Las 81 futbolistas, mundialistas, rebeldes e históricas, coordinaron juntas el ataque definitivo a Rubiales, que contraatacó con un análisis fotográfico del beso. En menos de un mes comienza la clasificación para París 2024
«Las jugadoras españolas se niegan a jugar hasta que el jefe de su fútbol dimita», «La controversia del Mundial llega a un nuevo techo en España», «He sido víctima de una agresión», «una de las ganadoras del Mundial dice que no consintió el beso del jefe del fútbol español»… No son los titulares de la prensa nacional, son las portadas de The New York Times, The Guardian o la CNN, el resumen perfecto de la escalada internacional y la dimensión global que ha alcanzado la actuación de Luis Rubiales, su beso a Jenni Hermoso y las protestas de las futbolistas.
Un rechazo generalizado a la labor de Rubiales y su grupo directivo, incluido el seleccionador Jorge Vilda, respaldado por decenas de jugadoras a lo largo y ancho del país y que pone al Gobierno y a la propia Federación bajo la lupa internacional. Está en juego la imagen de España, pero también la presencia del equipo femenino en los próximos Juegos Olímpicos y la candidatura ibérica a organizar el Mundial masculino de 2030.
Para saber más
Si en el caso de los hombres para llegar a París 2024 han tenido que conseguir un billete en la última Eurocopa sub’21, al combinado femenino no le sirve de nada el título Mundial, sino que deberá pelear por una de las dos plazas europeas en la próxima Liga de Naciones que comienza en septiembre. Es decir, ya. España deberá ganar el Grupo 4 que comparte con Suecia, semifinalista del Mundial, Italia y Suiza para acceder a la Final Four de febrero, donde las dos finalistas obtendrán un pase a los Juegos.
El combinado nacional debutará el 22 de septiembre, en menos de un mes, ante las suecas en Goteborg. Y lo hará, «si Rubiales sigue en su puesto“, sin las 23 futbolistas que ganaron el Mundial y sin el resto de las que las han acompañado en el comunicado conjunto que lanzaron ayer por la tarde.
“Se acabó”
Y es que lo que no sucedió en septiembre de 2022 ha ocurrido en agosto de 2023 y con una Copa del Mundo bajo el brazo. Las jugadoras de la selección han dicho otra vez «basta», y a la segunda parece que irá la vencida en una venganza tan fría como contundente, tan perfecta como inesperada. Porque si a Las 15 que renunciaron a España y a las tres (Putellas, Hermoso y Paredes) que apoyaron la rebelión les hubieran contado que la batalla la iban a ganar por un grosero y vergonzoso error de Rubiales, seguramente no se lo hubieran creído. Pero aquí están, rebeldes y no rebeldes, unidas de nuevo en la trinchera contra el presidente de la Federación. Victoriosas, ahora sí.
«Esto es inaceptable. Se acabó», escribió Putellas en sus redes sociales después de los ataques de Rubiales a Hermoso. Cinco palabras que iniciaron el efecto dominó en todo el vestuario de la selección. Algunas habían pasado varios días en Ibiza de vacaciones mientras la polémica del presidente llegaba a todos los rincones del mundo, y en esos días mascaron su rabia.
Crearon un grupo de WhatsApp con las convocadas al Mundial, las rebeldes, que rompieron su silencio, y otras históricas, y se organizaron para iniciar la campaña en redes y coordinar los detalles del comunicado. Todas han compartido en su mensaje las mismas palabras: «Se acabó» o «Estamos contigo». Así, se unieron en el llamado #MeToo español, una campaña de rechazo a Rubiales y su directiva bajo el hashtag #SeAcabó que terminó siendo tendencia en nuestro país y llenó las portadas de todo el mundo. Minutos después, oficializaron su crítica con el comunicado conjunto a través del sindicato FUTPRO.
81 jugadoras contra Rubiales
Minutos después, oficializaron su crítica con el comunicado conjunto a través del sindicato FUTPRO con la firma de 81 jugadoras y ex jugadoras, algunas de ellas ya retiradas. Todas las de la última convocatoria del Mundial, las 15 que renunciaron el año pasado, algunas ex de la selección todavía en activo, como Virginia Torrecilla y Marta Torrejón, y varias históricas, como Vero Boquete, aún en activo, o Kubalita.
En él, además de pedir «cambios reales, tanto deportivos como estructurales» para todas, Jenni Hermoso dejaba claro que «tal y como se vio en las imágenes, en ningún momento consentí el beso que me propinó y, por supuesto, en ningún caso busqué alzar al presidente. No tolero que se ponga en duda mi palabra y mucho menos que se inventen palabras que no he dicho».
La venganza de Hermoso
Después, ya a título personal, la delantera del Pachuca, en silencio durante la semana, ejecutó el jaque-mate definitivo contra el dirigente: denunció la «presión» a la que ha sido sometida en los últimos días por Rubiales y la Federación. «Me sentí vulnerable y víctima de una agresión. […]. Se me pidió realizar una declaración conjunta para rebajar la presión sobre el presidente […] he estado bajo bajo una continua presión para salir al paso con alguna declaración que pudiese justificar el acto del Sr. Luis Rubiales. La RFEF ha presionado a mi entorno (familia, amigos, compañeras, etc.) para que diera un testimonio que poco o nada tenía que ver con mis sensaciones».
Consciente de la repercusión internacional, quiso manifestar su gratitud por el apoyo recibido. «Quiero cerrar dejando muy claro que si bien soy yo la que expresa estas palabras son todas las jugadoras de España y del mundo las que me han dado la fuerza para salir con este comunicado».
La historia de septiembre de 2022 se repite ahora en un movimiento que ya ha traspasado fronteras, acompañado por el resto de jugadoras del mundo del fútbol, como la famosa Alex Morgan, y dejando a Rubiales más arrinconado que nunca. Tanto que en la medianoche del viernes la Federación envió un extraño comunicado, tirando de fotografía forense, para contrarrestar el de FUTPRO. “Las opiniones se contrarrestan con hechos y con pruebas y las mentiras se rebaten en los juzgados”, explicó la RFEF, asegurando que “sólo cuando se ha pasado una línea roja inasumible el presidente ha salido públicamente a dar su versión de los hechos”.
El contraataque de Rubiales
El comunicado va acompañado de la frase de Hermoso “en ningún caso busqué alzar al presidente” y de cuatro fotos con sus correspondientes explicaciones. En ellas se detalla cómo “La Sra. Jennifer Hermoso, con los brazos, agarra al Sr. presidente de la RFEF por la espalda, mientras que el Sr. presidente tiene los brazos sueltos”, por ejemplo, con el fin de explicar que fue la jugadora quien levantó en volandas a Rubiales.
Tras explicar las fotos, la RFEF dice: “Las pruebas son concluyentes. El Sr. presidente no ha mentido“.
Sin embargo, nada dice el comunicado sobre el hecho que ha desatado toda la polémica: el beso. Rubiales dijo públicamente que lo consensuó con ella (“Y yo le dije: ‘¿Un piquito?’ y ella me dijo: ‘Vale'”), algo que Hermoso niega.