El gobierno de Dina Boluarte ha activado hoy un operativo de “control de identidad a personas extranjeras” en los accesos al Estadio Nacional de Lima
Algo nunca visto en América Latina. El gobierno de Dina Boluarte ha activado hoy un operativo de “control de identidad a personas extranjeras” en los accesos al Estadio Nacional de Lima, donde se enfrentan la Blanquirroja peruana y la Vinotinto venezolana en partido de clasificación mundialista, que paraliza el subcontinente. Los agentes tienen la orden de detener a emigrantes ilegales con antecedentes para aprovechar una nueva ley y expulsarles del país.
Amedrentamiento y xenofobia en medio del espectáculo y sólo horas después del inédito recibimiento que los emigrantes venezolanos, un millón en Lima, proporcionaron a sus jugadores. Cientos de motoristas (la mayoría de los que entregan comida a domicilio) siguieron la estela del autobús de la Vinotinto desde el aeropuerto, algunos entre lágrimas. Varios miles más se concentraron en los alrededores del hotel que acogía a la selección. Otra vez, algo muy pocas veces visto a nivel de selecciones.
“Es un acto miserable de discriminación que añade más vergüenza y asco hacia las autoridades de este gobierno. Los venezolanos y peruanos de este país no tienen porqué identificarse con este tipo de medidas que vulneran los derechos humanos”, disparó el escritor Luis Yslas, con doble nacionalidad, en sus redes sociales.
María Corina Machado, la nueva líder opositora, retuiteó en sus redes un mensaje de su partido, Vente Venezuela, en el que condenaba “cualquier acto de discriminación e intimidación contra nuestros hermanos en Perú y en donde se encuentren, aún más si se dirige desde instituciones oficiales. ¡Nada lo justifica!”.
“Esta es una medida populista. Si al final existe un proceso sancionatorio contra emigrantes ilegales, son operativos que deben desarrollarse a través de la inteligencia de la Policía y no vincularlo a un acontecimiento deportivo. Es desproporcionado”, detalló para EL MUNDO Alfredo Flores, director de la ONG Ciudadanía Sin Fronteras.
Hinchas venezolanos se quejaron también de los registros en los accesos, incluso de que les arrebataban sus banderas. Desde Venezuela se han pedido sanciones a la FIFA por estos hechos. Pero pese al amedrentamiento, aficionados venezolanos celebraron por todo lo alto a su equipo con el nuevo grito de guerra futbolero: ¡Mano, tengo fe!”.
El operativo migratorio para intimidar a los hinchas de la Vinotinto sucede pocos días después de que el gobierno de Boluarte haya puesto en marcha una nueva legislación en materia migratoria. Hace seis años, el gobierno del moderado Pedro Pablo Kuczynski, enfrentado a la revolución bolivariana, abrió sus puertas a venezolanos que huían del derrumbe.
El proceso de regularización para todos aquellos que estaban en forma irregular en Perú se cerró el 10 de noviembre. “Esto generó mucha incertidumbre. Entre el 10 y el 15% no se habrían acogido al proceso y el gobierno, a través de algunos voceros, manifestó que iban a ser expulsados los que tengan antecedentes penales en Venezuela o cometan un crimen en Perú”, subrayó Flores.
Según los datos que maneja Ciudadanía Sin Fronteras, del millón y medio de venezolanos en Perú al menos 600.000 han solicitado refugio y están en trámites para que les sea concedido. Ninguno de ellos puede ser expulsado.
