“Es difícil tener campo a favor y que el Partizán haya jugado mejor que nosotros. Panter, Sergi (Llull), da igual quién empezara, la prioridad es el baloncesto y no el espectáculo del último minuto”
Rudy habla con Obradovic tras suspenderse el partido.Juan Carlos HidalgoEFE
Rudy Fernández, alero del Real Madrid, felicitó al Partizán porque “han sido superiores” y pidió perdón a los “aficionados del Real Madrid y al baloncesto en general”, deseando que “esto no vuelva a ocurrir”.
“Hay que felicitar al Partizán, han sido superiores a nosotros.En todo momento han sabido cómo jugarnos. En el tercer cuarto les hemos planteado una defensa diferente y se han visto sorprendidos y hemos intentado meternos dentro del partido. Han seguido jugando y nuestra ansiedad nos ha llevado a perder”, explicó Rudy Fernández.
Respecto a la tangana final, fue claro. “Hay que pedir perdón a nuestros aficionados y al baloncesto en general. No se tienen que ver estas situaciones pero con muchas pulsaciones se cometen errores y esto es lo que ha pasado”, observó.
“Somos dos clubes amigos. La tensión del partido se debe quedar en lo de hoy y que sigamos jugando al baloncesto y que esto no vuelva a pasar”, añadió.
“Es difícil tener campo a favor y que el Partizán haya jugado mejor que nosotros. Panter, Sergi (Llull), da igual quién empezara, la prioridad es el baloncesto y no el espectáculo del último minuto. Agradecemos las palabras de Zeljko Obradovic”, siguió.
La eliminatoria se pone más que cuesta arriba. “Somos el Madrid y vamos a luchar hasta el final”, recalcó.
El vicecapitán del Real madrid y Obradovic estuvieron mucho tiempo hablando de lo sucedido.
“Zeljko es un referente. Hemos vivido muchas cosas juntos, hay muy buena conexión. Hay que evitar este tipo de situaciones y no lo hemos podido solucionar de mejor manera. Hemos hablado todos y se ha quedado ahí”, finalizó Rudy Fernández.
"¿Quién dudaba, quién dudaba? Yo no sé nada, sólo sé que el equipo confiaba", respondía Garuba, siempre tan efusivo y seguro de sí mismo, pletórico en los festejos como lo estuvo en la cancha. El factor clave en la final contra Bahamas, acabando con la sangría en el rebote ofensivo, poniendo dos tapones majestuosos para marcar terreno. Pero las miradas se iban a Rudy Fernández, 261 partidos y 11 medallas con España, cómo no. Quizá a alguien se le pasó por la cabeza que el del domingo en la Fonteta podía ser el último partido en activo de una leyenda. Pero eso no entraba en los planes del capitán. Había una promesa por cumplir. El balear ya es historia: ningún jugador de baloncesto estuvo (¿ni estará?) jamás en seis Juegos Olímpicos.
"Es algo que le prometí a mi padre cuando me dejó", pronunciaba ayer Rudy, puesta en pie la Fonteta cuando Scariolo le sustituyó a falta de unos segundos. Hasta ese momento los caribeños -Eric Gordon protestó en sala de prensa por la cantidad de tiros libres que lanzó uno y otro equipo- no se dieron por vencidos. Entonces pudo descansar el alero y pensar en lo que se le viene como despedida de su inigualable carrera profesional. "Es el gen que tiene la Familia y el gen que nos hace seguir creciendo. Llevo jugando con la selección durante dos décadas y es lo que nos han transmitido nuestros veteranos. Podemos tener estrellas o no estrellas, pero si competimos juntos y representamos lo que tenemos delante siempre solemos tener cosas beneficiosas", siguió el madridista, que durante toda la concentración ha lanzado un mensaje que ha calado en sus compañeros: "No lo hagáis por mí".
El triunfo de la selección en un Preolímpico casi siempre trampa para el anfitrión supone un espaldarazo anímico también para un colectivo golpeado en el pasado Mundial. Aldama, que imitará a su padre en unos Juegos (él estuvo en Barcelona 92), era de los más emocionados. Durante el partido tuvo más que palabras con el fornido Munnings e incluso se hizo daño en el tobillo casi al final. Después, con el MVP en sus manos, en sus ojos se intuían las lágrimas. Muestras de carácter de quien está llamado a ser el líder del porvenir. "He hablado con mi padre esto muchísimas veces. Fue mi primer sueño de niño. Es un orgullo de vestir esta camiseta y un privilegio", comentaba en sala de prensa.
Los jugadores de la selección celebran su triunfo contra Bahamas.Alberto SaizAP
Allí, a su lado, Scariolo. Para él serán sus cuartos Juegos, otro mito. Misión conseguida. No quería pensar el seleccionador en la lista de 12 que hoy mismo tendrá que dar a la FIBA -y en la que sólo puede hacer cambios por lesión- y en la que estarán Abrines y Juancho. Tampoco en el 'grupo de la muerte' que se le viene en la primera fase de Lille. España disputará el primer partido de los Juegos, el sábado 27 a las 11 de la mañana, contra Australia. Después llegarán Grecia -ganador del Preolímpico de El Pireo- y la temida Canadá. Casi nada.
El seleccionador prefirió reivindicar a sus chicos, todos por encima de lo esperado. Hubo ejemplos a puñados de lo que ilusiona. El regreso de Lorenzo Brown (cuánto se le echó de menos) en la línea majestuosa del Eurobasket, su conexión con Willy, en contraste con su mediocre rendimiento en el Barça, la disposición defensiva de López-Arostegui -otro que no pudo estar en el Mundial- persiguiendo como un perro de presa a Buddy Hield. Pradilla, los puntos de Brizuela... "Quiero dar el mérito a este grupo de jugadores, fue extremadamente duro jugar este segundo partido en menos de 24 horas. Aprecio la concentración que pusieron, la compostura. Jugaron durante 40 minutos con muy pocos bajones y realizamos un partido sólido en las dos partes de la cancha. Es una final y lo siento como si hubiéramos ganado un título", reflexionó y fue más allá: «Podemos ir perdiendo superestrellas, pero mientras tanto tenemos que competir con una cohesión brutal. Estar en este equipo es un privilegio y los jugadores lo tienen claro. Es uno de los equipos más grandes de la historia del deporte español».
El anhelo colectivo cuando llega la Copa (menos para dos clubes) es la alternancia, lo policromático, la alusión a la sorpresa noventera, esa década donde hasta ocho equipos distintos levantaron el trofeo. El tercer americano pilló a los grandes con el pie cambiado.
Tras unos 15 años donde Madrid y Barça han copado el triunfo, la bonanza inversora en Europa ha trastocado los estatus en España. El Barcelona pone más dinero en indemnizaciones de verano que en refuerzos tras la lesión de su creador clave, Laprovittola. Con estos bueyes hay que arar. Y el Real Madrid completa la plantilla y la alarga en la cuesta de enero. Bruno Fernando parece que tiene su papel claro, pero... ¿Denis Smith Jr. ha cambiado el uso horario en su teléfono o aún no? Sabremos si es tarde o temprano para él cuando sea domingo por la noche. Valencia llega en un momento valle, con alguna duda, el equipo más energético con el entrenador más innovador en lo táctico. Lo de entonces es lo nuevo. Su estilo marca también en cierta manera el baloncesto de Manresa, pequeña población de 80.000 habitantes que vuelve a vivir una época luminosa.
Pero el gran candidato a romper el poderío de madrileños y catalanes es Unicaja. En el primer semestre de 2022 ficharon a Ibon Navarro cuando el club estaba en el momento más bajo de las últimas décadas. Y ese semestre se nombró a José Manuel Domínguez presidente de la Fundación Unicaja, también en tiempos revueltos. Ambos desde sus puestos han aportado sentido común y conocimientos. Resultado: identidad reconocible, estabilidad y títulos. Pero el siguiente escalón es seguir ganando en España y qué quieren en Europa, ahora que todo está cambiando... Duro reto.
Habrá algún momento Txus Vidorreta, Llull romperá algún récord seguro (lo extraordinario es que su longevidad competitiva no nos lo parezca), la Penya y el Granca como tapados y todos los ojos y relojes pendientes de evitar exceso de instat replays.
La Minicopa, precioso torneo infantil en paralelo. Eso sí, recuerden que en dos décadas, solo cuatro MVPs se consolidaron como estrellas, sobre 20. Tienen 13 años y todo el derecho a jugar sin sentir presión. A esa edad si creciste pronto y eres fuerte, lo normal es que no llegues a profesional. La sobreexposición en redes sociales, asignatura pendiente.