El líder de Aston Martin reclama una sanción para su compatriota por haberle llevado hacia el muro. La FIA ni investiga la acción
De aquella embestida de Carlos Sainz a Fernando Alonso en Australia volvieron los dos con gestos contradictorios: primero, un abrazo, después, una mirada de reojo. Que esta temporada pondría a prueba la amistad entre los dos españoles era una certeza. Que la guerra se haya declarado tan pronto resulta una sorpresa. Alonso contra Sainz. Sainz contra Alonso. El caso es que sirvió una acción mínima en la carrera sprint de Bakú, un movimiento de volante, unos segundos de contienda, para que ambos elevaran el tono y confirmaran la tensión.
Ocurrió en la sexta vuelta de una prueba tan breve como aburrida. Después de que Alonso superara a Alex Albon en la salida, el coche de seguridad apareció para controlar seis vueltas y cuando desapareció el escenario era perfecto para que el dos veces campeón de la Fórmula 1 saliera a bailar. Delante de su Aston Martin, entonces en séptima posición, Lewis Hamilton, sexto, y, un poco más allá, Sainz, quinto. La discusión por la victoria ralentizaba el pelotón y quién supiera aprovechar el efecto acordeón tenía abiertas las puertas al cielo. Una situación ideal para Alonso. Y, en efecto, en cuanto el safety se apartó, se abalanzó contra Hamilton, lo rebasó, y se preparó para repetir jugada contra Sainz. Ahí el problema. Cuando Alonso preparaba el adelantamiento a su compatriota en la curva dos, éste cambió la dirección de su Ferrari y le acercó al muro. De repente el líder de Aston Martin se encontró ante el dilema, o frenaba o se accidentaba, y muy a su pesar optó por la primera opción. Con esa acción Sainz y Alonso acabaron quinto y sexto y, al llegar a meta, sin más ‘highlights’ que destacar, el veterano fue más crítico que nunca con su joven amigo.
“No era fácil acabar sexto saliendo desde la octava posición. Incluso voy a ver si ahora puedo hacer quinto porque la verdad es que Carlos me ha llevado contra el muro en la curva 2. Ha sido un poco sorprendente. A ver si pueden hacer algo y puedo ganar esa posición”, comentó Alonso en zona mixta minutos antes de que pasara un Sainz sorprendidísimo con sus palabras: “Ahora no tengo esa acción en la cabeza, creo que habla de cuando me estaba defendiendo de Hamilton en la resalida. Obviamente cuando Fernando se ha unido a la batalla he intentado hacerme todo lo ancho que podía en la pista. Ha sido una buena batalla y nada, es lo que hay”.
Pese a que Alonso advirtió que iba a elevar una queja a la Federación Internacional de Automovilismo (FIA), en ningún momento se informó de una investigación abierta por la maniobra de Sainz así que su queja se quedó en nada.
Problemas para los dos
Antes de la carrera de este domingo en Azerbaiyán (13.00 horas, DAZN), la discusión de este sábado entre los dos españoles es una prueba de que su nivel esta temporada es parejo. Cuando ambos disfrutan, pelean por un lugar en el podio por detrás de los Red Bull, como pasó en Bahréin o en Australia. Cuando están incómodos, se encuentran igualmente. En Bakú ninguno de los dos está contento y de ahí sus tiranteces.
Alonso lamenta unos nuevos problemas en el sistema DRS de Aston Martin. En las tres primeras carreras de la temporada, la escudería inglesa no cambió el alerón trasero para no tocar algo que ya funcionaba, pero desde hace tiempo trabajaba en una evolución y el circuito urbano azerí era el mejor lugar para probarla. Para luchar por las victorias, el monoplaza de Alonso requería más velocidad punta y había que hacer algo. La cuestión es que, de momento, lo ganado por lo servido. El coche va más rápido, en efecto, pero el DRS es inestable. A veces se activa. A veces no. En el equipo creen que más temprano que tarde sabrán arreglarlo y que el beneficio del nuevo alerón valdrá la pena, pero puede ser que este domingo vuelva a fallar. De ahí que Alonso no esté tan alegre como otras veces.
Para Sainz la cuestión es distinta. Mientras su compañero de equipo, Charles Leclerc, está brillando y de hecho este sábado se coló en el podio de la carrera sprint entre ‘Checo’ Pérez y Max Verstappen, al español le falta confianza con su Ferrari y posiblemente Bakú sea el circuito que exige más seguridad de ese tipo. Con tanta velocidad y los muros tan cerca, Sainz ya ha cometido algunos errores. “Este fin de semana toca minimizar daños”, aceptaba este sábado consciente de la situación. Por culpa de la sanción que recibió en Australia, sólo suma 24 puntos en el Mundial y ahora llega un tramo decisivo. En las próximos seis semanas se disputan cinco carreras: su lugar en el campeonato y en Ferrari está en juego. De ahí que Sainz no esté tan alegre como otras veces.
Que esta temporada pondría a prueba la amistad entre los dos españoles era una certeza. Que la guerra se haya declarado tan pronto resulta una sorpresa. Alonso contra Sainz. Sainz contra Alonso.