La Real Federación Española de Fútbol y la Confederación Brasileña de Fútbol han anunciado, este lunes, que las selecciones de ambos países disputarán, en marzo de 2024, un amistoso para reforzar el compromiso de ambas entidades contra la violencia en el fútbol.
El presidente de la Federación, Luis Rubiales, ya se reunió hace unos días en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas con Orlando Leite, embajador de Brasil en España, y ha mantenido contactos frecuentes con Ednaldo Rodrigues, máximo responsable de la CBF. Ambos dirigentes han considerado que era una oportunidad estupenda para estrechar lazos futbolísticos y sus compromisos sociales.
El encuentro se disputará en suelo español, bajo el lema “Una misma piel”, y ambos países esperan que sea “una gran fiesta del fútbol entre dos de las selecciones más potentes del panorama internacional”. Próximamente, ambos presidentes ofrecerán más detalles sobre la celebración del partido.
En el hipotético caso de que la Selección tuviera compromisos oficiales en la fecha marcada, se buscaría un nuevo hueco en el calendario para la celebración de este encuentro.
Será el décimo partido entre los dos conjuntos nacionales, que no se enfrentan desde la final de la Copa Confederaciones de 2013. De los nueve duelos anteriores, España ganó dos y empató otros dos, con ocho goles a favor y 14 en contra.
Campaña contra el racismo
El presidente de la RFEF fue quien lideró la campaña “Racistas, fuera del fútbol”, después de lo ocurrido con Vinicius en Mestalla, el pasado 21 de mayo. Con esta iniciativa se pretende erradicar las actitudes racistas y xenófobas de los campos de fútbol, mentalizando a la afición de que no son tolerables los insultos o las actitudes discriminatorias bajo ninguna circunstancia.
EDUARDO J. CASTELAO
@EJCASTELAO
Madrid
Actualizado Lunes,
16
octubre
2023
-
19:01Sólo las individualidades de Francia y Portugal aparecen por encima de la...
Eso que se suele decir de que el tiempo se detiene, es algo literal en el Masters de Augusta. Ya son 88 ediciones y todos los rectores del campo de golf más exclusivo siguen teniendo una máxima: En su torneo no entra un teléfono móvil.
Ya sea Tiger Woods, el presidente de la cadena CBS o un jardinero, ningún móvil es bienvenido en Augusta National en pleno siglo XXI. Época en la que no existe un solo espectáculo deportivo de masas en el mundo que siga este modelo de austeridad tecnológica.
Para muchos esto es un sinsentido y más, si se tiene en cuenta que la empresa de telefonía AT&T, líder en Estados Unidos, es uno de los patrocinadores del torneo. Las cabinas de teléfono, esas que están en extinción en todo el mundo civilizado, se prodigan en Augusta entre azaleas y magnolios. Alrededor de una treintena se pueden encontrar repartidas en diferentes puntos estratégicos del campo de golf.
WYDHAM CLARK Y JON RAHM
En el Masters se puede pasar la tarde enganchado a una conferencia con Tegucigalpa desde el mismísimo Amen Corner y todo, con cortesía de los socios de chaqueta verde.
El ganador del US Open, Wydham Clark respeta las reglas del Masters pero no entiende muy bien la medida en los tiempos actuales: "A mí me parece muy positivo el uso del teléfono, sobre todo cuando la gente los utiliza como cámaras. De esta forma pueden captar la esencia del torneo y llevarse el recuerdo para siempre. No es lo mismo tener una imagen recogida por tu propia mano que verlo por televisión. Hoy en día estos apartados son más que un teléfono, son un recurso muy bueno para que la gente disfrute de nuestro deporte".
Para otros, como Jon Rahm, es justo lo contrario: "Creo que debería haber más torneos que deberían hacer lo mismo", ha afirmado el vigente campeón sobre esta restricción. "Creo que si el ambiente aquí es tan especial es precisamente por eso. No tienes distracciones, es puro amor al deporte. Ojalá hubiera más torneos así".
Rahm también reconoce que, en los últimos años, se ha flexibilizado un poco la norma con los jugadores y que Augusta hace 'la vista gorda' en días de prácticas y sobre todo en los pares tres: "Saben que los jugadores llevamos el teléfono, pero ni lo sacamos. Quizás con alguna foto o un vídeo corto, pero apenas nada y solo hoy", ha señalado el de Barrika tras el concurso de pares tres.
LA CLAVE ES SER DISCRETO
Todos coinciden que la política del campo con los participantes es mucho más laxa. No hay nada oficial, pero se consienten determinados usos siempre fuera de la rondas oficiales del torneo. La clave para el norteamericano, Billy Horchel es "ser discreto y no hace alarde de su uso".
Estas restricciones pueden ocasionar algún contratiempo para algunos jugadores que han adaptado la nueva tecnología como parte de su trabajo diario. Un ejemplo es grabarse el swing en el campo de prácticas: "Con el tiempo aprendí que no puedo esconder el teléfono en algunos sitios. Estoy acostumbrado a golpear algunas bolas y luego mirarlo", ha apuntado Colin Morikawa.
Para el ganador del Open Championship, Brian Harman el teléfono no tiene tanta importancia en la semana: "No te sirve de nada tener uno porque cualquiera con quien necesite hablar, como mi entrenador, mi manager o mi esposa, ya está en el campo y no tienen sus móviles".
"Tratamos de ser fieles a nuestra misión, a quienes somos y a lo que Bobby Jones y Clifford Roberts tenían mente cuando crearon el club", ha comentado Fred Riley, CEO del Augusta National, quien también ha recordado que, en sus planes, no está la idea de cambiar sus políticas con la telefonía.
CUALQUIERA SE EXPONE A NO VOLVER
Al Master le da absolutamente igual las redes sociales y el espectador, periodista o jugador que desafíe sus normas, se expone a no volver nunca.
Para el público o los patronos, así se denominan, tener un teléfono es materialmente imposible ya que los férreos controles de acceso se aseguran que no haya elemento tecnológico alguno. Muchos que lo saben, lo dejan en casa, otros pícaros y despistados, lo intentan, pero sus terminales quedan requisados en consigna.
Los periodistas, que pueden acceder al club con ellos, sólo pueden usarlos en el espectacular centro de prensa, que ya quisiera para sí unos Juegos Olímpicos o un Mundial de Fútbol. Al principio, no disponer de un teléfono a mano y tener que coordinar cierres, envío de material o mil gestiones varias que requiere la vida de un enviado especial, parece un disparate, pero se terminan adaptando.
Eso sí, la acreditación que permanentemente tienen que llevar, y que incluye un microchip, permite a Augusta controlar donde están en cada momento de la semana. A pesar de ello, pueden escribir reportajes desde el ordenador portátil, aunque Augusta bien podría obligarles a teclear una Olivetti, tal y como a Bobby Jones le hubiera gustado.
A falta de seis carreras para el cierre, la pelea por el título de la F1 no sólo se juega sobre el asfalto, donde Max Verstappen deberá exprimirse para mantener sus 52 puntos de ventaja sobre Lando Norris. Otra batalla, también cruenta, se dilucida en las fábricas y las computadoras de los ingenieros, que apenas descansaron durante estas tres semanas de parón en busca de alguna mejora del rendimiento. Por pequeña que sea, puede resultar decisiva. Así que la tensión ya se palpa en el paddock del Circuito de las Américas, donde este fin de semana se reanuda el Mundial entre murmuraciones y sospechas.
En las últimas horas, la FIA ha tenido noticia de que un equipo viene utilizando un descarado truco con el que modificar ilegalmente su monoplaza. Por el momento se desconoce la identidad de dicha escudería, pero varios de sus rivales ya han dado parte al organismo rector. Según adelantó el miércoles Motorsport, esa artimaña permitiría ajustar la altura del coche entre el sábado y el domingo. En ese periodo, denominado Parc Fermé (parque cerrado), que separa la clasificación de la carrera.
Durante esas horas, ningún mecánico puede tocar la configuración aerodinámica del coche, salvo el alerón delantero. Sin embargo, según las citadas filtraciones, algún equipo habría montado un mecanismo en el habitáculo que podría activarse a hurtadillas de los comisarios. Un cambio en la altura incrementaría exponencialmente las prestaciones del vehículo, que podría partir el sábado con una configuración muy agresiva para atacar la vuelta con poco combustible y ajustarse el domingo a las necesidades de un coche con 100 kilos de gasolina.
El precedente de 2023
«Aunque no hemos recibido notificación de que ningún equipo emplee un sistema de este tipo, la FIA se mantiene vigilante en sus esfuerzos para mejorar el control del deporte», explicó el miércoles un portavoz del organismo presidido por Mohammed ben Sulayem. «Ya hemos aplicado ajustes en el procedimiento para asegurar que el espacio libre de la quilla no pueda ser modificado fácilmente», añadió esta fuente. Gracias a los ajustes en esta pieza, denominada T-Tray, el piloto no sólo pisaría los pianos durante la qualy sin miedo a dañar el suelo, sino que también optimizaría la ventana de funcionamiento ideal de los neumáticos durante las casi dos horas de la carrera.
Aun sin pruebas concluyentes, la intriga y los recelos se han instalado en Austin, donde hace sólo un año Lewis Hamilton y Charles Leclerc ya fueron descalificados por un desgaste excesivo en el plank, la plancha de madera instalada en el fondo plano. Precisamente esa zona que ahora acapara las polémicas. Desde el cambio de normativa de 2022, con la reintroducción del efecto suelo, el fondo plano se ha convertido en la principal fuente de carga aerodinámica. Y los ingenieros se devanan los sesos para multiplicar su eficiencia.
Tres victorias seguidas
Por extraño que pueda parecer, durante el citado GP de EEUU 2023, los comisarios ni siquiera investigaron a George Russell y Carlos Sainz, pese a ocupar los mismos asientos que habían hecho perder la plaza del podio a sus respectivos compañeros en Mercedes y Ferrari. Aquel domingo, Verstappen firmaría su triunfo más apurado del curso, víctima del sobrecalentamiento en los frenos y la degradación de sus neumáticos. Ahora queda por ver si Red Bull aprendió algo de todo aquello y si ha logrado evolucionar su RB-20.
Tras varias carreras muy lejos de Norris, Mad Max pudo reconducir el rumbo en Singapur, un circuito donde nunca se había sentido cómodo. Este fin de semana debería suponer un alivio para quien ya se impuso en las tres últimas carreras sobre ese mismo asfalto bacheado. Norris, por contra, no cuenta con margen para más errores. El ritmo de su MCL-38, irresistible desde junio en todo tipo de trazados, supone su mejor baza. No obstante, ese dominio quedaría ahora en entredicho en caso de desplome repentino. Por si acaso, la FIA observará con lupa en Austin la quilla del monoplaza papaya.