El conductor que la arrollo trató de reanimarla sin éxito, tras lo que fue trasladada al hospital donde sólo pudieron certificar su muerte
Imagen de Danielle Belard publicada en el mensaje de despedida de la Universidad de Luisiana.LSU
Danielle Ballard, una ex jugadora de baloncesto de de LSU (Louisiana State University) ha fallecido después de un trágico accidente ocurrido en las calles de Memphis, Tennessee. La mujer de 29 años ha sido atropellada cuando cruzaba por un paso de peatones y los médicos no han podido salvar su vida.
El conductor del vehículo que la arrollo, desplazándola varios metros, trató de reanimarla sin éxito, tras lo que fue trasladada por los sanitarios al Hospital Regional One Health, donde no pudieron más que certificar su muerte. La Policía está investigando las causas del atropello.
La ex jugadora de la Universidad de Luisiana fue un estrella del baloncesto colegial con Central High School y era muy querida por el mundo de baloncesto en Memphis. Las redes sociales se han llenado de mensajes de recuerdo y de apoyo a su familia.
“Estamos profundamente entristecidos por el fallecimiento de Danielle Ballard. Ella significó mucho para nuestro programa y fue una parte tan importante de nuestra familia de baloncesto femenino. Es difícil entender por qué le sucedió esto a alguien que estaba tan llena de vida y prometía tanto. Nuestros pensamientos y oraciones están con su familia”, ha compartido la LSU.
Un comienzo de temporada como una pesadilla. Fue Pablo Laso el que hurgó en la herida del Real Madrid, lo que ya se podría considerar una crisis si no estuviera el Panathinaikos, nada menos que el campeón de Europa, a la vuelta de la esquina, el jueves mismo en el WiZink. Pero todo son alarmas en un equipo que sigue sin saber ganar a domicilio, que ya suma cinco derrotas y que en el Buesa, ante un Baskonia fiero, tembló en el desenlace. [76-72: Narración y estadísticas]
Resultó un duelo de angustias, porque tampoco los vitorianos están para fiestas en este arranque. Y en esa pelea, en parciales que iban y venían, echó de menos el Madrid (cómo no) a Campazzo (cumpliendo, ahora sí su sanción), el liderazgo y el acierto que no había tenido en toda la noche. En ese alambre, el tiro de Khalifa Diop y la genialidad de Markus Howard decidieron. De nada sirvió el despliegue de Tavares (14 puntos y 15 rebotes).
Sin Campazzo (y sin Andrés Feliz), la espesura. Ese iba a ser el síntoma. Un Madrid plomizo, sin imaginación ofensiva, atascado y fallón, apenas 35 puntos en toda la primera parte. Sólo las transiciones iban a ser su alivio. En estático, ni Llull (titular) ni mucho menos Rathan-Mayes (también probó con Abalde en el puesto de base), lograban hacer fluir, encontrar a los interiores. Y el perímetro iba para drama (2 de 14 en triples).
Para lo que sí sirvió al Madrid la primera mitad fue para darse cuenta de que lo del Buesa iba a ser una batalla de esas en las que se olvidan todos los mecanismos. Sólo le valía ganar, estrenarse a domicilio, ya vendrán más adelante las florituras. Y en Vitoria, no sólo por Laso, había ganas al blanco, al que le derrotó cada vez el curso pasado.
Musa, durante el partido contra el Baskonia.L. RicoEFE
A la vuelta siguió el fango, dos púgiles a tirones. Pocos equipos en Europa con mayor vocación ofensiva y talento para ello, dedicados esta noche a lo que peor saben hacer. Ese plan defensivo hacía que el partido no fuera vistoso. Un parcial para cada uno, mientras se mantenía la igualdad y el dominio de Tavares, mucho más centrado (pese a un par de infracciones por pasos) que en los precedentes. Fue el 0-10 con el que casi se cerró el tercer acto lo más contundente hasta el momento.
Pero volvieron los vaivenes, un 7-0 y un 0-7. Los zarpazos de Musa y la respuesta de Markus Howard. La omnipresencia de Moneke y Sedekerskis, un Tavares sin descanso (33 minutos, sólo seis Ibaka) y los desesperantes errores de Hezonja. Así hasta la recta de meta, con dos sprinters desatados codo con codo (64-64 a falta de cuatro minutos).
Y ahí, pese a dos triples de Hezonja, llegaron los errores blancos, los nervios de quien anda extrañamente necesitado a estas alturas. De quien perdió la confianza en sí mismo. Tras la suspensión de Diop (mucho más decisivo que un Donta Hall que venía de ser MVP en la jornada ACB), erró Llull (pidió falta) y no Markus Howard, que dejó un canastón de esos que no se olvidan, agotando la posesión, talento puro.
Una acción de 3+1 de Yunio Barrueta a falta de dos segundos para el final permitió al Leyma Coruña arrancar su aventura en La liga Endesa con un histórico triunfo ante un Real Madrid, que dominó durante 39 minutos, pero acabó sucumbiendo ante el acierto desde el perímetro del equipo local (13 triples). [Narración y estadísticas (86-85)]
El vigente campeón de Liga entró en los últimos tres minutos con una sustanciasl ventaja (72-80), pero Brandon Taylor salió al rescate para llegar con vida al último suspiro. Facundo Campazzo no falló desde la línea de tiros libres para poner el 82-85. Faltaban 12 segundos. El Leyma buscó un ataque largo y Dzanan Musa perdió de vista a Barrueta, que forzó la falta y metió un triple lejano contra el tablero.
La locura se desató en el Coliseum. Los 9.300 aficionados se levantaron de sus asientos cuando el cubano encestó el tiro libre. Chus Mateo pidió tiempo muerto. Restaban 1,4 segundos. El Real Madrid buscó a Sergio Llull, pero su tiro no entró. La primera victoria naranja en la ACB llegó ante el subcampeón de la Euroliga.
Parcial de 12-1
El Real Madrid cometió muchos errores, algunos imperdonables en momentos decisivos. La transición blanca necesita tiempo. Sin Serge Ibaka por lesión, sufrió durante muchos minutos en la pintura. Esta derrota, unida a la de la final de la Supercopa, probablemente desencadenará la llegada de algún refuerzo.
El equipo de Chus Mateo golpeó de salida, dominando el rebote y un triple de Campazzo disparó marcador (9-17), aunque las rotaciones dieron otro aire al ataque naranja. Siguiendo la estela de Ingus Jakovics -ocho puntos en el segundo cuarto-, el cuadro de Diego Epifanio empezó a limar su desventaja hasta culminar su remontada (30-28, min.15) tras un parcial 12-1 que había obligado a un tiempo muerto a los visitantes.
El Leyma tenía bien controlado a Edy Tavares, pero en los momentos de dudas apareció Sergio Llull, autor de 14 de los 22 puntos de su equipo en el segundo cuarto. Duro castigo para un Leyma que había dejado de encontrar buenas posiciones de tiro. Eso permitió al Real Madrid castigarlo con rápidas transiciones, y marcharse al descanso con una cómoda renta (37-44).
Incapaz de sentenciar
El Leyma se suicidó en el arranque del tercer cuarto con varias pérdidas infantiles, pese a un tiempo muerto cuando solo había transcurrido poco más de un minuto. Campazzo y Mussa castigaron al equipo gallego con dos triples. Pero desde la línea de 6,75 también reaccionó el equipo naranja. Encestó tres triples seguidos -2 Barrueta y otro de Taylor- para volver a meterse en el partido.
El Madrid jugaba con el marcador a favor, pero era incapaz de sentenciar. Y lo pagó. Entró en los últimos tres minutos con una renta que parecía suficiente (72-80), pero Taylor se encargó de alimentar el sueño naranja, antes que Barrueta firmase su apoteósico '3+1'.
Desde que hace cuatro años el Movistar Estudiantes descendiera a LEB Oro -hasta 2021 era, junto a Real Madrid y Joventut, el único club español que había participado en todas las ediciones de la máxima categoría-, todo ha sido una búsqueda desesperada y sin éxito del regreso a la elite. Este lunes, la frustración ha llevado a la histórica entidad a tomar una decisión que pocos entienden. Después de una racha de siete victorias consecutivas y todas las opciones del ascenso todavía intactas (sigue dependiendo de sí mismo hasta para lograrlo de forma directa), el club del Ramiro ha decidido destituir a su entrenador.
Pedro Rivero llegó en el verano del 2023 con la vitola de ser experto en ascensos. El segoviano, un histórico base de la LEB (también jugó brevemente en ACB con el Cajasol y el Murcia), logró subir como jugador al Zaragoza en 2010, al Murcia en 2011, al Alicante en 2013 y al Ourense en 2015. Como técnico, en su primera temporada consiguió el ascenso de Plata a Oro con el Lucentum Alicante. Y en 2023 llevó a ACB al Palencia, con el que también ganó la Copa Princesa.
El curso pasado se quedó a las puertas con el Estudiantes. Perdió la final de los playoffs contra el Lleida, como dos cursos antes lo había hecho ante el Girona de Marc Gasol. Cierto es que había muchas dudas con el juego actual del equipo, con la consistencia de una plantilla que hace unos días fue reforzada con Joaquín Rodríguez, cedido desde el Casademont Zaragoza. El domingo contra el Súper Agropal Palencia (104-98) anotó 33 puntos.
"Inocentada"
Era el séptimo triunfo de carrerilla para los colegiales, para un balance de 22-3. Con uno de los billetes hacia la Liga Endesa muy avanzado por el San Pablo Burgos, líder destacado, a los madrileños les tocaba afrontar con solvencia unos playoffs que en el pasado no les fueron nada bien. Esa puede ser la razón por la que la directiva que encabeza Ignacio Triana ha decidido prescindir de Rivero. Aunque eso no sólo haya causado un gran asombro en parte de los aficionados. También incluso en los jugadores.
Algunos con tanto calado en lo social y en lo deportivo como Jayson Granger. El canterano, que pasó por Unicaja, Efes y Baskonia, entre otros, y que este verano regresó con la misión de encabezar el retorno (promedia 15,7 puntos y siete asistencias), escribió en sus redes sociales: "Definitivamente, no entiendo nada" (un mensaje que luego borró). Juancho Hernangómez fue más afilado desde Atenas: "Inocentada".
Todo indica que el elegido para tomar el relevo de Pedro Rivero es Nacho Lezkano, quien fue despedido hace unas semanas del Morabanc Andorra. En su comunicado del adiós, el Movistar Estudiantes quiso "agradecer al entrenador su profesionalidad, entrega y trabajo desde el momento en que llegó a Madrid" y desearle "la mejor de las suertes tanto en el terreno profesional como en el personal".