo español, entre técnicos, familias y compañeras, se hace notar, aunque contenido por las rígidas normas del club. Una de las entrenadoras de la Real Federación Española de Golf se pasea por las verdes praderas del campo más exclusivo sosteniendo una bandera española concienzudamente plegada. Augusta no permite exhibición de símbolos, leyendas o banderas.
Carla Bernat, en acción, en Augusta.Getty Images via AFP
El domingo será el día de los niños con la celebración del Drive, Chip & Putt en la final de una competición que se ha venido celebrando durante el año en diferentes fases por todo Estados Unidos. La coronación de los más pequeños dará paso al Masters de Augusta.
Hace solo unos años resultaba impensable que Augusta National albergara un torneo femenino. El club, fundado en 1934, presumía de su histórico oscurantismo: durante muchos años no acogió entre sus socios ni mujeres ni negros. En 1982 se levantó la obligatoriedad de que los caddies fueran negros y en 2012, por primera vez, una mujer se convertía en socia del club: Condoleezza Rice, ex secretaria de estado, fue la primera, mujer y negra.
En 2002, la presión de la activista Martha Burke, con diferentes movilizaciones frente a la entrada del club, visibilizó el problema. La presión social y mediática fue parte del proceso para que Augusta National se abriera por fin a las mujeres. Más tarde llegarían Darla Moore, inversionista conocida como la reina de Wall Street; Virginia “Ginni” Rometty, ejecutiva de IBM; la jueza Diana Murphy; Ana Patricia Botín, presidenta del Banco Santander y única española socia; Heidi Ueberroth, del Comité Olímpico Americano; y la jugadora y leyenda del golf Annika Sörenstam.
Fue precisamente Annika una de las primeras en abrazar a la nueva campeona española del Masters. Carla se formó en el Club de Golf Costa Azahar en Castellón, precisamente el mismo club de Josele Ballester, que en solo unos días debutará como amateur en Augusta, y a muy pocos kilómetros del Club de Campo Mediterráneo, el club que vio triunfar a Sergio García. De hecho, Víctor García, padre de Sergio, fue también el primer instructor de Bernat.
Es la sexta edición de este torneo de tres días donde solo las mejores 30 jugadoras que se clasifican para la última jornada tienen el privilegio de jugar en Augusta National el último día. Los dos primeros días, la competición se desarrolla en un campo cercano. En sus primeros años, el ANWA coincidía con el primer major de la temporada profesional. Las audiencias televisivas de las amateurs compitiendo en Augusta prácticamente doblaban a las del major con las mejores profesionales del mundo. Tan exagerados eran los ratings en Estados Unidos que el Chevron Championship decidió cambiar sus fechas y no competir. Todo lo que Augusta toca, lo convierte en oro.
Carla terminó la semana con tres tarjetas de 68 golpes y un resultado global de -12, un golpe menos que la norteamericana Asterisk Talley y tres por delante de la inglesa Lottie Woad, número uno del mundo y campeona defensora del torneo. Los 12 golpes bajo el par suponen el resultado más bajo en los seis años de historia del torneo y la primera vez que una ganadora baja de 70 golpes en las tres rondas (Carla firmó 68 golpes los tres días). Su triunfo fue incontestable y la jugadora que compite en la Universidad de Kansas tuvo el control en todo momento.
José María Olazábal, ya en Augusta para la disputa del Masters, ha querido seguir la ronda de la española en este emocionante último día. “Significa mucho para mí porque es un símbolo de España”, reconocía Bernat, antes de desvelar una divertida anécdota: “Estaba tensa porque justo el año pasado, al verlo después de jugar, ¡le llamé por el apellido equivocado! Le dije ‘Larrazábal ‘en lugar de ‘Olazábal’. Me dijo: ‘Ese no soy yo. ‘Y yo: ‘¡Lo siento!’, ha contado entre risas la española.
La nueva campeona, que tuvo la colaboración como caddie toda la semana de la japonesa Rinko Mitsunaga, su coach assistant de Kansas State University, piensa ya en inmortalizar esta semana para siempre como parte de la celebración. “Quiero cenar con toda la gente que ha venido a verme. También me gustaría quedarme a ver el Masters, pero no sé si podré. Y quizás un tatuaje… ya veremos (risas). Estaba pensando en la flor de Augusta, pero tengo que decidir. Es una gran decisión”.
De momento, Carla Bernat es ya uno de los nombres del golf español en esta exitosa temporada 2025.