Álvaro Martín y María Pérez, España reina en una marcha amenazada de muerte: “Nos merecemos un respeto”

Álvaro Martín y María Pérez, España reina en una marcha amenazada de muerte: "Nos merecemos un respeto"

Mundial de atletismo

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Los doble campeones de los 20 y los 35 kilómetros marcha reclaman la supervivencia de una especialidad que podría desaparecer en octubre. “Ya hemos quedado todos los marchadores para reunirnos, hablar y hacer fuerza”, decía Martín

Álvaro Martín y María Pérez repiten oro en los 35 kilómetros marcha y encumbran a España

Son las 03.50 horas de la madrugada en el hotel Thermal Margarita Island cuando dos atletas de la selección española que ya han acabado su competición entran por lo puerta y, antes de irse a dormir, conocido el ambiente nocturno de Budapest, se encuentran desayunando a los marchadores, entre ellos Álvaro Martín y María Pérez, que más tarde se convertirán en campeones del mundo de los 20 y los 35 kilómetros marcha.

“Se dice el pecado, pero no el pecador. No te diré quienes eran, pero es un ejemplo de que esto o te gusta o estás loco y a veces se pueden confundir las dos cosas”, reconocía Martín ya con su oro al cuello, su segundo oro en este Mundial. La vida del marchador es peculiar. En sus propios lugares, como Cieza, donde vive Martín, un pueblo de Murcia que es una especie de Centro de Alto Rendimiento. Con sus propios entrenamientos, siempre a ritmos difíciles de compaginar con los corredores. Y centrados en sus propios gestos, la posición del codo, la rigidez de la pierna. Todo para esto: cuatro oros para España, ya segunda en el medallero, lo nunca vivido. Todo para nada si la amenaza prospera.

Porque justo cuando la selección hace historia, la marcha está en entredicho, podría desaparecer de los Juegos Olímpicos y por eso este jueves las celebraciones fueron reivindicación. “Hemos demostrado que nos merecemos un respeto”, lanzaba María Pérez, que atacó muy pronto, se marchó sola y estuvo una hora ampliando su escapada. “Tenemos que salvar nuestra disciplina”, añadía Martín, que sufrió más, con el ecuatoriano Brian Pintado enganchado hasta el último kilómetro. Ambos serán ahora los abanderados de una lucha que tendrá un punto culminante: entre el 15 y el 17 de octubre, el Comité Olímpico Internacional (COI) decidirá en Mumbai, en la India, si hay marcha o no en Los Ángeles 2028.

La reflexión de María Pérez tras su segundo oro en marcha: “Hemos tenido que hacer lo mismo para que nos queráis”

El país organizador, Estados Unidos, que nunca ha tenido campeones en la marcha, parece inclinado a un cambio, quizá por el cross, y su poder es enorme -la NBC es la televisión que más paga por los derechos-, pero hay otros intereses. Pese a que la decisión final es del COI, la marcha continuará en los Juegos si la Federación Internacional de Atletismo la defiende. Su postura es esencial. Y en los últimos meses se ha puesto de perfil. “Es como ir a un juicio sin abogado”, argumentaba el marchador Diego García Carrera después de los 20 kilómetros y no le faltaba razón.

Dos detalles lo demuestran. Uno: en los tres días de marcha en Budapest no se ha visto en ningún momento al presidente de la Federación Internacional, Sebastian Coe, por la Plaza de los Héroes, escenario de la meta. Y dos: la llegada de Álvaro Martín en los 20 kilómetros marcha no se ofreció en la señal internacional -por eso no se vio en TVE- para emitir unas semifinales del relevo 4×400. “Ya hemos quedado todos los marchadores para reunirnos, hablar y hacer fuerza antes de la reunión de octubre”, avanzaba Martín que añadía: “Llevamos mucho tiempo ya con esto”. Y es que todo empezó hace casi una década.

La lucha de los 50 kilómetros femeninos

La marcha tenía tres sólo pruebas inamovibles desde 1999: los 20 kilómetros en categoría masculina y femenina y los 50 kilómetros sólo en categoría masculina. Lo marcaba la tradición, como tantas cosas execrables. Se suponía que los 50 kilómetros eran demasiado duros para las mujeres, pero en 2016 una marchadora estadounidense, Erin Taylor Talcott, amenazó con denunciar por la discriminación y la Federación Internacional incluyó la categoría femenina de la distancia larga en el Mundial de Londres 2017. El problema llegó cuando la petición se elevó al COI para hacer lo mismo en los Juegos. Imposible, dijo, demasiadas corredoras de más en la Villa, demasiado tiempo de televisión, demasiado. Pese a que un grupo de marchadoras llegó hasta el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS), no hubo mujeres en los Juegos de Tokio 2020. Pero la desigualdad era inaceptable en estos tiempos.

Y para corregirla el pasado abril, sin consultar con nadie, sin ofrecer detalles, la Federación Internacional entregó una solución al COI. En los Juegos de París 2024, además de los 20 kilómetros, no habrá distancia larga de la marcha, si no un relevo mixto de poco más de 10 kilómetros en el que cada equipo acabará sumando un maratón. ¿Cómo? La sorpresa fue enorme en la especialidad, que pronto temió que el relevo fuera un primer paso hacia la desaparición y se puso a trabajar.

Este jueves, después de sumar su segundo oro, Martín se marchó de la zona mixta abrazado a Raúl Chapado, presidente de la Federación Española y ya vicepresidente de la Federación Internacional, y en el gesto había una unión de futuro. Hace unas semanas los marchadores españoles se reunieron con Chapado para contar con su apoyo y no acabaron convencidos. Hubo tensión. Hubo algún reproche. Ahora todos, con Martín y Pérez a la cabeza, esperan que Chapado sea el líder de la defensa de la marcha primero en la Federación Internacional y, después, en el COI. Con cuatro oros en un mismo Mundial para España, la supervivencia de esos marchadores que mezclan gusto y locura debe ser una prioridad.

kpd