El Finnegan Iris Pub era el lugar elegido. Una cincuentena de jóvenes vascos vestidos completamente de negro permanecían apostados a las 21.30 horas del miércoles. Aún nadie sabe cómo llegaron al corazón de Roma pero los seguidores ultra de la Real Sociedad no eran unos desconocidos. La Ertzaintza, según fuentes oficiales, había «coordinado» con la Policía italiana el desplazamiento del millar de seguidores guipuzcoanos. Pero, pasadas las 21.45 horas, un grupo de casi 80 seguidores de la Lazio tomó los alrededores del pub irlandés, lanzó bengalas contra los hooligans vascos, apaleó a varios y acuchilló a dos de ellos. Los ‘duros’ del grupo RSF Firm huyeron por la vía Leonina mientras uno de sus integrantes sangraba con una herida de navaja en su espalda.
La batalla de los ultras romanos y vascos dejó un resultado inequívoco: nueve seguidores de la Real resultaron heridos y, dos de ellos permanecen en el Policlínico Humbero I y en San Giovanni Addolorata. El presidente de la Real Jokin Aperribay aseguró ayer -horas después de la agresión- que ambos estaban «nerviosos y preocupados» mientras se recuperaban de las heridas sufridas. Uno de ellos sufre un corte en su espalda y su estado es grave tras ser acuchillado.
Nueva hornada de ultras de izquierdas
«Les pedí que se fueran pero no lo hicieron, diría que deseaban problemas», reconoció ante las cámaras de la televisión vasca Michael Burns, el propietario del Finnegan. Su versión y las pegatinas y graffitis que los ultras vascos dejaron sobre las paredes de la vía Leonina alimentan la hipótesis de que la pelea no fue una casualidad. Burns relató que unos 60 seguidores vascos completamente vestidos de negro se encontraban junto a su bar cuando les pidió que se marcharan. Al lado de la persiana verde irlandés, los seguidores radicales vascos dejaron su huella: RSF Firm. Y dos mensajes que los definen: «Bokerones marikones» y «Antifa hooligans».
Según fuentes policiales, los RSF Firm forman parte de la nueva hornada de ultras de izquierdas dispuestos a enfrentarse con grupos radicales como los ‘Bokerones’ malagueños o los ‘Irreducibili‘ de la Lazio representantes de la extrema derecha. Fuentes de la Ertzaintza no quisieron confirmar si agentes de información también se desplazaron con los seguidores realistas aunque sí reconocieron que «casi en la mayoría» de los desplazamientos europeos viajan policías vascos.
La presencia de un discreto control policial explicaría la rápida intervención de efectivos minutos después de que los seguidores de la Lazio embistieran contra los ultras vascos. Las algaradas callejeras se han convertido en una constante en los partidos europeos del Athletic pero especialmente de la Real. El consejero deSeguridad Bingen Zupiria reconoció que no podía impedir la presencia de aficionados extranjeros en los partidos de la Europa League como llegó a plantear el alcalde de San Sebastián Eneko Goia después de incidentes con los hinchas del Anderletch el pasado mes de octubre. Los ultras belgas llegaron a lanzar butacas desde las gradas a familias con niños situadas en la parte inferior de Anoeta.
Altercados en los que también han participado los seguidores realistas que forman parte del RFS Firm. El grupo violento ha tomado el testigo de la denominada ‘Peña Mujika‘ creado en los años 80 por jóvenes de ideología ‘abertzale’ que se situaba en el fondo sur del viejo estadio de Atocha y que tomó el nombre de una fábrica de muebles cercana.
Los más violentos
Los nuevos seguidores radicales de la Real mantienen en su simbología las iniciales de la Peña Mujika y en la última década se han convertido en el grupo más violento de los conformados por seguidores de equipos del País Vasco y de Navarra. La Ertzaintza monitoriza constantemente los movimientos de los ‘Herri Norte‘ (Athletic Club), Iraultza (Alavés), Indar Gorri (Osasuna) y RSF Firm (Real Sociedad) y ha tenido que intervenir con cargas policiales en el campo de San Mamés. Seguidores del Athletic Club de Herri Norte fueron quienes el pasado 1 de octubre lanzaron bengalas contra aficionados locales en el Olímpico de Roma. El club rojiblanco identificó a diez miembros de su grupo de ultras y a otros cinco franceses del Girondins de Burdeos, radicales ‘hermanados’ con los ultras vascos en sus enfrentamientos con aficiones rivales.