Vallecas, Elche y Girona tienen una cosa en común para el Madrid. En los tres encuentros, el conjunto blanco ha intentado girar, sin éxito, alrededor de la pareja formada por Bellingham y Güler. Los blancos empataron contra el Rayo, ante el Elche y repitieron resultado en Montilivi, donde reclamaron un penalti sobre Rodrygo en el tramo final.
“Jude y Arda son complementarios. Tienen que encontrarse cómodos y fluir… Y he visto que lo han hecho”, dijo Alonso a principios de octubre.
Casi dos meses después, la realidad es otra. Compartieron titularidad en las victorias ante el Barça, el Valencia y la Juve, pero a partir de la derrota contra el Liverpool la pareja, y el equipo, se cayó. Tanto que en Montilivi a Xabi no le quedó más remedio que retirar a uno de los dos en el descanso.
Habían sido 45 minutos complicados para los blancos, con dominio sobre el Girona pero sin ejecutar en los últimos metros. Fueron intensos en la presión, mucho más que contra el Elche y en la línea de Atenas, donde recuperaron algo de feeling con Alonso después de las conversaciones previas al partido. Pero arriba tuvieron poca movilidad en el tramo final. Volvió Rüdiger al centro de la zaga después de 98 días de baja por una lesión muscular y también lo hizo Militao, ausente en los últimos días por molestias. La teórica pareja de centrales titulares, con permiso de Huijsen, fue una de las grandes noticias del Real Madrid en Girona.
Después marcó Mbappé, pero Sánchez Martínez anuló el tanto por mano tras consultar el VAR. Se lo explicó el árbitro a Alonso, que apenas reaccionó volviéndose hacia Parrilla, su segundo, para analizar el partido antes de que Ounahi enviara a la red el 1-0. El conjunto blanco volvió a recibir un gol antes de anotar uno, como en Liverpool, Alicante y Grecia. La misma situación en cuatro de los últimos cinco partidos.
En vestuarios le tocó quedarse a Güler, más abajo que Bellingham en la escala jerárquica del vestuario, para darle un lugar a Camavinga y asentar los espacios en el ataque del Madrid. El equipo tuvo menos pie, menos técnica, y centró sus esfuerzos ofensivos en Vinicius, incansable. El brasileño marcó un gol, anulado, provocó el penalti que anotó Mbappé y tuvo algunas de las acciones más peligrosas del tramo final. Desde la izquierda vio cómo Rodrygo pedía un penalti de Roca que el colegiado no señaló y cómo Mbappé, en la última jugada, fallaba una ocasión clarísima desde el punto de penalti.
“Es una jugada revisable por el VAR por el contacto que hay, me sorprende que no se revise. Son jugadas decisivas que pueden marcar el partido”, dijo Alonso sobre la acción de la posible pena máxima. En Real Madrid Televisión, la crítica fue todavía más contundente y se recordó un posible penalti sobre Mbappé antes del 1-0 de Ounahi: “No sabemos qué ha visto Pulido Santana en la sala VOR. Independientemente de que el Madrid no esté jugando bien, la realidad es que los árbitros zancadillean al Madrid“, aseguraron en la televisión oficial del club. “Rodrygo fue derribado dentro del área por una clara patada de Joel Roca, pero ni De Burgos Bengoetxea en el campo ni Pulido Santana en el VAR pitaron el penalti”, resumió la página oficial del conjunto blanco.
El Madrid sumó su tercer empate seguido en Liga y perdió el liderato camino de San Mamés, donde se medirá el miércoles al Athletic Club. Nuevas curvas para Xabi.
“En una temporada hay diferentes fases“, argumentó el técnico vasco, que lamentó las ocasiones desperdiciadas al final. “Hemos podido remontar, el equipo ha tenido ganas, hemos tenido tres o cuatro claras para ganar. Hay que seguir con la exigencia que requiere jugar en el Madrid. Esto es muy largo”, dijo.
Y rechazó criticar a su equipo: “Ningún reproche a la actitud. Me ha gustado la reacción, hay que seguir con la unidad y la autocrítica necesaria, con ganas de ganar fuera de casa. Tenemos la ocasión en Bilbao”.








