0-1 en La Cerámica
Un fallo de Jorgensen da la victoria al equipo de Iraola después de que los amarillos perdonaran en la primera mitad (0-1).
El Villarreal soñaba con acabar la primera vuelta con puntuación de Champions pero sus errores en las dos áreas frenaron en seco su escalada en la liga y regalaron la victoria al Rayo Vallecano. El equipo madrileño aprovechó un fallo de Jorgensen para castigar el bajón de los amarillos en la reanudación, después de que estos perdonaran las numerosas ocasiones que tuvieron en el primer tiempo.
Porque hasta el descanso había sido un monólogo del Villarreal al que solo le faltó el gol. Los de Setién circulaban el balón de un lado a otro, al más puro estilo de un equipo de balonmano, esperando encontrar los agujeros en la defensa madrileña. Y cuando los encontraban subían una velocidad más. Así encontró Yeremy a Baena, que se escoró y disparó cruzado muy cerca del poste.
Sin prisa pero sin pausa, los castellonenses iban sumando llegadas ante un Rayo al que no le acababa de funcionar su intento de presionar arriba y adelantar lineas. Se exponía así a que Chukwueze, Yeremy o Baena les cogieran la espalda al mínimo descuido. Estaba especialmente activo el canario, que envió un buen centro que Gerard cabeceó ligeramente alto. El propio Yeremy estrellaría un balón en el larguero en una jugada embarullada que acabó invalidando la asistente por fuera de juego.
Resbalón incluido
Cuando el Villarreal afinó un poco la puntería apareció Dimitrievski para abortar los intentos consecutivos de Baena y Capoue. No encontraba premio el equipo de Setién a su insistencia mientras el Rayo a punto estuvo de encontrarlo la única vez que pisó el área castellonense antes del descanso. La primera vez que consiguió el equipo de Iraola recuperar en terreno contrario le llegó el balón a Pathé Ciss, que de espaldas a la portería optó por rematar de tacón sin comprometer demasiado a Jorgensen.
Reina se había quedado en el banquillo por precaución como consecuencia de unas molestias y su sustituto estaba teniendo una noche plácida hasta que un pase de Trejo para la carrera de Camello le hizo dudar. El danés amagó primero con salir a cortar un balón muy lejano, prácticamente en la banda, pero luego reculó, con resbalón incluido, y Camello no perdonó tras ganar la espalda a Albiol.
Sin frescura ni precisión
Era prácticamente la primera llegada de un Rayo que había ganado protagonismo tras el descanso. Al Villarreal le volvió a ocurrir como en Vigo y como en el duelo de Copa ante el Real Madrid. Tras un buen primer tiempo se vino abajo en la reanudación, cediendo el balón y la iniciativa a su rival. Los amarillos habían perdido la frescura y la precisión en sus pases y empezaban a acumularse las pérdidas. Tampoco es que el Rayo sacara mucha tajada de su mejoría. El equipo de Iraola seguía sin saber cómo abordar la defensa castellonense hasta que se encontró con el regalo de Jorgensen, que no hizo sino aumentar las dudas del Villarreal y de su banquillo.
Setién tardó en mover ficha y cuando lo hizo, a diez minutos del final, fue con un doble cambio que se convirtió en triple por la lesión de Foyth, de nuevo con problemas en su hombro. Camello había tenido el segundo en un tiro cruzado que no encontró portería por poco y la única mejoría en el Villarreal la aportó Coquelin. El francés tuvo un remate forzado en línea de fondo que Catena desvió in extremis y metió un buen balón a Gerard que el catalán remató fuera con todo a su favor.