Del 9 al 11 de junio se celebrará la II edición del torneo sub’13
El mundo del fútbol infantil girará entre el nueve y el 11 de junio en torno al campo abulense José Luis Jara ‘Pechu’ de Arenas de San Pedro. Allí se disputará la segunda edición del torneo sub’13 Ciudad de Arenas. Curiosamente, ese mismo sábado se disputará la final de Champions en el Estadio Olímpico Atatürk de Estambul (Turquía). Una semana antes, se celebrará el torneo en categorías benjamín y alevín.
De esa tierra es Iván Díaz Infantes, preparador físico que estuvo a las órdenes del Cholo Simeone en el Atlético, y que ha pasado por el Ludogorets búlgaro y el Al-Ittihad Club de Arabia Saudí. Él es representante de la empresa iTorneos que se encargará de la organización del evento.
Competirán 16 equipos, siete de clubes de la primera división española, tres de academias de Francia, uno de Portugal, uno del actual líder de la primera división de Suecia, uno de una academia de Estados Unidos que repite participación, uno del Élite Talavera y uno del club local, Deportivo Arenas, estando pendiente de cubrir una plaza.
El torneo comenzará el viernes 9 y se extenderá hasta el domingo 11 de junio con la disputa de las finales. El sistema de competición contempla una primera fase con cuatro grupos formados por cuatro equipos cada uno, distribuidos con dos de primera división -que serán los cabezas de serie-, uno internacional y uno intercomarcal.
Desde la organización ponen en relieve el esfuerzo logístico que exige el torneo, así como el impacto que tiene en el lugar, algo que pudieron comprobar en esa primera edición. Los participantes se hospedarán en localidades como Arenas de San Pedro, Cuevas del Valle, Poyales del Hoyo, El Arenal o Candeleda, entre otras.
«Ese día repasas la mochila tres veces. Normalmente te llaman a un ensayo por la mañana y luego te convocan horas antes de la ceremonia. Antes de salir de la Villa lo revisas todo: que los calcetines sean los que tocan, que el gorro sea el adecuado. Imagínate que llegas allí y te falta algo, es para matarte. Durante todo el día se pasan muchos nervios, la verdad. Es como una víspera de Reyes: estás feliz y al mismo tiempo a la espera», recuerda Ander Mirambell, el último abanderado español en una ceremonia de inauguración, en su caso junto a Queralt Castellet en los Juegos Olímpicos de invierno de Pekín 2022. Él es el último de una tradición que hoy en los Juegos Olímpicos de París continuarán Marcus Cooper y Támara Echegoyen.
Hasta ahora España ha tenido 39 abanderados. De José García Lorenzana en Amberes 1920 hasta Saúl Craviotto y Mireia Belmonte en Tokio 2020 pasando por el rey Felipe VI en Barcelona 1992 o algunos repetidores, como Francisco Fernández Ochoa, que llegó a encadenar tres ediciones.
«Es un honor muy grande, equiparable sólo a ganar un oro. Estás representando a un país y, al mismo tiempo, encabezas la delegación, eres el elegido entre tus compañeros», comenta Alejandro Abascal, campeón olímpico de vela en Moscú 1980 y abanderado español en Los Ángeles 1984, que más allá de lo sentimental rememora los pormenores de llevar la bandera.
«Recuerdo que me sorprendió el detallismo de la preparación. En el ensayo de la mañana nos explicaron el recorrido, toda la ceremonia... Ya estaban allí, por ejemplo, las niñas que llevaban el letrero de España. Pensaba que la bandera pesaría más, pero nada, es una pluma. Aunque en esos momentos, con la emoción, el orgullo y la juventud podría pesar lo que quisiera», añade 'Jan' Abascal, que luego en aquellos Juegos yankees sólo pudo ser undécimo. Con aquella ceremonia de inauguración como recuerdo, el regatista no tardó en retirarse y pasar a ser entrenador de, entre otros, jóvenes que ahora aspiran a medalla como Diego Botín.
El recuerdo de Mirambell y la anécdota de Abascal
«No sé cómo será en París, pero el momento de salir del túnel y entrar en el Estadio Olímpicos es espectacular. Nosotros, con Queralt, quisimos cambiar un poco el protocolo y en lugar de ir en línea recta, hicimos un círculo sobre nosotros mismos. Además yo que colaboro con la asociación Cris contra el cáncer, que ayuda en la pediatría oncológica, me quite el gorro y me toqué la cabeza en recuerdo a los niños», recapitula Mirambell, especialista en skeleton, primer español en este deporte, que en Pekín 2022 disputó sus cuartos Juegos y después colgó el trineo.
Hoy, como Abascal, se dedica a preparar a los más jóvenes y transmitirles su experiencia que incluye, cómo no, sus recuerdos de aquella inauguración. «Justo cuando dejé la bandera hice una videollamada con mi mujer y mi hijo y tengo guardada una captura de pantalla», comenta quien subraya el honor de liderar a otros deportistas. Porque, junto a la bandera, el valor está en quién está detrás.
«Yo siempre hice vela, pero el deporte que me entusiasmaba era el baloncesto. Seguía mucho a la selección, teníamos muy buena relación. De hecho, fui de los pocos españoles que vieron la final de Los Ángeles. No había manera de conseguir entradas, pero el entrenador, Antonio Díaz Miguel, me dijo que me subiera al autobús con ellos. Llegamos al estadio de los Lakers, Epi me dejó su bolsa, yo me estiré todo lo que pude para parecer más alto y nadie me dijo nada. Yo flipaba en los vestuarios, entre las taquillas de Magic y de Abdul Jabbar. Acabé al lado del banquillo, disfruté como un niño aquel día», recuerda Alejandro Abascal, uno de los 39 elegidos que hoy ya serán 41.
El kitesurfista J.J. Rice, nacido en Estados Unidos y que iba a representar a Tonga en los Juegos Olímpicos de París, ha muerto en un accidente de buceo a los 18 años apenas un mes antes del comienzo de la cita olímpica. Su padre, Darren Rice, confirmó el fallecimiento de su hijo este lunes al periódico Matangi Tonga.
Jackson James Rice iba a convertirse en el primer caucásico en representar a Tonga en unos Juegos Olímpicos. Su muerte se produjo el sábado en Faleloa, en la isla de Ha'apai, en el archipiélago de Tonga.
Según ha relatado el citado medio, J.J. Rice estaba buceando en apnea cuando sufrió un presunto desvanecimiento en aguas poco profundas. Los esfuerzos por reanimarle fueron infructuosos.
"Fui bendecida con el hermano más increíble de todo el mundo y me duele decir que ha fallecido", escribió Lily, la hermana de Rice, en un post de Facebook. "Era un kitefoiler increíble y podría haber logrado una medalla en los Juegos Olímpicos. Hizo muchos amigos increíbles en todo el mundo".
Rice nació en Estados Unidos de padres británicos, pero creció en Ha'apai, donde sus padres regentan un alojamiento turístico. Terminó octavo en la prueba Sail Sydney en diciembre, lo que le sirvió para lograr una plaza olímpica.
El kitefoiling será deporte olímpico por primera vez en París. Los kitefoilers compiten sobre tablas que se elevan sobre el agua y pueden alcanzar velocidades de más de 50 km/h.