Eurocopa 2024
Georgia – España (18:00 h.)
El curso pasado disputó las 38 jornadas ligueras con el Valencia y recibió 45 goles, con siete porterías en blanco.
Un portero felino y un delantero desequilibrante. Con esas dos figuras un equipo puede caminar con paso firme. Ejemplos hay tantos que Georgia se ha propuesto catapultarse en ellos para hacerse hueco en el fútbol europeo. Si lo hicieron otros países recién llegados a la élite como Macedonia del Norte, que disputó la última Eurocopa 2020, ¿por qué no la república exsoviética? Esos dos pilares son Giorgi Mamardashvili y Khvicha Kvaratskhelia, que apenas superan los 22 años pero son fundamentales para el Valencia y el Nápoles, como también para Willy Sagnol en la selección.
«Ni te lo pienses», le dijo el preparador francés a Mamardashvili cuando, a principios de 2020, le ofrecieron la posibilidad de buscarle equipo en España. Con Gigi Loira dando pasos hacia la cuarentena, la posibilidad de foguear a un posible relevo en la portería en LaLiga era una bendición para la selección georgiana.
Los planes salieron bien, pero con mucha fortuna. La agencia Khalena Sport envió a todas las secretarías técnicas de Primera y Segunda el vídeo y las estadísticas de un chico de 19 años y 1,99 de estatura propiedad del Dinamo de Tiflis. Sólo una contestó: el Valencia. Se la podían jugar porque su cesión tenía un coste de sólo 50.000 euros y su opción de compra era de apenas 850.000 más si la ejercían antes de enero de 2022. Llegaría para reforzar el Valencia Mestalla, en Tercera RFEF, y ya se vería.
7.000 euros de prima por partido
Apenas llevaba dos meses en la ciudad, sin hablar ni una palabra de español y muy poco inglés, cuando las lesiones de Jasper Cillessen y Jaume Domenech hicieron que José Bordalás le confiara la portería. Con un sueldo de 70.000 euros brutos, esa temporada ganó más por los 7.000 de prima por partido -jugó 21- que su agente arrancó en el contrato.
A Mamardashvili le tocó madurar rápido bajo palos. Su padre, David, era el entrenador de porteros de la escuela del FC Torpedo de Kutaisi, el pueblo donde nació, así que viendo su talla y reflejos, lo envió con 16 años a la cantera del Dinamo, en Tiflis. Cuatro años después llegaría el salto a España, donde aún no se le ha visto límite. «Mejora significativamente cada temporada», cuentan desde el vestuario de Paterna.
Su brillo trasciende al Valencia y al declive del equipo. La pasada temporada jugó los 38 partidos y recibió 45 goles, con siete porterías en blanco. Pese al coqueteo con el descenso, el Valencia fue, junto con el Getafe, el equipo menos goleado de los 10 últimos de la tabla. Estos datos le llevaron a ser elegido por el Observatorio de Fútbol CIES como el cuarto mejor portero sub-25 del mundo. Sólo le superaron Gianluigi Donnarumma (PSG), Bento Krepski (Atlético Paranaense) y Diogo Costa (Oporto). Con una valoración de 25 millones de euros y una cláusula, sólo disuasoria, de 100 millones, su nombre estaba en la lista de jugadores con los que el Valencia podía hacer caja porque la Premier League seguía sus pasos. Hasta el Real Madrid lo tuvo en mente tras la lesión de Thibaut Courtois.
Puntos débiles
La madurez del tímido Mamardashvili ha hecho que Sagnol decida que el momento del relevo de Loira en la portería del equipo nacional también había llegado. En la ventana de junio, antes de la Eurocopa Sub-21, ya disputó dos partidos de su grupo en la Nations League y fue titular en los tres de clasificación para para la Eurocopa ante Escocia, Chipre y Noruega.
Cumple 23 años en unas semanas y los Ochotorena, el veterano José Manuel y su hijo Andoni, lo siguen haciendo crecer trabajando su juego con los pies y las salidas, dos de sus puntos débiles. El tercero eran los penaltis. No había parado ninguno hasta el primer minuto del duelo entre el Valencia y el Alavés de la última jornada de Liga. Atajó el primer lanzamiento de Kike García y también la repetición que ordenó el colegiado. Dejó así atrás una racha en la que no había podido ser decisivo en tres tandas: la final Copa del Rey de 2022 ante el Betis, las semifinales de la Supercopa de España ante el Real Madrid y los cuartos de final con Georgia ante Israel en el Europeo Sub-21, que significó también el adiós al sueño de estar en los Juegos de París.