¿Qué tienen en común Madonna, Arnold Schwarzenegger, Sting, Will Smith, Peter Thiel, Howard Stern y Toni Nadal? Que juegan al ajedrez por internet. Humphrey Bogart y Stanley Kubrick también lo habrían hecho si hubieran podido. El juego milenario, que
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Entre las prioridades de Vladimir Putin destaca el deseo de que Rusia recupere el título de campeón del mundo de ajedrez. En Toronto, un gran maestro ruso que se permitió el lujo de criticar la invasión de Ucrania, se ha colocado líder del torneo de Candidatos. Para Ian Nepomniachtchi es casi lo habitual.
Tiene 33 años, una edad perfecta para jugar al ajedrez (y puede que para ser crucificado), y ha ganado las dos últimas ediciones del torneo, que aspira a conquistar por tercera vez. En la memoria quedan sus fracasos posteriores contra Magnus Carlsen y Ding Liren, actual campeón, pero dado el triste estado de forma del chino, no es descabellado imaginar que a Nepo le costó anoche cerrar los ojos y acallar los sueños.
El mayor rival de Nepo en Canadá es un estadounidense, como en los tiempos de Bobby Fischer y Boris Spassky, pero Fabiano Caruana no pudo pasar del empate contra Gukesh, la más joven de las perlas indias. El otro americano, Hikaru Nakamura, decepcionó con unas tablas rápidas contra Praggnanandhaa. Los indios son imprevisibles y los verdaderos jueces de una competición en la que no han venido a interpretar papeles secundarios.
El tercero en liza, Vidit Santosh Gujrathi, fue justo la víctima de Nepo. En la retransmisión de la partida entre ambos, cuando ya se sabía que el indio iba a perder, daba lástima ver cómo se mortificaba por dentro. Vidit vive el ajedrez con una intensidad especial y no contaba para casi nadie entre los favoritos, pero en este Candidatos había empezado de fábula. Dos derrotas consecutivas puede que lo hayan despertado de su sueño, aunque todavía quedan diez partidas en las que puede seguir pasando de todo.
Polémica por los vídeos de Nakamura
Los otros dos enfrentamientos de la jornada sirvieron sobre todo para certificar que Nakamura no está fino, después de su anuncio optimista de que estaba en Toronto para divertirse. El joven Pragg le hizo tablas con excesiva facilidad, mientras el americano empieza a recibir críticas por seguir publicando vídeos diarios en los que comenta sus impresiones sobre las partidas que juega. Para los aficionados es un lujo y él opina que sus colegas deberían hacer lo mismo, pero algunos comentaristas lo tratan peor que a Luis Enrique en Qatar.
El otro empate del día lo protagonizaron Nijat Abasov y Alireza Firouzja. El primero es el único de los ocho candidatos que nunca pensó que podía ganar, pero sí impedir que lo utilicen como a un muñeco de feria. Plantea sus partidas sin disimular que se contenta con las tablas y así no es fácil derrotar a un gran maestro de élite. El francés, que sigue sin carburar, no consiguió abrir la caja fuerte con negras.
Firouzja es último en la clasificación, con el triste consuelo de estar empatado a un punto y medio con Nakamura, Abasov y Vidit. Con dos puntos sigue ganando confianza Pragg. Con 2,5 acechan al líder Caruana y Gukesh. Y con 3 gana terreno en las casas de apuestas Nepomniachtchi, un ajedrecista que pasa la mayor parte del año adormilado, pero que siempre despierta justo a tiempo de ganar el Candidatos.
Candidatos femenino
Tan Zhongyi, líder del Candidatos femenino.Maria Emelianova
En el torneo femenino el espectáculo fue mayor, aunque la rusa Kateryna Lagno y la ucraniana Anna Muzychuk dejaron escapar dos oportunidades de oro. La primera hizo tablas contra la china Tan Zhongyi, que jugó precisamente una de las defensas favoritas de Fischer, la variante Najdorf de la defensa siciliana.
El juego de la oriental fue muy creativo, pero se pasó de rosca y todas las máquinas auguraron al unísono su derrota. No contaban con el factor humano. Lagno, una veterana, cometió un grave error que le costó el empate, gracias al cual Tan es líder en solitario. Muzychuk, por su parte, perdonó la vida a la otra china, Lei Tingjie, en uno de esos finales que parecen un acertijo y se enseñan en los libros. A la hora de la verdad, con la tensión de la competición, la ucraniana no lo resolvió y sigue sin levantar cabeza en este Candidatos.
También firmaron tablas Aleksandra Goryachkina y Vaishali Rameshbabu. La hermana mayor de Pragg aguantó con negras y se asienta en la zona media de la tabla, pese a que empezó el torneo con medio punto en dos partidas. La única victoria fue para la búlgara Nurgyul Salimova, que recuperó posiciones a costa de Humpy Koneru, excampeona mundial, poseedora de varios récords y no hace tanto capaz de registrar el tercer mejor Elo de la historia conseguido por una mujer.
Después de cuatro partidas, Tan Zhongyi es líder con 3 puntos, seguida por Aleksandra Goryachkina (2,5). Con 2 puntos hay un triple empate: Lagno, Vaishali y Salimova. Y con 1,5 las tres citadas, Humpy Koneru, Lei Tingjie y Anna Muzychuk.
Gukesh Dommaraju y Ding Liren han sido apaleados desde antes incluso de llegar a Singapur. Kasparov despreció su nivel, dijo que no consideraba que fuera un campeonato del mundo y que el último campeón legítimo había sido Magnus Carlsen. Con el juego empezado, otro excampeón ruso, Vladimir Kramnik, aseguró que la calidad del duelo era una broma. Sin quejarse de nada ni de nadie, el campeón chino y el aspirante indio siguieron a lo suyo. Empezaron de forma espectacular y luego no lograron superarse el uno al otro, pero en las dos partidas anteriores nos regalaron dos tablas espectaculares, dejándose la piel y arriesgando en varios momentos más allá de lo razonable. Entonces, los censuraron por cometer errores, como siempre ocurre cuando los jugadores se exponen para ganar.
Es improbable que este viernes se pusieran de acuerdo, pero la novena partida pareció la escenificación de una huelga a la japonesa. El juego fue largo, perfecto hasta la obsesión (99,2% de precisión frente a 99,3%) y, como consecuencia de todo ello, muy aburrido en su segunda mitad. Para el aficionado, supuso un bajón tan grande como la selección española de fútbol cuando se contentaba con encadenar mil pases sin disparar a puerta.
En definitiva, la igualdad sigue agarrada como una lapa al marcador, 4,5 a 4,5. A falta de cinco partidas, Ding tendrá la ventaja de jugar tres de ellas con blancas, aunque Gukesh dijo hoy en la rueda de prensa que los colores no están siendo un factor importante en este Campeonato del Mundo. Al menos según los datos, eso también es verdad, pero salvo en una ocasión, con negras le ha hecho muy poco daño a su rival.
La catalana, apertura centenaria
En huelga o no, los dos contendientes destacaron el nivel de perfección que habían logrado. Como siempre, el campeón se peleó también contra su reloj, pero esta vez ni siquiera tuvo que correr después. Gukesh volvió a conseguir una ventaja mínima después de plantear la apertura catalana, pero luego omitió una idea de su oponente y las inevitables tablas empezaron a divisarse con 30 jugadas de antelación. Sin la regla impuesta en este Mundial de que los jugadores no pueden ofrecer el empate antes del movimiento número 40, la lucha habría acabado allí mismo. En su demostración a la japonesa, Gukesh y Ding siguieron moviendo madera más allá de lo exigido, hasta el movimiento 54, cuando los reyes se quedaron solos en el tablero. Tablas por extinción.
La catalana, por cierto, no es tan antigua como la española, pero tiene casi un siglo. En realidad, ya se había practicado antes en alguna ocasión, pero fue bautizada así en 1929 a partir de un encargo de la organización de la Exposición Universal de Barcelona. Sus responsables querían rendir homenaje al ajedrez catalán y le pidieron una apertura nueva a Savielly Tartakover, algo así como el Oscar Wilde del ajedrez, porque se le atribuyen casi todas las citas sobre el juego.
Nacido en Rusia, Tartakover tiene una biografía fascinante. Fue ciudadano polaco y más tarde francés. Nunca ganó el título mundial, pero su influencia en el juego fue destacada. Además de algunas frases que no son suyas, se apropió también de este planteamiento flexible, que mantiene su vigencia casi un siglo después pese al examen feroz de la inteligencia artificial.
Nada más terminar, a los jugadores les preguntaron un día más por el advenimiento de las partidas de desempate, si son incapaces de romper el equilibrio antes. Gukesh afirmó que han vivido algunas partidas muy interesantes y que espera que les queden varias más. Él y Ding Liren también hablaron de cómo sus respectivos equipos los mantienen con el ánimo elevado. Como chanza del día, se enfrentaron a una especie de prueba: "Si hubiérais podido mirar por un momento el ordenador para ver cuál era la evaluación que hacía de la posición, ¿qué momento habrías elegido para consultar?". El indio se ganó los aplausos: "Yo no querría hacer trampas en ningún momento". El chino se quedó con las risas: "Hoy no he tenido ninguna oportunidad de ganar, así que me guardaría la opción para el futuro".
Mañana habrá jornada de descanso, así que tendrán la oportunidad de repasar sus armas y revisar la estrategia para lo que queda de Mundial. En caso de empate a 7 final, el título se decidiría en partidas rápidas, más azarosas, en las que paradójicamente Ding Liren se puede sentir más fuerte. Los apuros de tiempo son su talón de Aquiles en el ajedrez clásico, pero si lo obligan a mover rápido desde el principio, tiene más Elo y, por tanto, mayor nivel que el aspirante, al menos en teoría. Los dos son muy duros de doblegar.