Tribunales
A la espera de presentar algunas pruebas periciales y la posibilidad de que el jugador vuelva a declarar, el procedimiento está prácticamente acabado
Una investigación exprés. En poco más de dos meses, Dani Alves ha pasado de ser el jugador más laureado del fútbol internacional, junto a Leo Messi, a convertirse en el interno más famoso de la cárcel de Brians 2, cerca de Barcelona. En estas semanas el brasileño ha visto como las pruebas y evidencias estrechaban el círculo n el proceso judicial abierto contra él a finales de 2021 por una presunta agresión sexual a una mujer de 23 años en el lavabo de un reservado de la discoteca Sutton de Barcelona. Ahora, esa investigación está a punto de concluir por lo que el juicio en la Audiencia de Barcelona se celebraría este año.
Precisamente, una de las razones del tribunal para mantenerlo en prisión provisional la semana pasada, además del riesgo de fuga, es que el juicio no tardará en llegar. “A todo lo argumentado debemos añadir que la instrucción está prácticamente finalizada cuando ha transcurrido un mes desde la detención del señor Alves“, indicaba la Audiencia de Barcelona que recordaba que tras su arresto “se practicaron numerosas declaraciones”, como la de la víctima, el jugador y el amigo que lo acompañaba. Unas semanas después declararon ante el juzgado el personal de la discoteca, las amigas de la víctima y personas del entorno de ellas que conocieron la presunta agresión la misma noche.
Además, el tribunal detalla que “se han practicado incluso los análisis de ADN que normalmente dilatan los procedimientos por delitos de violencia sexual” en los que se confirmó que las huellas y los restos de semen encontrados en la víctima, su ropa y en el suelo del baño de la discoteca en el que se produjo la relación sexual correspondían al brasileño. En este sentido, fue fundamental la activación del protocolo contra casos de violación por parte del local de ocio, así como la rápida actuación de Mossos d’Esquadra precintando el lavabo para recuperar restos de ADN como su traslado al hospital Clínic para ser examinada.
“Por tanto, es previsible -y deseable- que en un corto periodo de tiempo la instrucción esté completada y concluido el sumario por lo que la prisión provisional puede mantenerse durante un lapso temporal razonable, sin alcanzar los máximos legamente previstos”, señaló la Audiencia de Barcelona que confirmó la prisión provisional para Alves por riesgo de fuga. Fuentes judiciales apuntan a que falta por aportar al procedimiento informes psicológicos de la víctima, para determinar cómo le afecto la presunta violación y si sufre secuelas, así como algún atestado policial sobre las cámaras de seguridad externas de la zona que captaron a la víctima y a sus amigas saliendo del local visiblemente afectadas.
Nueva declaración
Por su parte, el entorno de Alves no descarta pedir algún tipo de prueba pericial para apuntalar la principal tesis de defensa: que las relaciones fueron consentidas. Para ello se quiere incidir en que las cámaras del reservado muestran a Alves marchándose hacia la puerta tras la que estaba el lavabo y dos minutos después acudió la víctima. Además, destacan que el ambiente era distendido y no de presunto acoso, como mantienen las acusaciones.
Otra opción que baraja la defensa es una nueva declaración de Alves ante el juzgado teniendo en cuenta que la primera fue bastante perjudicial para él por el triple cambio de versión, ya que pasó de decir que no conocía a la víctima a que tuvieron relaciones consentidas, en concreto una felación. Así, el jugador no ha verbalizado que existiera penetración por lo que sus letrados podrían pedir una nueva comparecencia judicial en la que expondría su versión de lo que ocurrió la madrugada del 30 de diciembre en el Sutton.
“Daniel Alves Da Silva sigue siendo tan inocente como lo era antes del dictado de la resolución. Su voluntad de abandonar España y eludir el proceso era y es inexistente” dijeron los letrados de Alves tras conocerse que la Audiencia de Barcelona lo mantendría en prisión provisional y añadieron que “la resolución es asimétrica, porque utiliza como indicios las afirmaciones de cargo que ofrece el atestado policial y, en cambio, los elementos de descargo que ofrece la defensa los difiere para el juicio oral”.
Castigo ejemplar
Lo que está claro es que la Fiscalía y la acusación particular siguen adelante con el procedimiento contra Alves. Está previsto que la instrucción concluya antes del verano por lo que podrían solicitar una pena alta de prisión en el juicio, que se debería celebrar a finales de este año, siempre y cuando lo permita el retraso de causas que tenga pendiente la sección de la Audiencia de Barcelona en la que recaiga. Tienen preferencia en las que hay un preso, como sería el caso.
En su escrito para que el jugador siguiera provisionalmente en la cárcel, la Fiscalía dejó claro que se enfrenta a “un delito de agresión sexual con penetración del artículo 179 del Código Penal que tiene prevista una pena entre 4 y 12 años de prisión“. Sin embargo, fuentes judiciales apuntan a que se tendrá en cuenta el presunto abuso de superioridad del acusado al forzar a la víctima, tal y como ella declaró primero ante la policía y luego en el juzgado. Para ello se tendrá en cuenta su supuesta intención de engañarla al no decirle que iban al lavabo y después los presuntos golpes que le dio dentro del baño para forzarla.
Alves se podría enfrentar a una pena de 8 a 10 años de cárcel, según han explicado a este medio fuentes judiciales, teniendo en cuenta estos agravantes. Para el entorno del brasileño la alta petición de prisión supondría más un castigo ejemplar por su impacto mediático que no por la aplicación del Código Penal en este caso, aunque mantienen que el jugador es inocente de cualquier delito al ser las relaciones consentidas pese a que no lo dijera en un primer momento para proteger a la víctima y evitar un enfrentamiento con su esposa, la modelo Joana Sanz.
Tras conocerse la decisión de que seguirá encerrado, Alves permaneció varios días sin salir de la celda que comparte con otro brasileño en Brians. Ahora sabe que debe prepararse para el partido más importante de su vida, alejado de un estadio de fútbol y ante tres jueces que lo examinarán con más dureza que un árbitro. Se juega mucho más que un título, como es su libertad y su inocencia, aunque en este caso lo tiene más complicado. En su contra está la contundencia de las pruebas y evidencias que apuntan a que causó un daño irreparable a una mujer.