La jugadora de la Selección Española Jenni Hermoso ha declarado este martes en la Audiencia Nacional que el beso que le dio Luis Rubiales, ex presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), no fue consentido “en ningún momento” y que, además, fue “inesperado”.
Según informan fuentes fiscales y jurídicas, la jugadora ha explicado que la situación que vivió posteriormente, tanto en el vuelo de vuelta a España como durante su estancia en Ibiza -tras ganar el Mundial de Fútbol Femenino que se disputó en Australia-, fue de “atosigamiento constante”; algo que alteró su vida normal y le produjo una “situación de desasosiego y tristeza”. Asimismo, ha apuntado que en aquellos días se sintió presionada.
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Por otro lado, Jennifer Hermoso ha destacado en todo momento que se siente víctima de lo sucedido y ha culpado a Rubiales de la situación creada que ha acabado en los tribunales.
Hermoso ha llegado a las 9:50 horas a la Audiencia Nacional para declarar en la causa donde Luis Rubiales está siendo investigado por los delitos de agresión sexual y coacciones.
Asimismo, la jugadora ha explicado durante su comparecencia que fue animada por la Fiscalía para denunciar los hechos y que, de hecho, presentó la denuncia después de que el Ministerio Fiscal se pusiera en contacto con ella.
El titular del Juzgado Central de Instrucción Número 1, Francisco de Jorge, instructor del procedimiento, citó a Hermoso inicialmente para que declarase como testigo el pasado 28 de noviembre pero varias defensas solicitaron su aplazamiento por motivos de agenda.
Camino plácido el que tendrá España hacia la Eurocopa femenina que se celebrará en 2025 en Suiza. En el sorteo que se ha celebrado este martes en Nyon, la selección campeona del Mundo y de la Nations League ha caído emparejada con Dinamarca, Bélgica y la República Checa.
La selección de Montse Tomé, número 1 del ranking mundial, tendrá que acabar entre las dos primeras del grupo para conseguir su clasificación directa sin necesidad de acudir a una repesca, algo que no se antoja complicado para unas futbolistas que sólo perdieron un partido en Australia, ante Japón, y la Nations League, frente a Italia. Ninguno de sus tres rivales en esta clasificación está encuadrado entre las diez mejores selecciones.
España superó al conjunto danés (0-2) el pasado julio en el último amistoso antes de viajar a Nueva Zelanda para el Mundial, y también le derrotó (0-1) en la fase de grupos de la anterior Eurocopa en 2022. Su último enfrentamiento con Bélgica fue en un amistoso en junio de 2021 saldado a favor de España (3-0), que también venció a la República Checa en su último duelo en la Copa de las Naciones de Australia (3-0) en febrero de 2023.
La clasificación se disputará ante de los Juegos Olímpicos de París. Arrancará el 3 de abril, con una primera ventana que dejará partidos el 3 y 9 de ese mes. Seguirá una segunda entre el 29 de mayo y el 3 de junio y las dos últimas jornadas se disputarán entre el 10 y el 16 de julio, coincidiendo con el tramo decisivo de la Eurocopa masculina en Alemania.
Si a España el sorteo le puede haber sido favorable, nada benévolo ha resultado para sus principales rivales. Francia, Inglaterra y Suecia, junto a España y Países Bajos las tres selecciones más fuertes del continente, han sido encuadradas en el mismo grupo, que completa Irlanda. Una de ellas tendrá que buscar la clasificación en las repescas de noviembre.
Además del grupo de España y del grupo de la muerte, Países Bajos se enfrentará a Italia, Noruega y Filandia y Alemania a Austria, Islandia y Polonia.
Hay derrotas que son remolinos: la corriente es violenta, cuesta horrores salir de ellas, son muy peligrosas. Pero hay derrotas que son lo contrario: una nube tapa el sol, se siente un ligero escalofrío y al rato todo brilla. La derrota de Carlos Alcaraz contra Grigor Dimitrov en los cuartos de final del Masters 1000 de Miami fue así, una molestia pasajera. Este viernes, dormida la noche, quizá el español ya ni recuerde el feo marcador (6-2 y 6-4) y encare despreocupado la preparación para la gira de tierra batida que viene. Es el ideal para el deportista: si hay que caer que sea porque el adversario fue mejor. Y Dimitrov fue mejor, mucho mejor.
«Grigor jugó un tenis casi perfecto. No he podido encontrar soluciones ni hacerle sentir incómodo. Yo he jugado un gran tenis, no perfecto, pero bueno. Se lo he dicho a mi equipo: me ha hecho sentir como si tuviera 13 años. Ha sido una locura. No sabía qué hacer. No tenía debilidades. No recuerdo haberme sentido de esta manera. Si me pasó antes, fue hace muchísimo tiempo. He sentido una frustración inmensa», reconoció Alcaraz en la rueda de prensa posterior con una sonrisa en la cara.
Nada tuvo que ver su tropiezo este jueves contra Dimitrov con sus otras caídas recientes. Ni ante Alexander Zverev en el último Open de Australia ni ante Novak Djokovic en las ATP Finals ni ante Jannik Sinner en el ATP 500 de Pekín salió tan tranquilo. Entonces el número dos del mundo se sumergió en una crisis personal, dejó de disfrutar sobre la pista, dudó sobre su tenis al completo. Esta vez simplemente aplaudió a su rival y a otra cosa. En realidad no había otro camino. Dimitrov, un tenista excepcional hundido por el peso de su apodo -Baby Federer-, jugó uno de los mejores partidos de su vida con un servicio firme y su resto de revés realmente violento. Cada saque de Alcaraz encontraba una respuesta inmediata, directa, una raquetazo que no había manera de devolver. Al final, el español recogió sus raquetas, su trofeo de ganador del Masters 1000 de Indian Wells y regresó de Estados Unidos con alegría.
«Ha sido un mes de marzo muy positivo ganando un Masters 1000 y sintiéndome como me he sentido. Ha sido súper positivo. A pesar de la derrota, me voy con sensación de haber jugado un buen tenis y sólo he encontrado un rival que me ha pasado por encima. Tengo ya ganas de empezar la gira de tierra batida», concluyó y ese es ahora el desafío que viene.
Los torneos sobre arcilla
Pese a sus condiciones físicas, Alcaraz todavía no ha completado un tour de arcilla completamente satisfactorio. Tanto en 2022 como en 2023 venció en el Conde de Godó y el Mutua Madrid Open de Madrid, los dos torneos de casa, pero en los Masters 1000 de Montecarlo y Roma todavía no ha disputado los cuartos de final y siempre se ha marchado de Roland Garros con la sensación de haber podido llegar más lejos. En 2022, ante Zverev, le pudo su propia mente y en 2023, ante Djokovic, le pudo su propio cuerpo, lesionado a medio partido. Este año tiene en París el desafío de la temporada por partida doble. Primero, a principios de junio, buscará su primer título de Grand Slam, y después, a principios de agosto, el oro olímpico en los Juegos Olímpicos. Quien acierte en Francia puede encadenar una racha antológica y no hay un candidato por delante de Alcaraz.
Más allá de la incógnita de Rafa Nadal, Novak Djokovic atraviesa una crisis -más después de separarse de su entrenador, Goran Ivanisevic- y habrá que ver el nivel del resto. Sinner, Daniil Medvedev y Zverev sí se han presentado en las semifinales del Masters 1000 de Miami, pero en tierra les esperará Alcaraz con una derrota superada, una molestia pasajera.