El fútbol también puede explicarse con ausencias. Sergi Altimira Clavell (Cardedeu, Barcelona; 2001) está obligado a dar un paso al frente en el Real Betis Balompié. Las numerosas bajas del equipo andaluz están acelerando sus tiempos y agigantando sus responsabilidades.
El pasado verano, Ramón Planes, que aún ejercía de director deportivo del Betis, actualmente en el Al-Ittihad saudí, convenció al club para pagar dos millones de euros por un joven de 21 años que venía de jugar dos temporadas en el C.E. Sabadell de Primera Federación.
Lo acababa de fichar el Getafe por 300.000 euros, pero Planes ingresó la cláusula de rescisión y se llevó al futbolista a Heliópolis. José Bordalás, enfadado, lo explicó así: «Es muy delgado, ha mejorado, se ha puesto fuerte. Ha mejorado en cuanto al trabajo sin balón. Estábamos muy contentos e ilusionados. Ha sido un palo gordo para nosotros. No podemos hacer nada. No nos ha gustado que haya salido».
Sergi es hijo de Aureli Altimira, que fue futbolista -Figueres, Badajoz, Málaga-, ayudante de Pep Guardiola y Tito Vilanova, y máximo responsable de fútbol formativo de La Masía. Aureli responde a EL MUNDO. «Yo jugué en alevines y fui cortado por mi físico pequeño y delgado. De juvenil, cuando hice el cambio, volvieron a ficharme. A Sergi, después de explotar en el Sabadell, el Barça intentó repescarlo sabiendo que es un jugador que posee el ADN Barça», dice, sobre el paralelismo en el inicio de sus carreras entre padre e hijo.
Pesar en el Barcelona
Sergi se formó en las categorías inferiores del propio F. C. Barcelona. De ahí pasó a los juveniles del Sabadell. Cuando acabó su aprendizaje, se fue cedido al E. C. Granollers para jugar en Tercera. Tras una buena puesta de largo, regresó al conjunto arlequinado. Viendo su desempeño, el Barça se arrepintió de haberlo dejado marchar. «Sergi tuvo un crecimiento físico tardío. Era siempre el más endeble físicamente del equipo. En su posición había mucha competencia y creyó que lo mejor para seguir mejorando era ir a un equipo donde tuviera más minutos. Esa salida coincidió con su explosión física y de ahí su mejora general», comenta su padre. «Él es un prototipo de centrocampista moderno. Es completo. Bueno técnica y tácticamente y generoso en el trabajo defensivo», analiza.
El Betis tiene un problema en la medular. Guido Rodríguez y William Carvalho están lesionados. Guardado ya va de camino a México para jugar en el Club León. Marc Roca necesita un compañero de baile. «Sergi puede jugar más estático por delante de los centrales o soltarse hacia delante porque tiene conducción y llegada. La ilusión de todo futbolista joven que tiene por triunfar hará que aporte energía y trabajo al medio campo», señala Aureli sobre la aportación de su hijo al actual Betis.
Altimira apenas suma 513 minutos con el club de las trece barras. En una entrevista a los medios verdiblancos, el jugador confesó dos idolatrías: la musical era Maroon 5, la futbolística, Sergio Busquets. «Tienen cosas parecidas, y Busi siempre ha sido un espejo para Sergi. Busquets es más posicional y Sergi puede jugar más adelantado. Pero Busi es un superdotado en inteligencia futbolística, uno de los grandes de la historia en su posición», aclara Aureli.
Frente al F.C. Barcelona, equipo que lo formó, el joven mediocentro tendrá una nueva oportunidad para demostrar su talento, su mejoría y su hambre. «Siempre ha sido un enfermo del fútbol. Sabía lo que quería, y a pesar de sufrir muchos años por su desventaja física, supo ser fuerte mentalmente», comparte Aureli. «El del domingo será un partido bonito. El Betis, a pesar de las bajas, peleará por la victoria», añade. Contra el club en el que aprendió, Sergi tiene la oportunidad de demostrar a Manuel Pellegrini que el pivote lleva su nombre y no el de Johnny Cardoso, fichaje invernal con el que comparte posición.