Entraba dentro de lo previsible que Novak Djokovic volviera a ganar un torneo que ya había hecho suyo en nueve ocasiones. Retirado Roger Federer y con Rafael Nadal apelando a toda su resiliencia para que su cuerpo responda a la fortaleza de su mente,
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"Max, no vas a tener que bajar a peso pluma, defenderé mi título en 155 libras, pero por favor firma el contrato". No suele ser normal que alguien como Ilia Topuria recurra a la educación para conseguir rival para realizar su primera defensa de título de campeón de la UFC. De hecho, su tono suele ser bastante más agresivo como han podido comprobar otros contendientes como Sean O'Malley, Alexander Volkanovski o, incluso, el mismísimo Connor McGregor. "Estás mentalmente roto, es tu mayor lección. Dudas de tí mismo, de tus habilidades, de tu preparación, por eso no te presentas. Eres una zorra", escribió en X.
Pero ya son cinco meses desde que el hispano- georgiano consiguiera arrebatar el cinturón a Volkanovski en el Honda Center de Anaheim, en California, y aún no hay nadie que se haya querido subir al octógono con Topuria. "Estoy todo el verano disponible para cuando me den la fecha, es Holloway el que pone todas las excusas. Muchos otros nombres dicen que quieren pelear, pero luego no se atreven. Yo estoy listo para cuando se me llame", confesaba el luchador en la presentación de su película documental, Topuria: Matador, que se estrenará el próximo 19 de septiembre.
Lógicamente, ese mensaje educado no es casual. Desde el rincón del hispano- georgiano se confía en que sea la opción Holloway la que termine por concretarse, lo que podría producirse en un espacio breve de tiempo, y así se la ha lanzado el propio Topuria en X: "El primero en noquear a Max Holloway", escribía acompañado de un vídeo en el que se veía como entrenaba junto a su equipo.
"Mi problema no es la preparación y los entrenamientos sino los recortes de peso tienes que pasar ese trayecto si o si para pelear", respondía a pregunta de EL MUNDO en la presentación de su filme y añadía: "mi vida es un campamento eterno porque me encanta entrenar". Así, Topuria sólo espera la confirmación del luchador y del torneo.
Las fechas que se barajan para el próximo enfrentamiento de Topuria sería en la UFC 306, el sábado 14 de septiembre en la Esfera de Las Vegas, en la UFC 307, el sábado 5 de octubre en Salt Lake City o, la preferida por el hispano- georgiano, la UFC 308, el sábado 26 de octubre en Abu Dhabi. "Apunto a Abu Dabi, espero que se dé, que alguien dé el paso y acepte el reto. Como si me llaman para las Vegas. Prefiero Abu Dabi porque es el prime time español, pero donde me digan estoy listo y preparado", reitera.
Hay tres campeones de la UFC que aún no han podido defender su título. Hablamos del peso pesado, Jon Jones, que obtuvo su cinturón el 4 de marzo de 2023, de Dricus du Plessis que lo obtuvo el 20 de enero de este año y del propio Topuria. En el caso de Jones, las lesiones y otras disputas le han dejado al margen de la UFC hasta que recientemente anunció su vuelta con una pelea el próximo 9 de noviembre. Mientras que el sudafricano Du Plessis lo hará ante el nigeriano Israel Adesanya en el UFC 305 el próximo 18 de agosto en Australia para determinar quién es el "auténtico campeón africano".
Récord de defensas
El récord de defensas de un cinturón en la UFC lo tiene Demetrious 'Mighty Mouse' Johnson. El luchador estadounidense estuvo imbatido entre 2012 y 2018, periodo en el que mantuvo su título de peso mosca en 11 ocasiones. Henry Cejudo, por decisión dividida le arrebató el campeonato mundial el 4 de agosto de 2018.
Johnson tiene un récord de 25-4-1, unos buenos números, pero en los que no se identifica Topuria y su gran mentalidad de ganador que le ha llevado a tener 15-0-0. "Mi sueño no es ser un campeón más, quiero ser una leyenda de este deporte. Mi objetivo es dejar huella", dijo Topuria sobre el impacto que desea dejar en la UFC. De momento, parece que va a conseguir llevar la UFC al Santiago Bernabéu en 2025. Faltará concretar el rival. Pero claro, tratándose de Topuria, eso será muy difícil.
A Rey muerto, Rey puesto. Xabi Alonso asumirá el mando del banquillo del Real Madrid el 1 de junio, después de la última jornada de Liga y del merecido homenaje a Carlo Ancelotti, el entrenador más laureado en la historia del club. El italiano, tras anunciar este lunes Brasil que será su nuevo seleccionador, recibirá el cariño del Santiago Bernabéu en el duelo ante la Real Sociedad (o en el de mañana ante el Mallorca) y se centrará entonces en su nuevo destino: la selección de Brasil, a la que, si nada cambia, dirigirá ya en los partidos de junio. En su lugar llegará el tolosarra, que hizo campeón de Alemania al Bayer Leverkusen y que aterriza con muchos deberes sobre la mesa, con algún problema contractual, con lesiones y con un Mundial de clubes que será la primera piedra en su camino como técnico en Chamartín, donde firmará por tres temporadas.
La Bundesliga termina este mismo fin de semana, unos días antes que la Liga, así que Alonso estará en Madrid a comienzos de la semana que viene para ir planificando y gestionando su nueva etapa en Valdebebas y en la capital de España. Junto a él, su agente, Iñaki Ibáñez, que también lleva a Mikel Arteta, Ernesto Valverde o Andoni Iraola, entre otros, y el grupo de trabajo que ha tenido en Alemania.
Sebas Parrilla, con el que lleva desde que empezara a entrenar en la cantera del Madrid, será su segundo, y Alberto Encinas, con pasado en el Barcelona, su preparador físico de confianza. A la espera de conocer a más miembros de su nuevo equipo, esto deja la duda de la situación de Antonio Pintus, sargento de la preparación física del Real Madrid y fichaje estrella de Florentino Pérez en 2021, antes incluso de la llegada de Ancelotti. Luis Llopis, entrenador de porteros, mantendrá su puesto.
Una vez resuelto el banquillo, toca el vestuario, con muchos frentes abiertos. Por un lado, Alonso llegará en un momento atípico y lejos de lo ideal. La temporada todavía está en marcha, con un parón de selecciones que enviará a casi toda la plantilla a sus respectivos países. En los primeros días, Valdebebas estará vacía. Por ahí estarán los lesionados, Carvajal, Militao, Rüdiger, Alaba, Mendy, Camavinga y compañía, y los no internacionales como Lucas Vázquez.
La Final Four de la Liga de Naciones, por ejemplo, que disputan Alemania, Portugal, España y Francia, se celebra el 4, 5 y 8 de junio, y la Croacia de Modric juega el 6 y el 9 del mismo mes. Los internacionales regresarán para viajar directamente a Estados Unidos, con un vuelo planeado el día 14. Es decir, Alonso tendrá poco tiempo desde su llegada hasta el viaje a Estados Unidos, así que el Mundial se convierte por obligación en la pretemporada del conjunto blanco. Un mes entero (si llegan a la final) entre Miami y Nueva York. Los primeros 15 días serán claves para la convivencia inicial y para que el vasco siente las bases de su liderazgo.
Todo ante un vestuario cansado tras una temporada agotadora, que comenzó el pasado agosto en la Supercopa de Europa en Varsovia y puede terminar el 13 de julio en Nueva York. Once meses en los que han ganado dos títulos pero han perdido tres, cada uno de forma más dura y con el Barça, su gran rival, anotando 16 goles en los cuatro clásicos. Recuperar la moral será casi más importante que el físico en las primeras semanas del nuevo técnico, que mirará primero a los lesionados. Rüdiger debería volver para el torneo, pero Mendy y Camavinga están descartados. Con Carvajal, por su parte, no hay prisa. Y Bellingham, pendiente de su operación de hombro, no ha decidido cuándo pasar por quirófano.
Xabi Alonso.CHRISTOPHER NEUNDORFEFE
Después, Xabi entrará en los temas contractuales. Vallejo, Lucas y Modric terminan contrato el 30 de junio. Los dos españoles tienen difícil seguir, mientras que el croata quiere continuar y, si asume su rol como en las últimas temporadas, tiene opciones. Debería, como Lucas, ampliar su contrato 15 días para estar en Estados Unidos, así que el entrenador podría encontrarse con varios futbolistas que saben que no seguirán.
En cuanto a fichajes, Alonso quiere reforzar la defensa, algo que comparte el club. El anuncio oficial de Alexander-Arnold es cuestión de días y el Madrid trabaja para que esté en el Mundial. Será el primer refuerzo. Los blancos peinan el mercado para contratar un central y un lateral izquierdo, claves para Xabi, que le dará un giro de 180 grados al esquema y al estilo del equipo. En eso puede haber un perjudicado: Rodrygo Goes. No parece Alonso muy fan de situar a los tres delanteros junto a Bellingham, algo que repitió Ancelotti durante este curso, y sí le gustaría afianzar piezas en la defensa y en el centro del campo para dejar más espacio arriba para su gran objetivo: potenciar la relación Mbappé-Vinicius.
El nombre de Rodrygo es el gran protagonista del umbral de salida. Con cartel en Inglaterra, su venta podría ayudar a asumir los fichajes en la zaga, pero todavía queda pendiente una charla entre el técnico y el brasileño. En el capítulo de llegadas también hay que situar a Nico Paz, al que el club quiere recuperar para la primera plantilla tras su gran año en el Como de Cesc Fàbregas.
Llegará un momento en el que la gente se canse de que sus hijos vayan con ojeras al colegio tras una jornada intersemanal. Llegará un momento en el que el el aficionado al fútbol reclame, de nuevo, el protagonismo que se merece. Ese momento no llegó ayer en el Coliseum. Se jugaba el Atlético la Champions, sí, pero le bastaba un puntito, mientras que el objetivo del Getafe era meramente mantener el orgullo. Partido a las diez de la noche, que con las prolongaciones, casi termina el jueves. [Narración y estadísticas (0-3)]
Las gradas lucían con bastante público, lógico, un derbi de Madrid siempre merece la mayor atención metas aparte. El cole puede esperar. El Atlético no quiso. La Champions, un objetivo que tuvo en el alero hace pocas fechas, ya estaba amarrada con una mano, faltaba la otra. La propició la resurrección de Griezmann con un magnífico hat trick.
Primero amagó con un precioso pase a Correa en el que este se durmió cuando ya encaraba a Soria. Golpeó después con otra delicatessen. Rodrigo De Paul lanzó un pase teledirigido que el francés acarició con la puntera para bajarlo al césped con media defensa del Getafe embelesada, o por el detalle técnico, o por la hora. El caso es que Griezmann no perdonó en el mano a mano y adelantó a los rojiblancos.
Un minuto de tensa espera
El Principito volvió a golpear, aunque esta vez con suspense. Tras una gran jugada combinativa, el balón llegó a Correa que ganó línea de fondo, la puso atrás y, tras recorrerse media área pequeña con jugadores de uno y otro bando intentando alcanzarlo, lo recogió Griezmann para meterlo en la red con un obús. El árbitro anuló momentáneamente el gol por la posición dudosa del argentino, pero tras un largo minuto, concedió el tanto.
El hat trick lo completaría al inicio de la segunda parte. Fue una contra de manual del Atlético para que Lino filtrara al francés y este se la colara con la punterita entre las piernas de Soria. Ya son cinco goles al Getafe esta temporada, dos en el Metropolitano y tres en el Coliseum.
Para todos los que reclamaban la vuelta del francés, aquí está. Quizás sea tarde para grandes gestas. Se le echó de menos tanto en Copa, tocado, como en Champions, desaparecido. Al menos, gracias a este punto podrán volver a intentarlo el año que viene en la máxima competición continental.
Destellos de Greenwood
Otro que ha vuelto es Oblak. El esloveno quiere volver a reclamar el trono del mejor portero de Laliga. Las dos paradas a Greenwood en la primera parte así lo atestiguan. La segunda, una mano tras un disparo seco que terminó estrellándose en el larguero, fue una maravilla. Buenas noticias para plantear la renovación del equipo el año que viene. Siempre es bueno tener un buen cerrojo atrás y pólvora arriba.
En el Getafe poco que destacar salvo los destellos de Greenwood. Si ya se ganó los halagos del Cholo por su exhibición en el Metropolitano, ayer fue de lo poco salvable de un conjunto, el azulón, ya relajado en tierra de nadie. No es poco teniendo en cuenta lo que sudó el año pasado para salvar la categoría. Otro milagro de Bordalás para justificar la confianza ciega que le profesa Ángel Torres.
Poca historia que destacar en el resto de un choque donde pareció haber un pacto de no agresión. El Atlético perdió colmillo en sus salidas a la contra y el Getafe no atacó con deseperación. En estos postreros momentos de la temporada, quizás haya más pensamientos de evitar lesiones. A fin de cuentas, le quedaba a los azulones el partido contra el Mallorca, en la última jornada de la liga para despedirse con otro sabor de su afición que ya había partido mediada la segunda parte. El objetivo estaba conseguido, también para el Atlético. ¿Qué más se puede pedir? Quizás jugar un par de horas antes. No es poco.