Nikola Jokic firmó una actuación majestuosa con 53 puntos (su récord de anotación en la NBA) pero los Denver Nuggets desperdiciaron este recital de su estrella y cayeron este domingo ante los Phoenix Suns (129-124), que de esta forma empataron 2-2 esta semifinal del Oeste. Por su parte, con un triple en la prórroga a falta de 19 segundos, James Harden, que brilló con 42 puntos, marcó la diferencia para los Sixers en Filadelfia en una disputada victoria contra los Boston Celtics (116-115) para empatar 2-2 esta semifinal del Este.
Jokic, ganador del MVP en 2021 y 2022, deslumbró con un enorme 20 de 30 en tiros y sumó además 11 asistencias. Sin embargo, los Nuggets fueron incapaces de acompañar a Jokic, que solo tuvo un respaldo consistente de Jamal Murray (28 puntos y 7 asistencias).
Tras sus 47 puntos del tercer partido, Devin Booker volvió a lucir un nivel extraordinario y consiguió 36 puntos (con un descomunal 14 de 18 en tiros), 6 rebotes y 12 asistencias para unos Suns todavía sin el lesionado Chris Paul.
Kevin Durant también brilló con 36 puntos (11 de 19 en tiros), 11 rebotes y 6 asistencias, pero la mejor noticia para los Suns en este feroz duelo de ataques incendiarios y defensas invisibles fue que su fondo de armario, uno de los puntos débiles de este proyecto, respondió con creces en este cuarto duelo.
Así, el banquillo de Phoenix, con Landry Shamet al frente (19 puntos y 5 triples), aportó 40 tantos mientras que el de Denver, a priori un equipo más coral y compensado, solo consiguió 11 en total. No ocultaron sus cartas los Suns desde el arranque: cuanto más tiempo estuviera el balón en manos de Booker y Durant, mejor para los intereses de los locales.
Los Nuggets, con más físico y músculo que los Suns, llegaron a tener una ventaja de 9 puntos en el primer cuarto, pero Booker con 13 puntos y Durant con 11 -incluida una canasta sobre la bocina- calentaron muy rápido la muñeca para alegría de la afición de Phoenix.
Tras el 32-34 con el que se cerró el primer periodo, los Suns explotaron dos debilidades evidentes de los Nuggets: una defensa demasiado contemplativa -el entrenador Mike Malone estaba furioso en la banda- y los minutos de descanso de Jokic. El genio serbio salió de la cancha con un 24-30 en el primer cuarto y cuando regresó ya en el segundo periodo se encontró a su equipo por detrás por 43-41.
Como quien se da cuenta de repente que tiene deberes por hacer, Jokic empezó a sacarse trucos de la chistera y metió 11 puntos seguidos en cuanto pisó la pista. El pívot también protagonizó el momento más extraño del encuentro.
Un balón suelto acabó fuera de la cancha y en las manos del propietario de los Suns, Mat Ishbia. Jokic se acercó a la primera fila para coger la pelota y sacar cuanto antes pero Ishbia la retuvo, por lo que el serbio, con gesto extrañado, empujó levemente con su codo al dueño de Phoenix -quien exageró antes de caer sentado en la silla sin problemas- y un espectador hizo lo propio con Jokic mientras otros fans dedicaban gritos al referente de Denver.
Sin que este incidente con algo de tensión llegara a mayores, Jokic se llevó una falta técnica y el espectador fue expulsado del estadio. Al margen de ese roce, el segundo periodo destacó por un duelo muy vistoso de estrellas en ambos equipos, Durant con 10 puntos en ese cuarto y Jokic con 15, para cerrar la primera parte prácticamente en tablas (63-61).
Los fuegos artificiales continuaron tras el descanso. Un Jokic exquisito sumó 18 puntos solo en ese periodo mientras que un Booker perfecto (6 de 6 en tiros) explotó con 17 tantos en el mismo cuarto.
Con las defensas de vacaciones en ambos equipos, los Nuggets entraron en un terreno peligroso y a priori favorable a los Suns al aceptar el peliagudo reto de ver cuál de los dos ataques era el más potente cuando en el equipo rival había dos máquinas anotadoras como Booker y Durant.
Jokic y Booker se tomaron un respiro en el inicio del cuarto periodo con 98-92 en el marcador y en ese tramo emergió un invitado inesperado: un Shamet maravilloso que firmó cuatro triples sin fallo (116-106 con 4.56 para el final).
Los Nuggets no se dieron por vencidos y con Murray apoyando a Jokic se plantaron a solo 3 puntos (121-118) y todavía con 1.44 en el reloj. Sin embargo, Denver, todavía con -3, perdió un salto entre dos a 23 segundos del final (con posible falta de Deandre Ayton), Jokic falló con -5 una bandeja aparentemente sencilla y los Suns sentenciaron su triunfo en los tiros libres.
El nivel MVP de Harden
Harden, que en el primer partido de la serie metió 45 puntos pero que en los dos siguientes solo sumó 28 en total, aportó además 8 rebotes, 9 asistencias. El barbudo base estuvo acompañado por Joel Embiid, que consiguió 34 puntos y 13 rebotes.
Por los Celtics, Jayson Tatum solo metió 2 puntos en la primera mitad pero despertó tras el descanso y terminó con 24 tantos, 18 rebotes y 6 asistencias.
También destacaron en los visitantes Jaylen Brown (23 puntos); Marcus Smart (21 puntos y 7 asistencias), cuyo triple sobre la bocina y para ganar el encuentro en la prórroga llegó tarde por décimas; y el dominicano Al Horford, excelente en la defensa sobre Embiid y que sumó además 10 puntos, 7 rebotes, 4 asistencias y 5 tapones.
Brown hizo los 10 primeros puntos de su equipo y, tras una entrada con bandeja de Derrick White, se colgó del aro para bordar un gran comienzo de Boston. Embiid dio la réplica en los locales. Varios aciertos del Embiid concluyendo el primer cuarto, en el que sumó 12 puntos, dejaron el marcador con los locales 8 arriba al finalizar un parcial de anotación muy baja (27-19).
En los primeros minutos del segundo cuarto ambos equipos regalaron una exhibición de triples (dos de Smart y uno de Malcolm Brogdon por los Celtics y dos de Harden y uno de Georges Niang por los Sixers).
Al llegar al ecuador del segundo segmento, Tatum era el único titular de su equipo que todavía no había anotado pese a que había intentado ya 7 tiros. Brogdon, que saliendo del banquillo metió tres triples y 13 puntos en el parcial, fue el único en sumar para los Celtics durante 7 minutos de juego.
En ese panorama se hizo enorme Harden, que dejó atrás las dudas de los dos últimos partidos y que dio un paso adelante con 15 puntos y un 3 de 3 en triples en el segundo cuarto.
Tatum se estrenó por fin con tiro de media distancia a falta de medio minuto para llegar al descanso, y Horford, de triple un segundo antes de sonar la bocina, evitó que la ventaja de los Sixers, que había llegado a los 16 tantos de diferencia, superara los dos dígitos (59-50).
Tatum metió las dos primeras canastas del tercer parcial prometiendo un despertar, pero Harden, jugando como en sus mejores momentos, y Embiid mantuvieron a los Sixers con una cómoda ventaja (78-63 con 6.02 en el reloj). En cualquier caso, Tatum ya había agarrado para entonces el timón de los Celtics y, con 13 tantos en ese tercer periodo, permitió que su equipo llegara con opciones al último cuarto (92-83).
Un mate de White tras dos minutos de sequía anotadora de ambos equipos al comienzo del cuarto final reclamó para los Celtics que el partido seguía abierto (92-85).
Tanto fue así que, con dos triples de Smart y Brown y una canasta a aro pasado de Tatum, los de Boston empataron el encuentro (96-96) con todavía 5 minutos por disputarse. En los primeros 8 minutos del parcial decisivo, los Sixers solo metieron 4 puntos.
En ese tramo de crecimiento de Boston destacó Horford, fantástico en su defensa a Embiid con varios tapones y que además firmó un fantástico mate. Con -2 para los Sixers y menos de medio minuto en el reloj, Harden empató el marcador con una penetración y, a continuación, Smart no puedo evitar el tiempo extra al fallar un triple ganador sobre la bocina.
En la prórroga, Tatum metió su único triple en el partido a 38 segundos de la conclusión (113-115) pero Harden le contestó con otro tiro de tres, desde la esquina y a pase de Embiid, que selló la victoria de Filadelfia después de que los árbitros confirmaran que un triple que Smart había enchufado sobre la bocina había sido fuera de tiempo.