Sancet asombra en la Liga y reclama la atención del fútbol español

El futbolista del Athletic, que marcó el primer ‘hat trick’ de la presente Liga, aspira a ser uno de los puntales de la nueva ola del combinado de Luis de la Fuente

Con los grandes talentos, en ocasiones, cuesta ponerse de acuerdo. Aunque en el caso de Oihan Sancet (Pamplona, 2000), la indefinición llega a veces al extremo.

Nadie es capaz de aclarar si es mejor centrocampista o delantero, o si es un mediocentro, un segundo punta o un interior. Pero sí que llega y remata como los ángeles. Dice mucho de esa indefinición que de niño se fijara tanto en el torrente artístico de Ronaldinho como en la apacible creatividad de Iniesta. Nadie puede explicarse tampoco por qué sus picos de popularidad -marcó tres goles al Cádiz el pasado viernes- se enhebran con otros de escasa atención. Hay más. Unos lo ven como una joya de la cantera de Lezama, mientras que otros ensalzan la formación en el Tajonar, recordando que no fue hasta los 15 años que llegó a las categorías inferiores del Athletic, que lo reclutó del equipo cadete de Osasuna. Ni siquiera hay consenso en el apodo, bien Lince, bien Ciervo. Él mismo parece aclarar la duda cuando celebra los goles dibujando los cuernos del cérvido. Desprende Sancet el desconcierto propio de los futbolistas que son especiales.

Sancet, que cumple su cuarta temporada en el primer equipo del Athletic, reclamó otra vez la atención del fútbol español tras su exhibición en el citado triunfo bilbaíno frente al Cádiz. Reventó el balón en el primer gol con la derecha, lució sentido del oportunismo tras un error en cadena de los defensas rivales en el segundo, y mostró potencia a campo abierto y definición con la zurda en el tercero. Tras una primera vuelta de campeonato en que ningún jugador en la Liga había sido capaz de embolsarse un hat trick, Sancet atrapó el suyo -su segundo con la camiseta del Athletic- y se encaramó a la atalaya de goleadores de su equipo. Ya es el máximo anotador del conjunto que entrena Ernesto Valverde con siete tantos. No solo eso. Ya ha batido su propia marca de goles en una campaña, superando los seis de la temporada pasada.

«A medida que vas marcando, juegas mejor y estás más centrado», asumía Sancet en la noche de San Mamés, consciente de que, en su caso, el juicio y la fama queda unido a su acierto anotador por mucho que él ejerza de volante. Incluso a su entrenador, además de las labores de distribución necesarias en el puesto, le gustaría que intentara rematar más de cabeza. «Se está adaptando, de casi delantero a casi mediocentro», ironizaba Valverde.

Fin de contrato en 2024

Sancet, que lleva tatuado en dos de sus dedos de la mano izquierda los números 3 y 4 -debutó en el Athletic con el dorsal 34 en agosto de 2019, el día en que Aduriz se despidió marcándole de chilena al Barça-, firmó en 2018 un contrato de seis años con el Athletic. Le queda poco menos de año y medio, y su cotización amenaza con seguir creciendo. Más aun si acaba dando el salto a la absoluta.

Luis de la Fuente dice ver entre 40 y 50 partidos por semana. Lo considera adecuado para decidir quiénes serán los futbolistas que formarán parte de su primera lista como seleccionador de cara a los partidos de la fase de clasificación para la Eurocopa 2024 de Alemania que enfrentará a España con Noruega y Escocia (25 y 28 de marzo). Y ahí, además de ofrecer galones a Ceballos, comenzarán a tener un peso especial muchos de aquellos futbolistas que crecieron en las categorías inferiores de la selección bajo su regazo. De la Fuente, de hecho, ganó los Juegos Mediterráneos de 2018 con el combinado sub-18 y Sancet en el equipo. En aquel grupo, por cierto, también jugaban el ariete Abel Ruiz, que este curso sólo lleva tres goles en la liga portuguesa con el Braga; Hugo Guillamón, que no llegó a jugar un solo minuto en el pasado Mundial; o Sergio Gómez, por ahora con escasa participación en el lateral izquierdo del Manchester City.

De la Fuente, que también reclutó a Sancet para el Europeo sub-21 de 2021 (aunque sólo jugó 14 minutos en la eliminación en semifinales frente a Portugal), tiene también en el punto de mira para su nueva etapa a algunos integrantes de aquella selección, como Marc Cucurella, carrilero del Chelsea y uno de sus jugadores fetiche, el extremo Bryan Gil, otra vez en Sevilla, y especialmente a Martín Zubimendi, futuro heredero de Busquets en el mediocentro de una España que aguarda la nueva ola.