El suceso obligó a empezar el partido con 13 minutos de retraso, tras el que el equipo donostiarra le dedicó la victoria a través de las redes sociales
Momentos previos al inicio del encuentro entre la Real Sociedad y el Mallorca.Juan HerreroEFE
El aficionado de la Real Sociedad atendido y evacuado este miércoles del Reale Arena, antes del inicio del partido ante el Mallorca, ha fallecido, ha informado el club txuri urdin.
El encuentro ha comenzado con 13 minutos de retraso debido a que los servicios de emergencias del estadio han atendido a una persona que se ha encontrado indispuesta en la grada, que ha sido evacuada a un centro sanitario y que finalmente ha fallecido.
La Real Sociedad, en un mensaje en sus redes sociales, ha lamentado el fallecimiento de este socio “txuri urdin”, a quien el club ha dedicado la victoria.
Se trata del segundo aficionado de la Real que fallece esta temporada tras sentirse indispuesto en la grada, tras la muerte de Txomin Landa, quien también sufrió un ataque y fue atendido en el estadio durante la disputa del partido Real Sociedad-Espanyol
La 'omertà' es el código de silencio de la 'Cosa Nostra' siciliana que deben cumplir todos sus miembros, en especial en sus declaraciones ante la policía. En caso contrario, son considerados delatores, traidores. El fútbol tiene su propia versión de la 'omertà': «Lo que pasa en el campo, se queda en el campo». No siempre se cumple y, cuando lo hace, afecta únicamente a los implicados. La opinión del resto es libre. Mapi León y Daniela Caracas mantienen el código de silencio después de que la azulgrana tocara los genitales de la jugadora del Espanyol en un derbi. Un acto claramente sexista, aunque se produjera entre dos mujeres. Cuando Míchel tocó los genitales de Valderrama, hace más de 30 años, fue objeto de escarnio y de debate nacional hasta provocar una actuación de oficio de la justicia deportiva y una sanción económica para el madridista. La acción de Mapi, en cambio, nada, ni sanción ni intervenciones de la política, siempre con tantos reflejos para ponerse en primera fila ante cualquier gesto o insulto sexista, homófobo o racista en los campos de fútbol.
«Estamos más acostumbrados a ver esto en el fútbol masculino», dice la presidenta de la Liga F, Beatriz Álvarez. Será eso. «No hay que sacar las cosas de contexto», añadió. Eso también es distinto en el fútbol masculino, cuyo contexto arde. Mapi, mientras, acaricia plácidamente su gato, en un vídeo colgado en las redes sociales por la futbolista y su pareja y compañera de equipo, Ingrid Syrstad. Acariciar el gato es lo que hacía Vito Corleone mientras recibía a subordinados, escena que simboliza la impunidad y 'omertà' que le protegía en la 'Familia'.
Mapi León toca en los genitales a Daniela Caracas.TV
EL BARÇA Y LOS VALORES
El fútbol femenino no debe ser una 'Familia'. Es el sector del deporte español que más ha crecido en los últimos años, gracias no sólo a una generación excepcional, la de Alexia Putellas, Aitana Bonmatí o Jennifer Hermoso. El aumento de practicantes de base y la dotación de recursos por parte de las administraciones, más allá de la profesionalización de la élite, han permitido un avance de una colosal proyección en lo deportivo y lo social, una conquista más de la mujer. El empoderamiento es evidente, pero confundir el empoderamiento con una posición moral superior es un error. De esa forma se siente quien acaricia un gato tras cometer un error por el que ni siquiera pide disculpas. Tampoco su club, el Barcelona, que ha hecho de los valores parte de su marketing: 'Valors!'
«Fue un lance del juego», dijo Mapi en un comunicado emitido con nocturnidad por la entidad azulgrana. Era un problema qué decir. Pere Romeu, su entrenador, se atuvo a la consigna: «Creemos en su versión». Romeu la dejó en el banquillo ante el Madrid CFF, en la Copa de la Reina, pero ayer volvió al once ante el mismo equipo en la Liga F. Mapi marcó el primer tanto de la goleada (5-1), vitoreada por su público durante el partido. Esas cosas, al parecer, sólo pasaban en los partidos masculinos.
Evasivas en los organismos
Las declaraciones institucionales de quienes no pudieron escabullirse estuvieron en la línea de las de la presidenta de la Liga F, que recalcó que no su organismo no tiene competencias para entrar en el caso. Rafael Louzán dijo que «algo he visto por los medios de comunicación» y pasó la pelota al Comité de Competición. Realmente, es un presidente bien informado. Tampoco el Consejo Superior de Deportes, con el que Mapi colaboró hace unos años en una campaña contra la LGTBIfobia, ha dado un paso adelante, mientras la Asociación de Futbolistas Españoles emitió un comunicado 'light'. En compañía de Alves repitió Mapi esa campaña en el ámbito azulgrana. Hay coincidencias que matan.
La única condena fulminante ha sido, lógicamente, del Espanyol, vehiculada a través de Dolors Ribalta, responsable del fútbol femenino del club. «Es inaceptable, inadmisible y vulnera la intimidad de nuestra jugadora. Esto no va de colores, sino de dignidad y respeto», dijo en un comunicado, en el que dejaba en manos de Daniela la opción de presentar una denuncia. Por el momento, no se ha producido.
No es necesario que lo haga la jugadora ni el Espanyol para que el Comité de Competición intervenga. Puede hacerlo de oficio. De hecho, lo hizo en el caso Míchel, en 1991, con la vieja Ley del Deporte, de 1990, recién estrenada y menos sensibilización política y social con respecto a los gestos o insultos sexistas. José Javier Forcén, juez único de Competición, calificó la acción como una «falta de decoro» y la consideró «grave», por lo que impuso una sanción económica de 500.000 pesetas. El madridista alegó que lo hizo con 'animus iocandi', es decir, con intención jocosa, pero el juez lo desestimó: «Asuntos tan serios no pueden tomarse a broma».
Rubiales y Olga Tubau, a la entrada al juicio.JAVIER SORIANOAFP
la protección de daniela
Daniela, como Valderrama, es de Colombia, donde se cuestionan cómo es posible que en España no se haya actuado. En otro orden, todavía se lo preguntan en muchos más lugares por el 'caso Negreira'. El tocamiento de Mapi, sin entrar en lo que pudo o no decirle a Daniela, se produjo cuando el foco del prime time estaba en el juicio a Luis Rubiales, cuyo beso no consentido a Jenni Hermoso dio origen al '#SeAcabó', el '#MeToo' del fútbol. Pocos juicios en el ámbito del deporte han tenido tanto seguimiento en sus países. Si acaso los de O. J. Simpson u Oscar Pistorius. Ambos fueron por el asesinato de sus parejas.
La defensa de Rubiales por parte de la sagaz penalista Olga Tubau da por perdido el consentimiento y cuestiona la lascividad del beso para afirmar que no estamos ante una agresión sexual. Sobre las coacciones, los de la 'pandilla de Rubi' han jugado muy mal partido en la sala. Tubau plantea un órdago a la 'Ley del sí es sí', que agrupa diversas acciones bajo el concepto de agresión sexual. La de Mapi sobre Daniela, lo sería. Jenni no tenía intención de denunciar inicialmente, pero las presiones de la Federación y el consejo de sus asesores, y la fiscal Marta Durántez le hicieron ver la conveniencia de hacerlo. La incógnita es si Daniela está tan bien protegida y aconsejada por todos.
A Londres se va por París. Ese es el consuelo que le queda a un PSG humanizado y huérfano de Mbappé que fue incapaz de golpear a un siderúrgico Borussia Dortmund cuya perfecta maquinaria alemana sigue asustando en esta Champions. Van a sufrir aún más los franceses para doblegar a un rival descarado y eficaz que siempre tuvo un plan.
Le bastó un destello, una imagen que bien podría ser un souvenir del fútbol alemán, para inclinar el partido. Un balonazo larguísimo de Schlotterbeck desde la defensa para que Füllkrug, aprovechando la salida de Marquinhos, cogiera la espalda de Lucas Hernández y, tras un control celestial, batiera a Donnarumma.
Ese gol fue un martillazo en el ánimo de los parisinos que, además, perdieron a Hernández por lesión. Había avisado más el Dortmund empujado por la enloquecida grada. Adeyemi le mostró a Achraf Hakimi que no iba a poder subir la banda con alegría y Sabitzer se aprovechó de un error de Nuno Mendes para plantarse en un mano a mano, muy escorado, eso sí, ante el guardameta italiano. No estaba cómodo el PSG, con Mbappé deambulando por el campo sin apenas entrar en juego.
Quiso estirar al equipo Dembélé con dos disparos en el área sin demasiado peligro a los que respondieron los alemanes enseñando las uñas. Empezaban a empujarles hacía la portería de Kobel, pero tenían capacidad para dar zarpazos. Eso hizo Brandt desde la frontal para estrellarse en la cabeza de Marquinhos.
Asfixiado sin poder mover la pelota con comodidad, las recuperaciones de Vitinha no llevaban con fluidez a las bandas, donde Barcola apareció sin ventaja ni espacios que atacar. El Dortmund les estaba conteniendo de manera agresiva y con ayudas solidarias a sus laterales. Los dos equipos sabían cuáles eran sus debilidades y se protegían.
Luis Enrique quería más circulación de pelota para encontrar la grieta en el muro alemán, esa por dónde Mbappé, otra vez como delantero centro, pudiera asestar el mazazo. Edin Terzic quería anular eso y sacar provecho de la falta de firmeza de un rival que le han marcado en todos los partidos de Champions. Con la pelota en los pies y mirando hacia adelante, es temible. Sin ella, sus jugadores se humanizan y Donnarumma tuvo que emplearse para atajar otro ataque de Sabitzer antes de que el PSG se reseteara en el vestuario.
Dos palos
Volvió al césped con más velocidad y más descaro. Un remate Barcola fue el preludio de la primera aparición peligrosa de Mbappé. Buscándose el hueco escorado a la izquierda armó un disparo que estrelló en el palo largo y el rechazo lo envió Achraf Hakimi a la cepa del potro poste. Se crecía el PSG conforme se hacía más imprevisible para el Dortmund. Aceleraba Barcola y hasta Marquinhos tiró de jugada ensayada para colocar un balón al punto de penalti donde apareció para cabecearlo sin fortuna Fabián.
Necesitaban reaccionar los alemanes y eso provocó que el duelo se enloqueciera y se volviera de nuevo más amarillo. Un veloz desborde de Jadon Sancho acabó con un paso atrás del inglés que dejaba en clara ventaja a Füllkrug, que no pudo rebañar ese balón. El delantero, quebradero de cabeza de la defensa francesa, reclamó incluso un penalti de Nuno Mendes.
El PSG volvía a languidecer, incapaz de presionar, recuperar y jugar. Por eso Luis Enrique echó mano de Kolo Muani para permitir más movilidad a Mbappé. Aunque los ataques eran trastabillados, volvió a aparecer para atraer a tres defensas al borde del área pequeña y dejar a Dembélé un remate que, pese a ser forzado, salvó la mano de Kobel. Si encontraban a su mejor recurso aún había alguna esperanza de igualar aunque fuera a trompicones.
Eso pensó Vitinha al ver escaparse a Hakimi por la banda. Lo buscó y el marroquí asistió a Dembélé en el punto de penalti, pero su disparo fue a la grada. Estaba siendo extraño que el PSG no fuera contundente, como si le pesara demasiado la responsabilidad y sin ni siquiera poder morir acosando. Y es que los alemanes no se agarraban al marcador y Sancho buscaba una y otra vez cómo quebrar más al rival. Sabían que la renta puede ser corta ante un apurado PSG. Si reaparece.