Cuartos de final
El alemán, que ganó a Sinner el partido más largo de esta edición, se presenta renovado y con mucha mayor estabilidad emocional.
Si nos atuviéramos a lo acontecido esta primavera en los octavos de final del Masters de Madrid, no cabría esperar demasiado de Alexander Zverev en su partido de este miércoles ante Carlos Alcaraz en los cuartos de final del Abierto de Estados Unidos. En aquella ocasión, el alemán salió de la pista poco menos que avergonzado, con sólo tres juegos en sus guarismos y la impresión evidente de estar a años luz de quien unos días después revalidaría el título en la Caja Mágica.
El hombre al que se enfrentará el jugador español ha recuperado terreno en los últimos meses, superada la traumática lesión sufrida ante Rafael Nadal en las semifinales de Roland Garros 2022, en la que se rompió los ligamentos del tobillo derecho. Estuvo casi siete meses de baja y necesitó bastante tiempo para empezar a parecerse al tenista que fue.
Diríase que ahora estamos ante una versión mejorada del que fuera oro olímpico en los Juegos de Tokio disputados en 2021, ganador de las ATP Finals en 2018, subcampeón del Abierto de Estados Unidos en 2020 y vencedor de cinco Masters 1000. A sus 26 años, y después de convertirse a menudo en su peor enemigo, tras ponerse en manos de tres entrenadores españoles, JuanCarlos Ferrero, DavidFerrer y Sergi Bruguera, éste el último en salir, hace apenas unos meses, ha vuelto a trabajar en exclusiva con su padre, Aleksander Mikhailovich Zverev, el ex jugador nacido en Sochi que compitió con la Unión Soviética y que en realidad nunca ha dejado de tutelar la carrera de su vástago.
Sereno, equilibrado, decidido
El Alexander Zverev que vimos ante Jannik Sinner en el partido más largo de la presente edición del torneo, cuatro horas y 41 minutos, y el que más tarde finalizó, 01:39 de la madrugada del martes, el gran competidor que no lanzó ni una sola vez su raqueta al suelo, que cometió únicamente seis dobles faltas, cuando su segundo servicio se había convertido en un autético drama en fechas no demasiado lejanas, el tenista sereno, equilibrado, decidido a rentabilizar las enormes cualidades que posee, aquilatadas ahora con una mayor presencia en la red y un golpe de derecha mucho más eficaz, tiene poco que ver con el joven errático y a menudo iracundo y pusilánime que aún no ha respondido a las promesas contraídas con su estimulante irrupción en el circuito.
Campeón este verano sobre la arcilla de Hamburgo, su ciudad de nacimiento, semifinalista antes en Roland Garros y después en Cincinnati, en el torneo previo al US Open, Zverev ha encontrado aqui, donde fue semifinalista en 2021, el punto de cocción de su enorme potencial tenístico. Era sólo un encuentro de octavos, pero sacarlo adelante, y de la forma que lo hizo, 6-4, 3-6, 6-2, 4-6 y 6-3, en una prueba de máxima exigencia tenística, física y anímica, puede marcar un punto de inflexión en su renovada propuesta.
«Necesito recuperarme»
Tal vez con todo ello no le dé para ganar a Alcaraz, que viaja a una velocidad inalcanzable para casi todos sus adversarios, pero no deberán caer en el vacío sus palabras de hace unos días, cuando dijo que el próximo año espera dar el nivel para hacer frente al español y a Novak Djokovic. Alcaraz le planteará problemas más difíciles de descifrar de los que le planteó Sinner, gran tenista, pero con tendencia a un juego a veces demasiado maquinal. El alemán necesitará la mejor plasmación de su servicio y una frescura de piernas comprometida por el combate salvaje mantenido ante el sexto cabeza de serie.
«Pienso que antes del torneo todo el mundo esperaba dos partidos: Alcaraz-Djokovic en la final y Alcaraz-Sinner en cuartos. Tal vez yo pueda evitar que ninguno de los dos suceda. Obviamente será uno de los encuentros más exigentes para mí y necesito recuperarme. Eso está claro», dejó dicho recién finalizado el duelo contra el italiano. «Hemos disputado grandes grandes partidos y el cara a cara está muy igualado. Este año está encontrado su mejor nivel de nuevo», apuntó Alcaraz, que no tuvo problemas ante Matteo Arnaldi y contará con más de diez horas de descanso con respecto a su próximo oponente.