Entraba dentro de lo previsible que Novak Djokovic volviera a ganar un torneo que ya había hecho suyo en nueve ocasiones. Retirado Roger Federer y con Rafael Nadal apelando a toda su resiliencia para que su cuerpo responda a la fortaleza de su mente,
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El luchador de la delegación olímpica de Egipto, Mohamed Elsayed, ha sido detenido por agredir sexualmente a una mujer tras ser eliminado de los Juegos Olímpicos de París.
Según la Fiscalía de la capital francesa, el deportista, que fue medalla de bronce de lucha grecorromana en Tokyo 2021, fue detenido a la salida de un bar de la capital francesa a las cinco de la mañana, acusado de "ponerle una mano en las nalgas de una cliente". Además, revela Le Parisien, el arresto se produjo cuando Elsayed estaba "completamente borracho".
Esta no es la primera agresión sexual que se ha producido en los Juegos Olímpicos de París, ya que, padre de la croata, Barbara Matic, campeona olímpica de judo en la categoría de menos de 70 kilos, fue arrestado por dar un beso no consentido a una voluntaria justo después de que su hija lograse una victoria, aunque finalmente ese asunto ha sido archivado por la Justicia.
Además, otros atletas participantes en la cita olímpica, como Thomas Craig, del equipo australiano de Hockey Hierba, también han sido detenidos, en este caso, por comprar cocaína en un barrio de París.
Era su momento. Daniil Medvedev volaba durante el primer set con su plan de ataque, disfrutaba sobre la hierba de Wimbledon. Carlos Alcaraz peleaba para llevarle al tie-break, pero en esos instantes iniciales el ruso dominaba el juego, la pista, el marcador. Era su momento. Pero su carácter es intratable.
Con 5-3 en el marcador y el saque de su lado, Medvedev defendía una bola de break cuando después de un corto intercambio Alcaraz le tiró una dejada rápida. Corre, corre a por ella; corrió el ruso, pero llegó a impactar a la bola justo cuando había dado su segundo bote. Entonces hubo cierta confusión. Medvedev hizo como si no hubiera pasado nada y Alcaraz, al ver la reacción de su rival, pensaba que el punto seguía así que golpeó de derecha. Sólo la jueza de silla, la griega Eva Asderaki, interrumpió el juego. Con acierto advirtió del segundo bote y cantó el nuevo resultado: "Game Alcaraz, 5-4". Ahí Medvedev reaccionó a su manera.
Plantado en medio de la pista, sin aspavientos, miró a Asderaki y le soltó tres claros "¡Fuck you! [¡Que te jodan!]". Luego dejó ir algún otro insulto -"Bitch [Zorra]", según algunas televisiones- y se sentó en su silla sin más.
Alberto PezzaliAP
Asderaki, internacional desde 2001, con varias finales de Grand Slam a sus espaldas, llamó al supervisor del torneo y le explicó lo ocurrido. Según el reglamento de la Federación Internacional de Tenis (ITF), Medvedev podía haber sido descalificado, pero entre otros decidieron sólo apuntarle un warning por conducta antideportiva.
Arrancaba Manuel Guijarro con sus 1,78 metros y delante tenía a tres gigantes, tres tipos imponentes de dos metros, el neerlandés Nick Smidt, el belga Christian Iguacel y el británico Efekemo Okoro, pero le daba igual. Esto no va de lanzar a canasta ni a portería; esto va de correr. Y para correr no hace falta ser el más alto, únicamente hay que ser el más rápido. Markel Fernández le había entregado el relevo en cuarta posición, pero Guijarro, sin cuerpo para imponerse, se abría hasta la calle 3, volaba y empezaba la remontada.
En la tercera posta, su compañero Óscar Husillos ya defendía la tercera plaza y en el último tramo Bernat Erta maniobraba para ganar otro puesto sobre la misma meta. Su prodigioso golpe de cuello acabó por superar al belga Jonathan Sacoor, vigente campeón del mundo indoor de esto, que se equivocó por culpa de su confianza. Al final, este domingo, España se llevó la plata del relevo 4x400 sólo por detrás de Países Bajos y por delante de potencias como Bélgica, Gran Bretaña o Francia.
Como ya pasó el sábado con Paula Sevilla, la velocidad volvió a dar una alegría insospechada. El relevo largo español tuvo hace unos años una época de esplendor cuando el mejor momento de Husillos su unió a esa supernova llamada Bruno Hortelano y al oficio de Lucas Búa o Samuel García. El equipo disputó la final del Mundial de Londres 2017 y se quedó a un suspiro del oro en el Europeo de Berlín 2018. Pero luego se deshizo por varias razones. En este Europeo indoor, además, el cansancio de Iñaki Canal, su mejor hombre, le había restado opciones al podio. Pero el empuje de Fernández, el pundonor de Guijarro, la experiencia de Husillos y la fe de Erta llevaron a la plata.
Fue la cuarta y última medalla de España en un Europeo indoor ideal para conseguir más. Por ser año post-olímpico y por la cercanía del Mundial indoor de Nanjing, en China, en muchos casos la gloria estaba más barata que de costumbre. La selección, además, había centrado sus esfuerzos en la cita así que la sensación de decepción era inevitable. Con el oro de Ana Peleteiro en el triple salto, la plata del relevo 4x400 y los bronces de Sevilla en los 400 metros y Lester Lescay en la longitud, España acabó en noveno puesto del medallero, lejos de sus aspiraciones. Dentro de dos años, en 2027, el Europeo indoor se celebrará en Valencia y los números tendrán que ser mejores.