Bernardo Ruiz, testigo de la foto más icónica: ”Bartali, que se aprovechó de una confusión, pasó la botella a Coppi”

Bernardo Ruiz, testigo de la foto más icónica: ''Bartali, que se aprovechó de una confusión, pasó la botella a Coppi''

Gino Bartali y Fausto Coppi no estaban solos en la célebre fotografía que pasó a la historia como emblema de los valores del deporte y también como representación de una sociedad dividida por la política y la religión. Una imagen adornada por un cautivador misterio jamás resuelto.

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La ilustración de Carlo Martini muestra a los dos italianos en el ascenso al puerto del Télégraphe, en la undécima etapa del extraordinario Tour de Francia de 1952 (ese en el que Bernardo Ruiz finalizó tercero y se estrenaron las subidas a Alpe d’Huez y Puy de Dôme, ambas coronadas en primer lugar por Coppi, ganador de la carrera). Ahí aparecen Bartali, el veterano, el cristiano (salvó la vida a centenares de judíos al conseguir de forma clandestina pasaportes y salvaconductos en la Segunda Guerra Mundial), y Coppi, el joven, el ateo. Ambos enlazados por un botella de agua. Ni el fotógrafo ni los corredores aclararon el contexto exacto de la secuencia y a partir de ahí comenzaron interminables disputas. ¿Quién pasó el agua? ¿Quién hizo el favor? ¿El generoso fue el ciclista de la Democracia Cristiana o el comunista, el devoto o el agnóstico, el tradicional o el moderno? La imagen de un país fracturado.

La foto, publicada en el número 28 de la revista Calcio e Ciclismo Illustrato, fue convenientemente editada para que sólo aparecieran los ídolos italianos. En la original (descubierta por Carlo Delfino) también aparecía el belga Stan Ockers, (segundo en aquel Tour), ídolo de Eddy Merckx. Justo por detrás de Bartali se adivinan un pie y un brazo de otro corredor. Ese corredor escondido es Bernardo Ruiz, que ahora aclara aquella secuencia. El ciclista centenario dice que aquel día hacía mucho calor, que Coppi escalaba el Télégraphe con mala cara y que junto al italiano subía un grupito, con Bartali, Ockers y él mismo, por detrás iban el también español Antonio Gelabert, el francés Raphaël Géminiani y el belga Alex Close. Entonces se corría por selecciones, no por equipos.

Ruiz, en su casa de Orihuela, muestra fotos de su etapa ciclista.CARLOS GARCÍA POZO

«Veníamos muy castigados», señala Ruiz, «después de subir la Croix de Fer, para mí uno de los puertos más duros. Coppi iba fatigado, se había quedado sin agua y no estaba permitido avituallarnos en los ascensos. Entonces, el seleccionador italiano [Alfredo Binda], que dirigía a Coppi y a Bartali, se adelantó al pequeño pelotón y entregó una botella de agua (no un bidón) a un chica que estaba al borde de la carretera para entregársela a Coppi. ”Cuando lleguen por aquí los corredores se la das al ciclista que va de amarillo”, le dijo. Pero la mujer, francesa, posiblemente no entendió bien el mensaje del italiano, y se la entregó al que llevaba el maillot verde, a Gino Bartali. ‘Al de amarillo, al de amarillo’, le gritaba el entrenador, pero ella no le escuchó. Bartali tomó la botella y con ella rellenó los bidones que llevaba en su bicicleta y cuando terminó se la cedió a Coppi. Bartali entregó la botella a Coppi, pero lo cierto es que se aprovechó de una confusión. Así fue».

Aquella etapa, con final en Sestriere, la ganó Coppi. El segundo fue Bernardo Ruiz, a más de siete minutos. El centenario, testigo y notario de la foto más icónica.

kpd