Poca ‘play’, películas junto a su madre, paseos y estudio de sus rivales: el día a día de Alcaraz

Poca 'play', películas junto a su madre, paseos y estudio de sus rivales: el día a día de Alcaraz

Roland Garros

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A la espera de la semifinal con Djokovic, el número 1 del mundo alterna las cenas entre un japonés y un restaurante local y aún pasa inadvertido cuando sale a la calle con gorra y gafas de sol.

Carlos Alcaraz atiende a sus seguidores tras un partido en Roland GarrosAdam PrettyMUNDO

Hace rato que concluyó el entrenamiento de Carlos Alcaraz en la pista 2, pero el chico sigue firmando pelotas y autógrafos a uno y otro lado de la grada, que no tuvo cabida para cuantos hubieran deseado observar de cerca al nuevo ídolo del público parisino. Hace un calor de cuidado en París, algo que celebra Carlos, su abuelo, que nunca había disfrutado de un clima semejante desde que hace más de 15 años empezó a acudir regularmente a Roland Garros. Porque Carlos, como su hijo, ex jugador, del mismo nombre, y como su nieto, la estrella del torneo, respira tenis por los cuatro costados, y viaja de costa a costa del recinto para intentar ver cuantos más partidos mejor.

El hombre que se enfrentará este viernes a Novak Djokovic en busca de su segunda final de un Grand Slam hizo una ligera sesión en la cancha, rompiendo su costumbre durante esta edición del torneo de aparcar la raqueta los días de descanso. Sí trabaja cada jornada en el gimnasio y junto a su fisioterapeuta, Juanjo Moreno, que le acompaña a todos los torneos. Después de los tres partidos de cinco sets que debió jugar el pasado verano en Nueva York, camino del título del Abierto de Estados Unidos, y de los problemas físicos que arrastró en la última parte del curso, en su equipo prefieren administrar con mimo cada una de sus energías, aunque en París el itinerario esté resultando de momento bastante más liviano.

Carlitos tampoco se desgasta con la playstation ni en las redes sociales, siempre bien asesorado por Juan Carlos Ferrero, cuyas enseñanzas no se quedan en lo meramente tenístico. Prefiere ver alguna película junto a su madre, Virginia, o seguir el torneo por televisión. Permanece atento a las evoluciones de Darwin Blanch, un júnior de 15 años con quien suele hacer guantes cuando está en la academia Equelite de Villena, y examina con detalle a sus propios rivales.

Con gorra y a veces gafas de sol aún consigue pasar inadvertido por una ciudad en la que ya empieza a provocar fascinación. El pasado año, en un restaurante de Nueva York, pudo comprobar su extraordinaria popularidad, cuando el fervor generado a su alrededor hizo precisa la intervención del personal encargado de la seguridad del local.

Sin rutinas férreas

Cuando no juega, le gusta dar algún paseo por la ciudad, nunca demasiado largo. A diferencia de Rafael Nadal y de muchos tenistas, no tiene férreas rutinas. Suele cenar en lugares distintos, con prioridad para un restaurante japonés y otro local, L’Avenue, ambos cercanos a su hotel, ubicado en las proximidades de los Campos Elíseos. En éste último restaurante disfruta de una carta más amplia y puede comer pasta. Hace unos días visitó la tienda que tiene Nike en esa zona de la capital francesa.

Tras iniciarse en la costumbre por los consejos de Juanjo Moreno, hace tiempo que, siempre que se lo puede permitir, no perdona la siesta. La dureme allá donde pille, no hace falta que sea de cama, Padrenuestro y orinal, como recomendaba Camilo José Cela. Alcaraz es de sueño fácil y conquista a Morfeo tumbándose 30 o 40 minutos en el sofá.

Tranquilos y deseosos de llegar a buen puerto en la tarde del domingo, cuando concluya la final, los dos Carlos, el padre y el abuelo, disfrutan de las hazañas del chaval. El abuelo, delineante, también le acompaña siempre que puede y el año pasado le vio ganar en Miami el primero de sus ya cuatro Masters 1000. Su hermano Álvaro, José Ramón, amigo de la familia, un tío de su progenitor, Antonio Martínez Cascales, integrante de su equipo técnico y ex entrenador de Ferrero, y Albert Molina, su agente, completan, junto a las personas ya citadas, el séquito de Carlitos, que mira hacia el lugar donde están sentados los periodistas españoles, les saluda y les dedica la mejor de sus sonrisas cuando por cualquier motivo cruza por la sala de prensa.

Por la mañana, Ferrero atendió a los medios para compartir sus reflexiones sobre el jugador al que ha llevado a la élite, a dos días del crucial encuentro de semifinales ante Djokovic. «Ha crecido muy rápido. Siempre estaba listo para ganar, incluso cuando disputaba challengers y futures. Está preparado para hacer grandes cosas en el tenis. Tiene sueños muy grandes de lo que puede llegar a hacer. Y eso es importante. Que puede ganar a cualquiera y creer en sí mismo».

El campeón del torneo en 2003 y ex número 1 del mundo habló también sobre su identidad y sus referentes. «Los ejemplos de Rafa, Roger y Novak son los mejores, para motivar y luchar. Pero es imposible copiar técnicamente. Carlos tiene sus propias habilidades. Su juego es muy natural» .

kpd