-¿Se puede vivir sin el ciclismo tras permanecer 20 años abrazado a la bicicleta?
-Lo intentaré. Ha llegado la hora del adiós y quiero dedicar más tiempo a mi familia.
Alejandro Valverde (1980, Murcia) cierra etapa y el ciclismo se siente huérfano. Se marcha el más veterano del pelotón World Tour (42 años) y el plusmarquista español de victorias: 133. ”Tiene tantos trofeos que no le caben en casa”, señala Imanol Erviti, gregario en los últimos 17 años.
La casa de Balaverde en Murcia es un museo y un gimnasio. Por allí corretean Pablo, Natalia y Alessandra, los hijos de su segundo matrimonio. Del primer enlace son los gemelos Alejandro e Iván, adolescentes que les ha dado por el fútbol. Alejandro ha fichado por el Levante, Iván juega en el Murcia Promesas. El Bala podría haberse ido a vivir a Andorra, como hicieron otros muchos, pero prefirió quedarse en su tierra junto a sus padres y hermano, Juan Francisco, que a veces le acompaña en los entrenamientos junto a una grupeta que ya forma parte del ecosistema de Murcia. Cuando Valverde sale de casa, ya le están esperando un amplio número de aficionados que le escoltan por las carreteras. Él se siente querido por una gente con la que ha compartido infinidad de experiencias. Algunos, como El Barbas, ya son íntimos del campeón y le acompañan en sus viajes, sobre todo en Mundiales.
Alejandro El Grande asegura que siempre ha sido un afortunado: ”Yo disfruto con las carreras y los entrenamientos. Aunque esté retirado seguiré saliendo con la grupeta. Para mí, el ciclismo no es un trabajo, es una pasión”. Excusa ideal para retrasar la jubilación. La relación contractual con Movistar se extiende hasta 2014, hasta entonces seguirá en el equipo ejerciendo de embajador, realizando labores de representación y asesoramiento. Imposible encontrar un relaciones públicas con mejor acogida. Su talante optimista y su pasión por el ciclismo han cautivado a público, corredores, técnicos y patrocinadores. ”Alejandro se queda con nosotros para hacer aquello en lo que se sienta más a gusto. Sin presión, que vaya encontrando su sitio. Siempre ha sido un gran profesional, con un buen carácter, un gran facilitador, colaborando en cualquier cosa que le propusieras”, recalca Eusebio Unzué, manager del Movistar.
SIN PICOS DE FORMA
«Tengo la suerte de que me gusta lo que hago», dice. La ilusión como bandera de un tipo que ha aplazado la retirada sin perder ambición. Hasta el último día ha pugnado con los mejores, como hizo el sábado en el Giro de Lombardía. ”Me hubiera gustado seguir, pero ya está bien. Mi idea era haberme retirado antes, pero debido a la pandemia lo retrasé porque quería sentir el calor del público en las carreteras… Algunos me propusieron seguir como director de equipo, pero ahora no me veo como técnico, aunque eso no significa que de vez en cuando me siente en el coche con los directores. Me retiro para disfrutar de la familia. Si como corredor estaba 180 días fuera de casa, como director estaría 220”, decía en una entrevista a este periódico en la víspera del comienzo de la última Vuelta a España.
”Alejandro ha sido único, desde principio a final de temporada estaba listo para vencer. Él no tenía picos de forma, como la mayoría. Siempre estaba bien. Disfruta con la bici”, apunta Unzué. Esa actitud le ha otorgado una valiosa longevidad. Una máquina inagotable. En dos décadas ha estado en competición 1.313 días y ha sumado 219.841 kilómetros en carrera. Es decir, ha completado más de cinco vueltas a la Tierra (40.075 es su circunferencia). Un portento físico, especialista en ejercicios de largo recorrido. En sus 16 participaciones en la Vuelta a España ha cubierto 48.000 kilómetros. En 14 Tour de Francia, 41.000. Unas cifras asombrosas que pudieron ser más altas si no hubiera sido castigado con un año de suspensión (2011) por la Operación Puerto. Nunca dio positivo, pero se demostró que era cliente del doctor Eufemiano Fuentes. La bolsa de sangre rotulada Val.Piti le delató.
Tras la sanción regresó incluso más fuerte, con triunfos y podios en las tres grandes rondas y en las clásicas. Su cénit lo alcanzó en 2018, con el título del Mundial de ruta de Innsbruck. ”Ha sido el triunfo que más ilusión me hizo. Después de cuatro bronces y dos platas, necesitaba el oro. Sabía que aquella era la última ocasión para conseguirlo. Se juntó todo a mi favor: llegué en un gran momento de forma, el trazado era ideal para mí y la selección me ayudó mucho”. También ganó cinco Flecha-Valona (récord), cuatro Lieja-Bastoña-Lieja, 12 etapas en las tres grandes y la Vuelta a España 2009.
Valverde ha sido un corredor con una regularidad incomparable. Desde crío batió récords, arrasando en todas las categorías gracias a una punta de velocidad endiablada que le hacía superar con facilidad a los escaladores y vencer a los sprinters en finales en rampa y en llegadas reducidas.
El Imbatido tardó poco en sobresalir en profesionales. Debutó con el Kelme en 2002 y un año después irrumpió como un huracán: ganó en la Challenge de Mallorca, en el País Vasco, en la Klasika Primavera, en el Trofeo Agostinho, en la Clásica de Ordizia y Aragón antes de afrontar una Vuelta España pletórica: terminó tercero, tras Robero Heras e Isidro Nozal, se anotó dos etapas y la clasificación de la Combinada. Con 22 años fue seleccionado por Paco Antequera para el Mundial de ruta de Hamilton. En su debut sorprendió con la consecución de la medalla de plata. El oro, para Igor Astarloa.
En su bautismo mundialista nunca se separó de Óscar Freire, bicampeón del mundo. Ahí nació una relación con altibajos. Bala ejerció de espléndido lanzador en el Mundial de Verona de 2004, en el que Freire sumó su tercer y último oro. Compartieron Mundiales en seis ocasiones, la última en 2012, en Valkenburg, en la que Valverde logró el bronce y que supuso una decepcionante despedida para Freire, que buscaba su cuarto título y finalizó décimo. El cántabro dijo que en la última ascensión al Cauberg no se sintió respaldado por la selección. No lo dijo, pero apuntaba a Valverde. También le señaló ‘Purito’ Rodríguez en el Mundial del siguiente año, en Florencia, al que culpó de no conseguir el oro. Y es que en 20 años de trayectoria también hubo lágrimas. La herida del dopaje tardó en cicatrizar. Inolvidable sus pasos por el quirófano por las caídas en Düsseldorf en la salida del Tour de Francia de 2017 y en la Vuelta a España de 2021.
EL CORREDOR MÁS COMPLETO
Contratiempos que no le impidieron adornar un lujoso palmarés de 133 victorias. Récord en el ciclismo español. Según Pro Cycling Stats, el segundo en esta lista serían los sprinters Miguel Poblet, con 125, y Txomin Perurena, 124. La plusmarca mundial es de Eddy Merckx, con 286. El segundo, Mario Cipollini, 166.
Dice Eusebio Unzué que nunca ha tenido a un corredor tan completo, y eso que por su escuadra han pasado gente como Miguel Indurain y Pedro Delgado. ”Valverde es muy versátil, con opciones de victoria en todos los terrenos. No hubo nada que le distrajera. Siempre fue cuidadoso con la alimentación y nunca dejó de entrenar”, explica el mánager de Movistar.
Eddy Merckx ha dicho que el que más se parecía a él era Alejandro porque desde principio a final de campaña peleaba por las victorias en todos los escenarios.
En su hoja de servicio figuran conquistas en grandes y medianas rondas, en pruebas de un día, en montaña, en contrarreloj, al sprint, en clásicas y Mundiales. Ingresa en la lista de los mejores ciclistas españoles de la historia, junto a Indurain, AlbertoContador, Luis Ocaña, Delgado y Federico Martín Bahamontes.
Purito Rodríguez va más allá: ”Por resultados está en el top 5 del mundo, sólo superado por Merckx, Indurain, Hinault y Moser. Siempre fue un rival dificilísimo de batir por esa increíble punta de velocidad”.
”Ha estado tanto tiempo en activo porque disfrutaba con la bicicleta. Ha llegado a fin de temporada en un grandísimo estado de forma. Tengo una apuesta con un amigo y yo digo que todavía no se retira. Yo le aconsejo que ahora disfrute, que todo lo pasado no ha sido fácil, con muchos días fuera de casa, pasando miserias”, explica Purito.