Bernhard Langer, la leyenda que aún no dice adiós al Masters: “No culpo a quienes se van al LIV por los millones”

Bernhard Langer, la leyenda que aún no dice adiós al Masters: "No culpo a quienes se van al LIV por los millones"

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El pasado martes, Severiano Ballesteros hubiera cumplido 67 años, los mismos que cumplirá Bernhard Langer. Un extraordinario caso de longevidad competitiva sin una razón explicable. Es el ‘Benjamin Button’ del golf, uno de esos cromos cotizados que tendría que haber dicho adiós al Masters de Augusta en este 2024.

Así lo había decidido el ganador de dos chaquetas verdes, pero un chasquido en el mes de febrero le ha puesto una prueba final e inesperada: el tendón de Aquiles roto. Atrás quedan 123 victorias, 46 de ellas después de los 50. Hablar con Langer es un poquito como hablar con Seve y EL MUNDO lo ha hecho en exclusiva desde Augusta National. Una lesión así retiraría a cualquiera, pero no al alemán, que aunque no juegue, no ha querido perderse este Masters. Nunca se rinde.

¿Cómo se encuentra ahora mismo?
Después de que me lesioné, comencé con la rehabilitación sólo tres días después de la cirugía. En dos meses ya podía soportar peso y caminar y desde los últimos 10 días estoy practicando golf. Debería regresar al nivel más competitivo en las próximas cuatro u ocho semanas.
¿No se ha podido despedir de este torneo tan especial, pero aquí está?
Sí, simplemente no puedo jugar. Estuve en la cena de campeones y estaré toda la semana dentro y fuera del campo de golf, pero no participaré como jugador.
Son más de 40 años compitiendo en El Masters, ¿le pongo en un aprieto si le pido que se quede con el mejor momento?
Es una pregunta difícil, pero probablemente tendría que decir las dos victorias que he tenido. En la primera recuerdo a mi esposa preguntándome en el hoyo 18 y diciéndome que ya podíamos tener hijos. De hecho, la primera fue en 1985 y tuvimos al primer hijo en 1986. La segunda para mí también fue muy especial por varias razones: Fue el domingo de Pascua y yo soy creyente. Es la resurrección de Jesús lo que celebramos. Así que fue muy personal para mí y tuvo un gran significado ganar el torneo ese día. También fue especial por tener una ventaja de cuatro golpes en el 17 y 18 y saber que había ganado el torneo. Pude disfrutar caminando hasta el 18, con la gran ovación y todo el ambiente sin tener que concentrarme todavía.
¿Entonces al final pospondrá su retirada para 2025?
Sí, ese es mi objetivo. Estaba planeando que este fuera mi último año, pero con mi lesión eso no va a suceder. Espero que el año que viene sea aquí mi torneo de despedida como jugador y que sea muy emotivo. Probablemente será difícil, pero tendré mucho apoyo y muchos buenos recuerdos: Mi primer torneo fue en 1981, creo que 1982 fue mi primer Masters, así que en 2025 serán 43 años.

El gesto de Seve en el Masters de 1985

Compitió mucho con Seve, ¿con qué recuerdo se queda?
Por supuesto, hemos tenido muchos recuerdos fantásticos juntos. Estábamos compitiendo unos contra otros, pero también jugamos muchas veces en los equipos de la Ryder Cup. Teníamos la misma edad y antecedentes similares. Él era caddie igual que yo. Ambos vinimos de una familia pobre y trabajamos duro para llegar aquí, no nos regalaron nada, tuvimos que ganárnoslo. Tengo un recuerdo muy bonito de 1985 (Master de Augusta que él ganó). Estábamos en el penúltimo partido jugando juntos y en el último, los norteamericanos Curtis Strange y Raymond Floyd. El torneo se decidía entre los cuatro. Hice birdie en el 17 y mientras caminábamos desde la pizarra hasta la salida del 18, Seve me pasó el brazo por el hombro y me dijo: “Está bien, el torneo es tuyo, mereces ganar esto. Ve a por ello”. Fue un gesto muy bonito, él había perdido el torneo. Creo que se dio cuenta de que no iba a ganar y prefería que yo ganara antes que los estadounidenses. Eso fue algo que también hizo en el primer tee. Nos dimos la mano, nos deseamos buena suerte y me dijo: “Asegurémonos de que el ganador salga de este partido”, es decir, él o yo.

Bernhard LangerAugusta Nacional

¿Cómo valora la decisión de grandes jugadores como Jon Rahm de irse LIV Golf y abandonar el PGA Tour?
Es una situación difícil para el golf y el PGA Tour. Creo que realmente no puedo culpar a nadie por irse cuando les ofrecen tanto dinero. Somos atletas profesionales, hacemos esto para ganarnos la vida. No lo hacemos sólo por diversión. No culpo a los jugadores que se van porque les ofrezcan cientos de millones de dólares. No estoy seguro de que todo esto sea bueno para el juego. Pero descubriremos que pasará en el futuro. Sólo espero que el PGA Tour, el circuito europeo y el LIV Golf, de alguna manera, lleguen a un acuerdo y trabajen juntos para tener más torneos en los que los mejores jugadores compitan entre sí. En última instancia, creo que es eso lo que a la gente le gustaría ver.
En el mejor momento de su carrera, ¿se hubiera ido al LIV si le hubieran puesto el dinero encima de la mesa?
Es una pregunta hipotética. Recuerdo que que hace 25-30 años se hablaba de un circuito mundial. Yo estaba en la cima de mi carrera y era uno de aquellos en los que estaban muy interesados. Hubo muchas discusiones sobre cómo hacerlo y fue parecido a lo que vivimos hoy. La idea era que los 50 o 70 mejores jugadores del mundo se reunieran y jugaran 15 o 20 torneos alrededor del mundo. Sonaba muy atractivo, pero el dinero no era ni de lejos tan grande como lo que ofrece actualmente el LIV. El PGA Tour estaba en contra del circuito europeo y entonces se les ocurrió hacer eventos del campeonato mundial. Eso terminó por hundir la idea.
Volviendo al Masters, sólo una curiosidad: Tiene su taquilla en el vestuario de campeones, ¿pero la comparte con alguien?
Bueno, había otro, tiene otro nombre, pero falleció. Así que ahora es sólo mi taquilla. Está bien, pero con los nuevos ganadores que habrá en los próximos años, tendré que compartirla.
Es usted una leyenda y nadie ha seguido ganando con 66 años, ¿cuál es el secreto?
No es sólo una cosa, son muchas. Es como un rompecabezas donde tienen que encajar todas las piezas. Creo que antes que nada hay que estar sano. Si no estás sano, no podrás hacer swing con el palo ni rendir como deseas. Por eso, mi objetivo es mantenerme saludable y hacer ejercicio para mantenerme flexible y fuerte. Tienes que estar dispuesto a trabajar a diario para ser lo mejor que puedas ser. No vas a llegar ahí tumbándote en casa, sin practicar durante dos o tres semanas, yendo a pescar o cualquier otra cosa que suele hacer la gente. Necesitas un buen sistema de apoyo. Y por último, saber que el golf no lo es todo. Si pierdo o gano, hay cosas más importantes en la vida. Así que trato de vivir con una perspectiva eterna. Porque la vida es muy larga, aquí solo hay 80 o tal vez 100 años, si tienes suerte, pero la eternidad es para siempre. Por eso trato de concentrarme en eso y en las relaciones. Cuanto mayor me hago, más me doy cuenta de lo importantes que son las relaciones entre las personas y trato de hacer de eso una prioridad.
¿Y qué tal su relación con Miguel Ángel Jiménez?
Miguel es fantástico. Tiene 60 años y habiendo jugado a un nivel muy alto durante muchos años, todavía es muy competitivo. Puede jugar en el Circuito Europeo y seguir siéndolo. Ama el juego y le encanta competir. Es un gran personaje y elige vivir: coches rápidos, un buen puro, vino tinto. Lo que sea lo disfruta a lo grande. Y sí, hemos sido buenos amigos durante muchos años.
Y para terminar, hábleme de sus mejores recuerdos en España
Tengo muchos recuerdos maravillosos de España. Todo empezó cuando yo era muy joven, porque los inviernos en Alemania son muy fríos y hay nieve y hielo. Así que a veces fui a España cuando tenía 17, 18 o 19 años para pasar el invierno, practicar y jugar. Siempre me gustaron los españoles, el idioma y cómo son. Así que hice muchos amigos: Gallardo, Seve, Rivero, Cañizares, Piñero y muchos otros. Además, tuve varias victorias en España: Gané en El Saler, mi última victoria en el Circuito Europeo fue en Valderrama y luego tuvimos la Ryder Cup que ganamos con Seve de capitán.

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