Carlos Alcaraz se desespera en su peor partido del año y cae eliminado en su debut en el Masters 1000 de París

Carlos Alcaraz se desespera en su peor partido del año y cae eliminado en su debut en el Masters 1000 de París

Se gritaba, clamaba al cielo, se encogía de hombros, desesperaba. No, no y no. Hasta Carlos Alcaraz sufre días de esos en los que nada funciona, todo se tuerce y lo mejor es irse a la cama a esperar el amanecer siguiente. Este martes lo hizo ya eliminado en segunda ronda del Masters 1000 de París por el británico Cameron Norrie, por 4-6, 6-3 y 6-4. Fue su peor partido del año, un desastre. Fue una tortura, mejor olvidarlo rápido.

Si llevaba nueve finales seguidas, su eliminación fue la constatación de que es humano. Hay que remontarse muy atrás en su carrera para recordar un partido en el que estuviera tan perdido, pero sobre todo hay que forzar mucho la memoria para dar con un encuentro suyo con tantos errores. Sumó hasta 54 fallos no forzados, algunos difíciles de creer, como un remate que lanzó directamente a la red. Era un superhéroe confuso y perdido sin sus poderes.

“Esto es peor que Montecarlo; esta pista es más lenta que la tierra batida”, le aseguraba Alcaraz a su entrenador, Juan Carlos Ferrero, con quien mantuvo una constante comunicación durante su crisis. El número uno del mundo no entendía nada. Pero nada de nada. No entendía cómo botaba la bola. No entendía por qué siempre estaba mal colocado. No entendía qué tenía que hacer.

Una pista incomprensible, un rival incómodo

Desde su último partido oficial, en Tokio a finales de septiembre, se había preparado durante un mes entero para domar la velocidad de vértigo del cemento indoor y, de repente, se encontraba sobre la superficie más lenta de la historia. El Masters 1000 de París trasladó este año su sede de Bercy a La Défense, el precioso pabellón donde se disputó la natación en los últimos Juegos Olímpicos, y en la transición la pista cambió radicalmente. La victoria obligaba a Alcaraz a borrarlo todo y jugar como en Roland Garros: con bolas altas y ángulos, con mucha paciencia. Pero el cambio resultó demasiado exigente.

A estas alturas de la temporada, con 75 partidos en sus piernas y en su cabeza, el número uno no estaba para ese ejercicio y, poco a poco, minuto a minuto, fue perdiéndose. En el primer set se impuso pese a sus problemas con el juego, pero después la angustia se comió su confianza. “No estoy haciendo nada bien”, le soltaba a Ferrero, que le reclamaba una positividad imposible.

YOAN VALATEFE

Tampoco ayudaba Norrie, un rival incómodo que siempre hizo lo que tenía que hacer. En los primeros puntos sorprendió por sus piernas, devolviéndolo todo de lado a lado de la pista, y en los instantes finales se hizo una estrella. Con su zurda dominó la derecha torcida del español e incluso se atrevió a vencerle en esos highlights en la red tan suyos. En el último set, de hecho, sólo existió Norrie, que amenazó una y otra vez con el break hasta que se lo llevó junto al triunfo.

Objetivo: mantener el número uno

“Es un éxito enorme para mí, muy importante. Es mi primera victoria contra un número uno. Sólo intentaba disfrutar de mi tenis. Sabía que tenía que presionarle, que luchar, que crearme oportunidades y estoy muy contento de haberlo hecho”, proclamó el británico, el número 31 del ranking ATP, poco después de que Alcaraz se marchara alicaído a los vestuarios.

Desde que levantó el US Open, su objetivo era terminar este 2025 con mejores resultados que en los cierres de 2024 y 2023 y todavía está a tiempo de conseguirlo. Pese al traspiés en París, aún le quedan dos torneos para celebrar un final de temporada por todo lo alto, literalmente. Antes de la Copa Davis, en las ATP Finals de Turín que se disputarán entre el 10 y el 16 de noviembre el español debe asegurarse el número uno ante la amenaza de Jannik Sinner. Si el italiano vence en el Masters 1000 francés regresará a la cima, pero a Alcaraz le bastarán con 500 puntos en la Copa de Maestros para recuperar ese honor y mantenerlo hasta Año Nuevo.

Para obtenerlos necesitaría ganar los tres partidos de la fase de grupos o alcanzar la final. Para obtenerlos necesitará borrar la zozobra ante Norrie y recuperar la alegría que le llevó a tantos éxitos. Fue su peor partido del año, un desastre. Fue una tortura, mejor olvidarlo rápido.

kpd